Capítulo XIX
[[Voz de narrador: Alise Corvick Lumerio]]
_1839/ España, colonia Rosales.
Recuerdo que fueron tiempos difíciles. España entró en días de mucho conflicto por la llegada de sistemas laicos al campo de la educación y los rumores de una cacería de brujas masiva se volvieron el tema principal de conspiración.
Desde pequeña me fue inculcado que la religión debía ser mi forma de vida, mi pensamiento y el veredicto final de mis decisiones. Nunca dudé ni cuestioné las estrictas reglas a seguir, ni siquiera cuando de niña presencié los castigos que daban al hijo mayor de mi tía Lucía, fue hasta cumplir cierta edad mayor que las cosas dejaron de parecerme correctas.
Tal vez todo viene desde una tarde que iba normal; las campanas de la iglesia principal sonaron un día de Julio a la una de la tarde, hora en que la doctrina finalizaba sus clases.
Dalziel y yo volvíamos a casa. Él me preguntaba emocionado qué obsequio le daría por su santo número dieciocho y yo bromeé diciendo que no recordaba la fecha. Nuestra tranquilidad se quebró con los disturbios que escuchamos no muy lejos de nosotros.
Dalziel siempre fue muy curioso, yo hacía la labor de ser su vosecilla de razón cada vez que él hacía alguna tontería. Normalmente me escuchaba, pero en aquella ocasión hizo caso omiso de mis palabras. Terminamos por acudir a la revuelta.
La multitud literalmente parecía ser el pueblo entero. Sucedió que habían atrapado a un segundo brujo, al primero le tocó morir cremado por el mismo pueblo. Yo no disfrutaba de crear conmoción, así que le pedí a Dalziel irnos de inmediato, pero él me ignoró y sin darme cuenta, ya lo veía lejos de mi intentando acercarse más al carruaje del sacerdote que acudió al problema. A partir de ahí volvieron las anomalías para nosotros.
Ni al pasar del tiempo logro comprenderlo, solamente recuerdo que... un segundo di media vuelta para irme, aún escuchaba los gritos de la gente pidiendo que mataran al brujo y lo quemaran vivo... al siguiente me quedé paralizada, fue como haber dormido sin ir a la cama. Cuando recobré conciencia de mi, todo silenció aterradoramente a mi alrededor, nadie se explicaba el paro del tiempo hasta que el sacerdote declaró que el brujo se había escapado.
Flores
En una ocasión hablaba con Christin de camino a nuestro trabajo, pasaron varios años desde que sucedió lo del brujo. Ahora que lo pienso, en nuestra conversación mencionamos algo que hasta apenas vuelvo a recapitular.
ー¿Os puedo confesar algo, Christin? ーcaminando al lado de la pelinegro, tuvo la iniciativa de comentar con un gesto contagioso de preocupación.
ーDecidme qué es, linda ーaceptó Christin con una ligera sonrisa.
ー¿No sentís que...nuestra familia se guarda secretos muy peligrosos? ーinterrogó Alise totalmente segura de sus dudas.
ー¿Secretos? ¿Secretos como cuáles? ーChristin mostró más interés y curiosidad que preocupación.
ーNo lo sé, siento que no es normal lo que está ocurriendo. Si en algo he de creer, es en que nada llega por llegar ーla rubia explicó con insistencia.
ーVale, es cierto que no llegan dos personas a vuestra vida sólo porque a Hab se le da la gana... y no se van algunas sin ninguna razón ーaquello último, Christin lo externó entristecida y pensativa.
ーY no es por pajear a Matías porque bien se que lo amais mucho, pero en estos días me caben menos cuentas de que él y Shaira son extraños para nosotros. Acepté y di la idea a Dalziel de darles posada, respondieron bien y han mostrado compromiso con nosotros... aún con esas buenas cualidades no paro de angustiarme en que presiento dejamos pasar por alto algo muy importante. En primera ni siquiera creo que sean hermanos ーconfesó al final con un tono de ironía.
ーLo estáis pajeando y con provecho ーreclamó Christin con molestia apoyando su dedo índice en el hombro de la rubia para darle un leve empujónー ¿Qué decís de Gautier? Él se esfumó cuando Dalziel desapareció y casualmente lo encontró después. No olvideís que para esto lo pilló en el callejón y ya estaba (...) ーAlise le interrumpió al detener ambas su paso.
ーMirad, Christin ¿Quién ha culpado a Matías de eso? Vos misma os echáis a la hoguera ーcogió el dedo de su mayor y lo retiró de si para agregarー ¿Al menos os estáis dado una idea de porqué digo todo esto?
ーNo, tampoco comprendo el punto ーdemostró su mal humor con gestos soberbios.
ーCuando Dalziel y yo conocimos a Matías y Shaira fue aquella segunda ocasión en que encontraron un brujo en el pueblo, y lo peor no es eso, lo peor es que de hecho, el acusado fue Matías ーAlise explicó de tajo para hacer entender a la contraria.
En realidad quien presenció todo a detalle fue Dalziel, yo dije únicamente mi intuición, no imaginé que acertaría...y a decir verdad, ahora que vuelvo a recordar todo esto, Christin estuvo por mencionar algo importante que ahora dejé pasar tontamente, han sido días y mi emoción de volver a verlo me cegó por completo.
La noche del carnaval volvimos muy de madrugada; Shaira y yo regresamos juntas ya que Gautier se fue desde antes y Christin fue acompañada por Matías.
ーEsta es la segunda vez, debe significar algo ーfrente del portón de la casa Lumerio, Alise discutía los hechos con sus acompañantes antes de entrar a la morada.
ーSea lo que sea, no me genera tranquilidad ーconfesó Matías abriendo el portón y siendo detenido casi enseguida al escuchar una voz.
Gautier apareció de sorpresa, se disculpó avergonzado por haberse ido sin más y encima no volver conmigo, pero eso fue lo de menos, nos angustió más escuchar lo que dijo sobre Dalziel.
ーNo tenía intenciones de volver al ser ya de madrugada, pero me encontré con Dalziel, parece que está muy herido. Matías, tenéis que venid conmigo, no puedo cargarle yo sólo en tanto camino que recorrer.
ー¿En verdad lo habéis encontrado herido? ーreafirmó Shaira.
ーDe verdad. No estaba muy lejos de donde el carnaval ーrespondió Gautier.
Al final hicimos caso a Gautier y únicamente entramos a casa Christin, Shaira y yo. Intentamos no hacer mucho ruido para no despertar a nadie, pero mi tía nos esperaba en la mesa mientras trabajaba con mi hermano.
ーMe pareció que Dalziel volvió antes y salió de nuevo ¿No lo habéis encontrado de casualidad en el jardín? ーLucía interrogó a sus críos.
ーNo, él no se ha adelantado ーaclaró Christin muy confundida por la noticia.
ーQué extraño, lo escuchamos hace un rato en la sala ーagregó Weis leyendo unos manuscritos frente a la mesa.
Mientras discutíamos, escuchamos un ruido muy fuerte desde el pasillo de las habitaciones y quién se ofreció a revisar fue Shaira, me imagino porque ella siempre supo del aparato, en ese entonces yo no sabía lo que era, ahora entiendo que fue el fonoautógrafo.
Pasaron varias horas para que Matías regresara, en cuanto lo hizo, Shaira le recibió de inmediato en la sala con emoción de que todo estuviera bien.
ー¡Matías, has tardado demasiado y ...! ¿Dónde está Dalziel? ーsu energía de felicidad desvaneció con ver a su hermano volver solo.
ーVale, Christin, daros prisa ーAlise esperaba a la pelinegro al pie de la habitación.
ーSi, si ーChristin terminó de sujetar su cabello con un cinto y caminó desde el tocador para seguirle el paso a la rubia.
ーNo lo hemos encontrado ーrespondió Matías.
ー¿Cómo que no le habéis hallado? ーpreguntó Shaira con una pequeña risa incrédula.
ーNo estaba en donde Gautier dijo verlo, pero... hay más cosas que quiero charlar con vos, también con Handrée. Es bastante importante.
Yo escuché la conversación desde el pasillo y me generó mucha intriga porque incluso sus voces sonaban angustiadas.
ーHermano, me estáis asustando. Decidme la verdad ¿Dalziel está bien? ーinsistió Shaira.
Ahí hubo un largo silencio de los dos muy incómodo, esa fue mi mayor razón de creer que algo había salido mal.
ーCuando Gautier se fue, yo permanecí un rato más en donde él dijo ver a Dalziel para asegurarme de que en verdad no estuviera ahí, entonces Umerio llegó e iniciamos una charla en donde me hizo saber cosas que la verdad no sé si creerlas ーal fin habló Matías.
ーVamos con ellos, no puedo quedarme así ーAlise caminó para bajar los escalones, pero Christin la detuvo tomándole de la mano.
ーNo, conozco a Matías y sé que si estamos ahí no dirá nada ーla pelinegro dio sus razones proponiendo escuchar desde donde están.
ーPero al menos sobre Dalziel tiene que hablar y decir qué pasó con él ーretomó Alise.
ー Esperad que también tengo algo que deciros... pero antes de que suceda otra cosa... ¿Qué hay de Dalziel? ーShaira regresó atrás con el tema inicial.
De nuevo se quedaron callados aumentando mis ganas de ir y peor fue cuando escuché que Matías suspiró con pesadez.
ー¿Lo encontrasteis en otro lado acaso? ーpreguntó la hermana de Matías.
ーShaira ¿Cómo queréis que lo diga? Alguien le ha asesinado durante el carnaval después de irse por discutir conmigo y hablar con Handrée ーdejó caer las palabras como golpe al exasperar ante la presión ajena.
Si... no hay manera de que eso pudiera ser falso, después de aquella noche Dalziel jamás volvió ¿Por qué razón no volvería a casa si hubiese seguido vivo?... y luego de varios días de superación, me vino a la mente por fin ofrendar flores a Dalziel, pero la verdad es que la aceptación nunca llegó a mi, jamás me creí el cuento ni con el pasar de los años.
ーAlgo escondeis muy bien... ーincorporando su cuerpo después de dejar flores sobre dos tumbas frente a un gran árbol, comenzó a hablar a la nadaー ambos sois un misterio que estoy segura ni vosotros mismos lo habéis descubierto.
Fue irónico, a partir de esa charla caí a cuentas de que por mucho que uno trate de tomar desiciones... si nuestro destino es acabar de una manera, no hay opciones, sólo caminos; largos, cortos, fáciles o enredados, al final todos llevan a lo mismo.
ーSonará un disparate... he pensado que yo siempre estuve para que no hagáis tonterías aún después de muerto ーdirigía sus palabras a la cruz que representaba a Dalzielー ¿Me cogiste tanta confianza como para que os resuelva el desastre que habéis dejado?
Juraría que aquella tarde, el viento era un poco turbulento; mi cabello me molestaba por ratos cruzándose en mi rostro y mi vestido se alzaba con el aire... pero cuando dije todo eso, pareció que el tiempo volvió a detenerse. De no haber sido porque vi un ave volar atravesando el jardín, me hubiera asustado como aquel otro día.
ーQuiero contaros algo. Ya que todas mis noticias pasaban primero por vos que por cualquier otra persona...deseo esta no sea una excepción ーuna ligera sonrisa nació en sus labios a pesar de que sus ojos cristalizanー resulta que... estoy embarazada, sabéis bien de quien, ¿verdad? ーechó una pequeña risa avergonzadaー no sería de nadie más. Estas flores que traje me las obsequió él...
Extrañamente, una leve ventisca surgió envolvieméndome por completo. Como una especie de abrazo cálido...no se trató de un aire frío, más bien fue una frescura tranquilizante.
Yo no entiendo ¿Por qué si todas esas situaciones fueron tan vividas...reales y trajeron consecuencias...por qué a pesar de eso, ahora nada tiene sentido? Es como si esta vida no fuera mia, me siento dentro del cuerpo de otra persona y también tengo la sensación de que las personas que me rodean están igual.
ーVendré de nuevo con más cosas por charlar... Ahora que hablé con vosotros dos, me siento feliz. Necesitaba ser escuchada ーsonrió con tranquilidad y dio media vuelta para entrar a su hogar desde una puerta que conducía a la cocina en la misma casa en que actualmente vive.
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