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Capítulo X

"Nosotros hemos desmentido los mitos sobre la muerte como un final absoluto para el hombre. La ciencia que lidera nuestro hospital rompe todas y cada una de las conspiraciones creadas por la sociedad retrógrada. Como médico al mando de la expedición Luceferie, decreto el experimento de criónica como una ciencia moderna capaz de reanimar la muerte clínica/ legal y volver a la resurrección una realidad.

Externo ampliamente la existencia de once cadáveres en estado de criopreservación; seis de ellos declarados con muerte clínica. España entra en una etapa gloriosa a favor de su medicina, que Hab nos brinde esta bendición es algo que agradecemos eternamente.

Sin más que declarar por el momento, hago petición de firma y sello de aprobación del gobierno español. Liar Harrey Petryck, médico general del hospital nacional de España".

Aziz finalizó la lectura de dicha carta con un resentimiento cohibido, pero basto, capaz de mandarle arrugar el papel en sus manos y guardarlo en un bolsillo de sus jeans.

Solo


Abry caminaba por los pasillos del área médica general, anduvo hasta llegar a la oficina de Hazel donde normalmente se le atendía por las tardes. Ya frente a la pieza, la joven tocó la puerta y al primer leve golpe, ésta se abrió.

En cuanto la menor fue visible, Hazel fijó la vista en ella y saludó sonriente, su actitud era la de siempre, sin embargo, para Abry no era normal que aquel estuviese empacando.

ー¿Doctor Hazel? ーcuestionó Abry para anunciarse y mostrar que notaba la acción del mayor.

ーLo siento, Abry, desde hoy no os daré las consultas ーexplicó el médico aún empacando sus pertenencias.

ー¿Por qué? Yo estoy bien con vos ーAbry decayó su mirada y el tono de su voz.

ーHubieron algunos inconvenientes que hicieron que me echaran. En realidad, da lo mismo, igualmente ya estaba harto de este hospital finalizó cerrando una caja de cartón y caminó hasta quedar frente a la menorー el médico que se encargará de atenderos es muy bueno y (...)

ーPero he visto cómo son los demás médicos con sus pacientes y vos sois el único al que de verdad le preocupamos los enfermos ーimpedía Abry entristecida.

Hazel sonrió gustoso de recibir tanto aprecio de parte de Abry, no sentía que alguien como él se mereciera tal afecto, mucho menos porque no era el primer paciente que llegaba a ese punto; anteriormente, varios años atrás, se presentó una paciente que rompió lo conocido tanto para el hospital como para el médico.

**** Flashback ****

Hazel se encontraba a mitad de una consulta y a su lado había una enfermera notificando la condición del paciente.

ーLo encontraron hace unas horas tirado sobre la avenida, es la segunda vez en esta semana que intenta escapar. No presenta alguna fractura o golpe grave ーla enfermera leyó toda la información mientras Hazel examinaba al paciente.

ーPero tiene aspecto de no haber comido desde hace meses ーcorrigió observando los ojos del paciente delante suyo, de esta forma los encontró amarilentos y casi secosー debe comer algo hoy o no durará más de otros dos días, os encargo que reciba toda la atención, por favor. Esta vez deben hacer un esfuerzo por cuidar bien de estos pacientes.

ーDe acuerdo, doctor ーaceptó la enfermera y antes de mover un músculo, se detuvo por la llegada de un segundo médico.

ーHazel, necesito que vengáis aquí ahora mismo ーposterior de avisar aquello, el recién llegado salió de la habitación.

¿Qué sucede? ーdespués de que la enfermera salió de la pieza junto al paciente, Hazel cerró la puerta del consultorio y siguió el andar del otro médico. A partir de allí, caminaron hasta llegar a los escalones y descendieron a las plantas bajas del hospital.

ーLuceferie finalizó esta mañana. Todos quienes fueron a la expedición, ya están aquí ーinformó mientras andaban camino al sótano.

ーImposible, creí que no lo lograrían. ¿Han tenido éxito? ーcuestionó Hazel impresionado.

ーMás éxito del que se creyó. Han traído cinco cuerpos, casi todos en perfecto estado.

ーOs felicito por vuestra expedición, Liar ーexpresó Hazel amablemente.

En cuanto Liar y Hazel llegaron al sótano del hospital, les esperaban todos los participantes de la expedición, personas con una pinta peor que la de un político corrupto. Inmediatamente Hazel sabía que nada bueno se cargaban estas personas, y como cereza de pastel, Liar se miraba increíblemente ambicioso por tener al frente los contenedores de hidrógeno ocupados por un cadáver. Cinco víctimas de las macabras manos de Liar.

Con forme pasaron dos años, ya habían acontecido diversos pasos adelante para el hospital.

Los brillantes ojos azul noche de una hermosa jovencita pelinegro, observaban atentos las afueras de su habitación a plena luz de luna. En su cabeza no cabía nada que le indicara reconocer sus alrededores y dentro de su pecho abarcaba el miedo de estar sola y perdida en un mundo gigantesco; ese temor solía ser aliviado al acariciar su estómago, pues la criatura dentro le daba fuerzas y ánimos sin darse cuenta. Pasados unos minutos, en pleno gozo del panorama, la puerta de la habitación se abrió entrando Hazel para robar la atención visual de la joven.

ー¿Cómo os sentís ahora? ¿El dolor continúa? ーHazel se acercó a la pelinegro preparando sus manos con guantes blancos.

ーNo, ya no hay dolor ーrespondió la joven sonriente con una vista agotada y soñolienta, como si la cuerda de un muñeco se acabara poco a poco.

ーYa... ーHazel notó las fallas en la contraria y prosiguió a actuarー sentaros un momento ーordenó y al ser obedecido, tentó las mejillas y frente de su paciente para detectar fiebre o cualquier otro síntoma que provocase la baja energía.

ーEstoy con sueño, mucho... mucho sueño ーconfesó la mujer cerrando de vez en vez los ojos.

ー¿Cuánto tiempo os sentís así? ーcuestionó el médico.

ーUnas horas... ーúltimas palabras que sus labios alcanzaron a decir antes de que sus ojos se cerraran por completo.

Días después, Liar y Hazel determinaron las teorías del estado de salud de su experimento, la búsqueda ya consistía en la segunda fase, mantenerlo vivo.

ーSerá causa de estar embarazada, posiblemente el bebé está absorbiendo toda su salud ーsupuso Liar leyendo los diagnósticos de la paciente y compartiendo mesa con Hazel en su despacho.

ーSi es así, entonces el experimento fallará y ella morirá dentro de pocoーañadió Hazel con inconformidad.

ーProbablemente, y ninguno de los demás ha despertado o hecho un avance como ella ーresolvió Liar reposando los papeles sobre su escritorioー por lo menos... ¿Os ha dicho qué nombre recuerda tener?

Para Hazel, Liar no desprendía confianza, como compañero era excelente, no obstante, la humanidad en él vagaba por los suelos, entonces, con base a lo anterior, apesar de recordar que en una ocasión la joven de su experimento confesó su nombre, no quiso responder.

ーNo, no me ha dicho nada sobre ella.

Pasaron cuatro meses y una tarde que Hazel atendía a la pelinegro, ella conversó con él muy alegre. Ninguno prevenía lo que el destino preparó minuciosamente para el final de la tarde.

ーDoctor... ーllamó la joven cooperando con ansiedad de alegría contenida en su pecho.

ーOs escucho ーrespondió el mayor atento a lo que examinaba y también a lo que diría la joven.

ーHoy, por la mañana... sentí de nuevo que mi estómago brincoteaba... y como si patearan dentro de mi ーcompartió ella muy emocionada.

ー¿De verdad? Ese crío no debe tardar en nacer ーHazel dio ánimos a la paciente.

ーEspero muy ansiosa a verlo, a tenerlo en mis brazos para amarlo, mostrarle las bellezas de este mundo y decirle... que existen muchas personas buenas en las cuales puede confiar... ーla mujer sonrió al médico delante suyo y prosiguióー muchas gracias por vuestra ayuda. Liar no me gusta... y me da terror cada vez que se acerca a mi.

Si aquel médico hubiese sabido que esa sería la última conversación con la ojiazul...algo habría hecho por ella.

Hazel sólo pudo atestiguar que dos enfermeras cubrían el cuerpo de alguien, pero fue tan listo como para darse cuenta de que sobresalía el brazo de esta persona fuera de la manta, así resaltaba una gran cicatriz idéntica a la que se cargaba la pelinegro desde el primer momento en que la vio, por si fuera poco, corrió sangre por la camilla a charcos siendo propagada desde la entrepierna de la mujer, también un líquido transparente, ésto avisando a Hazel y a las dos enfermeras presentes que el bebé de la difunta estaría por nacer.

Ocurrió verdaderamente repentino, tan repentino que no se sospechó de nadie que fuese causante de la muerte del primer experimento. Hasta ahora que sus recuerdos se mueven por Abry, es que Hazel se pregunta si será que todo lo causó la muerte natural que tanto predijo debido a la criatura... o si Liar había tenido algo que ver.

**** Fin del flashback ****


Alise y Aziz andaban por los pasillos de la mansión en búsqueda del estudio de Lucía, deambulaban tan a oscuras que a poco y no distinguían estar ambos ahí. La rubia había pedido la compañía del mozo porque especialmente deseaba conversar con él, plan que sin problemas llevó a cabo.

ーCariño, ¿tendréis a la mano vuestro encendedor? ーcuestionó Alise después de pillar cerca un candil con un trozo de vela en buen estado.

ーClaro ーAziz cogió de su bolsillo el encendedor que siempre llevaba consigo y lo alcanzó a la mayor.

ーGracias ーla mujer encendió la vela y prosiguió con su camino cruzando desde el pasillo que une el comedor y la cocina hasta una puertecilla casi escondida por debajo de los escalonesー ¿Qué pasó con Cornel? ¿Conversasteís sobre lo que dije la última vez que nos vimos?

ーEh... sí, hablé con él hace poco ーa causa de la incómoda situación en que se encontraba, comenzó a sentir ligeros cosquilleos nauseabundos en el estómago, así que para evitar a toda costa volverse vulnerable, sólo sonrió esforzándose por sonar felizー sugirió que no me preocupara tanto. Incluso me dio mis expedientes para analizarlos.

ー¿El expediente general? ーinterrogó Alise abriendo la puerta del estudio e ingresando ambos a la pieza.

ーSí, pero todavía no los he leído... los olvidé en mi departamento ーrespondió sus razones apenado.

ー¿Por qué los habéis olvidado? ¿Ya no vivís ahí? ーposicionó el candil sobre el escritorio y recargó una mano sobre el mismo para observar al menor.

ーHmm...algo así ーsu actitud demostraba nerviosismo con una risa torpeー no pienses mal de mí, fue algo inconsciente y... la verdad no me pude controlar ーal corresponder la mirada de Alise, se topó con un gesto de comprensión, eso le ayudó a sentirse más liviano y no tan avergonzado de sus errores.

ーLa pasastéis muy mal en estos días, ¿no es así? ーintuyó la rubia dada la respuesta del joven.

ー...Sinceramente, sí ーcon resignación, Aziz confesó un tanto afligidoー si antes podía pelearle a Cornel que mi salud mental estaba bien y no necesitaba ir al manicomio del hospital... ahora dudo mucho poder negarme.

ー¿Qué sucedió exactamente? ーvolvió a preguntar la ojiazul.

Antes de poder responder a la nueva pregunta, actuó más rápido lo que sea que se presentó ante Aziz y Alise; tan tierna, espectral y escalofriante fue la voz que, para los oídos del peliazul, cantaba una tétrica canción, pero a escucha de Alise, un fuerte ruido parecido al de rodar un proyector antiguo; dicho ruido era imposible no reconocerlo, la mujer sabía de lo que se trataba, por lo tanto su pecho se presionó del miedo emitiendo inmediatamente un gemido del mismo sentir.

ー"Ese ruido... lo recuerdo bien, es el fonoautografo* que Matías nos trajo en aquella ocasión..." ーpensó Alise buscando a simple vista el origen del sonido, detenida en un buró esquinado al final de la pieza, fue allí cuando distinguió el peculiar aparatoー alguien está hablando al cuerno...

Aziz se ocupaba más en atender lo que escuchaba, una canción desde la fantasmal voz de un infante.

《Au Clair de la lune... mon a mi Pierrot...au Clair de la lune... Mon a mi Pierrot...》

La estrofa se repitió un par de veces más, como si el espíritu estuviese ahí para no atacar, esa era la razón de guardar la calma al principio, más sin embargo, el pequeño adimensional dejó de cantar para, de modo estruendoso, lanzar al suelo un estante y gruñir enfurecido cuan lucifer "¡¡Largaros de aquí!!". Luego del acto agresivo, sin perder el tiempo, Aziz cogió de las manos a la mayor y salió a prisa de la habitación junto a ella, tanta fue su necesidad de huir que incluso olvidó el candil.

Mientras que Aziz y Alise buscaban volver con los demás, éstos también pasaban por una racha de tensión; Dalziel ya comentaba su razón de haber caído en la mansión, todos los restantes dialogan a excepción de Luna, quien se apartó en un pequeño espacio del jardín dando vueltas con inquietud.

Handree fue el primero en notar los nervios de la joven, de hecho llegó a creer que Alise no debió haber sido acompañada por sus críos, las circunstancias no eran precisamente muy aptas para ellos.

ーDalziel... ーHandree caminó a un lado del moreno y comentó su desacuerdo sin alzar la voz para no ser obvioー creo que sería buena idea llevar a Luna y su hermano de vuelta a su casa, prefiero eso a exponerlos.

En eso resonaron dentro de la mansión los pasos a prisa de alguien indicando que tal vez huían. Elian receló rápidamente que se trataba de la mujer mayor y Aziz, por aquello avisó ir a buscarles.

ーVoy a buscarles ーse dirigió a la entrada de la mansión.

ーLlevad un candil de los que acabamos de prevenir, aquí no hay apagadores ーprocuró Handree y señala uno de los candiles que encontraron en buen estado, colocados sobre la mesa del jardín.

Elian tomó el candil e ingresó al lugar.

Cuando Elian cerró detrás suyo la rechinante puerta, quedó en medio de un largo pasillo con alfombra roja y retratos enormes sobre las paredes, el lugar parecía tan largo y hueco que mandaba escalofríos a recorrer la piel del joven; él observaba a su alrededor atento, con extrañeza también, pues presentía que tal pasillo... le era bastante familiar.

Ya habiendo caminado un rato, se volvía un hecho que el pasillo parecía nunca acabar, por mucho que Elian avanzaba, siempre veía lo mismo; el mismo final oscuro y los mismos retratos, la misma alfombra, las mismas paredes solitarias y lo suficientemente silenciosas como para generar ecos con los pasos del visitante.

ーMe has atrapado de nuevo, ¿no es así? ーel pelirrojo lanzó una pregunta a la nadaー no sé quien seas ni lo que buscas obtener con esto, pero más vale lo hagas saber ahora.

Dicho lo anterior, el candil de Elian esfumó su llama y se le dejó con la única luz de un retrato al auténtico final del pasillo, como si el mismo objeto hemanara la iluminación, en dicho cuadro se presentó la imagen de un hombre pelirrojo e imponente, de cabellos largos y ojos miel penetrantes, verlo fijamente era perderse en un abismo de poder. Elian juraba jamás haberle visto, pero su corazón dolía como si una soga lo amarrace a ese hombre desde los huesos y venas de su pecho.

Avanzaron los segundos en un intento por dezifrar el enigma y por suerte se detuvo el plazo sin mucha demora; los ojos del chaval pelirrojo se llenaron de sorpresa y remordimiento apenas abriendo los labios por la escena. Su vida entera sufrió una grieta más profunda que el abismo, o más bien se anunció más punzante, pero no pasados más de 30 segundos, el entrecejo de Elian quedó fruncido al reaccionar y salir de su confort, hacía lo imposible por no derrumbarse.

ーDebes conocerme tan bien como para mostrarme su imagen ¿Qué planeas? ¿Crees que necesito solucionar algo?

Y en respuesta a sus dudas, cuan una caricia del viento, se susurró una frase casi inentendible a los oídos del chico de la cual solamente distinguió una palabra "...solo...". Fue posterior a esa voz que los mismos pasos de escape que le indicaron buscar a Aziz y Alise cruzaron ante él como si hubiesen pasado delante suyo, pero no había nadie ahí, estaba completamente a solas enfrentando los fantasmas perdidos de su ayer.

ーQuiero verte, quiero saber quién eres o qué estás buscando ¿Por qué siempre me ayudas? ¿Por qué sabes tanto sobre mi vida? ーordenó Elian aún posado frente al retrato, pero ya buscando a su alrededorー muéstrate ya y déjate de dramas ーdecretó con firmeza.

Imaginando aparecería "algo", los muros del pasillo fueron atacados por brutales vibraciones como si quisieran derrumbar el lugar, los estruendos aumentaron tanto que todos y cada uno de los retratos irrumpieron el oscuro silencio al caerse y quebrarse, por consecuencia, dado el gran tamaño del último cuadro, cuando amenazó de caer ni siquiera dejó tiempo de correr, únicamente permitió a Elian cubrirse con los brazos en espera del golpe... golpe que nunca llegó. Para el instante en que el chaval abrió los ojos de nuevo y dejó de cubrirse, ya no estaba en el pasillo, sino en una especie de recepción notoriamente abandonada y oscura; más extraño todavía, sobre el suelo brillaba un pequeño fragmento de cristal justo frente al pelirrojo, allí donde anteriormente tomó lugar el retrato más sobresaliente de todos.


Fonoautografo: primer aparato diseñado para transcribir el sonido a un formato físico. Se tienen registros de su creación desde 185? al grabar una canción francesa llamada Au Clair de la lune (al claro de la luna).

Nota: el origen de esta canción no influye en lo absoluto en su uso dentro de la novela, más bien la intención es dar una idea de cómo reproducía el sonido dando un toque doble de terror y misterio (además de que posteriormente será importante).

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