Capítulo VII
Una tormentosa lluvia se desató, daban las 22 horas y la luna ya brillaba seductoramente sin ninguna estrella a su alrededor, el ambiente no podía ser más deprimente para Aziz; aún con el humo del cigarrillo disperso por los aires, el paisaje no alcanzaba a describir lo ensombrecido que se sentía su corazón. Las manecillas del reloj avanzaban, las colillas de cigarro sobre el cenicero seguían aumentando arriba de 10, pero el tiempo para el joven no andaba a gatas siquiera. Aziz estaba solo, sentado frente a la mesa con una mano ocupada en cargar todo el peso de su desganado rostro mientras que la restante sostenía cuanto cigarro caía en su poder. Era imposible dejar de repetir el mismo escenario una y mil veces dentro de su cabeza, aquellas escenas que ocurrieron apenas unas horas atrás.
"《 ...De verdad eres tú...》
Elian no contuvo una fugaz risa de alegría ante la respuesta del menor, era una especie de milagro escuchar nuevamente que aquel se dirigiera a él reconociendo su existencia; pensaba "¡Caray! ...Oír mi nombre con su voz es jodidamente hermoso". La emoción del momento no tenía límite obligando al pelirrojo rodear a Aziz con sus brazos fuertemente; debía abrazarlo, estrujarlo y llenar su pálido rostro de besos y caricias, impulsos que fueron perfectos al ser correspondidos con el mismo afecto y la misma intención, pero los momentos más dulces eran cuando los besos al azar cruzaban los labios de ambos.
ー ¡Eres un tonto, un idiota, un asno! ¿Por qué tardaste tanto? ¿Por qué no llegabas por mí? ¿No pudiste imaginar que me muero estando yo solo? ーde tan gran cantidad de reclamos que Aziz tenía en mente, no lograba concluir ninguno de ellos.ー ¡Estuve tanto tiempo sin ti y no lo sabía! ¿Por qué eres tan cruel?... ¿Has dejado de quererme acaso?
ー ¡No, no, no! El idiota eres tú por creer eso, no es nada de lo que piensas ーnotando que Aziz excedió su lagrimeo, lo retiró de su hombro para limpiarle el rostro, después hizo contacto visual y prosiguió a explicar,ー no tengo más de un par de meses aquí, no sé más de lo que tú has de saber, además, si te soy sincero, no te recordaba hasta hace unas semanas.
Aziz escuchaba atento mientras limpiaba su escurrimiento nasal vergonzoso; entendía de razones y todo iba bien hasta que Elian dijo recordarlo desde tiempo atrás, con ello se molestó y reclamó de nuevo.
ーSemanas extra que me pudiste haber ahorrado ーrestregó con un puchero infantil.ー No te imaginas lo que es vivir en un hospital (...)ー y allí fue interrumpido por la aparición de alguien ya conocido.
La pareja seguía en las calles, poco importaba el clima y que anochecía, lo que generó atención de parte de aquellos resultó ser la llegada de Cornel; puesto que los miró sin decir nada, provocó intimidar al peliazul y hacerle de vista cabizbaja escondido detrás de Elian, en secuencia se dirigió a este último para hablar sin preámbulos.
ーDebo pedirte dejarle un tiempo ーimpuso Cornel extendiendo su mano hacia Aziz.
ー ¿Y quién es usted? ーcuestionó el pelirrojo sin impedimento de respeto.
ーMás interesante es saber quién eres tú ーfinalizó el médico y volvió su vista al otro mozo recibiendo en esta ocasión obediencia de su parte.
ーAdios ーAziz susurró a Elian con una sonrisa antes de irse. Además de entristecido y mirada gris, se apartó del segundo con un desgarre interno que decía a gritos haber algo preocupante en la llegada de Cornel.
Ya lejos de donde Handree y Elian, el médico decidió romper el silencio que mantenía Aziz mientras andaban camino a los departamentos del hospital en el Seat 850* del mayor. Cornel daba miradas fugaces al chaval distrayendo su vista del camino al conducir; de verdad se sentía el padre genético.
ーAziz, ¿estás molesto conmigo? ーcuestionó Cornel.
ーSí ーrespondió sin más y de brazos cruzados. Su molestia infantil de recargar la cabeza en la ventana del auto para no mirar al médico regalaba material para reírse.
ーPor Hab, me haces sentir más viejo ーsuspiró Cornel y detuvo el auto después de orillarse en la calle.ー Revisando las cámaras de los pasillos vi lo que pasó con Hazel ーinició y centró su completa vista en quien lo acompañaba,ー te llevaste un tremendo susto, ¿no es así?
A pesar de quedar en claro que Cornel no actuaba en contra suya, Aziz seguía en un plan inmaduro y permanecía solamente escuchando.
ーFui por ti porque es necesario alejarte un tiempo; no sabemos lo que le ocurrió a Hazel ni porqué fue específicamente a atacarte, además no conozco a ese joven con el que te encontré. Debo estar seguro de que estarás bien ーel mayor alargó su parloteo.
ー ¿Y qué piensa hacer? ーpreguntó Aziz sin mover un solo músculo.
ーAntes de que te molestes aún más (...) ーse interrumpió él mismo e inhaló agobiado,ー mira, estoy preocupado por ti y por Hazel, en estos momentos lo dejé fuera de servicio y con respecto a ti, me temo que te internaré otra vez en hospital por lo menos un mes. Te dejaré esta noche en el departamento para que empaques lo necesario y mañana te espero en mi oficina a la hora de siempre.
Aziz no dijo nada y únicamente se incorporó en su asiento observando la nada. Le era inútil reclamar o negarse creyendo que su palabra era nula ante su médico.
ーVale... ーaceptó el joven y al fin correspondió la mirada de Cornel.ー ¿Puedo preguntar algo?
ーClaro ーaccedió.
ー ¿Para qué sirven esos contenedores de la planta baja?
ー...No sé de qué hablas ーrespondió el mayor evadiendo claramente la pregunta y volvió a poner en marcha el auto.
ー ¿Por qué miente tanto? ーreceló Aziz frunciendo el ceño.
ー ¿Insinúas que sabes lo que son y para qué? ーevadió nuevamente las interrogativas fingiendo tranquilidad.
ーNo, pero sé que está mintiendo ーsu mirada reflejaba cada vez más molestia y gradualmente se tornó sombría.
ーNo puedes estar seguro de eso ーsu piel fue recorrida por una sensación de peligro, pero eligió ignorarlo por el momento y prestar visión al camino ya que la lluvia les había alcanzado.
ー ¡Di la verdad! ーordenó Aziz con agresión.
ー ¿¡Por qué quieres saber eso, Cé!? ーdetuvo el auto en seco a mitad de la calle creando escándalo en los demás conductores.
ー¡¡Juro enviaros al infierno por vuestros pecados mortales!! ーinesperadamente, exclamó la voz de un carnal demonio desde las cuerdas vocales del peliazul, no siendo suficiente, su ojo esmeralda se coloró blanquezco y las uñas de sus manos crecieron como garras arañando el asiento del auto.
ー ¿¡Qué es lo que estás buscando aquí!? ーencaró al demonio dispuesto a las consecuencias.
ーVosotros hacéis lo que les plazca con nosotros, pero no perdurará para siempre su poderー una carcajada infernal salió de sus colmillos transformándose poco a poco en un sollozo,ー ...ayúdeme... por favor (...) ¡No perdurará para siempre! ーvolvió a sonreír de oído a oído y luego desapareció todo rastro suyo dejando al peliazul en su estado normal.
Cornel esperó un par de minutos para asegurarse de que Cé desapareciera totalmente y así hablar sin problemas, no obstante, cuando estuvo por hacerlo, Aziz lo interrumpió.
ー ¿Puedo...volver solo? ーacercó su mano a la manija de la puerta apresurando un "sí".
ー...De acuerdo ーaccedió Cornel.
Aziz salió del auto a prisa, no esperó despedirse de Cornel ni mucho menos caminar por los techos de las casas o negocios, empaparse por la lluvia quedaba en última prioridad".
Fantasmas
Ya en el tiempo real, la lluvia parecía no parar. En la casa de los Corvick, los huertos de plantas recibían la bendición del agua nocturna a ríos, tan hermoso clima arrullaba a Luna, pero no a su gemelo, a quien incluso el insomnio le molestó desde antes.
Shiner salió de la cama intencionado a bajar al primer piso y beber un vaso con agua, pero al llegar a la cocina se topó con Alise; ella leía sentada frente a la mesa, y casi a oscuras, los documentos que encontró anteriormente, así bien, el menor encendió las luces y se acercó para charlar.
ー ¿Madre? ーanunció Shiner para llamar la atención de Alise y sentó su cuerpo al lado de la misma.
ー ¿Qué hacéis despierto? Son las doce de la madrugada ーaparentó reñir al joven.
ーPensaba beber agua ¿Qué es eso? ーcuestionó curioso asomando la vista a los documentos.
ーSon los papeles que te pedí traer del hospital y algunos que teníamos en el estudio ーresolvió la mujer sin impedir que su hijo observe.
ー ¿Tenemos información del hospital aquí? ーel rubio quedó confundido.
ーNo, no todos son del hospital ーaclaró Aliseー son papeleos de nuestra familia; identificaciones, cartas, actas también.
ーHablando sobre eso ¿Dalziel de verdad es vuestro hermano? ーpreguntó emocionado e interesado.
ーAsí es ーpara convencer al crío, Alise buscaba ciertos papeles en específico entre todos los que recargó sobre la mesa.
Shiner fue demasiado rápido y preciso con su visión; su madre buscaba los papeles de adopción de Dalziel descuidando todos los demás incluyendo retratos desgastados y demás, gracias a ello el rubio fue atraído por el retrato de alguien desconocido para él. Tomó en manos dicho objeto y lo observó atento.
ーMadre, ¿quién es él? ーindagó mostrando el retrato a su mayor.
Alise miró lo que cogió su hijo e impulsivamente lo arrebató para guardarlo. No se notaba molesta, sino nerviosa e incómoda.
ーNo es nadie, hijo... ーcarraspeó la garganta y ya encontrados los papeles de adopción, los alcanzó a su crío.ー Mirad, aquí está Dalziel a la edad en que mi madre lo adoptó.
Shiner no quitaba la vista de su progenitora, le parecía de verdad extraño que para algunas cuestiones actuara de esa forma tan impulsiva y fea; Alise pudo sentir esa mirada seria del ojiazul y sonrió tenuemente sin razón.
ーNo te puedo engañar, ¿cierto? Luna fue más inteligente y jamás preguntó al respecto a diferencia de ti ーintentó bromear un poco con su hijo y echó una pequeña risa con ver el gesto ofendido del rubio.ー ¿Recordáis la habitación del fondo?
ーSí ーrespondió recargando sus brazos en la mesa y continuó enlazando su vista con la de Alise.
ーEsa habitación era suya ーdejó de ocultar el retrato que quitó a Shiner y se lo devolvió,ー su nombre era Christen, un familiar nuestro muy cercano.
ー ¿¡Enserio!? ーpreguntó alegreー ¿Y dónde vive ahora? ¿Lo podremos ver algún día?
ーNo ーlo que podría ser un tema complicado, parecía cualquier cosa para Alise al explicar lo sucedidoー falleció hace muchísimo tiempo.
ー ¿Y por qué nos habéis prohibido a Luna y a mi entrar a su habitación?
ー ¿Preguntaste alguna vez a vuestra hermana qué le ha sucedido por curiosear ahí? ーcuestionó Alise elevando una ceja con egocentrismo maternal.
ーNo, pero... no veo nada malo en entrar; más retenemos mil demonios allí sin dejar que entre luz y sin limpiar ーcruzó sus brazos y dejó caer todo su peso en la silla.ー No lo digo yo, lo dice la metafísica ーagregó orgulloso.
ー ¿Qué clase de ideas andáis cargando? ーpreguntó la mujer con rechazo.ー No creo que sea tan buena idea entrar ahí ーcomentó con resignación,ー él era una persona extraña que dejó muchos males detrás.
ーYa... ーdijo confundido y miró el retratoー ¿Puedo conservar... la foto por unos días?
ー ¿Para qué la quieres? ーinterrogó la mayor.
ーVos lo habéis dicho; Luna es más inteligente que yo ーsonrió pillamente y se levantó de la silla para andar de vuelta a su habitación.ーNo os preocupéis, madre, no haré brujería con ella ーavisó antes de subir los escalones.
ー ¡Os daré una tunda por gracioso! ーexclamó Alise con enojo por el último comentario de su crío y bufó molesta al escucharlo reír.
Alise tenía actualmente problemas existenciales, pensaba muchas cosas y se hacía miles de preguntas a medias sin llegar a un punto de encuentro con lo que busca. En el preciso momento que volvió a estar sola, optó por conversar con Dalziel, a su parecer era el único que podría entenderla. Se levantó de la mesa y caminó a la sala para tomar el teléfono y rodar el marcador con la suerte de ser atendida con rapidez.
ーDiga.
ーDalziel... Hermano, espero no haberos despertado ーrespondió Alise.
ーNo hay problema, estaba despierto ーdijo el moreno amablementeー ¿Qué sucede?
ーTengo (...) Me siento algo mal... ーtomó asiento en el sofá y jugueteó con los rizos de su cabello.ー En estos días he pensado mucho sobre Christen... en mamá... En qué le habrá pasado a Christin... Estoy muy conmocionada.
ーEs natural que aún seamos afectados por eso; la muerte de Christen fue un shock para nosotros y lo que trajo consigo nos perseguirá por siempre ーDalziel aparentaba una postura de fortaleza ante su hermanastra.
ーY vos... ¿Creéis que de verdad nos engañó de esa forma tan cruda? ーcuestionó Alise con un dolor de garganta conducido al pecho.
ー...Eso no lo podremos saber jamás ーel moreno confesó después de un lapso en silencio.ー Realmente se ha llevado cada rastro y secreto suyo a la tumba.
ー ¿Y Handree...? ¿Él sabrá algo? ーagobiada, sostuvo su frente con una de sus manos.ー Dalziel... no podré estar tranquila hasta que lo saque de mi cabeza. Encontrarme con Aziz me hizo recordar cada fragmento de nuestro hueco... estoy cada vez más confundida sin saber nada de qué fue de los nuestros o de Gautier... Mis hijos preguntan tanto por su padre que se me acaban las excusas (...) ーel moreno la interrumpió.
ーAlise, tenéis que guardar la compostura ーordenó Dalziel.ー Sé que estás bloqueada y os sentís presionada, pero debemos pensar con madurez, ¿vale?
ー...Vale ーaceptó la rubia controlando su estado de explosión.
ーHaré por quedar con Handree e iremos a veros mañana ーplanificó Dalziel y prosigue a decir lo que sería una sorpresa para la mujer,ー pero no iremos a vuestra casa... iremos a la mansión que clausuró la iglesia ーpropuso con dificultad de decisión al momento de indicar sus planes.
ー ¿...A la mansión? No... no, no, Dalziel estáis (...) ーla rubia se sintió realmente consternada con el atrevimiento de su hermanastro.ー Eso es aún peor que venir aquí, yo no creo que sea buena idea y además (...) ーnuevamente se interrumpió ella misma,ー cariño...eso es una auto tortura. Os lo diré enserio, no quiero ir a nuestra mansión, allí pasaron muchas otras cosas que prefiero no mencionar. S-solo sé que no quiero ir allá ーfinalizó para rápido.
ーEstoy consciente de que ahí sucedieron muchas más cosas, pero si queréis arrancar esto de raíz para vivir en paz... os guste o no, las cosas se hacen bien y las raices están allí ーenfatizó Dalziel determinadamente.ー Igual que tú estoy afectado por esas herejías, pero ya os lo dije, las ramas no dejan de crecer a menos que arranquemos las raíces.
Alise meditó las palabras de su hermano un par de minutos, sabía que por más que buscara pretextos, él tenía algo de razón. Era hora de afrontar la zona de confort antes de morir en ella.
ーDe acuerdo ーaccedió la rubia con más intención de negarse.
ーVeréis que las cosas saldrán sin problemas. A pesar de todo, nuestra familia sigue creciendo y estamos aquí. Por lo menos, en memoria de los que se nos han quedado atrás... pongamos ya un fin a esto que nos cargó Christen desde que nació.
ー...Entiendo ーreplicó Alise.
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Los rastros de un cerebro bloqueado dejaron una taza de café a medio tomar sobre la mesa, el cenicero escupiendo colillas a montón y un charco en el suelo derramado directo de la cafetera, ésta excediendo el grano molido sin disolver por completo.
Camino al pasillo del departamento, en donde la puerta del baño iluminaba como única luz existente, se podían escuchar los jadeos exhaustos de Aziz, arrinconado en la ducha y empapándose con el agua helada de la regadera abierta; temblaba inquieto y arañando sus brazos hasta crear ríos carmesi, era como una bestia enjaulada la cual atacaría al primero en acercarse.
ー ¿Por qué regresaste? ¡No tienes derecho sobre mí! ーse reprochó él mismo respondiéndose enseguida con una carcajadaー no queréis que me vaya jamás, os asusta la soledad ーa esa respuesta, ya enfurecido, Aziz golpeó la pared de la ducha con su puño y reclamóー ¡¡Deja de burlarte de mí, carajo!!
En ese grito de euforia, la misma risa burlona que salió de Pekermarth fue audible desde su habitación, él no demoró en dirigir su pupila al oscuro epicentro del sonido y allí obtuvo contacto visual con su acosador; una figura grisácea y fantasmal asomando sus puntiagudos cuernos y sus brillantes ojos azules por la puerta. Pasaron segundos observándose uno al otro hasta que todo el cuerpo de Aziz cargó con un escalofrío en las venas, así presionó los ojos y se encogió en posición fetal repitiéndose nervioso "¡No hay nadie aquí... sólo son fantasmas!".
El ente volvió a bufarse y retrocedió adentrándose por completo a la habitación sólo para lamentarse con el vivo sonido de un animal moribundo, pero ese acto de tranquilidad se vio opacado por los bestiales golpes que rompieron las ventanas del departamento, una por una hasta llegar a la puerta de la habitación...lo que significaba que no demoraría en entrar a donde Aziz.
ー ¡Sólo son fantasmas! ¡No existen, están en mi cabeza! ーdecretaba ansioso antes de salir huyendo eufórico al otro extremo de la ducha gracias al brutal golpe contra el espejo que dispersó fragmentos de vidrio por todo el suelo.
Los ataques cesaron ahora siendo el ruido de pezuñas corriendo por todo el departamento como si arrearan a una cabra, era espeluznante oírle correr frente al baño varias veces y no ver absolutamente nada, pero lo más aterrador y preocupante... fue un chiteo desde la entrada del baño.
ー...Sólo son fantasmas... no hagas caso ーintentó convencer a su cerebro de estar solo y sin mirar a lo que sea que buscaba su atención.
El chiteo volvió a repetirse sin ser obedecido, acto que enfureció al espectro dando un brutal azotón en la puerta sin dejar más remedio que dirigir la vista hacia él; tembloroso y pálido del miedo, Aziz cogió valor no encontrando visualmente al demonio, sino sintiendo los fétidos brazos de aquel rodeando su cuerpo y su erizante aliento a un costado de su rostro.
No hubo tiempo de gritar ni suplicar, el peliazul terminó por escapar del departamento corriendo sin freno alguno e ignorando también que una luz roja parpadeante se encendió en la mirilla de la puerta.
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Elian perdía el sueño en el silencio de su habitación, el segundero del reloj era lo único que acompañaba la lluvia; todo iba tranquilo sin esperar que, tal cual un demente, alguien gritaría su nombre desde las inundadas calles nocturnas.
Inmediatamente después de escuchar el llamado, el pelirrojo se levantó de la cama para asomar su vista por la ventana intencionado a corroborar que Aziz le pedía ayuda... y en efecto era él, deambulando como un perro callejero sin rumbo.
Aziz corrió a los brazos del mayor sin dejarlo abrir por completo el portón que rodea los departamentos de la cuadra, deseaba con descontrol abrazar su única luz de salvación.
ー ¡Aziz! ¿Qué sucede? ¿Por qué caminas con esta lluvia tan fuerte? ーElian regañó al menor más de preocupación que de molestia.
ー ¡No me dejes ir de nuevo! ¡No me lleves con ellos! ¡Por favor! ¡Diles que se callen! ¡Aléjalos de mí! ¡Ya no los soporto! ーsuplicaba aún dentro de un trance de miedo.
ー¡¡Tranquilízate!! ーexclamó el pelirrojo y correspondió con fuerza el abrazo.ー De acuerdo, no te dejaré ir otra vez, pero tienes que calmarte porque no te entiendo.
ーLes miro de nuevo, Elian. Me atormentan otra vez ーconfesó un poco más tranquilo y acorrucándose en los brazos de Elian.
ーVen, vamos adentro ーindicó y llevó consigo al peliazul después de cerrar el portón.
Transcurrieron un par de horas desde la llegada inesperada de Aziz, él había decidido tomar lugar en la cama de Elian sentado y con las rodillas de soporte para su rostro ya que no quería dar cara para nada, sólo aceptó una camisa limpia y seca y el cabello empapado mas no usar pantalones quedó sin importancia.
Elian estaba al pie de la puerta observando al menor, sentía tristeza al darse de cuentas que Dalziel tenía razón; aunque le costaba admitirlo, el casi albino carecía de cordura y a veces parecía dar esfuerzo por demostrarse un loco... o eso era lo que pensaba en un inicio.
ーAziz... ーllamó dudoso de lo que pensaba preguntar, pero cuando fue atendido visualmente prefirió callar,ー ...ah... Olvídalo ーoptó por mejor acercase y sentar su cuerpo a un lado del mozo, al hacerlo, su vista se conectó con la del segundo hasta el punto de mirarse fijamente.ー Por ahora intenta estar tranquilo, deja lo que se quedó allá. Ya que estás aquí, no hay razones de preocuparse.
ー...Eso intento ーafirmó el menor con un inexpresivo hilo de voz.ー Me siento mucho mejor contigo.
Las últimas palabras que dijo Aziz contagiaron a Elian sonreír, pues a pesar de los problemas que se presentaron, un sentimiento egoísta creció en él por la quietud que generó estar los dos a solas, sin interrupciones en lo absoluto. Todo parecía perfecto para por fin compartir lo inquietantes que eran tantos cambios entre los dos.
ー ¿Qué te tiene tan mal? ーpreguntó con seriedad y brindando toda su atención a la respuesta.
ー ¿...Por qué es importante saberlo? ーAziz cuestionó no con egoísmo, sino demostrando que le impresionaba tener atención.
ー ¿Por qué no lo sería? ーexpresó un gesto de incomprensión y devolvió la preguntaー me preocupa saber las razones de que cambiaras tanto ーluego de su discurso, cruzó sus brazos frunciendo el entrecejoー y agradece que no te he regañado por haberle tomado el gusto a fumar. Estuve cerca de meterte ese cigarro por la boca.
Tras ese sermón, Aziz no se contuvo a reír apenado.
ーPues no lo sé... ーinició jugueteando con sus propias manos y con una mirada cabizbajaー normalmente intentaba decir algo sobre esto, pero me decían que lo imaginaba, me gritaban o castigaban... y es que aparte de todo, supuestamente mis alucinaciones me hacen actuar agresivo, entonces lo que hacían era darme calmantes y encerrarme. Lo peor no querrás saberlo.
ー ¿...Quién te hacía todo eso? ーsu molestia quedó más marcada no sólo por la respuesta que obtuvo, sino que, al no apartar sus ojos del contrario, bien podía sentir su timidez e inseguridad.
ーEn realidad... ーtras sus palabras dejó un largo y cansado suspiro, después prosiguió,ー quisiera ya no hablar de eso... Me hace sentir muy mal.
ーEntiendo ーaceptó con una muy apenas visible sonrisaー pero no olvides que aquí estoy para ti. Incluso si ya deseas que me vaya y te deje solo, lo haré.
ーNo sé si quiero estar solo o no... solo sé que tengo miedo ーAziz respondió con honestidad.
ーAquí estás seguro. ーafirmó por último y se dispuso a levantarse de la cama.
ー ¡No! Elian, espera ーcon un poco de ansiedad, se incorporó de rodillas en la cama para pillar a Elian de la mano.ー No me dejes... perdóname. A veces soy imbécilmente inestable.
ーTranquilo, sólo fue una sugerencia. ーaferró sus dos manos a la que Aziz enganchó en él.
ー ¿No te... molesta estar cerca de alguien como yo?
ー ¿A qué te refieres?
ーA que un enfermo mental tiende a ser problemático y una carga tediosa.
Elian se quedó callado. No soportó el ruido dentro de su cabeza tras lo que sus oídos estaban escuchando, pero se pregnó a su coraje y, con el pecho palpitando por la impotencia que sentía, se esforzó por sonreír.
ーAziz, lo que más deseaba cuando conseguí enteder que estoy aquí, es volverte a encontrar.
Aziz permaneció enteramente mudo.
ー ¿Y sabes qué es lo más irónico de todo esto?
El joven frente a Elian aun no podía reaccionar, sentir emociones cálidas otra vez después de haberse extinguido hacía mucho tiempo lo inquietaban de manera extraña, pero maravillosa.
ーCuando nos encontramos en el bar... sin tener idea en un principio de quién eras tú, me hiciste querer estar contigo.
La vista esmeralda de Aziz comenzó a cristalizarse gradualmente mientras observaba a su alma gemela hablar, pues la melancolía que sentía era demasiada.
ーNo vuelvas a pensar que me molesta tu presencia ーsostuvo con fuerza la pálida mano del peliazul,ー creo que es más doloroso para mi que para ti el sólo mencionarlo.
ーNo me estás mintiendo, ¿verdad? ーpreguntó soltando sus ácidas lágrimas.
ーNo seas tonto, nunca te he mentido.
Aziz sonrió tiernamente y acarició la frente de Elian acomodando su desordenado cabello provocando en ese instante uno de los momentos más cálidos para ambos. Se sintió enormemente lleno con las palabras del pelirrojo, habían sido tan cálidas que fue imposible no sonreír sonrojado, y por parte de Elian, notar a su menor ruborizando gradualmente con un brillo encantador en su mirada, le hacía palpitar rápidamente su pecho, si alguien lo enjuiciara de morir loco por el peliazul... aceptaría que la condena fuera perpetua.
ーGracias, Elian ーcompartió mientras recargaba su rostro en el pecho de su pareja.ー Estoy feliz de volver a verte... me hacías mucha falta.
El mayor únicamente estiró sus brazos para rodear a Aziz con ellos y atraerlo hacia él en un abrazo, creía que ya no había nada más por decir, suponía que las palabras ya eran innecesarias, eso hasta que necesitó hacer una promesa.
ーNo te dejaré solo ーechó todo su peso atrás para recostarse ambos sin deshacer el abrazo.
Ahí Aziz se dejó recostar, sin embargo, reacomodó su cuerpo para no perder de vista al mayor, pues estaba buscando analizar si le respondería sus dudas con sinceridad.
ー¿...Me lo prometes? ーpreguntó el menor con una mirada de profundo temor.
ーNo necesito prometerlo, ya me lo había propuesto ーcorrespondiendo la mirada, acarició el rostro de Aziz con ternura, acomodó su desordenado y mojado cabello cielo detrás de su oído y besó su mejilla.
El corazón del peliazul sintió ser abrazado con extrema calidez, sus pulmones respiraron de una forma tan fluida y llena que únicamente quiso cerrar los ojos dejándose llevar por sus emociones, pudo notar su rostro calentándose al sonrojarse, sus latidos eran inquietos, como si mandaran señales de emoción por buscar hacer algo que aún no descifraba.
ーRecuerdo que hubo algo en ti que me gustaba mucho mirar ーcomentó Aziz repentinamente y con una sonrisa traviesa.
ーNo tengo idea de qué es ーcontestó Elian sin pensar, pero honestamente.
ーDebe estar por aquí ーdejó caer su dedo índice en el pecho del pelirrojo, justo del lado izquierdoー ¿Has olvidado lo que significa tu marca?
ーSi. Todavia no recuerdo nada de eso ーcontestó.
ーNo importa, no deja de gustarme como luce en ti ーdijo con el atrevimiento de desabrochar los botones superiores en la camisa del mayor.
Aziz miró cicatrices que no recordaba, miró marcas que le obligaron a acariciarlas para recobrar consciencia de por qué están ahí, después prestó atención al tatuaje negro de un sol que abarcaba todo el contorno cardiaco de Elian, ese "algo" que, desde que pudo ver hacía años atrás, le gustó.
Las suposiciones de Elian se cumplieron, bastó con saber cuánto se extrañaron uno al otro para dar el siguiente paso una vez más. Los niveles de atracción que sentía Aziz por el caucásico joven desataron su testosterona como champagne añejado gracias a un repentino beso dominante de parte del pelirrojo, si al conocerle recién, Aziz gustaba de su actitud imponente y fuerte, enloquecía con ser víctima de esa firmeza en las caricias y besos que recibía placentero, creía que su cerebro ya no podía enfermarse más, pero estaba equivocado.
Seat 850: también conocido popularmente como ocho y medio, es un automóvil del segmento B producido por el fabricante español SEAT bajo licencia de Fiat y basado en el Fiat 850.
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