Temporada 2, capítulo 1: "Acciones del presente" (+18)
Pasado un mes del evento de confraternidad, las cosas en la ciudad león se desarrollan con normalidad, pero eso no es de importancia ahora, siendo las 6 de la mañana, en la casa de Longtooth, en su habitación, se mostraba una cama algo desordenada y con algo de polvo, por la simple razón que ya hacía tiempo que nadie dormía en ella, pero y ¿dónde estaba Longtooth?, pues estaba muy cerca, o mejor dicho estaba al lado, en la casa de Leónidas, muy acurrucado con su lencito de melena naranja, en una cómoda y cálida cama.
Longtooth abrazaba a su leoncito, olía el aroma de la melena naranja y sonreía, aun estando dormido, mientras Leónidas también dormido, se veía que estaba muy cómodo, ambos ahora esposos, en secreto claro, reposaban. De pronto llego revoloteando un pequeño pájaro, que entrando por la ventana, se posó en esta y empezó a silbar.
-Leónidas: (Voz baja) Mmmm....
Leónidas se movió un poco, pasando su cabeza por la suave almohada y moviendo un poco a su dormido esposo, la pequeña ave seguía silbando, lo que finalmente motivo el despertar de nuestro león de melena naranja.
-Leónidas: (Pensando) (Abriendo los ojos) uhh, ese sonido, (alzando un poco la mirada) que es... (Aclarando su vista) uhh, un ave...olvide cerrar la cortina...uhh, ¿qué hora es?
Leónidas lentamente saco su brazo de la manta que lo cubría y tomo el reloj sobre la repisa.
-Leónidas: ¡Cielos otra vez no!...Longti, nos quedamos dormidos de nuevo.
Leónidas se destapo y ni bien dejo el reloj en su repisa, empezó a mover a su esposo, el cual parecía no querer hacer caso.
-Leónidas: Vamos Longti, es más de la 6 de la mañana, tenemos menos de una hora para la guardia, rayos, ¿porque siempre es difícil despertarte?
-Longtooth: (Hablando dormido) Uhh...solo un rato más sargento, el entrenamiento aun no comienza.
-Leónidas: ¿Sargento? Uhh otra vez soñando con su juventud, vamos Longti, ni modo.
Leónidas se acercó al rostro de su Longti, le acaricio delicadamente la mejilla y dijo.
-Leónidas: (Voz alta) ¡¡¡despiertaaa!!!
Longtooth se despertó asustado...
-Longtooth: La guerra ya empezoooo, espera, que paso, que paso, Ay, Leoni, que manera de despertarme es esa.
-Leónidas: (Saliendo de la cama) Lo siento, pero ya es tarde, vamos límpiate y cámbiate, ya no tenemos tiempo para desayunar.
-Longtooth: (Bostezando) Ohhhh... relájate, tenemos tiempo, olvidas que estas con el jefecito, leoncito.
-Leónidas: Y tu olvidas que aun así, el jefe responde ante el rey, así que (lanzándole una toalla en la cara, vamos límpiate.
-Longtooth: (Sacándose la toalla de la cabeza) uhh que responsable, adoro eso de ti, espérame vamos a ducharnos juntos como siempre.
Longtooth salió de su cama, estaba desnudo como era típico, al igual que Leónidas quien se tapó con una toalla y entro al baño, seguido de su Longti.
En el templo león, en una de las áreas de administración, algunos miembros del consejo de ancianos empezaban a ordenar sus papeles para llevarlas a la sala principal, mientras los soldados de la guardia de la noche se preparaban para retirarse cuando se formaron en fila ni bien apareció el rey Lagravis.
-Guardia de la noche: ¡Buenos días Rey Lagravis!
-Lagravis: Buenos días.
Lagravis caminaba algo distraído, se notaba algo pensativo, pero tal expresión cambio cuando empezaron a llegar los ancianos trayendo el papeleo, así como llegaban los guardias de la mañana y se retiraban los de la noche.
En la casa de Leónidas este terminaba de vestirse, mientras Longtooth sentado en la cama ya vestido admiraba a su leoncito de graciosos dientes.
-Longtooth: Podrías agacharte más Leoni, adoro ver ese lindo trasero y esa cintura que me pone duro (sonrisa).
-Leónidas: (Colocándose su banda) Longti, deja esas cosas, y prepárate para salir.
-Longtooth: Yo ya estoy listo, aunque con algo de hambre.
-Leónidas: No hay tiempo, ya casi son las 7 de la mañana.
-Longtooth: Bueno, entonces te puedo comer a ti (sonrisa pícara) un bocado al menos.
Dijo este león de melena marrón quien levantándose de la cama abrazo a su joven esposo para darte una lamida en el cuello.
-Leónidas: Longti, ahh basta, eres tan enérgico, cre...creo que queda algunos panes de ayer, hazme recordar que vaya por comida de regreso.
-Longtooth: Si yo también estoy sin suministros, pero esos panes servirán de algo, aún están frescos.
-Leónidas: Cómelos en el camino, vamos...
Leónidas salió primero de su casa y observando a sus alrededores dijo...
-Leónidas: No hay nadie, saldré primero...
-Longtooth: Bueno, yo te espero, mientras duermo un poco más.
-Leónidas: Chistoso...
Saliendo raudamente de su casa, Leónidas avanzo con un pan en su boca, luego de unos segundos salió Longtooth llevando su lanza y también con un pan en su boca, típico gesto de anime por cierto; como sabemos nadie sabe de su relación así que deben mantener cuidado que nadie los vea salir juntos de la misma casa. Así ambos empezaron a caminar rápidamente con dirección al templo.
Al llegar y ya habiendo comido sus panes, vieron al rey Lagravis sentado en su trono, revisando el papeleo.
-Longtooth: Buenos días Lagravis, ¿estamos ocupado hoy?
-Leónidas: Buen día mi rey.
-Lagravis: (Revisando un pergamino) Uhh, si ocupado, por favor prosigan con su trabajo.
Lagravis estaba concentrado en su trabajo, al parecer relacionado con los resultados del evento de confraternidad y otros asuntos importantes, algunos ancianos lo rodeaban, tomando papeles para dárselo al rey.
-Leónidas: Iré por mi lanza comandante.
-Longtooth: De acuerdo, muy bien, el grupo de guardia de la mañana ya está ubicado (a los soldados de guardia, en voz alta y autoritaria) Buenos días jóvenes.
-Guardia de la mañana: ¡Buenos días comandante!
-Longtooth: Buena guardia el día de hoy, espero un buen trabajo.
-Guardia de la mañana: ¡Entendido comandante!
Con esta respuesta Longtooth asintió la cabeza y avanzo a paso firme demostrando su grado de comandante hacia la entrada del templo, Leónidas reapareció llevando su lanza para seguirlo.
Entre los soldados de la guardia de la mañana, estaba Luxuro quien sin dejar de ver a Longtooth, parecía mostrar algo de impaciencia.
En pocos segundos nuestros protagonistas estaban en la entrada del templo, haciendo su tan acostumbrada guardia mañanera.
-Longtooth: (Bostezando) estos viejos huesos necesitaba más tiempo de descanso.
-Leónidas: Eso te pasa por no dormir bien, (sonriendo, en voz baja) pervertido.
-Longtooth: (Sonriendo, voz baja) para la próxima, más temprano nos ponemos a jugar, ¿qué dices?
-Leónidas: (Sonriendo) Luego te respondo, por ahora cumplamos con nuestro trabajo.
Llegando a la sala principal y acomodándose la melena, el joven príncipe Laval se veía emocionado, al parecer iba en una cita a ver Li'ella, en la nueva tribu tigre.
-Laval: Buenos días papa, te veo más tarde.
-Lagravis: (Dejando de ver su papeleo) ¿A dónde vas Laval?
-Laval: A ver a Li'ella, ya sabes.
-Lagravis: Necesito que estes aquí temprano Laval, hay asuntos que necesito que aprendas.
-Laval: (Arreglando su corona) si papa ya se, regreso rápido.
-Lagravis: (En voz alta) ¡¡Laval!!!
-Laval: Auch.
Lagravis alzo la voz, en tono algo molesto, los ancianos también se sintieron algo incomodos, pero sobretodo Laval.
-Lagravis: Laval, si te digo que regreses rápido es una orden, tienes aún mucho trabajo, recuerda que algún día serás rey y cualquier acción y decisión tuya repercutirá en la tribu, así que regresas rápido, me oíste.
-Laval: (Algo apenado) si...padre.
-Lagravis: Bien, ya puedes retírate.
Laval se retiró algo incómodo, y uno de los ancianos león le pregunto al rey.
-Anciano león: Mi rey, ¿no cree que fue algo duro?
-Lagravis: Lo sé, pero no puedo dejar que falte a sus responsabilidades, no...no quiero que se arrepienta de sus acciones, hay cosas que como rey debo hacer, y debo corregir.
-Anciano león: ¿Corregir?
-Lagravis: Uhh, sigamos con la inspección, estos documentos deben ir al área de diligencias, quiero que todas las tribus estén al tanto, haga llamar a Lurmando.
Una media hora después.
En la entrada del templo Leónidas se mantenía concentrado en su guardia, aunque no dejaba de sentir que lo observaban, era algo molesto pero ya era costumbre, no por nada Longtooth había retrocedido unos pasos, con el objetivo de admirar a su leoncito, esa mirada disimulada era lo que sentía Leónidas.
-Leónidas: (Suspiro) Ahh, nunca cambias...Uhh parece que el príncipe ya se fue de paseo de nuevo.
-Longtooth: Ese niño, seguro ah de estar yendo a ver a su novia.
Decía Longtooth, mientras él y Leónidas veían a lo lejos, a Laval en su speedor con dirección oeste.
-Leónidas: Vaya vida que lleva el príncipe (mirando al otro lado) también el grupo de diligencias tiene trabajo por lo visto.
Dijo Leónidas al ver que un grupo de soldados montados en sus speedors iban saliendo de la ciudad liderados por su jefe de área, Lurmando.
-Longtooth: Trabajo, solo hacen de mensajeros, a decir verdad ese Lurmando tiene el trabajo más fácil, míralo como sonríe mientras lidera su grupo, niño bonito que se cree, el rey debe haberlo enviado en alguna diligencia.
-Leónidas: Es su trabajo después de todo, seguro...
De pronto un soldado de la guardia apareció detrás de ellos.
-Soldado león: Disculpe comandante, pero el rey requiere del señor Leónidas.
-Longtooth: ¿Leónidas?
-Leónidas: Entiendo, enseguida voy.
-Soldado león: Entendido.
Dijo el soldado al retornar al templo.
-Longtooth: ¿Y que querrá Lagravis contigo?, si yo soy su consejero, uhh tal vez va a darte un ascenso (sonrisa) ya era hora.
-Leónidas: Si me diera un ascenso ¿eso no te quitaría trabajo a ti? , eres comandante del ejército y jefe del área de guardia, un ascenso para mi implicaría ser el nuevo jefe de guardia y tú te quedarías con el trabajo de comandante solamente y ya no harías guardia conmigo.
-Longtooth: Rayos, olvide eso, espero entonces que no sea eso, mejor voy contigo.
-Leónidas: El rey solo me llamo a mí, además no podemos dejar la entrada sin guardias, por eso el rey me necesita solo a mí.
-Longtooth: Descuida.
Ambos leones dejaron su puesto y entraron al templo, pero Lagravis no estaba en la sala principal.
-Longtooth: ¿Donde se fue Lagravis?, ah claro, (en voz alta) soldado Laugarde.
Uno de los soldados de la guardia rápidamente salió de su posición y se paró en frente de Longtooth.
-Soldado Laugarde: Si señor.
-Longtooth: Estaremos dejando nuestra posición por unos minutos, vaya y reempláceme.
-Soldado Laugarde: Si señor.
Dicho esto el soldado avanzo raudamente fuera del templo, en ese momento apareció un anciano león llevando un pergamino.
-Anciano león: Allí estas Leónidas, Lagravis quiere verte, lo siento Longtooth, pero el rey me pidió que solo Leónidas fuera con él, está ahora en su oficina, tenga señor Leónidas (dándole el pergamino) lleve esto al rey.
-Longtooth: Si solo era llevar un pergamino por qué no lo hace un soldado.
-Anciano león: El rey quiere que sea Leónidas.
-Leónidas: Basta comandante, si esa es la orden del rey, así será acatada, entonces voy a verlo.
-Longtooth: Yo voy también.
-Anciano loen: El rey dijo que solo quería ver a Leónidas, fue muy claro en ello.
-Longtooth: Uhh, no me incluye, aun así, disculpe mi insolencia señor, pero iré de todas formas.
-Anciano león: Si es su decisión comandante y acepta las consecuencias, prosiga entonces, tengo trabajo que hacer, con su permiso comandante, sub comandante.
El anciano león se retiró.
-Longtooth: Vamos entonces.
-Leónidas: Estas seguro, el rey dijo...
-Longtooth: Vamos dije.
Ambos leones salieron de la sala principal, y entraron al pasillo este con dirección a la oficina del rey, Luxuro nuevamente no dejaba de ver a Longtooth.
Leónidas llevando el pergamino trataba de avanzar más rápido.
-Longtooth: Espera Leoni.
-Leónidas: Comandante, quiera o no tengo que seguir la orden del rey, no quiero que lo vea a usted, sé que su relación con él es fuerte pero quiero seguir las ordenes a la pata de la letra.
-Longtooth: Uhh entiendo.
Longtooth se detuvo, Leónidas pensó que su comandante había entendió y lo dejaría ir solo, pero ni bien reanudo su camino sintió que lo tomaban de la pata y lo jalaban con fuerza hacia un rincón del pasillo, donde había una ventana y dos antorchas...
-Leónidas: Comandante, que hace, tengo que...uhhhh.
Con un fuerte beso Longtooth callo a su Leoni y lo arrincono en esta esquina, luego soltó sus labios y antes que Leónidas dijera algo, su maduro león apago las antorchas dejando casi en la oscuridad esta esquina, pues la ventana era pequeña y no entraba mucha luz.
-Leónidas: (Voz baja) Longti, que haces el rey...
-Longtooth: (Voz baja) Lagravis puede esperar, me fascina como acatas las órdenes, eso me pone más caliente que nunca, vamos a jugar un rato.
-Leónidas: (Voz baja) Longti, no debemos...uhhhh
Otro beso para callarlo, Leónidas quería detenerlo pero su comandante era más fuerte, no pudiendo evitar que este metiera su pata por debajo de su túnica para empezar a bajarle la ropa interior. Luego con rapidez Longtooth volteo a su Leoni, lo apego a la pared, le tapó la boca con una pata y lo empezó a penetrar, usando su otra pata para masturbarlo. Leónidas quería parar pero hábilmente su Longti había puesto sus brazos en su espalda par impedir que los usara para soltarse.
Leónidas no negaba que se sentía bien, pero no era el momento, para nada, alguien podría pasar, y escucharlos, no a Leónidas pues estaba impedido de hablar, sino a los ligeros gruñidos de pasión de Longtooth mientras metía su hombría en su Leoni.
-Longtooth: (Voz baja) Que rico, necesito esto, te gusta Leoni.
-Leónidas Uhhhhh (pensando) me gusta, pero Longti, no debemos, si tan solo comprendieras, oh lo saco, tal vez ¿Uh?
Longtooth saco su miembro, pero cuando Leónidas pensó que había acabado, su maduro león lo volteo de nuevo y lo empezó a agachar diciendo...
-Longtooth: (Voz baja) Leoni, dale un probadita, solo una, si leoncito.
-Leónidas: (Voz baja) Longti, estás loco, ya te dije...ahhh
Longtooth empezó a chocar su miembro en la cara de su Leoni, ese grande y largo miembro de maduro macho león que ya conocemos y que adora Leónidas, palpitaba.
Leónidas: (Sonrojado) como logras salirte con la tuya.
Dijo Leónidas quien tomo este miembro son su pata y empezó a lamerlo, para luego empezar a chuparlo.
-Longtooth: (Voz baja) Ahhh...eso es, vez te gusta, Lagravis puede esperar, date un tiempo para degustar de lo que tu esposo te ofrece.
En pocos segundos Leónidas aumento más su trabajo, agarrando con ambas patas este miembro de león maduro para meterlo más en su boca, llegando gasta su garganta, una garganta acostumbrada a esto.
Longtooth quien en todo momento no quitaba la mirada de su Leoni en plena faena, sonreía y pasaba sus patas por las mejillas de su joven esposo. Por suerte nadie pasaba, y la oscuridad de la esquina era un buen camuflaje.
-Leónidas: (Pensando, chupando) Yo y mi debilidad, pero el rey, tengo que apresurar esto.
Leónidas empezó a chupar más rápido y más rápido, pasando su lengua por donde podía, tratando de rodear este poderío de león en su boca cuya punta se notaba en su garganta, hasta que su Longti dijo:
-Longtooth: (Voz baja) Ahh, ya, ya sé que tienes prisa, ahí, ahí, va Leoni, tu recompensa por un buen servicio.
Leónidas escucho esto y sintió como empezaba a fluir esa recompensa, pasando por su garganta, ese espeso y meloso líquido que entraba en él, para nada sacaba el miembro de su boca, pues no quería ensuciarse, quería que todo entrara y nada lo ensuciara, finalmente Leónidas dejo de sentir que salía, y empezó a sacarlo de la boca, tratando aun de evitar que no saliera nada.
-Longtooth: (Algo cansado, voz baja) listo, vez fue rápido, te lo tragaste todo como me encanta, rico verdad, eso es Leónidas, límpialo todo.
-Leónidas: Espero estés satisfecho (lamiendo el miembro de su esposo) ya está, unas lamidas más y está limpio, ¿ahora si me vas a dejar ir solo?
-Longtooth: Autorizado mi leoncito, te espero aquí.
Pasaron unos minutos más y en la oficina del rey, Lagravis, sentado en su escritorio, con la luz del día entrando por las ventanas detrás de él, escribía una especie de carta, se seguía viendo pensativo, cuando se escuchó que tocaban la puerta.
-Lagravis: Pase.
-Leónidas: Me mandó llamar mi rey.
-Lagravis: Leónidas, si por favor, pasa.
El joven león entro y agacho la cabeza.
-Leónidas: Perdone la demora mi rey (pensando) ese pervertido, por suerte logre zafarme.
-Lagravis: No hay cuidado, toma asiento por favor, ¿tienes el pergamino?
-Leónidas: Si señor (mostrándolo)
-Lagravis: Por favor, ábrelo y léeme lo que dice.
-Leónidas: ¿Ok? (abriendo el pergamino, pensando) esto es un extracto de la ley de jefes de área.
-Lagravis: Léelo.
-Leónidas: oh si disculpe (leyendo) Ley de jefes de área, Capitulo 5, sección 2, normas de convivencia.
Todo miembro león que dirija un área específica, siendo el jefe y/o subjefe debe mantener una formal conducta en todo momento, desde el comienzo de su trabajo hasta el término de este, estando prohibido cualquier acto que vulnere el buen desarrollo de las actividades de la tribu.
-Lagravis: Detente ahí, dime Leónidas, ¿que entiendes con eso?
-Leónidas: Todos los jefes y subjefes de área deben tener una buena conducta en bien de la tribu, sin cometer falta alguna.
Lagravis en todo el tiempo que había hablado con Leónidas no dejaba de escribir, pero ni bien Leónidas le termino de dar su comprensión del pergamino, se detuvo y dejo a un lado la pluma con la que escribía, para luego poner ambos codos sobre el escritorio, unir su patas como en señal de rezo y apoyar su mentón en estas garras unidas, se veía serio.
-Lagravis: ¿Eso es lo que entiendes Leónidas?
-Leónidas: Si mi rey (pensando) ¿porque tengo un mal presentimiento?
-Lagravis: (Suspiro) ahhh si eso es lo único que entiendes, por favor, deja el pergamino sobre el escritorio y retírate.
-Leónidas: Entendido...señor.
Leónidas algo confundido, se levantó de su asiento y empezó a caminar a la puerta, pero cuando la abrió, Lagravis dijo algo más.
-Lagravis: Leónidas.
-Leónidas: Si mi rey.
-Lagravis: Dile a Longtooth que venga, quiero hablar con él.
-Leónidas: Si señor.
Ni bien Leónidas salió y cerró la puerta, Lagravis se levantó de su asiento, tomo el pergamino, pero empezó a arrugarlo, ¿porque hacia esto a una extracto de las leyes que el tanto cuida?, no se sabía, pero sea lo que sea, algo andaba mal, después de todo el rey avanzo hacia su ventana, mirando el bello paisaje, mas no se veía nada feliz.
Continuara....
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