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Capítulo 6

  Así paso el día sin ninguna novedad, bueno aparte de la interesante historia de Longtooth, la que lamentablemente fue interrumpida, pero aun así fue un día relativamente aburrido, sobre todo para Longtooth, mientras que para Leónidas fue también un día difícil, al no poder olvidar las eróticas imágenes de su amado león, lo que le impedía declarársele y, y más que Leónidas tenía miedo de lo que pudiera decir Longtooth.
Ya entrada la noche y después del cambio de guardia, Leónidas se disponía a ir a su casa tratando de pensar en cómo iba a ser su confesión, además también estaba muy cansado, sin embargo Longtooth lo detuvo.
-Longtooth: Hey chico adónde vas.
-Leónidas: Disculpa Longtooth estoy un poco cansado.
-Longtooth: Oh vamos, un león joven como tú, como dicen la noche es joven.
-Leónidas: Estas muy animado, puede ser por la historia que estuviste contando, pero ahora inclusive no estoy de humor de escucharla.
-Longtooth: No me refería a eso, el hecho es que Lennox y los de más guardias quieren pasar un rato para jugar cartas y beber unas cuantos refrescos, una noche de juegos, que dices.
-Leónidas: Vaya Longtooth (de manera burlona) vaya que estas lleno de energía, (suspirando) bueno está bien, pero solo un rato.
-Longtooth: Excelente, me alegra que aun disfrutes tu juventud jaja, bueno vamos Lennox nos espera.
Entonces ambos fueron al encuentro con Lennox y los demás, fueron a una de las salas que se encontraba en la parte baja del templo, esta era una zona en la que los guardias se entretenían un poco haciendo cosas que les gustaban.
Al llegar Longtooth y Leónidas, Lennox se encontraba sentado en una gran mesa junto con otros guardias, Lennox tenía en sus manos una baraja de cartas lista para jugar, cabe decir que uno de los juegos favoritos de los guardias era el póker, les encantaba apostar, además era divertido ver quien se quedaba sin dinero más rápido, en la mesa ya habían varias fichas y bebidas además de bocadillos para pasar una buena noche de juegos. Así Longtooth y Leónidas se sentaron, Leónidas no era del tipo de león que le gustara apostar, no era de la idea de gastar su dinero en juegos, pero para ser un rato, y que le dijeran aburrido o aguafiestas se dio un momento para participar del juego.
Así durante la noche, entre risas, jugadas, bebidas, intercambio de fichas, los guardias se entretenían, después de todo estar como guardia todo el día era de por si cansado.
El juego se desarrollaba de manera divertida, como se dijo era divertido quien tenía mala suerte, el mejor al parecer era Lennox quien ya había ganado varias manos despojando a algunos guardia de sus monedas, inclusive a su lado ya había una gran pila de ficha, Lennox era muy hábil o muy astuto para jugar cartas, no perdía ninguna vez, siempre le tocaban buenas cartas, por otra parte Longtooth que aunque era viejo y se supone con experiencia en los juegos, la suerte no le favorecía esa noche, y también perdía dinero, apenas le quedaban algunas fichas para continuar apostando, Leónidas por su parte se mantenía lo que podría decirse neutral, su suerte no era tan buena pero, de vez en cuando le tocaban buenas carta para solo para mantenerse a flote en el juego, mientras otros leones se quedaban rápidamente sin fichas y sin dinero, y terminaban por tomarse y beberse las bebidas y bocadillos que había, Lennox como se dijo era el de la suerte esa noche.
Así pasado un buen rato, y ya casi siendo media noche, algunos guardias se retiraron y no por que se aburrían sino por ya no tenían con que apostar, además del sueño, Longtooth tampoco, ya se había quedado sin dinero, sin embargo se quedó ya que Leónidas a su pesar ya que él también quería irse, aún seguía en juego, de hecho, solo él y Lennox continuaban, no solo eso solo Leónidas, Lennox y Longtooth seguían en la mesa, los demás leonas ya se habían ido, además ya no había mas bocadillos en la mesa.
-Longtooth: Vamos Leónidas saca una buenas cartas, vence a ese petulante de Lennox
-Lennox: Hey estoy aquí anciano, bueno, (sonriendo) Lo siento Leónidas, has aguantado hasta ahora pero aquí el de la suerte soy yo, y (mirando sus cartas) creo que este juego ya se acabó.
Leónidas miraba sus cartas, aun le quedaban fichas, pero el sinceramente ya no quería jugar, mientras pensaba miro a su lado, solo Longtooth lo observaba con una mirada de entusiasmo para vencer a Lennox, Leónidas no pudo evitar sonrojarse un poco, su amado león tenía confianza en él, esto hizo que esos sentimiento que tuvo en la mañana de pronto volvieran, Leónidas ya no pudo soportar más estar ahí.
-Leónidas: Este...disculpa Lennox tengo que irme un rato.
-Lennox: Que, aún no has mostrado tus cartas, no me vas a dejar colgado aquí, solo déjame vencerte y después te puede ir, o es que necesitas ir al baño.
-Leónidas: (de espadas hacia Lennox y Longtooth), no te preocupes solo voy a tomar algo de aire, este juego me ha dejado un poco tensionado, y..... bueno también iré al baño ya que lo mencionas.
Así Leónidas se retiró rápidamente dejando sus cartas volteadas en la mesa.
Lennox trato de ver entonces las cartas, pero Longtooth no le dejo.
-Longtooth: Hey no seas trampozo.
-Lennox: Que...solo quería acomodarlas un poco, no hago trampas.
-Longtooth: Si claro, eso de la suerte me parece un poco sospechoso, además como puedes mentirle así a tu superior.
-Lennox: Ok, ok no te estoy mintiendo, solo que odio esperar.
Mientras esperaba Lennox comía los últimos bocadillos que quedaban en la mesa, pero no se suponía que ya no había nada en la mesa para comer, sin embargo Lennox muy astutamente y sabiendo que se iban a acabar rápido los bocadillos escondió algunos en su túnica, estos eran los que estaba comiendo.
Luego de un rato y al ver que Leónidas demoraba un poco, Longtooth decidió ir a buscarlo.
-Longtooth: Voy a ver a Leónidas, ni se te ocurra ver sus cartas.
-Lennox: (sonriendo) no te preocupas, ve y búscalo, yo aquí los espero, aun no se acabn mis bocadillos.
-Longtooth: Que veas sus cartas y vera lo que te espera mañana, te hare hacer guardia los dos turnos.
-Lennox: Jaja, como si pudiera, además mañana voy a hacer diligencias con otros leones a la tribu de los cocodrilos, no se sinceramente pro que, pero son ordene de Lagravis, tus ordenes serán para otro día.
-Longtooth: Si ya veremos, bueno regreso pronto.
Longtooth entonces salió de la sala, dejando a un impaciente y obviamente mentiroso Lennox. Así mientras buscaba a Leónidas, Longtooth pensó en la extraña expresión que puso antes de irse, así es, Longtooth se dio cuenta casi de la expresión de Leónidas cuando lo vio mientras le daba ánimos para que continuará jugando, Así con estos pensamiento Longtooth buscaba por el templo a Leónidas, primero fue a los baños pensando que Leónidas se había, no se quedado dormido tal vez, pero no vio a nadie, luego pensó que finalmente se había ido a su casa, así que decidió ir a verlo, pero cuando pasaba por el gran pasillo que iba hacia el exterior del templo, vio a lo lejos a alguien en uno de los balcones, avanzando un poco se dio cuenta de que era Leónidas, al parecer estaba tomando un poco de aire fresco, se encontraba mirando el cielo nocturno, también se veía muy pensativo.
Longtooth que aún no llegaba al balcón, pensó que sería feo molestarlo, además de que sabía que el de por si no quería seguir jugando así que volteo para retirarse y decirle a Lennox que el juego había acabado, pero ni bien volteo escucho a Leónidas, aunque a los lejos decir.
-Leónidas: (suspirando) Longtooth.
Longtooth al escuchar esto volteo y pensó en acercársele por curiosidad, así decidió esconderse detrás de unas de las columnas que estaban cerca al balcón.
-Longtooth: (pensando) o me pareció o me estaba llamando, y si fuera si porque me estaría llamado, uhh...al parecer no se ha dado cuenta que estoy aquí.
Efectivamente Leónidas no se dio cuenta de la presencia de Longtooth, como dije estaba muy pensativo tanto que pensaba en voz alta.
-Leónidas: (pensando en voz alta) Vaya noche, creí que sería un día normal, estos pensamientos no me dejan en paz, que voy a decirle.
-Longtooth: (pensando) Que tanto estará diciendo, ¿qué tiene que decir?
-Leónidas: (pensado en voz alta) Vamos Leónidas, sabes que a él también le gustas debería ser fácil decirle que tú también lo amas, pero siento que pueda pensar mal de mí, hay que puedo hacer, no tengo ánimos de regresar.
-Longtooth: (pensando) Pero que está diciendo.
-Leónidas: Puede.....que tal vez si lo ensayo me sienta mejor,(respirando hondo) ...........Longtooth.......... este .... Perdona pero............... te vi anoche, no quería hacerlo, es que escuche un ruido y pensé que estabas empeorando, debido a que te habías reportado enfermo, no quería verte mientras....bueno...te...mastur...(poniéndose las patas en la cabeza, sonrojándose) hay no puedo hacerlo.
El rostro de Longtooth quedo congelado por semejante revelación, aunque no pudo escuchar la última palabra, claramente y por la situación como lo decía era obvia que Leónidas lo había visto masturbarse.
-Longtooth: (pensando) Queeeeeee, Leónidas me vio, oh rayos, cielos, cielos.... porque tenía que ser él.
Leónidas aún no se había dado cuenta de la presencia de Longtooth por lo que continúo ensayando que decirle, mientras cerca del Longtooth seguía con la impresión.
-Leónidas: Perdona................. pero................ también te escuche cuando entre tus gemidos dijiste......................mi,mi,mi........ nombre.
-Longtooth: (pensando) queeeeeeeeeeeeeeeeee...también oyó eso, rayoooooooooooos me descubrió, que vergüenza.
-Leónidas: Perdona, .............así que ya sé que................... te gusto, pero............... no te preocupes................tú..................también me gustas mucho.
-Longtooth: (pensando, expresión de duda),Que. Queeeeeeeeeeeeeeee.
Longtooth se sorprendió, no se hubiera imaginado que Leónidas también estuviera enamorado de él. La razón principal por la que Longtooth nunca había revelado su gusto hacia Leónidas era que por su reputación del mejor soldado, su cercanía a Lagravis y como ejemplo para los demás soldados no podía mantener una relación, y menos con alguien tan joven sin importar que la tribu de los leones de por si era un poco tolerante respecto a la homosexualidad. Longtooth muy sorprendido continuaba escondido escuchando lo que decía Leónidas.
-Leónidas: Me, me .................. gustas mucho, siempre me has gustado, al principio pensé que solo era admiración pero resulto ser amor. Longtooth te amo como no sabes cuánto, y amo tu hermoso y escultural cuerpo que a pesar de tu edad aun mantienes en tan buena forma, amo tu manera de expresarte, la manera como cuentas tus historias, tus chistes que tanto me hacen reír, a pesar de que algunos digan que eres ya muy viejo, creo que eres perfecto, ayyy Longtooth, mi león de mis sueños, el único con que quiero compartir mi vida o mas bien entregártela, te amoooooooooo.
Longtooth al escuchar esto se quedó aún más sorprendido o mejor dicho helado, nunca pensó escuchar tales palabras de Leónidas, su amor era tan intenso, jamás Longtooth se había sentido tan amado, pero, y aunque aun sorprendido, se calmó rápidamente ya que el también compartía el mismo sentimiento. Entonces, finalmente habiendo escuchado todo decidió salir de donde estaba escondido.
-Longtooth: Leónidas.
Leónidas dio un salto de susto y rápidamente se quedó helado por un rato no quería voltear.
-Longtooth: Hey Leónidas.
Leónidas por la insistencia finalmente decido voltear y enfrentar a quien quiera que sea, su rosto estaba de asombro al ver nada más y nada menos que a Longtooth,
-Leónidas: (tartamudeando, sumamente nervioso) Ah.............Long...tooth....que..........ha........ces.........aquí.
Leónidas estaba muy nervioso, pero esto empeoro cuando Longtooth dijo.
-Longtooth: Sabes, acabo de escuchar todo lo que dijiste.
-Leónidas: Queeee!,... no, no, no... es lo que tú piensas, yo solo estaba... solo...estaba...este....
Leónidas no sabía que decir. Pero entonces de pronto Longtooth se acercó más a Leónidas, lo abrazo y.................. le dio un beso en los labios, Leónidas no podía creerlo, se quedó quieto por completo, no sabía qué hacer, tenía a Longtooth besándolo, a su amado león, algo que él siempre había soñado, que siempre había anhelado, tanto fue asique Leónidas se dejó llevar, sus ojos de asombro los cerro y simplemente dejo llevar sus labios con los de Longtooth, ese beso se sentía tan bien, mejor de los que Leónidas había imaginado jamás, Leónidas no quería que terminara nunca este placentero beso, sin embargo luego de un rato Longtooth soltó sus labios, tal vez por la falta de aire, o porque consideraba que era ya demasiado para el león de melena naranja pero aun lo abrazaba, ambos se miraron , Leónidas aun no sabía que decir, el beso lo tomo por sorpresa sin embargo Longtooth fue el que tomo la palabra.
-Longtooth: Tú....... también me gustas mucho, bueno aunque de hecho tú ya lo sabias, espero que no pienses que soy algo apresurado, y es que al igual que tu hace algún tiempo que me gustas.
Leónidas aun no sabía que decir, el beso lo dejo muy excitado, y .........quería más, así que ahora Leónidas aun siendo abrazado por Longtooth le devolvió el gran beso que le dio , Longtooth le siguió, y ambos se besaban por segunda vez, esta vez era un beso de lengua, Leónidas lo disfrutaba tanto, tanto era si su felicidad, que derramo una pequeña lagrima de felicidad y Longtooth obviamente también disfrutaba el beso, los brazos de Leónidas que se habían quedado quietos ahora estaban abrazando a Longtooth por su cuello, mientras los brazos de Longtooth los abrazaban por su cintura, era un escena de película, ambos leones besándose en el balcón, a la luz de las estrellas, desfrutando del lindo, dulce y tierno amor que se tenían y que al parecer acaban de descubrir.
Luego de un rato ambos se separaron, Longtooth toma la mano o pata de Leónidas.
-Longtooth: Sabes, mejor vamos a un lugar más privado.
Leónidas se sorprendió, por lo tan rápido que Longtooth se había acoplado a la situación que quería continuar en un lugar más acogedor
-Leónidas: Pe....pe...pero...que hay del juego.
-Longtooth: Oh si claro, lo había olvidado, espérame aquí un rato.
Longtooth entonces fue a buscar a Lennox que estaba esperando para terminar el juego, dejando por un rato a Leónidas que aún se mantenía sorprendido por lo rápido que paso todo, de que hace pocos minutos le estaba confesando su amor sin saberlo y ahora iban a ir a un lugar más íntimo, vaya forma de iniciar una relación.
Longtooth regreso entonces a la sala donde estaba Lennox.
-Longtooth: Perdona por la demora, pero Leónidas no se sentía bien, así que se fue a su casa.
-Lennox: Que, pero si estaba a punto de ganar.
-Longtooth: Adivinare... viste las cartas de Leónidas, por eso sabes que ibas a ganar.
-Leónidas: Solo las estaba acomodando viejo, no seas tan molesto.
-Longtooth: Bueno ya, yo también me voy, tu limpia la mesa, es lo mínimo que puedes hacer "ganador".
-Lennox: Vaya que eres molesto viejo.
-Longtooth: Si claro, te veo mañana.
Longtooth rápidamente fue de regreso al balcón, Leónidas seguía ahí, aunque muy nervioso por el último beso, sin embargo este mismo lo dejo con ganas de más, pero también estaba con la duda de lo que iba a hacer Longtooth.
-Longtooth: Bueno, ahora vamos.
-Leónidas: Este... estas...... seguro y si alguien nos ve.
-Longtooth: No te preocupes, iremos a un lugar donde nadie nos moleste.
-Leónidas: Que ..........adonde.
-Longtooth: Ya verás.  

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