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Parte 3


Cuando el escritor salió de la oficina siguió el trayecto tomado por el menor, al final del pasillo miró a ambos lados, había un pabellón con más cuartos y el camino que se dirigía a las escaleras. Intentó llamar al niño pero no hubo respuesta así que dedujo que tal vez seguiría un rumbo que ya conociera dejándole como decisión segura bajar a la cafetería.

Abrió las puertas ingresando al lugar ganándose así la imagen de una pelirroja asustada por la aparición repentina seguido de un regaño por la misma causa.

-¿Ranpo-kun ha venido aquí?-Pregunta sin dejarla terminar su queja.

-No lo he visto-Niega para luego reflexionar unos segundos.-Aunque hace poco escuché pasos afuera como si alguien corriera.

-Ha pasado de largo entonces... Claro, sabía sabía que este sitio era donde podría detenerme a buscar.

Sin perder más tiempo se retira elevando la voz para agradecer a Lucy mientras se aleja, definitivamente ahora estaba aterrado, si Ranpo salía solo a la calle se rodearía con todo tipo de peligros: Habría mucha gente, podría encontrarse algún perro y asustarse, cruzar la calle sin cuidado, no saber cómo volver y lo peor de todo...era sólo un niño pequeño.

El corazón se acelera al encontrar la puerta principal abierta, sale a la calle llamándole de nuevo y, devolviéndole el aliento perdido, logra ver una pequeña figura entre los transeúntes.

-¡Ranpo-kun!

El grito es percibido por el pequeño quien parecía estar aturdido entre el ir y venir de la gente sin saber hacia dónde dirigirse, al ver a Edgar acercarse parece de cierta forma aliviado pero cuando lo ve llegar retrocede unos pasos mostrando un modo de defensa instintivo ante cualquier regaño posible.

Pero contra todos sus pronósticos el escritor se deja caer de rodillas frente a él intentando recobrar el control de su respiración aún agitada, una de las manos se extiende para alcanzar el pequeño brazo del menor y lo sostiene, es un agarre sutil para no asustarlo pero buscando también evitar que se alejara de nuevo.

-No vuelvas...a preocuparme así-Pide una vez que es capaz de calmarse-¿Estás bien? ¿Te has lastimado o algo aquí afuera?

Parpadeando ante la actitud tan diferente a la que había esperado no responde de inmediato y cuando se decide a hacerlo sólo niega para después hacer sus propias preguntas.

-¿No estás molesto?

-Estaba más asustado que molesto.

-¿Entonces...no vas a regañarme?-La suave risa que escucha descarta esa posibilidad.

-He aprendido que esa clase de cosas no funcionan contigo, seas niño o adulto.

Un tanto confundido por lo último Ranpo ladea el rostro buscado un sentido a aquello.

-Debemos regresar a la oficina.

-No quiero.

-Ranpo-kun...

-Ya que estás aquí ayudame a hacer algo-Dejando de lado el reproche del mayor tira insistente de su ropa para que se levantara.

-¿Con qué?

-Quiero cruzar la calle.

Arrastrado por las demandas sin tregua acaba al otro lado de la calle donde se ubica un pequeño parque, en cuanto pisaron el sitio Ranpo no perdió tiempo en correr tras ubicar una banca cercana donde dejó el libro que había mantenido cargando consigo.

-¿Por qué no quieres regresar?-Cuestiona Poe llegando para colocar también las compras hechas hace poco y que no había podido dejar antes de salir en busca del niño.

-Van a verme de la misma forma otra vez-Murmura sentándose en uno de los extremos de la banca.

-Bueno, es una reacción normal tras ver lo que hiciste y...

-No, no lo entiendes-Niega sacudiendo la cabeza y cruzándose de brazos con un puchero-Edgar tenía que esperame pero se puso a jugar con otro...Infiel.

-¿Eh?-El sobresalto ante lo escuchado sigue a un evidente sonrojo-¡¿D-Dónde aprendiste esa palabra?!

-La escuché en la cafetería...de una chica que hablaba por teléfono.

-¡E-Estoy seguro que no se trata de eso para nada!-Aclara agitando las manos en un ademán de negativa.

-¿No?

-Claro que no-Asegura suspirando para imitar el gesto de cruzar los brazos sobre el pecho-Si se trataba de eso pudiste decirlo y evitabas verte como un simple niño egoísta.

-Eso...-Titubea reaccionado al calificativo usado por el más alto-¿Eso significa que ahora Edgar piensa que lo odio y va a querer irse a casa?

Acercándose para aferrarse a la manga de Allan comienza a sacudirla.

-¡No lo lleves a casa todavia! ¡Si no está todo va a ser aburrido otra vez!

-Lo entiendo, lo entiendo-Trata de calmarlo dando unas palmaditas a su cabeza-No voy a hacerlo.

El niño asiente y Poe está mejor al verlo más tranquilo ahora pero, irrumpiendo en la calma del ambiente, el canto de cuervo proveniente de su teléfono le hace sobresaltar sin conseguir evitar un grito asustado. Con manos temblorosas busca el aparato en sus bolsillos para dar fin a ese tono que le alteraba los nervios.

Revisando la pantalla nota el mensaje que ha llegado y procede a abrirlo.

"Quedense ahí, los alcanzamos en unos minutos"

Entendiendo aquello se dedica a enviar un par de indicaciones para darle al detective referencias más exactas de su ubicación en el parque mientras el pequeño a su lado se ha acercado a mirar con curiosidad, la cercanía le permite escuchar el débil gruñido del estómago del menor quien había olvidado de momento el hambre que tanto decía tener.

Preocupado por el descuido Edgar ofrece el sándwich que le había comprado antes, recordándole de nuevo que los dulces se comerían después. Entreteniéndose entonces con su comida no percibe los pasos que se acercan hasta que cierto mapache alcanza la banca para subir en esta soltando un chillido como saludo.

Dándose cuenta de lo que la presencia de la mascota significaba comienza a mirar su alrededor hasta dar con las dos personas que han llegado al lugar. La reacción inmediata es bajar de donde estaba avanzando un par de pasos en dirección de su versión adulta deteniéndose un instante para regresar hasta donde se hallaba la comida que había sido escogida para el pequeño Allan, teniéndola en sus manos da alcance al fin a los dos y parándose de repente frente a ellos causa que este último retroceda por instinto.

-Toma-Ofrece el sándwich-Siento lo de antes...yo...¡Como sea! ¿Tienes hambre?

Titubeando, el de cabello caoba termina por ceder y extender la mano para aceptar la comida.

Estando ahora los pequeños sentados en la banca el detective toma lugar también y aprovechando que se encuentran distraídos puede tomarse ese tiempo para hablar con el escritor.

-Ya sé cómo deshacer la habilidad.

A pesar de lo positivo que resulta, de cierta manera, aquella noticia Edgar no responde de inmediato ya que hay una extraña sensación en el pecho que se lo impide.

-Ha sido rápido-Comenta como única respuesta posible, ninguno de los dos deja de mirar a sus versiones infantiles sentados cerca compartiendo sus almuerzos con Karl.

-Bueno, necesitan volver a casa de todas formas.

-Volver a casa-Repite y la sonrisa nostálgica aparece entendiendo al fin el significado de esas palabras-Claro, nosotros ¿no? Entonces...¿Qué es lo que debemos hacer?

-Por el momento...dejarlos estar un poco más.

-¡Edgar y yo terminamos la comida! ¿Podemos tener dulces ahora?

-Ah...de acuerdo, si ya han terminado está bien.

-¡Hey! ¿Por qué no me dijeron que compraron dulces?-Recrimina Edogawa-¡Poe-kun, desconsiderado! ¿No hay siquiera algo para mí?

-¡Lo hay! ¡P-Por supuesto!-Aclara apresurado, de la bolsa que traía consigo saca el empaque de bocadillos de chocolate y fresa-N-No olvidaría traer algo para Ranpo-kun.

-¡Espera! ¡No es justo!-La versión menor del detective señala acusatorio a los adultos-¡No debes darle dulces si no ha comido nada!

-¿Eso te dijo?-Sonríe Edogawa-Verás...cuando seas adulto podrás ignorar sus reglas si quieres.

-Ranpo-kun...-Reclama el novelista en voz baja.

-¿Qué? Decirle que siga así no me conviene para nada y lo sabes.

Impidiendo que Allan pudiera objetar cualquier otra cosa los leves jaloneos en su ropa le hacen mirar al niño que está tirando de esta, su "pequeño yo" trata de llamar su atención ofreciendo su postre, una barra de galleta rellena de mermelada, para compartirla con él.

-Ah,gracias-Enternecido por el gesto se inclina tomando un trozo.

El otro niño se acerca, lleva una galleta con chispas de colores que sostiene en la boca, al ver la escena se acerca y, en lo que al parecer fue su manera de compartir, rompe la mitad con los dientes para hacer al pequeño Poe comerla.

Dejándolos jugar unos minutos más el detective se acerca a ellos cuando se han dispuesto a descansar mirando el libro de acertijos que tomaron de la banca.

-Ranpo... Ven un momento-Llama a su pequeña copia quien acude extrañado por el llamado, cuando llega hasta él se inclina para estar a su altura-Es hora de volver a casa.

Con una expresión claramente indispuesta el más pequeño ladea el rostro en un intento de negarse.

-Ambos sabemos que necesito que regreses...ahora debes escucharme ¿bien?

Por su parte, Edgar ha acudido también con su versión menor. Ha recibido una indicaciones de lo que debe hacer y mirando la expresión curiosa del niño frente a él sólo puede posar sus manos con cuidado en esos pequeños hombros.

-Escucha, Edgar... Antes de que regreses tengo que decirte un par de cosas que debes recordar-Murmura recibiendo un tímido asentimiento-No tienes que esforzarte tanto por seguir esas reglas estrictas, está bien que puedas relajarte. A veces es complicado seguir el ritmo de quienes son más activos que tú...pero debes esforzarte en entenderlos aunque hacerlo pueda ser difícil.

-¿Está bien que pueda jugar más y comer dulces?

-Sí, están entre las cosas de las que hablo.

-De acuerdo, Ranpo-Habla el detective cumpliendo también con su parte-No hay mucho que deba decirte pero...la próxima vez que te molestes por algo que no te parezca trata de hablarlo en lugar de guiarte por arrebatos. Aunque creas que tus motivos pueden ser claros para los demás a veces no conseguirán entenderlos...podrían pensar que el problema son ellos cuando realmente no es así... No quieres eso ¿verdad?

Su versión menor niega con la cabeza y después de pensarlo un poco toma un profundo suspiro.

-Lo haré.

Ambos niños voltean para mirarse moviendo su mano en despedida girándose después hacia los adultos.

-¿Puedo jugar con él otro día?-Cuestionan a sus respectivas contrapartes mayores recibiendo una afirmativa que les hace animarse, cerrando después los ojos para apoyar sus frentes en las de ellos.

La sensación de mareo se acrecenta al paso de los segundos hasta que son envueltos en la oscuridad de una profunda inconsciencia.






Cuando abren los ojos la luz artificial de las lámparas del techo les hace llevar los brazos al rostro para cubrirse de esta hasta acostumbrarse. Poe escucha el suspiro proveniente de quien está en la cama de al lado mientras se levanta para dar un vistazo a su alrededor, mirando lo que era la habitación de tratamientos de la doctora Yosano, puede notar entonces a Karl durmiendo a sus pies y extiende el brazo para darle una caricia.

Ranpo se incorpora también llevando una mano a su rostro para después revolverse el cabello, se siente diferente, relativamente diferente, y una mirada al escritor le hace ver que la situación era mutua.

-Tú también ¿Verdad?-Habla causando un saltito de hombros en el mayor.

Si los recuerdos de los niños internos no hubieran sido asimilados por los adultos la situación sería menos incómoda.

-Me prometiste-Se interrumpe a si mismo al notar su error-Él me prometió que no se lo diría a nadie ¿De acuerdo?

-Claro-Asiente de inmediato-N-No lo diré a nadie.

-Bien...-Concede volviendo a recostarse con los brazos cruzados tras la cabeza-Después de ésto, y para que quede claro, yo también sé comportarme de una forma más madura ¿Entiendes? Puedes hacer cosas de adultos conmigo cuando quieras.

Entendiendo el punto a pesar de la infantil forma de decirlo desvía la vista para asentir, no hablaría de la posible malinterpretación que se le puede dar a la última frase por ahora pero trataría de corregirle en algún momento, mientras tanto sacude la cabeza suspirando para que su mente dejara en paz el tema.

-Parece que ya es tarde-Comenta mirando la imagen del atardecer que se aprecia por la ventana-Ah...Ranpo-kun ¿Sabes dónde puedo conseguir helado de zarzamora? Por alguna razón tengo antojo de ello.

-¡Has preguntado a la persona correcta!-Afirma levantándose de golpe cambiando al instante su humor-¡Vayamos ahora mismo! ¡Pero tendrás que compensarme mi ayuda con uno también!

-Por supuesto.













¡¡¡MI PRIMERA HISTORIA TERMINADA!!!

Ay, que felicidad...😆

Bueno, aquí se termina "Childs" así que muchas gracias por su apoyo, votos y comentarios.

No tarda en venir la sorpresa que prometí...

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