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Parte 1

Poe nunca se consideró alguien bueno con los niños, no es porque no le gustaran sino porque siempre lo ponían de los nervios... Humanos pequeños que comenzaban a conocer el mundo y se guiaban por los instintos para afrontar primeras experiencias, criaturas que desafiaban advertencias aunque éstas procuraran evitarles algún daño.

Ver a un niño ponerse a llorar o caerse lo ponía en un estado de ansiedad donde, por una parte deseaba hacer algo pero por otra no tenía idea de como afrontar una situación así, quedando la mayoría de las veces absorto en su dilema interno sin conseguir nada.

Justo como ahora...

Lo que había comenzado como una simple salida al centro comercial para la búsqueda de un libro terminó con un niño asustado y escondido detrás de su capa mientras dos personas al frente insistían en que lo entregara.

Cabe aclarar que no se trataba de dos personas cualquiera... Sino de Atsushi Nakajima y Ranpo Edogawa.

Su misión había sido encontrar a ese pequeño rubio que había escapado de las oficinas de la División Sobrenatural, su preocupado padre lo esperaba ahí pues debían regresar a Francia esa misma tarde.

-Por favor... Ah, ¿Antoine,verdad?-El albino se inclina para ver al pequeño de cabellera rubia quien seguía escondido tras el escritor-Nosotros sólo queremos llevarte con tu padre... Él está muy asustado porque desaparecíste de repente.

El niño asoma apenas un poco la cabeza para mirar al chico que le sonreía amable ahora también extendiendo la mano hacia él.

-¿Quieres que te llevemos de regreso? Vamos, puedes confiar en mí, estarás ahí pronto y podrás volver a casa.

Negando con la cabeza el pequeño Antoine regresa a su refugio, sujetándose a la capa con un agarre tembloroso, los nervios de Allan ya estaban en un nivel alarmante pues no sabía qué hacer ante lo que ocurría.

-Y-yo...-Titubea tratando de interceder ante el infante-Creo que d-deberían esperar a que se calme o...

-¡No tenemos tiempo para ésto!-Interrumpe Edogawa al límite de su paciencia, ya estaba demasiado cansado de buscar durante horas y quería terminar con el asunto cuanto antes.-¡Escuchame niño! Tengo trabajos más importantes esperando en la Agencia asi que vas a venir con nosotros y te vamos a devolver con tu padre ¿Entendido?

Y mientras declaraba aquello avanzó a paso decidido alcanzando a tomar la mano del rubio quien se quejó ante el tacto repentino y brusco, por ello se niega a ceder aunque el azabache lo jala para apartarlo de Poe.

-E-Espera... ¡Ranpo-kun!-Recrimina el más alto ante la acción que presencia- Lo vas a...

-¡Ranpo-san! ¡El niño va a...

Un llanto resuena en el pasillo del centro comercial en el que se encuentran, los tres se sobresaltan pero no es por escuchar el lloriqueo sino por ver unas luces que comienzan a girar descontroladamente en torno al pequeño y, en consecuencia, envolviendo también a los dos que tenían contacto con él en esos momentos.

El mapache sobre el hombro de Edgar salta al suelo en cuanto siente a su dueño desequilibrarse y caer de rodillas llevándose una mano al pecho con una expresión adolorida. Ranpo, en las mismas condiciones respira difícilmente apenas evitando desplomarse con la ayuda de su brazo el cual tiembla de forma notable.

El llanto se aglomera en sus oídos causándoles una vertiginosa sensación de mareo, una presión en el pecho que genera arcadas y una tos que busca expulsar algo...algo dentro de sus cuerpos que les asfixia cortándoles la respiración, provocando a la vez una extraña angustia que hace que los ojos se humedezcan, se encuentran confundidos y tras un quejido que marcó el límite de su resistencia acabaron colapsando en el piso.

-¡Ranpo-san! ¡Poe-san!






La consciencia regresa poco a poco, por una diferencia de escasos segundos el primero en reaccionar es el novelista, se levanta de golpe dándose cuenta que estaba sobre una cama y al mirar su alrededor puede ver que se trata de alguna especie de consultorio.

-Estamos en la agencia...es la habitación de tratamientos de Yosano-san-Le informa la voz de Ranpo quien se encontraba en la camilla de al lado, frotándose los párpados para despertar por completo.

-La Agencia...-Repite tratando de aclarar las memorias confusas.

-Nos desmayamos en la plaza comercial... Al parecer estuvimos inconscientes un par de horas.

El mayor se sobresalta y comienza a mirar por todos lados en busca de algo.

-¿D-Dónde está Karl?

En eso, la puerta del cuarto se abre, Atsushi se asoma para ver el estado de ambos, al notarlos despiertos su expresión preocupada cambia por una de alivio y una sonrisa.

-Que bien... Ya han despertado-Suspira decidiéndose a entrar por completo en el lugar, en sus brazos cargaba con cierto mapache cuya presencia hizo a Edgar calmarse de inmediato.-Él también estaba preocupado por usted, Poe-san.

El albino suelta a la mascota para que ésta acudiera hasta su amo quien la recibe con cariño, desahogando su preocupación reciente.

-Atsushi...-Le llama Edogawa mientras se quita la sábana de encima y procede a bajarse de la cama-¿Qué es lo que hizo exactamente la habilidad de ese niño?

-Eh...bueno...

-No tengo información suficiente pero ya me hago una idea... Necesito verlo por mí mismo.

-Sí, claro... ¿Pero está seguro que ya se encuentra bien?

-Por supuesto.

-De acuerdo, en ese caso...Poe-san debería venir también.

Los tres entran a la oficina, no les extraña el ruido que les recibió pero sí los gritos extrañamente agudos e infantiles asi como unos lloriqueos de la misma naturaleza.

Edgar se queda pasmado en el marco de la puerta sin poder concebir lo que ve y Ranpo por su parte suelta un suspiro desganado.

Algo que se podría describir como la versión infantil de Edogawa Ranpo corría alrededor del cuarto escapando de un estresado Kunikida que le pedía que se quedara quieto y dejara de desordenar todo, mientras que en el centro del lugar había un pequeño Edgar Allan Poe sentado en el suelo y llorando desconsolado, aumentando el volumen de su llanto en cuanto percibía que alguien trataba de acercársele.

-¿Pero qué...

-Aparecieron justo después de que ustedes perdieran la conciencia-Explica Nakajima-Han estado así desde que los trajimos.

-¿Y Antoine?

-Fue llevado de vuelta con su padre-Argumenta ahora Dazai-Debían volver a Francia antes del medio día pero tenemos los detalles de su poder.

-Esos dos de ahí-Señala Atsushi-Son la representación física de sus niños internos...Antoine no posee un buen control de su habilidad por ser todavia muy pequeño asi que lo activó sin quererlo cuando Ranpo-san le hizo llorar...Pero lo extraño de todo esto es que...

Interrumpiendo sus palabras, el Ranpo de cinco años que sigue huyendo del idealista termina chocando contra Osamu, frenando brevemente su recorrido para después retomar su avance.

-No son afectados por el poder de Dazai-Completa Edogawa-¿Por qué?

-Lo único que el padre de Antoine nos dijo es que ellos no se irán hasta que cumplan con su trabajo... ¿Cual es? Lo desconocemos.

-¿E-Entonces no saben cuánto tiempo van a estar aquí?-Cuestiona el escritor- ¿Hablamos de horas, días o...

-No lo sabemos.

-Supimos también que ese poder no funciona en todas las personas, tal vez se trate de una habilidad inestable... O que sólo se activa en determinados individuos.

-El presidente ha dicho que lo mejor será mantenerlos aquí, por su seguridad... No sabemos qué tan ligados estén a ustedes físicamente pero mientras estaban inconscientes esos dos lucían incluso más inquietos que ahora... No parecen reconocernos pero en el caso del pequeño Ranpo no ha habido problema, se ha movido con confianza en el lugar como podrán ver-Explica ahora Kunikida deteniéndose un momento ante los recién llegados, pasa una mano por su cabello mostrándose irritado debido al ruido-Pero el otro es quien no ha dejado de llorar desde que llegó y no se fía de nosotros para nada...Ya que se trata de ti ¿No puedes hacer algo?

Poe se tensa ante la pregunta notando la clara demanda por parte del rubio, mirando entonces al centro de la oficina donde se veía a si mismo en su etapa infantil.

¿Qué se supone que haría? En toda su vida nunca había conseguido calmar a un niño, de hecho en varias ocasiones sólo empeoró las cosas.

Pero bueno...se trataba de sí mismo, su "pequeño yo" de 5 años, así que podía entender ese miedo de sentirse rodeado de gente y además desconocida. Tomando valor se acerca hasta él, soltando un suspiro mientras se inclina para mirarlo.

-Todo está bien, Edgar...

Reaccionando al llamado el niño levanta la vista, el único ojito visible cristalino por las lágrimas parpadea para aclarar su visión.

-Este lugar da miedo ¿No?-Continúa con voz amable y sonríe levemente-A mi también me asustó estar aquí la primera vez.

-¿De...verdad?

-Claro...

Atraído por su versión adulta, el pequeño Allan se incorpora para alcanzarlo y aferrarse a la seguridad que le inspiraba, rodeándole con los brazos para colgarse de su cuello. El mayor por su parte estaba ciertamente sorprendido por el buen resultado asi que feliz por ello toma al pequeño en sus brazos y se levanta junto con él quien ahora en completa calma se acomoda en su pecho.

Ante la interrupción de los llantos, el niño que se había mantenido corriendo por el lugar se detiene extrañado, su mirada ubica la escena de Poe y su versión miniatura, cambiando la expresión por un puchero al tiempo que su mirada encuentra a su propia versión adulta y corre a su alcance para aferrarse a la pierna del detective.

-Yo también tengo uno...

Más tarde, el pequeño Allan había cedido a separarse al fin de su yo mayor, aún así mantuvo a Karl en sus brazos, alerta a cualquier señal de peligro y listo para regresar a su refugio en cuanto fuera necesario.

-Ay...pero mira que lindura-Habla la doctora inclinándose para mirar mejor al niño.

-Yosano-san, acaba de soltarse de Poe-san por primera vez después de casi dos horas... No lo hagas volver a esconderse-Advierte Kunikida.

-¿Eh? ¿De qué hablas?-En el momento que la mujer miró de nuevo hacia el frente notó al pequeño retrocediendo un par de pasos, tentado a correr de vuelta con Edgar.

-¡Espera! ¡Espera!-Interviene Atsushi en un intento de disminuir la incomodidad del infante-Ya que se trata de Poe-san supongo que deben gustarle los libros...asi que...

En sus manos muestra un ejemplar de cuento infantil que de inmediato capta la atención del menor, éste libera a la mascota que cargaba para tomar el delgado encuadernado que no rebasaba las diez o doce hojas cada una con más imagenes que texto.

Karl por su parte regresa con el escritor, salta sobre su rodilla y trepa hasta colocarse en su cabeza, Allan apenas sonríe débilmente mirándose a si mismo intentando subir a un banquillo para comenzar a hojear ese cuento, sabe que no entenderá casi nada de lo que se encuentra escrito pero los dibujos le serán suficientes para hacerse una historia mental que seguro no será igual a la original y por lejos la consideraría mejor.

Unas risitas le hacen desviar su atención hacia el otro extremo de la oficina.

-¿En serio sólo va a quedarse mirando, Ranpo-san?

De ese lado, Edogawa sentado en un espacio de su escritorio ríe ante la imagen de su pequeña copia sobre los hombros de Tanizaki, al parecer divirtiéndose de lo lindo cubriéndole los ojos o tirando de sus cabellos naranja mientras éste lo paseaba.

Una gota resbala por la sien del novelista... Vaya diferencia entre ambas versiones infantiles.

Deja ir un suspiro al repasar la situación pensar que la mañana había comenzado tan normal y ahora se veía afectado por un poder extraño que quien sabe cuanto tiempo tardaría en deshacerse. Debía permanecer en esa oficina con tanta gente que lo ponía nervioso y también tenía que "cuidar de si mismo."
Aunque pensándolo bien no es que le desagradara...verse reflejado de esa manera le hacía recordar mucho las vivencia de su infancia, esos años sin los temores, preocupaciones y desencantos que le atormentaron y marcaron su juventud, estigmas con los que aún ahora vive, la oportunidad de apreciar esa faceta libre de espectativas a cumplir era lo que hacía que internamente agradeciera haber sido afectado por esa habilidad.

De repente, unos quejidos lo sacan de sus pensamientos y al mirar el origen de éstos encuentra a los dos niños enfrascados en un forcejeo donde se involucraba el libro del cual se aferraba el pequeño Poe, negándose a cederlo al otro.

Edgar no tarda en levantarse, no sabría si fue por un impulso natural o por una extraña conexión emocional con su versión menor, pero ver esa mirada volviendo a nublarse de lágrimas le hizo reaccionar y por primera vez hacer algo en lugar de quedarse observando sin saber cómo actuar.

-Hey...tengan cuidado-Apenas al escucharlo la pequeña rencilla se detiene y el escritor toma el libro, eleva un poco la mano para mantenerlo en alto haciendo a los otros dos levantar la vista-Ranpo-kun ¿No crees que es mejor pedir las cosas en vez de arrebatarlas?

-¡Oye! ¡¿Por qué estás gritándome?!-Replica la voz del detective quien acababa de dejar su puesto para ir hasta el lugar del conflicto.

-No le grité... Simplemente le dije que no debe hacer eso.

-Sólo quería ver el libro.

-Pero no puedes ir y quitármelo sólo porque lo quieres.

-¡Tú no lo compartías!

-¡¿No pudiste haber esperado a que terminara?!

-¡Ya lo habías tenido demasiado tiempo!

-¡Claro que no! ¡El cuento me lo habían prestado a mí además!

-¡¿Ya lo ves?! ¡Eres un egoísta!

-¡¿Egoísta?! ¡Fuiste tú quien casi lo rompe!

Mientras tanto los menores miran a los adultos discutir, los gritos terminan asustando al pequeño Allan y al darse cuenta de eso el de cabello azabache lo toma de la manga de su batita oscura para llevárselo de ahí sin que los mayores se percataran de ello.

Las quejas y alegatos entre escritor y detective continúan hasta que escuchan una voz infantil a lo lejos.

-¡Ahí! ¡Mira! ¡Mira!

Dirigen su atención entonces a la puerta de la oficina del presidente, miran a Fukuzawa cargando al pequeño Poe que aún solloza levemente mientras el otro niño tiraba de la mano del adulto para hacerle avanzar.

-¡Ellos se están peleando y asustaron a Edgar!-Acusa señalándoles-¡Regañalos!

El de cabello cano permanece sin emitir palabra alguna, se limita a enarcar una ceja ante la escena que encuentra, pidiendo de ese modo una explicación.

-¡Él empezó!-Se adelanta Edogawa señalando al novelista.

-¡¿Qué?!

-No me importa quien haya empezado-Interviene con severidad, suspirando antes de bajar a aquel que mantenía en brazos y dejarle ir-¿En serio ustedes discutían sólo por un cuento?

-¡Él no quería compartirlo!-Insiste el ojiverde.

-¡Tú sólo fuiste y trataste de tomarlo!

-¡Ya lo habías tenido demasiado tiempo!

-¡Claro que no!

Y antes que la discusión diera comienzo de nuevo, unas risitas llamaron la atención de todos, más que nada la de Poe.

Corriendo por la oficina, el pequeño Ranpo llevaba a Karl sobre la cabeza mientras el otro niño iba tras ellos, persiguiéndoles en un juego que desató la risa divertida de ambos.

Edgar parpadea atónito al ver a su versión menor riendo por primera vez desde que apareció.

-¿Lo ven? Deberían aprender de ellos-Concluye Yukichi señalando a los menores-¿Y se supone que ustedes son los adultos aquí?

Allan suspira rendido para después inclinar la cabeza.

-Lo siento.

El líder asiente y dirige la vista ahora hacía su subordinado, éste le evita la mirada al tiempo que se cruza de brazos.

-Ranpo...-Recrimina con seriedad.

-Ay...está bien-Gruñe resignado-Yo también lo siento.

El resto de detectives observan la situación, ciertamente les pareció inusual la repentina discusión entre su compañero y el escritor, si bien no les extrañaba el comportamiento de Ranpo, que Poe le siguiera fue algo que no habían esperado. Tal vez las emociones ligadas a sus "Niños internos" que ahora vagaban fuera de sus almas causaban ciertos efectos colaterales como lo que acababan de presenciar.










Éste fue mi primer intento de hacer una historia corta...

Y ahora me doy cuenta que soy pésima para eso.

Realmente no pude hacer algo simple y concreto, terminé extendiéndome para que ésto acabara dividiéndose en dos partes...

Por el momento les dejo con ésta primera parte, ya que la segunda aún está en proceso... Pero espero tenerla pronto.

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