CAPÍTULO I A NEW DAY
Un conjunto de luces intermitentes de color rojo y azul invadían la zona, que un montón de autos de la policía que habían llegado al llamado por la radio.
Uno de los superiores había llegado ante la noticia de los disparos, esperaba que esto no fuera tan grave como sonaba, un policía novato en medio de un tiroteo cerca de una mujer y un niño pequeño daría mucho de qué hablar en los próximos días.
Cawthon.— Buenas noches oficial Fitzgerald... ¿Dígame cuál es la situación? — Dijo para prepararse y saber que decir a los medios.
Fitzgerald.— Sí... El oficial Maldonado se encontraba haciendo su rutina... se había reportado a la estación cuando la mujer de nombre Martha Andrade de Venegas... salió de aquel callejón y casi es arrollada... mujer intentó explicarle lo que pasaba otro sujeto salió disparando del mismo callejón — Dijo mientras revisaban toda la zona.
Cawthon.— Muy puede explicarme ¿Porque un novato estaba haciendo guardia sólo si se supone que es su primera semana en el cuerpo? — Dijo.
Fitzgerald.— Sí... Hubo un accidente en el entronque de la 85 y la interestatal, un camión cisterna se estrelló contra un camión de pasajeros por lo cual muchos tuvimos que ir hacia allá y al no tener suficiente demanda para cubrir el resto del pueblo se le asignó al novato en este caso El oficial Maldonado el patrullar este cuadrante que relativamente es el más tranquilo... Bueno hasta esta noche — Dijo sin dejar de revisar las notas.
Cawthon.— Muy bien entonces ¿dónde está el sujeto? — Preguntó ya que no estaba enterado del todo.
Fitzgerald.— De acuerdo con las declaraciones tanto del oficial Maldonado y de la mujer el sujeto disparó primero, y el oficial actúa de acuerdo al testimonio de Maldonado este disparó tres veces su revólver y cuando iba por el cuarto disparo éste se trabó, por lo cual agarro la escopeta que tiene dentro de la patrulla y le disparó al sujeto fulminándolo en el acto... por otra parte la mujer y el bebé fueron llevados al hospital para ser analizados... En lo que a mí respecta está oficial acto mejor de lo que esperaba... Salvó dos vidas — Dijo intentando defender al novato.
Cawthon.— De acuerdo... Eso les dará de comer a los buitres por unos días... Terminen esto y Yo iré a hablar con el oficial...
8 AÑOS DESPUÉS
Martha había terminado de ducharse, aún tenía ese mal recuerdo por lo que intento suprimirlo con más alcohol, también de la parte más alta de la alacena sacó un paquete de cigarros, lo abrió, sacó uno de la cajetilla lo llevó a su boca y con El encendedor lo prendió para calmar sus ansias.
Empezó a preparar el desayuno teniendo cuidado de no despertar a Freddy con el humo del tabaco, había prometido dejar de fumar pero cuando tenía estas pesadillas y se ponía muy nerviosa recaía.
Aproximadamente a las 7:00 casi cerca de levantar a Freddy para decirle que se arreglará escuchó como alguien tocaba la puerta.
Ella no dijo nada, estaba en estado de paranoia por lo que simplemente puso su mano sobre un cuchillo que tenía en la mesa.
.— Uh ¿Hello? ¿Hello, Hello? Uh Martha Yo sé que estás ahí puedo leer la comida desde aquí... Por favor déjame entrar se me está congelando el trasero — Dijo la otra persona lado de la puerta.
Martha reconoció esa voz, era una persona de fiar así que simplemente se tranquilizó y puso el cuchillo en su lugar y fue a abrirle.
Buenos días Martha, fue lo que escucho de aquel hombre, ella puso una sonrisa al verlo, le ayudaba a controlar sus problemas.
Martha.— Buenos días Dir — Contestó.
Después de aquel incidente Martha se había ido del pueblo precisamente a Hurricane en el condado Washington del estado de Utah, tratando de tener una nueva vida.
Posteriormente cuando terminó sus estudios se le ofreció un trabajo en la misma ciudad donde su esposo había sido asesinado Perfection.
Al principio se negaba pero quería darle una buena vida Freddy, además era la forma perfecta de superar su trauma cosa que no había logrado, y por azares del destino cuando se mudó al pueblo su vecino resultó ser aquel mismo oficial que la defendió la noche en la que perdió a su esposo.
Con el pasar del tiempo estas dos personas comenzaron a ser amigos a tal punto de que se visitaban y éste le ayudaba en muchas cosas, principalmente porque se sentía mal de que casi la atropella.
Martha.— Oh ¿Ya desayunaste? ¿No gustas una taza de café? — Dijo aunque ya se sabía la respuesta.
Dirseu.— Sí pero nunca le digo que no a una buena comida — Dijo la castaña soltó una risa después de todo sabía lo tragón que era el oficial.
Ambos caminaron hasta la cocina en donde había una mesa y Martha terminó de preparar el desayuno.
Martha.— Aquí tienes... Oh voy a despertar a Freddy si no se le va a hacer tarde para la escuela — Dijo mientras le entregaba el plato al oficial y subía para despertar a su hijo.
Cuando le dio el mordisco a los huevos estrellados se dio cuenta de que les faltaba sal, no porque Marta cocina la mal sino porque él acostumbraba a comer muy salado.
Cuándo fue a la cocina por la sal vio la botella de vino abierta y la cajetilla de cigarros, dio un suspiro no quería regañarla ya qué bien sabía que había tenido las pesadillas por esos dos factores.
Martha.— Freddy... Despierta... Es hora de desayunar — Dijo mientras lo sacudía ligeramente.
Freddy.— Mmmm 5 minutos más por favor — Dijo medio adormilado.
Martha.— Vamos Freddy se te va a hacer tarde para la escuela — Dijo y finalmente Freddy se despertó.
Freddy.— GAHN Buenos días mamá — Dijo mientras estallaba los ojos.
Martha.— Buenos días mi cielo — Dijo mientras le daba un beso en la frente — Vístete y baja a desayunar — Dijo mientras regresaba la cocina.
Cuando regresó a la cocina vio que el oficial estaba tomando un sorbo de su café, ella se sentó para poder comer su desayuno cuando el oficial le preguntó.
Dirseu.— ¿Volviste a tener las pesadillas? ¿verdad? — Preguntó con un tono de voz tranquilo al mismo tiempo que mostraba una mirada de comprensión.
Martha.— Agh Sí... Sé que prometí dejarlo pero no puedo evitarlo ya está haciendo cada vez más frecuente — Dijo.
Dirseu tomó su mano y la apretó ligeramente para darle entender que tenía todo su apoyo, mientras le ponía una mirada de no te preocupes.
Dirseu.— Sé cómo te sientes... Cuando eso pasó yo estuve muy preocupado... mi hija no tenía mucho tiempo de haber nacido... Cuando eso pasó pues 1001 pensamientos pasaron por mi mente, ¿Qué sería de mi hija? ¿Pude haber muerto?, Y claro esa paranoia y todo eso destrozó mi matrimonio — Dijo intentando calmar a la castaña.
Martha.— ¿Como lo hiciste? ¿Cómo puedes mantenerte tranquilo con eso? — Dijo.
Dirseu.— No fue nada fácil... Días después de eso estaba muy paranoico, recuerdo que a veces me despertaba mitad de la noche y tomaba el brazo de mi esposa y le decía que venían por mí, tuve que tomar terapia y medicamentos que hicieron más mal que bien... A consecuencia de eso ahora tengo cirrosis... pero conforme fue pasando el tiempo me di cuenta que era algo normal... Son los gajes del oficio, además de no haber sido por eso pues nunca te hubiera conocido — Dijo.
Martha.— Qué cursi — Dijo entras en su rostro se dibujaba una sonrisa y el oficial también se rió.
Dirseu.— Lo que me ayudó a sobrellevarlo hay que actúe bien, sí sé que lo mate pero pude protegerte a ti y a tu hijo y es lo que me permite dormir en las noches...
En eso escucharon como unos pequeños pasos que venían de arriba y vieron al pequeño castaño bajar las escaleras.
Freddy.— Buenos días oficial Dir — Dijo mientras se sentaba a desayunar.
Posteriormente los tres comieron su desayuno y al verla ahora se estaba haciendo algo tarde, Dirceu ofreció a llevarlos a sus respectivos lugares.
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