Los niños paseaban con sonrisas de felicidad en sus rostros por el patio de aquella escuela, algunos sólo estaban sentados en el verde césped observando con atención los distintos animalitos y plantas que habían en el lugar. Ó como estaba ese pequeño grupo de amigos, comiendo de la deliciosa merienda que les mandaban sus madres o padres mientras hablaban animadamente sobre esas cosas que normalmente ven en su día a día, cómo que programa de televisión les gustó más o qué juguete nuevo quisieran tener ahora.

Estaba el pequeño JungKook, que a pesar que ser de un grado mucho menor, siempre en el recreo se reunía con sus agradables Hyungs. También, JiMin y TaeHyung, que a éste era su último año cursando un grado para menores, gustosamente pasaban el recreo con su lindo dongsaeng. Esta vez había un nuevo integrante, HoSeok, quien era un alegre niño que había sido transferido hace poco al mismo curso de los mayores, compartiendo un lazo más fuerte con JiMin en todo este tiempo que les había tocado compartir asientos.

JiMin con una sonrisa brillante le había dicho que podía sentarse junto con ellos para que no estuviera tan solo ahí. Y el resto del grupo, lo recibió amablemente y poco duró la timidez. Pareciera que llevaran toda una vida conociéndose, cosa que le gustaba a JiMin.

—¡JiMin-ah! ¡JiMin-ah! ¡Mira lo que mamá cocinó para mí!— HoSeok con una sonrisa tocó repetidas veces el brazo del nombrado para llamar su atención, lográndolo al instante —Tienen forma de ositos.

El castaño cogió entre sus pequeñas manos las formas de ositos y las puso enfrente de sus ojos, ganándose una dulce risa y una mirada de fascinación por parte de JiMin.

—Wow, Hobi, tu mami es genial.— Dijo con emoción el niño con mejillas abultadas —Ahora quiero ositos, ¿me das ositos?

HoSeok miró la cara de perrito que puso JiMin y por alguna extraña razón, su cabeza asintió sin duda alguna y extendió un osito hacia él. JiMin con una sonrisa de victoria comió la comida desde la mano de su nuevo amigo, disfrutando al instante el rico sabor que tenía.

—¡Está delicioso, Hyung!— Exclamó con sus labios curvándose aun más, HoSeok asintió correspondiéndole la sonrisa al contrario.

—Ahora yo quiero probar eso.— HoSeok señaló los rollitos de carne de la comida de JiMin.

—Está bien.

El menor de los dos, sin rechistar más, tomó uno de esos rollitos y lo extendió hasta la boca de HoSeok, esperando que él lo comiera. Y así lo hizo el castaño, con un aura de felicidad comió el rollito que le ofrecía el menor.

—¡Muy rico, wah!

JiMin asintió dándole la razón.

Tan sumidos en su propia brubuja estaba aquel par de chicos, que no se percataron de las miradas confundidas que recibían por parte de dos chicos, que también eran sus amigos. TaeHyung se preguntaba que estaban haciendo y JungKook se sentía un poco extraño por no tener la atención de su JiMinie Hyung.

JungKook con sus ojitos aguándose lentamente, jaló la camiseta de TaeTae para que lo mirara. TaeHyung enseguida fijó su mirada en el menor, quien sólo lo miró con esos ojos de bambi y un puchero en sus labios.

—¿Qué pasa, lindo Kookie? ¿Estás bien?— El mayor preguntó con preocupación al ver la expresión que tenía, mientras pasaba un brazo por detrás del contrario y lo acercaba a su cuerpo de costado.

—J-Jiminie-Hyung.— Fue lo único que alcanzó a escuchar del susurro de JungKook, su voz sonaba tan triste y Taehyung se preguntó que le pasó a su tierno amigo.

—¿JiMin? ¿Qué pasó con JiMinie?— Ladeó su cabeza, en confusión.

—L-Lo q-quiero.— JungKook pasó sus manitos hechas puños por sus ojos, quitando esa picazón que había empezado a tener.

TaeHyung volteó para mirar a aquel par hablando animadamente sin ser conscientes de lo que pasaba y después devolvió su mirada al menor de todos, y ahí entendió el porqué.

Le había costado, pero encontró la respuesta.

—Confía, que Hyung resolverá esto.— Le aseguró con su característica sonrisa y depositando un dulce beso en su cabeza.

TaeHyung se volteó dispuesto a hablar, no le gustaba ver a JungKookie triste.

—¡JiMinie! ¡Hobi! ¿Qué hacen que no comparten, eh?— Se interpuso en su charla y rodeó los hombros de JiMin con sus brazos.

JiMin y HoSeok lo miraron confundidos para después soltar un par de risas, confundiendo al castaño.

—Sientense enfrente de nosotros.— Propuso HoSeok con una amable sonrisa, a la cual TaeHyung no pudo negarse tan fácil.

—Está bien, pero tú, JiMin.— Lo señaló con el dedo, y luego tomó con cuidado a JungKook en brazos para ponerlo en el regazo del mayor —Cuida a Kookie.

JiMin le brindó una mirada confundida a su amigo, pero cuando vio los ojos aguados de su conejito mirándolo fijamente, toda su atención fue para él.

—¿Qué tienes, Kookie?— Pasó sus pequeñas manos por las mejillas del menor, limpiándolas y dejando un suave beso en cada una de sus rosadas mejillas.

El pequeño JungKook sólo se acomodó afirmando sus brazos por el cuello de su Hyung y envolviendo sus piernas en la cintura del mismo, a la vez que escondía su rostro en el cuello de JiMin. Quedando así por un buen rato, sin querer separarse de él por nada del mundo.

—¿Estás bien, conejito? Dime algo, por favor.— JiMin acarició su espalda en movimientos suaves, mimándolo —¿Sabes que tiene, Tae?

—Ya no tiene nada, contigo no.— TaeHyung se encogió de hombros y se dispuso a entablar una conversación con HoSeok, quien le siguió con una sonrisa. Ambos quedando en una especie de burbuja.

Él también se encogió de hombros y decidió prestarle toda su atención a su lindo amigo.

—Hey, hablame. Me gusta escuchar tu vocecita.— Intentó alejarlo, poniendo sus manos en la cintura del menor, pero él al contrario se aferró más a su cuerpo y hundió aún más su rostro en ese espacio.

JiMin suspiró, resistiéndose a seguir intentando. Sólo se dispuso a mimarlo y arrullarlo con suaves canciones que él mismo tarareaba, durante varios minutos.

—Vamos, bebé.

JungKook salió de su escondite y miró la cara de su Hyung, quien le sonrió como siempre.

—¿Minie quiere a Kookie?— El menor sonrió un poquito, ya se sentía mucho mejor por tener la atención de JiMin.

—Minie quiere a Kookie muuuuucho.— JiMin besó sus mejillas, ocasionando que JungKookie riera dulcemente —Eres mi angelito guardián, pequeño.

—Kookie necesita a su Minie.— El chico con sonrisa de conejo volvió a esconderse en el cuello del mayor, pero esta vez con una sonrisa que no podía quitarle nadie.

—Lo sé. Yo también te necesito.

JiMin susurró apenas audible, y cerró sus ojos apoyando su cabeza contra la de su niño bonito.

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hola, hermosas personas 💕

Aquí volviendo con una dosis de ternura, asies. Espero lo disfruten ✌😋

Nos leemos pronto.

Mood cada vez que escribo un cap para esto↓