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El joven pelirrojo respiraba pesadamente arrodillado en el suelo , sus piernas temblaban debido al sobre-esfuerzo que se estaba ejerciendo sobre él y sus brazos dolían con cada mínimo movimiento , preguntándose a si mismo de donde sacaba la fuerza para no haberse derrumbado en el suelo hace ya una hora.
—Touya , levanta , ya—
Pasando un poco de saliva pero dejando pasar a la tos , un hilo de saliva recorrió desde su labio inferior hasta su barbilla , no podía mover un músculo más.
—Touya ¡¿ Me estás escuchando ?!—
Fue cogido del cuello de su camiseta , viendo el rostro de Enji a centímetros del suello y como el hombre había prendido en fuego su mano libre.
—¿ Es que quieres matarme , viejo ?—
Como una ofensa , fue tirado en el suelo , donde su vista azulada se había quedado en el techo , siendo el "tacto" cálido que sentía en su mano distraerle ; al alzar su mano sonrió como nunca , frunciendo su ceño y mirando como podía a su padre que estaba a punto de salir de la sala de entrenamiento.
—Hey...viejo—
Enji paró sus pasos cuando su mano se posó en la puerta corrediza ya abierta , abriendo los ojos de par en par al ver la bola de fuego pasar por su lado y acabar en la pared frente a su persona.
Fuego azul.
Se dio la vuelta , viendo con preocupación , por una vez tras tantos entrenamientos , como su hijo mayor estaba comenzando a prender violentamente su cuerpo en fuego azul.
—¡ Touya !—
Antes de poder hacerse a él , Enji fue parado por las llamas que el propio pelirrojo había hecho , ahora viendo como su rostro también comenzaba a ser plagado por el fuego.
—Ahora no eres tan fuerte ¿ Verdad , papá ?—
[...]
En el hogar de los Yagi , la rubia terminaba de lavar los platos , estaba sola de nuevo y no tenía otra cosa mejor que hacer.
Toshinori disfrutaba su vida como pro-hero , sin embargo , las veces que pasaba en casa eran escasas , y cuando estaba la energía que le quedaba era para hablar un poco con su hija , revisar temas de la agencia y dormir.
Para Sai era una costumbre pasar la mayor parte del tiempo sola , sólo quería compartir tiempo con su padre , siendo el único que le quedaba desde la muerte de su madre.
El teléfono de la casa sonó y la rubia cogió la llamada con mala gana.
—¿ Diga ?—
Del otro lado de la línea podía escuchar jadeos , pensando en colgar hasta que una voz temblorosa hizo que su estómago y pecho diesen un vuelco en su cuerpo.
—S-sai , estoy...en el callejón detrás de nuestra vieja escuela , v-ven lo antes posible—
[...]
Como cada mañana , se removió en la cama quejándose un poco por las piezas unidas a su piel , pasando sus manos por su rostro con la miraba fija en el techo ; todas las sensaciones a día de hoy eran completamente diferentes.
Miró a su izquierda , sonriendo ladinamente al ver a la rubia y el pequeño pelirrojo en sus brazos , las pequeñas manos agarraban los mechones rubios sueltos mientras que ella se encontraba con la espalda ligeramente apoyada en la pared al igual que su cabeza , y sus brazos acogiendo al pequeño que al ver al oji azul , sonrió alzando sus manos hacia él.
Con una sonrisa se acercó a ambos cuerpos , apegandoles a su pecho.
Siendo inundado por la sensación más cálida que su propia particularidad.
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