❝ 05 ❞
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En total iba ya una semana desde que TaeHyung llevaba viviendo en su casa. JiMin se encargaba de cuidarlo todos los días cuando iba al trabajo y lo agradecía en demasía.
Ahora era de mañana y lo único que escuchaba JungKook eran los regaños de JiMin mediante el télefono.
—Eres un idiota —Escuchó que el rubio dijo aquello, Jeon frunció el ceño y se alejó del celular extrañado.
—¿Pero por-
—Idiota. —JiMin no lo dejó terminar y dijo aquello, se encontraba molesto ya que el día de ayer que fueron al doctor, JungKook no le dijo nada respecto a Tae.
Y bueno, ahora que le habló sobre toda su situación, estaba molesto.
—Deja de insultarme .. te llamé para que me aconsejaras —Arrugó la nariz.
—JungKook, ¿qué quieres que te diga? Te eh dicho mil veces que trates mejor a TaeHyung, él lo necesita, pero tú solo eres un estúpido más que no escucha.
El mencionado rodó los ojos y cerró el tupper lleno de ensalada y pasta para meterlo a una mochila negra.
—Está bien, ¿pero qué se supone que debo de hacer? ¿Debo tratarlo diferente solo p-por eso? —Verbalizó con una mueca de extrañeza.
—Solo .. trata de tratarlo mejor y cuidarlo, dale de comer lo que él quiera y juega con él, cumple sus caprichos y listo, estará feliz.
Todo eso le parecía rídiculo y bufó.
En ese momento TaeHyung entró a la cocina con pasitos pequeños y su conejo como siempre.
JungKook lo miró de reojo —Bueno, por el momento no hablemos de eso .. ¿huh, crees que puedas venir a cuidar a TaeHyung hoy? Me toca turno en el trabajo.
La línea se quedó en silencio por unos segundos y el pelinegro se alejó del celular desconcertado, pensando que JiMin había colgado.
—Huh, e-esque bueno .. —Sonrió y puchereó —No te lo conté, estaba apunto de hacerlo, p-pero .. Vine a Busan para visitar a mi familia—Dijo así sin más.
TaeHyung ladeó su cabeza y al ver que el mayor parecía ocupado, volvió a la sala aún con su pijama puesta.
—¿Q-Qué? —Se asustó y trató de encontrar una solución, no podría llevar a Tae a su trabajo, lo desconcentraría y hasta podrían regalarlo.
Park rió angustiado y colgó antes de escuchar a JungKook, gruñó con frustración y golpeó la mesa con su puño cerrado.
Se sentía en una crisis total.
—¡Papá! —Un gritó resonó en la sala y el pelinegro solo sollozó falsamente, llendo en una caminata obligada a donde estaba TaeHyung.
—¿Qué?
—Lo quiero para Tete —Apuntó ansioso un anuncio de la televisión, Jeon volteó y decepcionado talló sus ojos.
—Tae, no, está bien que seas más infantil que otros chicos y todo .. y-ya tienes un chupón y esa ropa pero .. un biberón sería demasiado—Explicó negando frenéticamente —Además, mira todo este desastre .. —Resopló tomando un plato hondo de la mesa y vaciando ahí todo el cereal que estaba por doquier.
—Pero yo quiero u-uno .. —Su labio inferior comenzó a temblar y contempló su cara, esperando un accedimiento. El mayor bramó hasta que se le ocurrió algo.
—Hagamos un trato .. —Indicó agachándose a su altura, TaeHyung asintió feliz, para él eso ya era un sí —. Hoy te tendré que llevar a mi trabajo, sí te portas bien y no haces berrinches, saliendo iremos a comprarlo.
El menor aceptó satisfecho pero luego su mirada decayó a una diturdida —¿Trabajo?
—Sí, trabajo, así que sí quieres esa cosa —Se refirió al biberón — No harás desastres, ¿okay?
TaeHyung aplaudió y se paró con entusiasmo, listo para ir al trabajo. Ahora estaba impaciente por salir de ahí e ir a comprar su nueva botella, le incomodaba tomar en vasos, siempre se le terminaba cayendo mayor parte del contenido.
—Antes tenemos que darte un baño rápido —El castaño ahora amaba bañarse ya que jugaba mucho con el patito de hule y más aparte de eso, luego del baño siempre tenía una pijama calientita que lo acompañaba— Dije baño rápido, no jugarás con esos tontos patos.
Ante esa respuesta, el menor refunfuñó y se cruzó de brazos, no quería baño sí no jugaba con aquellos juguetes.
Faltaba media hora para que JungKook llegara a su trabajo y no tuvo de otra más que tomar la mano del menor y jalarlo al baño.
Duraron apróximadamente diez minutos en la bañera y Jeon se puso a buscar que ropa le pondría.
—Esa —Tae señaló una sudadera afelpada gris con un elefante en la esquina y para abajo, el mayor buscó un pantalón de mezclilla grande y unos zapatos amarillos.
Aquella ropa se la compró la vez que fueron con el doctor Jung y le prometió ropa o helado, TaeHyung decidió la ropa y eligió solo ropa infantil.
Ya vestido, le ordenó que bajara enseguida y el mientras fue por su mochila y las cosas que siempre necesitaba. Hoy le tocaba trabajar solo por lo que tenía que llegar temprano para abrir.
TaeHyung ya lo esperaba abajo, tenía a su conejo y jugaba con los mechones mojados que no se alcanzaron a secar. El pelinegro bajó casi corriendo y abrió la puerta para que salieran.
El camino estuvo con algunos imprevistos ya que Tae se distraía con cualquier cosa, más con los gatitos que habitaban por todas las calles, JungKook siempre se encargó de tomar su brazo y obligarlo a caminar más rápido.
—Tengo hambre .. —Habló en un tono bajito con un puchero, no había desayunado nada ya que en vez de comerse el cereal que Kook le dió, se puso a jugar con él.
—Ya casi llegamos, allá comeremos .. —Suspiró agarrando las correas de su mochila y alzando la mirada, llevaba una gorra negra que no lo dejaba ver tan bien.
Llegaron al local, el azabache lo abrió con ayuda de las llaves y entró él primero para luego dejar que TaeHyung entrara. Se encargó de prender todas las luces y los letreros florescentes, agarró el mandil que colgaba de un gancho y se lo colocó, era básicamente el uniforme.
El menor, asombrado, volteó a ver todas las paredes, no sabía que JungKook trabajaba en un lugar así. Había demasiados cristales con disintias golosinas en cada uno de ellos, las paredes y decoraciones eran en su mayoría rosa con blanco y los letreros ayudaban a que todo se viera más colorido.
JungKook odiaba trabajar ahí, todo era muy empalagoso y dulce, contando a las personas que siempre venían con niños menores y terminaba con dolor de cabeza. Pero la paga era demasiado buena.
El pelinegro volteó y observó como el otro chico estaba bastante emocionado, al parecer le emocionaba la idea. Tae pensaba que al estar ahí podría comer cuan dulces quisiera.
—No comerás nada, TaeHyung —JungKook negó y sacó los apuntes de los demás días para llevar la cuenta de todo lo que se vendía.
El castañito abultó su boquita y volteó —Unito .. —Suplicó meciéndose y jugando con sus manos, Jeon miró hacia arriba y se quedó pensando.
—Está bien, uno. —Se acercó a él y tomó una de las tantas pinzas al lado de los contenedores junto con una bolsita —¿Cuál quieres?
Tae abrazó a su peluche y dió una vuelta al local para decidir bien entre todos, se decidió por unos chocolates rellenos con saborizante de cereza. Y Jeon, al ver los ojitos de TaeHyung, tomó tres de esos y aparte otras tres gomitas de manzana.
—No las comas todas ahorita, te servirán para todo el día —Sin querer, su mano se guió a su cabeza y la acarició con ternura, el pequeñó sonrió y se sentó en el suelo para urgar sus golosinas.
—Párate de ahí, TaeHyung, las personas pasarán por ahí y te pisarán —Dijo —. Hay un sillón por allá, anda, ve —Atrás del mostrador, efectivamente había un sofá muy cómodo de felpa color rosa con almohadas blancas y estampado de chispitas.
Ya estando sentado, apreció las almohadas y las amó, se recargó en una de ellas mientras comía un chocolate y se lo presumía a su tonejito.
—Recuerda, TaeHyung, nada de desastres o no tendrás lo que tanto quieres —El chico asintió feliz, sabía a lo que se refería y trataría de ser un buen niño para obtener su biberón. JungKook, un poco nervioso por tener al menor ahí, abrió las puertas y se sentó en el mostrador para esperar a que gente llegara, mientras sacó un plato de comida y lo calentó en el microondas que tenían por ahí.
—TaeHyung, ven .. —Con unos palillos tomó pasta y sopló para que no estuviera caliente, el castaño dejó al conejito en el sillón y caminó con ojos grandes. Jeon aún no lograba entender como los ojos de Tae podían ser tan .. e inocentes, en cualquier momento o situación, la que fuera, siempre se mantenían brillando con anhelo y curiosidad.
Cuando el chico llegó a su lado, JungKook dirigió el bocado de comida a su boca, éste la abrió y al sentir el delicioso sabor en su paladar, golpeó el suelo con su piecito, impaciente por querer comer más.
—Está rico, ¿cierto? —Le sacó una sonrisa de conejo y tomó más para darle, TaeHyung ladeó su cabecita y se acercó para verlo más de cerca, el pelinegro no se había dado cuenta hasta que volteó y se quedó congelado por la cercanía.
—Tonejito —Señaló sus dientes y sonrió haciendo que sus ojitos se achinaran, Kook se quedó anonado y siguió con la mirada cualquier movimiento mínimo que hacía, sus mejillitas sorosadas, su sonrisa en forma de cuadrado y la forma en la que dijo aquello.
—Papá nunca sonríe así, es bonito —Su voz chiquita lo sacó de sus pensamientos, así que aclaró la garganta y asintió dándole más pasta.
Tae le sonrió y esperó la comida.
Tal vez ahora era un buen momento para hablar con el castaño y preguntar sobre su familia, se sentía con la confianza de Tae y la verdad quería saber cada detalle.
—Tae, ¿por qué no traes a tú conejito? —Con la mirada apuntó al peluche de felpa tirado en el sofá, el pequeño volteó atento y corrió por él para después regresar, por suerte justo ahora no había ningún cliente. TaeHyung abrió su boca esperando más alimento pero el pelinegro cerró el tupper y se agachó un poco.
—¿Te gusta mucho este conejo, mhm? —Inseguro medio sonrió, queriendo transmitirle confianza, el contrario lo abrazó y recargó su mejilla en el animal de felpa, como muchas veces solía hacer pero ésta vez sin responder. —¿Puedo saber quién te lo dió?
El más bajito lo miró desde abajo y se balanceó con un poquito de miedo.
—M-Mami —Fue la única respuesta que dió, sorbió su nariz bajando la mirada y jugando con las orejas del conejo de felpa.
—¿Enserio? ¿Y qué pasó con tú mami? —Ladeó la cabeza y haciendo una mueca a la vez, TaeHyung puchereó y una lagrimita traicionera salió de su ojito, JungKook se asustó y bajó del banquito en el que estaba.
—No llores, no llores, puedes contarme sí quieres, sí no, está bien, yo entenderé, TaeHyung .. —Habló casi en susurro para que solo él lo escuchara. TaeHyung sollozó bajito y negó sin querer hablar más.
—¡Mami no m-me quería! ¡porque se f-fue y dejó a Tete solito con papá! —Gritó haciendo exaltar al de cabello azabache y sin querer alejándose un poco.
JungKook relamió sus labios.
—Entiendo, TaeTae .. —Volteó hacia un lado y mordió sus labios no queriendo preguntar más cosas para que no recordara todo eso —. ¿Hay algo más que quieras decirme? —Acarició sus hombros y cabello, TaeHyung tenía la mirada gacha y eso hizo que Kook alzara su mentón y diera un toquecito en su naricita.
—¿Quieres comer más? —Evadió el tema y sacó el plato, Tae se quedó paradito mientras observaba las acciones del mayor.
JungKook agarró la pasta y se la dirigió, el menor se le quedó viendo con un pucherito en su boca.
—P-Papi hacía cosas feitas a Tete —Habló limpiando sus ojitos y jugando con las mangas de la playera, JungKook se entremeció y detuvo sus movimientos —. Papi tocaba mucho e-el cuerpito de Tete después de que mami se fuera, no g-gustaba —Alzó sus ojitos y lo observó triste, el pelinegro dejó la comida y se acercó para acariciar sus brazos con inseguridad.
No sabía como tal que decir, pero estaba seguro que tenía que ser un poco blando y cálido, no como siempre era.
—Tranquilo ¿okay? Ya estás bien .. estás a salvo y yo estaré aquí para cuidarte, ahora vives conmigo, no te pasará nada—Sonrió, TaeHyung rió chiquito y lo abrazó aún con lágrimas en sus rosadas mejillas.
Una mujer entró al local y JungKook solo revolvió el cabello contrario para separarse y atender, TaeHyung fue a sentarse de nuevo y a hablar con su tonejito mientras comía sus dulces. El mayor le hechó un vistazo y formó una sonrisa pequeña ante la escena tan adorable, estaba seguro que hasta ahora había sacado un lado blando que ni el mismo conocía.
...
Era ya la una de la tarde y JungKook se encontraba tomando un bocado de agua mientras sus ojos se mantenían en el castaño, llevaba toda la mañana entretenido con su celular, decidió préstarselo para que no se aburriera.
Y bueno, como en el local habia red de internet, instaló algunos juegos y se quedó viendo vídeos de plastilinas y autitos, su lenguita se encontraba afuera ya que estaba concentrado en el vídeo.
La mirada suavizante de Jeon cambió al ver como por la puerta de su trabajo entraban dos personas muy conocidas para él.
—¿Qué hacen aquí? Lárguense —Bufó dejando de tomar agua y haciendo que su mandíbula dejara de marcarse tanto. Tomó un trapo y limpió el mostrador.
—Vamos, solo venimos aquí para verte, llevabas días sin comunicarte —Un pelinegro de ojos gatunos chasqueó la lengua y se recargó en el mueble rosado, TaeHyung dejó de prestarle atención a sus vídeos y volteó con confusión.
—Bueno, ya vieron que estoy desafortunadamente con vida y sano, así que váyanse, estoy ocupado. —Gruñó, el otro chico que hasta este momento no había hablado, volteó la cabeza al notar una presencia nueva.
—¿Él quien es? ¿Tú novio? —Un muchacho demasiado alto preguntó con una ceja arriba, TaeHyung se asustó ante las nuevas dos personas y se sentó atrayendo a su conejito a sus piernas.
JungKook se quejó molesto y pateó la pierna de su amigo.
—Eso es un tema que para nada les debería de interesar, váyanse sí no quieren que traiga la escoba.
Tanto NamJoon como YoonGi se asustaron y se fueron sin decir nada, sabía que lo que decía JungKook era algo que probablemente se cumpliría.
—¿Tienes sueño o más hambre? —Después de que sus dos únicos amigos se fueran, se acercó al menor. El castaño negó y siguió viendo los vídeos que tanto le encantaron, el pelinegro hizo un sonidito de afirmación y fue nuevamente a la silla en la que estaba sentado.
Estaba verdaderamente cansado, se dió cuenta de que no era fácil cuidar a otra persona aparte de él, aún sí no daba molestias.
Bostezó y se recargó en su mano.
TaeHyung vió que JungKook puso a acomodar y contar el dinero y aprovechó para minuciosamente caminar a los cristales y tomar unas gomitas de salvavidas, mezclándolas con unos caramelos en el mismo cristal.
Su idea simplemente era hacer que los dulces se vieran más divertidos y que mejor que todos combinados. Llevaba ya apróximadamente cuatro cristales con diferentes golosinas cuando JungKook se dió cuenta, y lo hizo solo porque la pancita de Tae retumbaba al tener contacto con todos los envases.
—¡Tae! ¡deja ahí! —Dejó lo que estaba haciendo y corrió para apartarlo, solo cerró los ojos al ver todo lo que tendría que hacer por culpa del menor, regresar uno por uno a su lugar correcto.
—TaeHyung .. te dije que no hicieras desastres, ya casi es hora de irnos a casa pero ahora tendré que arreglar todo esto —Se quejó mientras tenía sus ojos molestos puestos en él, Tae jugó con sus manos y corrió de nueva cuenta al sofá para aventarse sobre él y abrazar al conejo café.
—No, Tae, así no vas a arreglar nada —Frunció el ceño mientras iba por un bowl para poner los dulces. — Saliendo de aquí ibamos a ir al centro comercial por el biberón, ya no.
El castaño lo observó enfuruñado y chilló aventando a su conejo al suelo.
—¡Yo quiero para Tete!
—No grites, TaeHyung, sientate —Gruñó al ver que ahora el menor se subió al costoso sillón y saltó, eso sí que lo hizo enfurecer —Bájate ahora y mantente quieto, no quiero que vayas a tomar mi celular para nada —Su voz sonó tensa y se volteó luego de ver que TaeHyung lo observó enojado.
—¡Ya no quiero estar aquí contigo! —Tae volvió a alzar la voz y puchereó lloriqueando un poco, el contrario se sintió un poco dolido ya que prácticamente justo cuando había aceptado al más bajito en su hogar, decía algo así.
Se volteó con una mueca e ignoró al otro, tomando entre sus manos el conejito que éste votó al suelo. Él se asustó y fue corriendo por el peluche pero JungKook lo alzó para que no lo alcanzara.
—M-Mi tonejito —Sus palabras se entrecortaron y trató de tomarlo, era sabido que ese peluche color caramelo era lo más preciado que tenía y no le estaba gustando el que Kook se lo quisiera quitar.
—No te lo voy a dar, eres un niño muy malagradecido, TaeHyung —Bufó acomodando los dulces en su lugar. El chico adorable lo observó con tristeza y poco a poco dejó de forzar sus movimiento, JungKook pensó que pararía pero fue inesperada su siguiente acción.
Prácticamente talló sus ojitos y se fue corriendo afuera de la tienda, eso lo hizo angustiarse demasiado y fue por sus cosas y entre ellas las llaves del local, con sus manos temblando de los nervios apagó todas las luces y cerró el lugar, corriendo a la dirección en la que Tae había ido, con su mochila en la mano izquierda.
Solo maldijo en bajo al ver que en ningún lugar estaba el castaño y entre tantas personas era más díficil encontrarlo, asustado, sacó su télefono y marcó el número de su amigo rubio.
—Hola, JungKookie, ¿todo bi-
—JiMin, Tae se perdió, ¿qué se s-supone que debo hacer? —Tragó saliva mientras caminaba y verificaba que en ninguna esquina o privada oscura se encontrara.
Se escucharon un par de maldiciones dichas con odio y luego JiMin habló —¿Cómo es que se te perdió, Jeon? ¿qué estabas haciendo?
—E-Esque, bueno .. lo regañé porque hizo una travesura en mi trabajo y salió corriendo.
—JungKook, yo no puedo hacer nada desde aquí, tendrás que búscarlo tú solo, puedes pedirle ayuda a YoonGi o Nam. —Su voz sonó un poco decepcionada.
—Está bien, n-nos vemos, te aviso cualquier cosa —De inmediato colgó y ahora marcó el número de su amigo peligris, este le tomó la llamada y al escuchar su voz suplicante, decidió ayudarlo.
Aprovechó que estaba junto a YoonGi y ambos fueron hacia el pelinegro, quien les dijo que tenían que apurarse ya que se haría de noche y bueno, el menor le tenía miedo a la oscuridad.
...
Eran ya las seis de la tarde, para este punto ya estaba oscureciendo y JungKook en vez de estar buscando como sus amigos, fue a un centro comercial que se encontraba cerca y se metió a una tienda en específico.
Al encontrar lo que quería y otras cosas más, fue a pagar y todo se lo dejaron en una bolsa blanca con el logo de la tienda. Salió corriendo afuera y ahora sí se puso a buscar por cualquier lado.
Observó la bolsa con arrepentimiento pero decidió no darle tanta importancia, tenía que enfocarse en encontrar al chico. Era fácil, un muchacho castaño vestido con una sudadera gris de elefante y zapatos brillantes amarillos
Su cuello tronó con cansancio y su cabeza se guió hacia abajo, justo en donde estaba la esquina del centro comercial. Su vista se iluminó al ver un pedazo de algo amarillo, pensó que serían los zapatos de Tae, pero solo era una bolsa de plástico, gruñó molesto.
Su corazón empezó a latir demasiado fuerte y sus labios estaban resecos de tanto que los relamía por la preocupación.
Que aunque le costara aceptarlo, sí tenía.
Decidió correr hacia su departamento y se apresuró en subir las escaleras ya que el elevador estaba ocupado, al estar en su casa buscó la correa de Dogo y lo llamó con unos silvidos y aplausos.
Claro, el olfato de su mascota estaba muchísimo más desarrollado y sería más fácil encontrar a TaeHyung, ya iban dos horas sin encontrarlo.
—Hola, amigo, perdón por tardar tanto hoy .. —Murmuró mientras le ponía el collar y ajustaba la pechera en su cuerpo, al ser un perro muy grande y pesado, necesitaba de esta para no jalar mucho su cuello. —Necesito que encuentres a Tae, ¿sí?—Sonrió acariciando su cabeza y palmeando su espina dorsal.
Al estar ambos listos, salieron por la puerta y Jeon la volvió a dejar con seguro. Y bueno, estaba seguro de que su decisión había sido la mejor que pudo tomar, su perro solo se la pasaba olfateando cada esquina y guiándolo por calles reconocidas.
Hasta que llegó a un lugar y ladró volteando a ver a su dueño muy feliz, con su cola moviéndose de un lado a otro. JungKook lo observó atento y se asomó, sus pulmones dejaron salir aire aliviados y sonrió agachándose.
—TaeHyung .. —Expresó acariciando a su perro y dándole un premio mientras amarraba su correa a un tubo que estaba justo al lado. El castaño lo miró y sorbió los moquitos que tenía por anteriormente haber llorado. — ¿Qué haces aquí? Ya es de noche, es peligroso, vamos a casa. —Se puso de pie y lo tomó de la mano para pararlo, Tae se alejó y cruzó los brazos con su boca abultada.
Jeon hizo una mueca y envió un mensaje a YoonGi y Nam para darles las gracias y decirles que lo encontró. Por ahora tenía que arreglar el problema que tenía con el chico y revisar si le pasó algo en esas horas que estuvo fuera.
—Lo siento ¿sí? .. no quería hacerte sentir mal —Formó una leve sonrisa mientras acariciaba su cabeza —Estaba cansado y tenerme que quedar a limpiar me hizo enojar. FDe verdad perdón, ya vámonos a casa —Tae negó y se alejó con la mirada pegada en el suelo.
El mayor suspiró y en eso recordó la bolsa que tenía en manos, así que satisfecho de sí mismo, sacó lo que compró anteriormente y lo puso frente al chico.
—Es para tí, tómalo. —Planteó dándole el biberón con detalles de avioncitos y nubecitas. TaeHyung gritó y lo agarró. —Dogo te extrañaba, ¿por que no vas a saludarlo? —Rió, el otro asintió con sus dientitos en una sonrisa y abrazó al gran perro, frotándose contra él con cariño.
—¡Juguito, mira! —Le enseñó la botella dichoso y se la presumió, Kook sonrió y tomó la bolsa que estaba en el suelo para desatar a Dogo.
En todo su camino a casa, TaeHyung casi que le hacía un hoyo al biberón de tanto que lo veía, al azabache eso no le molestaba y mejor se encargó de guiarlo y hacer que no se golpeara.
Cuando estuvieron ya en su departamento, JungKook dejó todo en la mesa y Tae fue a cambiarse por su pijama ya que el mayor así lo ordenó y a él le gustaba tanto que lo cambiaran como cambiarse solito.
El anfitrión aprovechó que estaba solo y sacó las compras, dejándolas todas en la mesa enfrente del sillón.
—¡Papi! —Ya en pijama y cómodo, Tae bajó las escaleras en saltitos, el susodicho volteó y esperó a que llegara completamente. El castañito fisgoneó todas las compras con indagación.
—Tae .. no quiero que vuelvas a hacer lo que hiciste hoy, de verdad me asusté y .. —Apenado rascó su cuello —Y me preocupé mucho, ahora vives conmigo así que pensé que sería algo bueno que tuvieras tús propias cosas.
En efecto, todo lo que JungKook compró fue eso, apróximadamente dos almohadas, cobijas, una lampara tintada de azul y unos cuantos vasos entrenadores y biberones más.
—Por favor no vuelvas a salirte así, TaeHyung .. sí no te hubiera encontrado-
El menor no lo dejó terminar y se aventó a él, enrollando sus piernitas en su cadera. JungKook dudó en corresponder pero lentamente lo abrazó y se aseguró de que no cayera.
Después de todo, ¿qué mal hacía a la vida de JungKook tener una pizca de afección y compañía?
...
Iba a actualizar ayer pero en el momento en el que estaba copiando el capítulo para pegarlo aquí, se borró😭Entonces tuve que reescribirlo.
Sentí que estuvo un poco corto pero en realidad tiene más de 4000 palabras, normalmente todos los capítulos anteriores son de 2000.
Espero les haya gustado, perdón por las faltas de ortografía, gracias por leer.✧
-Nini🐧
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