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❝ 01 ❞


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La vida de JungKook siempre fue algo solitaria, nunca consideró que tuviera una personalidad amable ni sociable, por ello contaba con solo dos amigos y no necesitaba más. Su familia casi siempre se la pasaba criticando eso, reclamándole el que debía ser mentalmente abierto y tratar de ser amigable.

Pero él, simplemente no era así.

Es por eso que a los dieciocho años, salió de su casa completamente aliviado de no tener que soportar los reclamos de su mamá, y buscó un departamento alejado.

Básicamente, era un departamento bastante pulcro y limpio, con inmuebles modernos en cada esquina y todo perfectamente ordenado.

Vivía él solo con todas las comodidades que pudiera tener y con su pequeña -no tan pequeña- mascota. En su trabajo de medio tiempo en una tienda de caramelos y postres, le iba bastante bien.

Aunque odiaba todo ese ambiente tan dulce y empalagoso pero pagaban un salario muy alto al ser una dulcería de alta calidad, por lo que no se quejaba.

Y justo ahora, acababa de salir de su trabajo empezando la clara noche. El clima era algo fresco por lo que llevaba un abrigo bastante caliente y sus manos dentro de los bolsillos. Trataba de mantener sus ojos plenamente abiertos y su vista enfocada en sus pasos, hoy fue un día pesado en el trabajo y la sonmolencia lo estaba venciendo.

Al ser sábado, las calles estaban totalmente ilumunadas y habitadas por muchisímas personas, aún si ya era tarde. Algo común tomando en cuenta que vivía en una de los lugares más habitados de Corea.

Bostezó y dobló una calle antes de su apartamento, deseando con todas sus ganas llegar para poder quitarse esa ropa tan incómoda y recostarse sobre su cama para caer en el mundo de los sueños.

Pero al parecer, eso no estaría en sus planes.

Una cuadra antes de su hogar, unas cajas removiéndose y unos chillidos lo obligaron a voltear confundido hacia el ruido. Pensó que sería ese cliché de encontrar algún cachorrito o algún otro pobre animal, pero cada que se acercaba más, se daba cuenta de que estaba realmente equivocado.

Sus ojos se salieron de su órbita y tosió tratando de identificar aquella situación que estaba pasando. Pero unos ojos brillosos hicieron que se detuviera en frío.

Un niño -según él- con cabello castañito, cuerpo delgado y de baja estatura, ropa terriblemente adorable pero manchada de suciedad, mofletes sonrosados y ojos llorosos, fue lo que se encontró en ese callejón.

Trató de retroceder y aclarar su mente pero aquel castañito corrió hacia él y se quedó viéndolo con un pucherito tembloroso.

—T-Tú .. ¿qué quieres? —Tragó saliva intentando ser amable pero al dejar salir esas palabras, se dió cuenta de que para nada lo logró.

El chico sollozó tallándose sus ojitos y alzó sus brazos queriendo que JungKook lo cargara.

—Oh, no. Aléjate de mí, no te conozco. —Se alejó con una mueca mientras arreglaba su abrigo. Se arrepintió de la forma tan brusca en la que habló al percibir unos débiles sollozos.

Su corazón se encogió y se agachó a la altura del contrario, siendo éste demasiado bajito.

—¿Qué haces aquí? ..  ¿cuántos años tienes, mhm? —Cuestionó analizando su rostro dejándolo un sentimiento de pesar, aquella adorable carita estaba llena de tierra y sus manitas se encontraban con unos cuantos raspones.

Aquel pequeño levantó sus manos raspadas y le enseñó sus palmas con las heridas, ignorando su pregunta.

—Dime .. ¿cómo te llamas? —Trató de cambiar de tema y siguió sacando plática.

El castañito puchereó viendo hacia abajo, específicamente en su blusita de algodón. El azabache le siguió la mirada y observó un brochesito que colgaba en la parte inferior de su playerita, así que con mucho cuidado y tratando de no asustar al chico, lo quitó.

—"¿TaeHyung?" —Leyó lo que decía el objeto.

—¡Tete! —El otro interrumpió aplaudiendo y soltando risitas emocionadas. JungKook frunció el ceño al identificar aquella voz y comportamiento infantil.

—Oh, sí, huh .. —Rascó su nuca viemdo hacía todos lados. —. Mira, no sé quien eres ni que está pasando pero te regresaré esto .. —Le puso el broche viendo como el castaño quitaba su sonrisa y dejaba de festejar —. Y me iré a mi casa .. tú deberías hacer lo mismo —Se volteó y dió el primer paso TaeHyung sollozó fuertemente y lo abrazó por la cintura, sobresaltándolo.

—T-Tete .. no s-solo .. —Balbuceó sorbiendo su nariz. Jeon se volteó y frunció el entrecejo.

—¿Puedes hablar bien, por favor? Como una persona civilizada, no te entiendo —Reprendió irritado por tener que estar soportando el comportamiento de, literal, un niño —. Necesito irme a casa, suéltame —Dijo desagradado por aquel abrazo que se le estaba siendo brindado.

El menor lo soltó e inmediatamente corrió a las cajas en donde había estado desde un principio, sacando un peluche de un conejo café con un listón en su cuello y unas orejas peludas.

Después de tenerlo en manos, regresó con Jeon y tomó su mano quedándose quieto y con el conejo colgando de un brazo, esperando a que avanzaran.

—¿Qué es eso? Por dios, que asco, dejalo ahí y suéltame de una puta vez. —Agarró el conejo sucio con dos dedos y lo aventó asqueado. TaeHyung volteó a ver a su conejo con ojos llorosos y puchereó triste.

—Tonejito .. —Apuntó el animal de felpa sintiendo mal al ver como aquel hombre lo aventó sin ningún tipo de remordimiento.

Jeon rodó los ojos y se apartó bruscamente.

—Me tengo que ir, adiós. —Al ver como el chico lo soltaba, empezó a caminar, pero se detuvó para observar las acciones del mismo.

El castaño al soltarlo, se acercó lentamente a su conejito y se agachó para recogerlo y limpiarlo con lágrimas escurriendo en sus mejillas.

JungKook se quedó estático y relamió sus labios sintiendose demasiado cruel de repente, por lo que podía ver, el castaño no tenía familia ni hogar por ningún lado. TaeHyung atrajo el peluche a su pecho y se recargó en la pared, quedándose sentado mientras lo sacudía.

No podía creer lo que estaba por hacer.

—Tú, eh .. T-TaeHyung —Pronunció el nombre inseguro por equivocarse, pero no fue así al ver que el mencionado lo observó ilusionado.

—Tete .. —Corrigió.

—Sí, e-eso —Aclaró su garganta —. Humh .. ven, te daré algo de comida.

Tae al escuchar aquella palabra que tanto amaba, se paró emocionado y corrió hacia él.

—Iremos a mi casa, pero solo te daré comida y luego te irás, no tengo tiempo para estar cuidando niños. —Comunicó metiendo sus manos a los bolsillos retomando su caminata,  Tete no se quedó atrás y lo siguió contento con su conejito en brazos.

...

—¿Qué te gustaría comer? —Abrió el frígorifico y ladeó la cabeza buscando alguna comida que pudiera nutrir el cuerpo tan delgado de TaeHyung. En parte le preocupaba.

—¡Titi! —Alzó sus bracitos emocionado.

JungKook enarcó una ceja y lo volteó a ver confundido, se recargó en la mesa para observar al pequeño.

—Mira, no tengo ni una mierda de idea de lo que es eso, solo tengo arroz y sopa, elige.—Gruñó.

Tae abultó su boquita y se paró con dificultad, caminando al refrigerador y abriéndolo felizmente.

—¡Hey! no toques nada —El de cabello largo regañó quitando las manos de TaeHyung, pero a él no le importó y con ojitos muy abiertos, señaló un bote de leche. Su boquita salivaba y su pancita gruñía por el hambre.

—¿Leche? —Se burló — Para empezar, no creo que la leche te llene.

El menor siguió señalando el bote y sollozó haciendo una mini rabieta.

—Oh, no, no, no. A mí no me vengas con eso —Con el ceño fruncido por aquella rabieta, tomó un vaso de vidrio y lo llenó de leche. TaeHyung saltó y lo quiso tomar en sus palmas —. Ten, tómatelo —Se lo dió y carraspeó.

JungKook no estaba entendiendo mucho, TaeHyung se veía muy grande para ser un niño pero muy pequeño para ser un adulto, sumando su comportamiento raro. Solo dejaba salir algunas monosílabas y se veía emocionado por todo.

Suspiró sonoramente y volteó hacia atrás de TaeHyung al escuchar unas patas sonar sobre el piso. Era su mascota, la cual al escuchar a su dueño, despertó de su siesta en la cama de JungKook y corrió a recibirlo.

—¡Dogo! —El de cabello azabache sonrió y abrió los brazos esperando la dulce bienvenida de su perro. Su mascota era un lindo Dogo alemán o Gran danés, cualquiera de los nombres.

Era un perro de raza muy grande, pelaje corto y gris, orejas largas y muy muy cariñoso con cualquiera. Y al no ser muy imaginativo, le puso el mismo nombre de su raza.

Aunque siempre debía ser cuidadoso con él, ya que siempre se paraba en dos patas y se lanzaba contra las personas amistosamente, pero claro, su fuerza era muy brusca y hasta llegaba a hacerle daño a los demás. De hecho, parado en dos patas, era de la estatura de Jeon.

TaeHyung alejó el vaso de leche de su boquita y con sus manitas temblando, lo soltó y se rompió en el suelo, creando un estrenduoso sonido.

JungKook se asustó y con los ojos bien abiertos dejó de acariciar a su perro.

—¿Qué haces, TaeHyung? —Preguntó frustrado y sacó cuidadosamente a Dogo de la cocina para que no se cortara con los vidrios. El castaño puchereó y sollozó tapando su cara con sus puñitos.

—No llores, solo .. —Rascó su nuca —Debes tener cuidado, no queremos tener accidentes. —Avisó tomando un trapo para recoger los vidrios y la leche derramada.

—T-Tete lo siente .. —Gimoteó haciendose pequeño mientras abrazaba a su conejito creyendo que lo regañarían.

—Está bien, TaeHyung, no pasa nada —Dijo acercándose pero el menor se alejó asustado y negó.

—N-No .. c-castigo no .. Tete no q-quiso—Sollozó indefenso buscando refugio en la pared.

Jeon enarcó una ceja y se acercó cuidadosamente para acariciar sus hombros con preocupación.

—Tranquilo, no te haré nada .. —Consoló algo preocupado —Solo limpiaremos y ya ¿sí?

El pequeño sorbió su nariz y se escondió en su cuello, JungKook se tensó y carraspeó incómodo sin alejarlo.

—Gande .. —Habló contra su cuello y se acomodó ahí.

—¿Mhm? —Quedó confundido — Oh, ¿Dogo? ..sí, él es .. grande.

—A Tete no g-gusta.

—No te hará nada .. es inofensivo —Soltó enarcando una ceja pero TaeHyung negó repetidas veces aún aterrado. No le gustaban los animales grandes.

—Está bien .. Dogo es amigable, nunca lastimaría a nadie. —Con inseguridad, guió su mano lentamente a su cabello y lo acarició, carraspeando momentos después al darse cuenta de que estaba teniendo mucho contacto físico con alguien, cosa que no le gustaba.

—¿Te serviré más, sí? Necesitas comer. —Se apartó rascando su nuca y sacó un vaso, ahora de plástico y sirvió poca más leche.

El castañito rió y pasó sus manos por sus ojos para luego tomar el contenido desesperadamente. JungKook solo observó como Tae se veía tan feliz con un vaso de leche.

Y esque desde a kilometros se podía notar lo malnutrido que estaba el cuerpecito del pequeño, a decir verdad le dió lástima y tal vez por eso quiso ayudarlo.

JungKook observó por la ventana y se dió cuenta de que ya era muy tarde y seguramente afuera estaría helado.

—TaeHyung, ¿y tús papás? ¿con quién vives? —Preguntó esperando una respuesta, el menor se limpió los bigotitos de leche y se aferró a su peluchito.

—Papá m-malo.

El pelinegro enarcó una ceja y asintió confundido.

—Bueno, pero .. ¿dónde vives? Puedo llevarte.

TaeHyung negó asustado y sollozó escondiendo su cara. El mayor volteó hacia otro lado pensando en que hacer, no podía simplemente darle alojo a ese niño ya que podría considerarse como secuestro.

Además, no tenía tiempo ni paciencia.

Pero tampoco podía dejarlo tirado en esa calle en donde lo encontró. Suspirando, JungKook lo pensó un poco antes de hablar.

—Bien, TaeHyung. Solo por esta noche te quedarás a dormir aquí .. pero —Antes de que el castaño pudiera emocionarse, lo interrumpió —Mañana a primera hora te irás.

El pequeño arrugó su tierna nariz pero no objetó.

Al estar en su cuarto, Jeon sacó una mini colcha y unas sábanas para dejarlas en el piso. Las acomodó para que se sintieran cómodas y la dejó a un lado de su cama.

TaeHyung observaba con una expresión curiosa ese gran cuarto oscuro con aroma varonil, unos cuantos cuadros colgaban de las paredes azul marino y varios premios adornaban los lugares vacíos, ni siquiera sabía de que eran.

—Bien, TaeHyung .. tú dormirás aquí —Señaló la cama express. Al voltear por no escuchar una respuesta, observó a Tae ya acostado y arropado en su cama mientras sus ojitos curiosos lo escaneaban.

—Oh, no. Eso sí que no lo voy a permitir, salte de mi cama —Gruñó analizando todas las posibles situaciones en las que sus sábanas se ensuciarían por culpa de la ropa de TaeHyung y su cuerpo sucio.

El menor negó inocentemente mientras Jeon se frustraba cada vez más.

—No pienso discutirlo, es mi casa, mi cama y aquí se hace lo que yo diga, así que fuera, shu shu —Lo intentó sacar y al lograrlo, las lágrimas en Tae se hicieron presentes. El anfitrión de la casa tomó aire y trató de mantener la cordura.

—Tae, mira. Esta cama es perfecta para ti, es de tú tamaño —Siguió señalando su creación en el piso para intentar convencerlo, el contrario negó con un pucherito.

Ahí JungKook supo que la noche sería muy díficil y larga.

...

-Nini🐧

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