7.- ¿Beso?
-Mingyu... por favor, duerme de una vez- Beomgyu estaba muy cansado y como no si eran las 2:30 de la mañana, quería dormir ¿y Soobin? Durmiendo plácidamente en su habitación, o eso creía Beomgyu, pero en verdad estaba esperando a que Mingyu duerma para no sentirse culpable por dormir aunque Beomgyu estuviera despierto.
Soobin no lo aguantó mas, también quería dormir, se levantó de su cama y se dirigió hacia el cuarto de Mingyu, encontrándose con Beomgyu durmiendo aún sentado con un sonriente Mingyu en brazos.
Soobin lo hizo nada mas que morir de ternura y aproximarse a ellos, sabía que si separaba a Mingyu de Beomgyu este lloraría y nadie quería eso, así que tomó en brazos a ambos y los llevó a su habitación, cuando llegó ambos estaban dormidos, tendría que ponerle la pijama a Mingyu y aparentemente también a Beomgyu.
-Muy bien- aunque estaba cansado de igual manera les colocó la pijama a juego que los tres tenían y los acomodó en la cama, con Mingyu al medio y Soobin con Beomgyu a los costados.
Antes de dormirse admiró el bello y delicado rostro que Beomgyu poseía, realmente era perfecto, ahora lo tenía durmiendo en su brazo, se sentía todo un ganador.
--Quisiera besarte- habló muy bajito acariciando el rostro de su omega. -pero no me aprovecharé de ti, se siente como si en verdad fuésemos familia.
-Mmhh...- aquel ruidito que Beomgyu hizo lo asustó un poco, pensó que fue descubierto.
-Buenas noches- besó la frente de su hijo y de su omega antes de cerrar los ojos hasta el día siguiente.
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-Hey... lindo... Beomgyu... omega- Soobin removía el cuerpo de su menor con la intención que despierte, ya eran las 10 de la mañana y Mingyu estaba sentado en su regazo jugando con la mano de su padre.
-Un ratito más- se aferró a su sueño sin saber dónde estaba.
-Pero ya pasó ese ratito como hace dos horas- bostezó removiéndolo nuevamente.
-Ahh..- se quejó abriendo sus ojos acostumbrándose a la luz exterior.
-Buen día- sonrió aunque estaba cansado y estiró su espalda haciéndola tronar junto con su cuello y nudillos aún con Mingyu en brazos.
-Buenos días- por fin se dio cuenta en donde estaba, no estaba en su habitación, eso era seguro, tampoco en la de Mingyu, era mas seguro, entonces estaba en la de Soobin, cambiado de ropa y con el aroma del alfa. -¿Cómo llegué aquí?
-Yo te traje aquí.- explicó el como mientras arreglaba un poco su cama, no la tendería, que flojera.
-Oh..- escuchó toda su explicación, no era larga, pero tuvo tiempo de levantarse y arreglar aquella cama junto con Soobin, ya eran casi 3 meses de que vivían juntos y con Mingyu.
Las cosas parecían haber avanzado, los besos en la mejilla era bastante frecuente y dentro de cuatro días Mingyu cumpliría un año.
-¿Vamos a desayunar?- Beomgyu haría el desayuno, ya que Soobin estaba ocupado con Mingyu.
-Claro que si- Lo siguió agarrando su mano para que lo guie ya que sus ojos estaban medio cerrados.
-Vamos entonces- era de rutina, aveces Soobin dirigía y aveces él, depende con quién estaba Mingyu.
Hizo sentar a ambos mostrándoles una hermosa y radiante sonrisa antes de empezar a hacer el desayuno.
-Gyu- Soobin llamó.
-¿Si?- ya estaba por terminar unos emparedados.
-¿Qué haremos para el cumpleaños de Mingyu?- no tenía que ser algo grande, podían salir o invitar a Tae y Kai a la fiesta en su casa, con pastelito.
-Quiero horneárselo un pastel- sonrió -aparte podemos invitar a los chicos y que traigan a los mellizos- sería divertido.
-Oh, no sabía que podías hornear.
Siempre hay cosas nuevas que aprender de ti.
-Hay muchas cosas que no sabes sobre mi- rió entregando los respectivos desayunos, Mingyu ahora tenía papilla además de leche.
Afortunadamente hacer comer a Mingyu no era tan dificil, a veces si batallaban mucho y la papilla terminaba hasta en las paredes y en el techo, pero cuando Mingyu veía a mamá triste empezaba a comer, odiaba ver a mamá triste.
-A comeeer- Soobin agarró la cucharita de Mingyu con un poco de papilla e intentó dárselo lográndolo exitosamente, Mingyu comía muy bien a comparación de otros niños, pero tampoco estaba tan gordito, era el peso ideal.
-Papá- estiró sus manitos hasta alcanzar el rostro de su padre y sonreir al lograrlo, Soobin sonrió instantáneamente y ahí fue cuando Beomgyu sacó una hermosa fotografía, realmente Soobin lo tenía muy embobado, no se atrevía a admitir que estaba enamorado.
-Desayunemos- besó su frente siguiendo con el desayuno, agradecía tanto a Mingyu poder haberlo unido con Beomgyu para estar en ese trabajo de dos semestres juntos.
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-Mingyu...¿Cómo le hago?- Soobin hablaba con su hijo mientras Beomgyu fue a hacer unos recados en la escuela -Quiero decirle... pero ¿Y si me rechaza? ¿Y si lo hago mal? ahh... ayuda a papá- esperó como si Mingyu fuera a decirle un consejo o algo -Tienes razón, debería arriesgarme... pero tengo que esperar el momento indicado, si, eso es, primero lo voy a cortejar un poco.
Empezó a anotar las cosas que compraría o haría para cortejar un poco a Beomgyu antes de pedirle noviazgo. Lo único que quería es que le diera tan solo una oportunidad.
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-Llegé!- Beomgyu entró a la vivienda con su bolso y sus redondos anteojos puestos, los cuales se sacó instantes despues.
-Beom, buenas noches- ya eran las 7 pm, se le consideraba noche.
-Buenas noches, ¿Y Mingyu?- fue un poco raro no verlo o con Soobin o gateando en la sala.
-Durmiendo, está en su habitación.
-Quiero verlo- Mingyu dormido era demasiado adorable hasta para todos los ojos del mundo.
-Vamos entonces- a pasos lentos y cuidadosos para no despertar a Mingyu ambos entraron a la habitación del cachorro, verlo dormidito en su cuna abrazando un pequeño peluche de ratón derritió ambos corazones.
Soobin veía el rostro de Beomgyu, era perfecto, su perfil era tan hermoso, hacía notar sus largas pestañas y sus suaves mejillas que hasta le dieron ganas de besar estas.
Se aproximó haciendo sus labios un poco de pico para besar su mejilla.
Pero no estuvo planeado que Beomgyu tambien volteara para igualmente brindarle un beso en la mejilla, haciendo colisionar ambos pares de labios creando así un ¿Beso?
Si, sus labios, y ahora corazones, estaban unidos accidental y afortunadamente en ese preciso instante.
Solo un choque de labios que provocó huracanes de sentimientos en ambos corazones, tan solo eso bastó para que ambos se dieran cuenta de lo mucho que se necesitaban y lo destinados que estaban para estar juntos.
Cami~
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