Capítulo Único.
— Su pijama está dentro de su mochila, debe de ir a dormir a las ocho de la noche. Evita que coma dulces una hora antes o se pondrá hiperactivo, cualquier cosa también traje su biberón con leche de banana por si tiene hambre —avisó la señora Jeon.
— Procura que guarde sus juguetes antes de ir a domir, su horario es el mismo que el de Jungkook así que se te será más fácil de recordar. Que no se suba en el desayunador de la cocina ni que brinque en las camas. Si tiene hambre te va a pedir las galletas de chocochips que están encima de la refrigeradora, no se las des, pues es muy tarde para que coma dulce. En vez de eso, dale spaghetti —explicó la señora Park.
Taehyung soltó un largo suspiro.
— ¿Algo más?
La mujer de cabellos negros —madre de Jimin— pensó unos segundos hasta que finalmente recordó.
— Evita que peleen, porfavor. Las cosas podrían terminar mal y después no hay nada que los calle.
El pelirrojo asintió lentamente con la cabeza.
— Okay... ¿dónde está el niño? —preguntó refiriéndose a Jungkook.
La señora Jeon le dió la razón y se giró para llamar a su hijo quién estaba dentro del auto.
— ¡Jungkook, ya puedes bajar! —le llamó.
Al instante Taehyung observó como una de las muchas puertas del auto fue abierta lentamente, pasando a ver unos pequeños piecitos y después el pequeño cuerpo de un niño bajar cuidadosamente del transporte.
Una vez tuvo sus pies en tierra el niño de cabellos castaños oscuros acomodó la mochila que tenía en su espalda y comenzó a correr en dirección hacia ellos.
— ¡Jungkook, no corras! —le regañó su mamá y este al instante disminuyó la velocidad, obedeciendo con una adorable mueca en su lindo rostro.
Taehyung casi muere de ternura al notar como el niño le llegaba hasta la cintura.
— Hijo, él es tío de Jimin y va a cuidarte a ti también mientras no esté —explicó la mujer adulta tomando la pequeña mano de su hijo.
Jungkook levantó lentamente la cabeza para poder mirar a Taehyung desde abajo con unos ojos grandes y brillantes y la boca un poco entreabierta.
— Hola Jungkook —el pelirrojo se agachó hasta quedar a su altura con una amable sonrisa— Soy Taehyung pero puedes decirme Tae, mucho gusto —le tendió una mano.
Jungkook miró la mano del mayor y después a él, seguidamente se escondió detrás de su madre con un semblante inseguro.
Taehyung se levantó frunciendo el ceño y miró a la madre del pequeño, extrañado.
— Es tímido con la gente nueva, pero se acostumbrará a ti —explicó la mujer con tranquilidad y a continuación se agachó hasta su hijo y este le miró al instante.
— No quiero quedarme con-con él, mami... —hizo una mueca.
Taehyung sintió una daga atravesar su ego al escuchar aquello, su reputación de ser bueno con los niños ofendiéndose internamente.
¿Qué había hecho mal?
— Ay cariño, debes quedarte con él. Yo tengo que ir a una reunión y la mamá de Jimin me acompañará. Taehyung es un buen chico, no te hará daño... —acarició su suave mejilla— Dale una oportunidad, hazlo por mí ¿sí? —le dedicó una cálida mirada.
Jungkook miró al suelo unos segundos antes de suspirar.
— Okay, mami...
— ¡Ese es mi niño! —sonrió la mujer y pellizcó levemente una de las mejillas del menor para después levantarse y comenzar a hablar con Taehyung.
— Mami... —le llamó Jungkook segundos después tirando su abrigo.
— ¿Qué sucede, amor? —le miró atentamente.
— ¿Jiminie también está aquí?
—preguntó ilusionado.
— Sí, está adentro. Déjame que le llame —respondió la madre de Jimin— ¡Jimin! —le llamó dentro la casa.
Minutos después unas pisadas se escucharon acercarse a pasos apresurados.
— ¿Qué pasa, mamá? —preguntó el niño de cabellos negros desde lejos sin notar la presencia de su amigo castaño aún.
— Mira quién está aquí... —dijo su madre haciéndole señas para que se acercara.
Taehyung se apartó de la puerta al darse cuenta que estaba obstruyendo la vista de ambos niños.
Y Jimin por fin pudo ver a Jungkook.
— ¡Jungoo! —exclamó con una gran sonrisa, comenzando a correr hacia él.
— ¡Jiminie! —le siguió el otro de la misma forma.
Finalmente Jimin llegó a su lado y se abalanzó a los brazos del castaño abrazándole como si nunca se hubiesen visto en años. Cuando la última vez que se vieron fue ayer por la tarde.
Las madres rieron al ver lo adorables que eran sus hijos.
Ambos niños tenían la misma edad, cinco años. Sólo que Jungkook era un poco más alto que Jimin lo cuál lo hacía lucir mayor.
— ¿Mamá, Jungoo se puede quedar? —preguntó Jimin a su madre mirándole con ojos angelicales y una perfecta sonrisa.
— Hijo, él se va a quedar a dormir contigo. Tu tío los va a cuidar, ya te lo había mencionado ¿acaso lo olvidaste, cielo? —le miró con ternura.
Jimin mordía su pequeña manito y se encogió de hombros con ojos inocentes sin saber que responder.
La pelinegra negó con la cabeza y finalmente le sonrió.
— Ya debo irme, amor. Porfavor se bueno con tu Tío Tae, ¿de acuerdo?
Jimin asintió con la cabeza y abrazó tiernamente a su madre.
Por su lado la señora Jeon se agachó hasta su hijo quién había comenzando a jugar con unas pequeñas piedras para captar su atención con su carraspeo.
— ¿Qué te he dicho de tocar cosas que están en el suelo, Jungkook? —levantó una ceja.
El castañito soltó al instante las piedras y se limpió sus manitos mirando con una cara triste a su madre.
— Lo siento, mami...
— Te perdono. Ahora, ya debo irme así que espero que te portes bien y hazle caso a todo lo que te diga Taehyung, ¿ok?
— Bueno, adiós mami...
— ¿Y mi beso? —la mujer hizo una cara dolida.
Jungkook esbozó una bella sonrisa enseñando su dentadura de conejito para acercarse a su mamá y darle un sonoro beso en la mejilla.
— ¡Ay, que rico beso! —exclamó su madre divertida y el castaño rió.
— ¡Ahora ve adentro con Jimin! —le animó con una sonrisa.
Jungkook asintió y tomó la pequeña mano de Jimin entrando a la casa.
Las madres cambiaron sus miradas tiernas a unas serias dedicadas a Taehyung.
— Cuídalos muy bien —pidió la señora Park.
— Porfavor no seas duro con ellos y tenles paciencia —dijo la otra.
Taehyung bufó.
— Son sólo niños —soltó— ¿Qué tan difícil puede ser?
Ambas mujeres se miraron con unas sonrisas cómplices y divertidas.
— Como digas, hermanito —se burló la mamá de Jimin.
Taehyung iba a responder pero en ese instante las mamás se despidieron con la excusa de que ya se les hacía tarde y finalmente se fueron.
A continuación entra a la casa, escuchando casi al instante el sonido de la televisión encendida y a su sobrino hablándole.
— ¡Tío Tae, el control no sirve!
—chilló Jimin.
Taehyung suspiró, sería una larga noche...
[🍼]
Pasaron unas dos horas en las cuáles fueron absoluto ruido y una tortora para Taehyung, pues los niños habían comenzado a jugar en el cuarto de Jimin y no habían parado, y esque eran muy ruidosos lo que alteraba al pelirrojo pues intentaba concentrarse en su teléfono mientras descansaba en el sillón de la sala.
Suspiró mirando la hora, faltaban dos horas más para la hora de dormir y ya por fin todo acabaría.
A pesar del ruido, los niños no le habían traído problemas por el momento.
No entendía que tanto se quejaba la gente, solo era de darles un par de juguetes y ya.
— Tae... —la suave voz de Jungkook le hizo levantar la vista de su teléfono y prestarle total atención.
— ¿Qué sucede, pequeño?
— Jiminie se cayó y no se mueve...
Taehyung se quedó quieto por un segundo sin entender aún la situación.
— ¿Qué? ¿Cómo que no se mueve? —preguntó confundido.
— Sí, tiene los ojos cerrados y no respira... —mordió su labio nervioso.
— ¡¿QUÉ?!
Taehyung saltó de su sitio y como alma que se le llevaba el viento corrió hasta el segundo piso en dirección a la habitación de Jimin con Jungkook pisándole los talones.
Entró a la habitación y evidentemente era verdad, Jimin estaba tendido en el suelo con los brazos extendidos a los lados y con los ojos cerrados.
El pelirrojo se acerco rápidamente a él y prácticamente se tiró a su lado colocando una oreja en su pecho, notando que su corazón aún latía pero el niño no despertaba.
— ¡Jungkook, llama a emergencias rápido! —le ordenó al castaño tendiéndole su teléfono.
Jungkook lo tomó y lo miró con curiosidad.
Taehyung volteó su vista a su sobrino inconsciente, mierda ¿que era lo que había pasado?
— ¡Jimin! —intentó despertarle— ¡Jimin despierta! —bramó alterado.
Dios, no podía estar pasando esto no podía estar pasándole a él.
Siguió intentando pero el niño no cedía y su corazón no daba más de latir desenfrenado, sentía que se iba a desmayar por el pánico.
Hasta que observó como la boca de Jimin formaba una pequeña sonrisa y seguidamente abrir sus ojos y estallar en carcajadas.
Impactado y confundido, volteó a ver a Jungkook quién estaba igual, incluso peor que su sobrino. Ambos riéndose sin parar.
Esperen... ¿era una broma?
¡¿UNA MALDITA BROMA?!
Frunció totalmente su ceño poniéndose de pie y dedicándole una mirada furiosa a ambos niños.
— ¡¿Era un jodida broma?! —preguntó alterado.
— Sí —rió Jungkook— ¿No fue divertida?
Taehyung no se lo podía creer.
— ¡No! ¡Claro que no fue divertida! ¡Me asusté muchísimo, ¿sabían?!
— Pero Tío Tae, era una broma... —explicó suavemente el pelinegro.
— ¡Pero eso no se hace, niños! ¡Está mal! ¡¿Cómo es que-...?! ¡Ahhg, olvídenlo! —tocó el puente de su nariz con los ojos cerrados y contando hasta diez, intentando encontrar la calma.
Estos niños...
— Perdón Tío Tae... —Jimin le miró arrepentido— No era nuestra intención asustarte... bueno sí, pero no tanto... —hizo un puchero.
Taehyung resopló y se agachó hasta su altura, apartando un cabello rebelde su frente con delicadeza.
— Está bien Jimin, les perdono pero no lo vuelvan a hacer. Ese tipo de bromas no son divertidas, pueden hacer bromas, pero no que lastimen a las personas o sus sentimientos. De verdad me asusté mucho...
Jimin asintió con la cabeza.
— De acuerdo...
Taehyung pasó a mirar a Jungkook quién tenía el rostro serio.
— ¿No tienes nada que decir algo al respecto, Jungkook? —preguntó con voz monótona.
El niño negó con la cabeza.
— Yo no me arrepiento porque fue divertido —sonrió tiernamente.
— ¿Cómo qué no? Lo que hiciste estuvo mal y tienes que aceptar tus errores —explicó el pelirrojo sin comprender al menor.
— Pero Tae, yo no me siento mal...
Taehyung suspiró y caminó hacia Jungkook.
— Pero el que no te sientas mal no quiere decir que lo que haz hecho estuviera bien. ¿Qué diría tú mamá sobre esto?
El castaño abrió sus ojos asustado.
— ¡Porfavor, no le digas! —pidió con ojitos suplicantes.
Taehyung se rindió ante esa tierna mirada.
— Está bien, no le diré pero no lo vuelvas a hacer, ¿ok? —encarnó una ceja y el niño asintió fugazmente con la cabeza.
Listo, resuelto.
Pensó Taehyung sintiendo que había hecho una buena acción.
— ¡Tío Tae, tengo hambre! —exclamó minutos después Jimin con una voz chillona.
— ¡Yo también! —se le unió Jungkook.
Suspiró.
— Esta bien, síganme...
[🍼]
Terminó de calentar el biberón de Jungkook en el microondas y también el spaghetti de Jimin. Tomó ambos alimentos con las manos y los guió hasta el desayunador en el que se encontraban los niños moviendo juguetonamente sus pies y charlando.
— ¡Yeii! —celebró Jungkook al tener su leche de banana enfrente suyo y enseguida se llevó el biberón a sus labios comenzando a beber mirando a su alrededor con ojos brillantes.
— ¿No estás muy grande para seguir tomando en biberón? —le preguntó Taehyung mirándole divertido.
Jungkook despegó el envase de sus labios para hablar.
— Nop —lo volvió a meter.
El mayor negó con la cabeza sonriendo. Qué tierno...
— Esque Jungkook es un bebé... —dijo Jimin encogiéndose de hombros.
Jungkook le miró con el ceño fruncido y dejó de beber.
— ¡No soy un bebé! —se defendió.
— ¡Si lo eres, un bebé! —le contestó el pelinegro.
— ¡Qué no! —siguió el castaño.
Taehyung se puso en alerta y estuvo a punto de intervenir hasta que Jimin dijo:
— ¡Si lo eres, eres mi bebé Jungoo, mío!
Jungkook sonrió en ese momento.
— ¡Cierto, eso es verdad! En ese caso está bien, soy bebé —sentenció antes de llevar el biberón nuevamente a sus labios.
— ¿Qué carajos...? —murmuró Taehyung sorprendido.
Jimin se sobresaltó ante sus palabras.
— ¡No puedes decir malas palabras Tío Tae! —le apuntó con una de sus deditos regorditos.
El mayor levantó sus manos en derrota.
— Ups, lo siento, lo siento. No lo volveré hacer —aseguró.
— Bueno, si no le digo a mamá que estabas diciendo malas palabras enfrente de nosotros —se cruzó de brazos.
Jungkook asintió en aprobación aún tomando su leche.
Taehyung rodó sus ojos y seguidamente se percató de algo que no había hecho antes.
— ¿Jimin porque no estás comiendo? —le preguntó a su sobrino al notar que este ni siquiera había tocado su comida.
— No quiero spaghetti Tío Tae...
—hizo una mueca— ¡Quiero galletas! —apuntó con una sonrisa al frente suyo, señalando arriba del refrigerador.
Jungkook siguió la dirección de su dedo hasta percatarse de lo que hablaba Jimin.
— ¡Yo también quiero galletas! —saltó diciendo.
— ¡Siii, galletas, galletas! —aplaudió Jimin alegre.
Taehyung tuvo que actuar rápido al ver como todo se había salido de control tan rápido.
Malditas galletas...
— Wow, wow niños, cálmense. Me temo decirle que no puedo darles galletas. No deben de comer cosas dulces a estas horas...
— ¡Ahhh! —reprochó Jungkook haciendo un puchero.
— ¡Pero Tío Taeee! —comenzó a hacer un berrinche el pelinegro— ¡No nos vamos a morir... porfavoooor!
— Jimin no. Ya he dicho que no, y no es no —repitió el pelirrojo intentando mantener la calma.
Jimin presionó sus labios y miró con ojos llorosos a su tío, su labio inferior comenzando a temblar.
Jungkook miró a Jimin y casi se atraganta con su leche de banana.
Se quitó el biberón de la boca y seguidamente desafío a Taehyung con la mirada.
— ¡Tae, dale a mi Jiminie sus galletas o te voy a pegar! —amenazó.
Taehyung quién estaba limpiando la superficie del desayunador se detuvo abruptamente y le miró sorprendido.
— ¿Qué haz dicho?
— ¡Dije que le des a mi Jiminie sus galleta o si no-!
— Sí ya entendí —le interrumpió —pero... ¿a que te refieres con pegarme? ¿enserio vas a pegarme? ¿qué diablos, Jungkook? Tu no eres así... —le miró extrañado.
Jungkook se encogió de hombros.
— Si te metes con Jimin todo es diferente.
Taehyung no podía dar más de la impresión.
¿Qué carajos se traían esos dos niños?
Finalmente se obligó a concentrarse y carraspeó.
— Cómo sea, no les voy a dar nada a ninguno de los dos. Y punto. Jungkook... —le miró— No puedes andar por ahí amenazando a todo el mundo como si nada, no debiste hacerlo conmigo es una falta de respeto —le regañó.
El niño Jeon suspiró.
— Lo sé Tae, pero esque no me gusta ver a Jiminie llorar... —murmuró con la cabeza gacha.
Taehyung miró al nombrado quién sorbía su nariz y limpiaba sus ojos.
Aquél gesto fue extremadamente adorable para él.
— Jimin —le llamó y este le miró— Te propongo algo... No puedo darte galletas ahora porque es tarde y tu mamá me lo prohibió, pero... Si comes todo el spaghetti te prometo que mañana puedes comer todas las galletas que quieras, ¿te parece?
El rosteo de Jimin se iluminó.
— ¡Sí, sí, sí! —exclamó emocionado para tomar el tenedor y comenzar a comer su comida.
Taehyung sonrió y miró ahora a Jungkook quién observaba con una mirada muy peculiar al pelinegro.
Era como... ¿enamorado? Algo así, el pelirrojo prefirió no pensar tanto en ello pues se estaba haciendo ideas extrañas a las cuáles no quería divagar.
Están muy jóvenes para eso...
Pensó.
Cuando los niños terminaron de comer, Taehyung los condujo hasta la sala para que vieran una película.
— Mhm... ¿Qué les parece Frozen? —preguntó al azar mientras rebuscaba entre el montón de películas que había en un cajón.
— ¡Frozen es para niñas! —se quejó Jungkook.
— ¡Buu, sii! —le siguió Jimin.
— Okay, okay ya entendí —dijo el mayor— Ahm, ¿Les gustan los Avengers o Harry Potter?
— ¡Avengers! —saltó Jungkook diciendo.
— ¡Happy Potter! —habló al mismo tiempo Jimin.
Taehyung se volteó mirándoles dudoso hasta que captó el cómo se retaban con la mirada.
Oh no, aquí vamos otra vez...
— ¡Yo quiero ver superhéroes! —exclamó el castaño hacia el pelinegro.
— ¡Y yo magos! —le contestó este de la misma manera.
— Oigan solo podemos ver una película... Así que tendrán que elegir...
—Taehyung sonrió entre sus adentros ya que quería ver como resolvían los niños esta situación, así que se sentó en el suelo, expectante.
Jungkook miró a Jimin y Jimin miró a Jungkook, ambos con el ceño fruncido.
— No voy a ver magos, qué pereza —declaró Jeon— Vamos a ver Avengers y ya.
— ¡No! —chilló Park.
— ¡Sí! —le llevó la contrario.
— ¡Qué no!
— ¡Qué sí!
— ¡Qué-!
— ¡Ay bueno, ya cállense! —exclamó Taehyung levantándose de su lugar completamente harto— Si ninguno se decide entonces no vemos película. Ahora si me disculpan iré al baño y cuando regrese espero que ya hayan elegido si no ya saben que pasará.
Se alejó de la sala y cuando desapareció del campo de visión de ambos niños, se escondió detrás de la pared, era obvio que no iría al baño, todo había sido inventado. Sólo quería ver qué hacían esos dos mocosos sin su presencia.
Jimin y Jungkook estaban alejados y cruzados de brazos, uno a espalda del otro sin mirarse. Esperando a quién iba a ceder al contrario, lo cuál debido a las personalidades tercas de ambos chicos podrían durar toda la noche.
Sin embargo, Jimin se volteó y decidido gateó hasta Jungkook sentándose a su lado.
— Jungkookie... —comenzó con voz suave acercándose más.
Pero el niño Jeon se apartó.
—No —dijo.
Jimin presionó sus labios molesto pero no se rindió.
— Jungoo... —insistió acortando la distancia que tenía con el más alto y rodeándolo con sus brazos— Porfavor... —repartió pequeños besos en su cuello— Yo quiero ver Harry Potter... —besó su mejilla— Porfa, Kookie... Mi bebé... —hizo un puchero y esta vez el niño le miró.
Y finalmente suspiró.
— Está bieeeen... —rodó sus ojos.
— ¡Yeii! ¡Eres el mejor, te quiero mucho! —halagó el pelinegro abrazándole cariñosamente mientras que el castaño sonreía con un leve sonrojo en sus mejillas.
Y Taehyung, bueno... Él ya tenía la boca hasta el piso.
¿Cómo era posible que dos niños hiciesen ese tipo de cosas? ¿O fueran así de cercanos? ¡No es normal!
Se recompuso con dificultad y aclaró su voz entrando nuevamente a la sala, observando la escena de Jimin reposando su cabeza en el hombro de Jungkook.
Madre mía, estos dos tienen algo...
Concluyó finalmente.
— ¡Tae ya elegimos la película y será la de Harry Potter! —avisó Jungkook apenas le vió entrar.
— ¿Enserio? —fingió desconcierto—¿Y que te hizo cambiar de opinión?
— Mhm... —mordió su labio inferior con nervisismo y mirando de reojo a Jimin— Simplemente lo hice y ya —sonrió.
— Oh... Genial... —¿Porqué no le dijo la verdad?
Dejó de pensar en eso y se concentró en poner la película para finalmente darle play. Los niños se apegaron más entre ellos cuando la película comenzó y Taehyung se sentó a su lado soltando unas pequeñas risitas al sentirse como el mal tercio.
Grande Kim, grande... —bromeó consigo mismo.
La película transcurrió sin ningún suceso extraño. Los pequeños reían divertidos la película y era tierno verlos tomar de sus bebidas totalmente concentrados en que iba a pasar.
Minutos más tarde, a Taehyung le entraron ganas de comer. Así que se levantó con la excusa de que iría a buscar algo que picar. Entró a la cocina y abrió el refrigerador sacando de allí una ensalada de frutas frescas que se veían completamente jugosas.
La dejó en la mesa y se dispuso a buscar un plato para servirse cuando escuchó unos pasos apresurados acercarse a la cocina y seguidamente la voz de Jimin.
— ¡Tío Taeee! —exclamó el pelinegro al entrar a la cocina con los ojos llorosos.
— ¿Jimin, qué sucede cariño? —dejó de hacer lo que hacía y se acercó a él.
— ¡Jungkook amenazó con derramar leche de banano sobre mí si yo no le daba un beso!
Taehyung paró en seco.
— ¿Qué Jungkook qué? —fue lo único que salió de su boca teniendo los ojos abiertos a más no poder.
¿Pero qué mierda está pasando?
— ¡Jungkook! ¡Me quería dar un beso y yo no quise y se enojó! —lloró Jimin— ¡Pero yo no quería Tío Tae, me dió miedo! —sollozó y se ocultó en las ropas holgadas de Taehyung.
El mayor correspondió a su cercanía abrazándole lo más fuerte y compresivo que pudo mientras el niño parecía no tener intenciones de detenerse. Su mente divagando sobre todos los acontecimientos ocurridos y sin saber exactamente cómo reaccionar.
Dios, ahora todo tenía sentido...
Separó de a poco a Jimin de él y se agachó hasta mirarle a los ojos y secar sus lágrimas.
— Shh, shh... ya, tranquilo Jimin
—intentó tranquilizarle— Todo está bien, nadie hizo nada malo...
— Pe-pero... Jungkook...
— Sii, talvéz Jungkook no debió de haber hecho eso, pero seguro tenía sus razones Jimin...
Le gustas.
El niño paró poco a poco de llorar y le miró con curiosidad.
— ¿Cómo cuáles...? —preguntó confundido sorbiendo su nariz.
Taehyung pensó en cómo decirle de una forma simple y que logrará entender.
— Ahm, pues... Tú eres un niño muy lindo y hermoso. Y normalmente a los seres humanos cuando nos atrae mucho algo, queremos ser más cercanos a él. Por eso obtamos por acercarnos, abrazar, tocar la mano, besar...
— Pero a Jungoo no le parezco lindo y hermoso, el me dijo un día que yo era feo... —bajó la mirada.
Taehyung intentó reprimir una risa, demonios, qué niños tan lindos.
— Existen personas que cuando les atraen otras, en vez de hacerlas sentir bien o revelar sus sentimientos, simplemente hacen todo lo contrario.
Jimin formó una mueca, su pequeña cabeza llena de demasiada información que no comprendía y para procesar.
Taehyung supo que ya le había dicho demasiado.
— En fin, cariño... —le miró— Dar un beso no es nada malo, talvéz si te dió miedo porque estás muy pequeño y eso es algo desconocido para ti pero no tienes por qué que temer. Sólo... Hazlo cuando te sientas listo, no permitas que alguien te obligue a hacer lo que no quieras, nunca... ¿Me lo prometes? —extendió su meñique.
Jimin esbozó una sonrisa, enseñando su perfecta dentadura y enredó su pequeño y regordito meñique con el largo y delgado de Taehyung.
— Te lo prometo.
— ¡Muy bien dicho! —le felicitó y a continuación se levantó— ¿Sabes dónde está Jungkook?
— Se fue al baño cuando le dije que le iba a acusar contigo...
— Ya veo, bueno debo de ir a hablar con él. Quédate aquí o continúa viendo la película. Ya vuelvo.
Jimin asintió con la cabeza y Taehyung se apresuró a salir de la cocina y caminar hasta el baño el cuál tenía la luz prendida. Se acercó con cuidado y dió unos cuántos golpes a la puerta.
— ¿Jungkook? ¿Estás ahí? ¿Te encuentras bien? —preguntó.
— Sí... —respondió una voz apagada.
— ¿Puedo pasar?
— Sí...
Taehyung tomó el pomo y abrió la puerta lentamente observando al niño. Jungkook estaba sentado sobre la tapa de inodoro con la cabeza y sus pies tendidos al aire. El corazón del pelirrojo se encogió en ternura cuando le vió.
— Hola pequeño —saludó entrando y cerrando la puerta detrás de él.
— Hola...
— ¿Te sientes bien?
— No, ni un poquito... —hizo una mueca.
— ¿Quieres decirme que exactamente pasó? —preguntó con cautelosa.
— Mhm... Yo... No sé... —presionó sus labios.
— ¿No sabes?
— Esque yo... No-no se qué es lo que me pasa y... me siento confundido...
—confesó viéndose afligido.
Taehyung se sintió identificado al recodar sus épocas de confusión.
Si tan solo hubiera tenido a alguien que le ayudara a entender que lo que estaba haciendo no estaba mal...
Alejó esos pensamientos de su mente y tomó con delicadeza una de las manitos del menos, envolviéndola completamente con sus grandes manos.
— Jungkook, mírame —pidió con voz suave.
El niño obedeció y le miró con aquellos grandes y preciosos ojos azabaches, los cuáles ahora estaban llenos de lágrimas.
— Yo no quería hacer sentir mal a Jiminie... yo sólo quería darle un besito... —explicó con la voz ahogada.
— Ay, Kookie... —susurró Taehyung mirándole con cariño mientras limpiaba sus lágrimas con su dedo índice— No fue con mala intención lo que hiciste, ni tampoco nada malo. Es normal, sin embargo, no debes obligar a alguien a que haga algo que ni quiere, eso si está mal —le regañó— Si Jimin no quería que le dieras un besito pues lo respetas y no lo amenazas, no todos podrán corresponderte en esta vida Jungkook, y tienes que saber eso.
— Pero Jiminie me dijo que yo le gustaba, ¿entonces porque no me quiso dar un beso? —cuestionó con una mueca preocupada.
Taehyung suspiró mientras tomaba la otra manito del menor.
— Cada persona avanza a su propio ritmo, Kookie. Talvéz Jimin no se sentía del todo listo para hacerlo, pero si en verdad quieres que te corresponda, debes darle su tiempo...
Jungkook tragó saliva y liberó una de sus manos encerradas para apartar las lágrimas resecas de sus mejillas.
— Lo siento... —susurró.
Taehyung rió suavemente.
— No es conmigo con quién tienes que disculparte...
Dicho esto se levantó y se dirigió a la puerta abriéndola y mostrando a lo lejos a un Jimin viendo la televisión.
— Jimin, Jungkook tiene algo que decirte —le llamó.
El niños de cabellos negros se giró a su dirección y sonrió levemente para bajarse con dificultad del sillón y comenzar a caminar hacia ellos. Jungkook suspiró bajando del retrete e imitó la acción de su pequeño amigo, avanzando hasta él.
— Jiminie, perdóname yo–
Jungkook fue interrumpido debido a que Jimin tomó su rostro entre sus manos y unió sus labios de improvisto.
Taehyung sonrió completamente sorprendido desde su lugar.
Bueno eso fue más rápido de lo que pensé...
El castaño se quedó estático en su posición mientras los gruesos y suaves labios de Jimin se movían con timidez sobre los suyos. Hasta que segundos después se alejó y el más alto quiso enseguida que le besara otra vez, pero esta demasiado sorprendido como para siquiera hablar.
— Te perdono, Jungoo —musitó Jimin con una hermosa sonrisa y bajando sus manos del rostro pálido de Jungkook.
— Ya no te voy a derramar leche de banana, Jiminie... —el menor también sonrió enseñando sus dientitos delanteros.
Los niños hicieron ademán de volver a besarse pero Taehyung los interrumpió con un carraspeó.
— Lo siento —se disculpo cuando tuvo la atención de aquellas criaturas— Pero tengo que hablar con ustedes sobre todo esto.
Avanzó hasta ellos y los guió para que tomarán asiento nuevamente en el sillón, apagando la televisión.
— ¿Qué tienes que decirnos, Tío Tae? —preguntó Jimin ladeando adorablemente su cabecita.
— Ahm, así que... ustedes dos se gustan ¿verdad? —comenzó.
— ¡Sí! —respondieron al unísono con unas sonrisas en sus rostros.
Taehyung soltó una risa diminuta y luego volvió su rostro serio.
— ¿Sus madres lo saben? —levantó una ceja.
— Sí —dijo Jungkook.
— No —murmuró Jimin.
El pelirrojo frunció el ceño.
— ¿Sí o no? —preguntó.
— Bueno mi mamá si lo sabe, pero la mamá de Jiminie no... —explicó Jeon.
— ¿Y porqué no? —interrogó el mayor.
— Me da miedo decirle... —respondió mordiendo su labio inferior.
— ¿Crees que se enojará?
— No, mamá dice que existen muchos tipos de amor y que debemos aceptarlos. Pero temo que no acepte a Jungkook...
— ¿Porqué no lo aceptaría? —estaba preguntando mucho pero de verdad que era necesario.
— Ella dice que Jungkook es mala influencia para mí porque es muy travieso... —hizo una mueca.
Taehyung sonrió. Jamás había visto a unos niños tan adorables...
— Tranquilo Jimin, sólo no lo apresuren tan rápido. Esperen un poquito hasta que se sientan seguros de que serán completamente aceptados por sus familias. Son muy pequeños ahora para preocuparse por esas cosas, ¿entendido? —los miró a los dos finamente.
— Entendido —dijeron al unísono.
— Así me gusta, ahora... —se levantó— Ya es hora de ir a dormir, niños...
—avisó.
— ¡Yo no quiero dormir, Tío Tae! —negó Jimin cruzándose de brazos.
— ¡Sii, no tenemos sueño! —agregó Jungkook y seguidamente bostezó.
— Al parecer tu si lo tienes, Kookie...
—insinuó el pelirrojo.
Jimin vió el rostro somnoliento de Jungkook y entró en pánico.
— ¡No, Jungoo! —se acercó a él y le zarandeó por los hombros— ¡No te duermas, resiste!
Taehyung soltó una carcajada ante el actuar de aquellos dos pequeños y tomó sus manos comenzando a arrastrarlos a las escaleras hasta sus habitaciones.
— Andando, ya es tarde —ordenó.
Los niños finalmente cedieron y entraron a la habitación con sus rostros cansados.
Jimin se dirigió a su cama y se acostó en ella invitando a Jungkook a subir. El más alto sonrió y se subió alegremente, ambos comenzando a cubrirse con las sábanas.
— Hey espera Jungkook, no te haz puesto tu pijama aún —le detuvo Taehyung.
— No quiero —negó Jeon con la cabeza.
— Jungkook... —le advirtió— Tú mamá me dijo que tenias que ponerte tu pijama si no se va a enojar y yo también.
El niño suspiró y se bajó de la cama para caminar hacia Taehyung quién dispuesto a mudarle, tomó la orilla de su camisa e hizo ademán de sacarla pero Jungkook le detuvo.
— No quiero que Jiminie me vea sin camisa, Tae... —murmuró al pelirrojo con la mejillas sonrojadas.
— Está bien, Kookie. Vamos al baño entonces... —rió el mayor, tomando su pequeña mano y llevándole hasta el respectivo cuarto.
Una vez cambiado, Jungkook corrió hasta donde Jimin y se abalanzó hasta la cama rebotando en ella con una tierna sonrisa.
— ¡Regresaste! —exclamó el pelinegro abrazándole— Te vez muy bonito con tu pijama, Jungoo... —admitió con una tímida sonrisa.
— ¡Tú te vez más bonito! —Jeon pellizco una de sus mejillas.
— ¡No tú! —corrigió Jimin, abochornado.
— ¡Ay, pequeños mocosos ya paren me van a dar diabetes! —exclamó Taehyung llevando una mano a su débil corazón.
— ¡Noo, yo no quiero que te dé dabetes, Tío Tae! —se preocupó uno de ellos.
— Es diabetes, Jimin y tranquilo solo estoy bromeando... —rió.
El niño asintió convencido y se acurrucó al lado de Jungkook reposando su cabeza sobre su pecho mientras seguidamente le abrazaba.
Taehyung les cubrió totalmente con las mantas y antes de decir buenas noches, Jungkook habló.
— ¿Tae, cómo sa-sabes tanto del amor? —preguntó con aquél particular brillo en sus ojos.
— Sii, tu no tienes pareja, Tío... —le siguió Jimin.
El pelirrojo sonrió hermosamente.
— Al contrario niños, si la tengo.
Los pequeños abrieron mucho sus ojos sorprendidos a más no poder.
— ¿Enserio? —preguntó emocionado Jeon.
— ¿Quién es? —agregó el pelinegro de la misma forma.
Taehyung les hizo una seña de espera y sacó su teléfono de su bolsillo para buscar una foto con su pareja y seguidamente enseñarselas.
— Woo... —Jungkook se incorporó para mirar mejor la foto— ¿Él es tu novio? —preguntó ilusionado.
— Sí, lo es —respondió con una sonrisa.
— ¡Es muy lindo! ¿Cómo se llama? —preguntó alegre su sobrino.
— Sí lo sé, su nombre es Hoseok pero pueden decirle Hobi cuando se los presente... —guiñó un ojo.
— ¡Genial! —exclamó Jeon.
Jimin seguía mirando la foto con detalle y una mirada melancólica se apoderó de su rostro.
— Ustedes dos se ven muy felices Tío Tae... ¿Crees que Jungkook y yo podamos ser así de felices cuando seamos grandes? —le miró inocentemente.
Taehyung abrió y cerró la boca sin saber que decir, sorprendido.
¿De verdad estos niños iban tan enserio? Bueno no hay que preocuparse por eso aún, ¡son sólo niños! Están muy jóvenes aún, ni siquiera sabía si su adorable relación fuese a continuar en un futuro, pero no podía decirles eso, rompería sus pequeños corazones e ilusiones.
Así que sonrió para finalmente decir:
— Por supuesto que sí, Jimin.
Jimin sonrió emocionado.
— ¿Oíste eso, Jungkookie? ¡Vamos a estar juntos por siempre! —abrazó fuertemente al castaño quién ya estaba casi dormido pero aún así le correspondió.
— Bueno pequeños, es hora de dormir... —caminó hasta la lámpara en la mesa de noche del pelinegro y antes de apagarla se despidió— Buenas noches, niños...
— Buenas noches, Tío Tae —respondió al mismo tiempo.
Finalmente Taehyung apagó la luz y cerró despacio la puerta.
Una vez estuvo afuera de la habitación, suspiró con cansancio. Había sido una larga noche, estaba exhausto... Sin embargo, sacó su teléfono y comenzó a marcar el número de su persona favorita.
— ¡Hola bebé! ¿Cómo estás? ¿Ya terminaste? —le preguntó animadamente Hoseok del otro lado de la línea.
Taehyung resopló.
— Ahg, sí... Estoy hecho pedazos...
— Oww, pobrecito mi bebé... ¿Ya comiste? —habló su novio.
— No pero estoy apunto de hacerlo.
Sin embargo el que te haya llamado no es para avisarte que ya termine
—explicó comenzando a bajar las escaleras y con una sonrisa comenzó:
— Tengo algo qué contarte...
[🍼]
15 años después...
Jungkook llevaba la bebida a sus labios mientras escribía en su computador sobre su cama, totalmente concentrado.
— ¿Qué haces, amor? —preguntó Jimin subiéndose al colchón y colocándose a su lado, apoyando su mentón en el hombro de su novio para observar lo que hacía.
— Estoy terminando el trabajo de la U, bebé —respondió sin mirarle y escribiendo rápidamente en su teclado.
— Mhm... —Jimin presionó sus labios— ¿Y cuando vas a terminar?
— Apenas estoy empezando, cariño...
—respondió con voz monótoma.
— ¿Es enserio? Pero estoy aburrido, Jungkook... ¿Qué tal si lo dejas para después y jugamos un rato? —susurró en su oído, mordiendo el lóbulo de su oreja juguetonamente.
— Ahora no, Jimin. Debo de hacer esto ahora —se negó Jeon tajante.
Jimin bufó y besó con delicadeza la mejilla de su novio.
— Vamos Jungkookie... ¿Porfavor? —intentó convencerle.
— Esa técnica ya no funciona conmigo, amor —rió el castaño.
— Sí, claro... —besó ahora cortamente su cuello.
Jungkook resopló.
— Jimin te juro que si no paras ahora voy a derramarte esta leche de banana encima —amenazó.
El más bajo parpadeó sorprendido.
— ¿Qué haz dicho? —preguntó intentando recordar algo en su mente.
— Qué te echaré esta leche encima si no paras y está vez no tendré piedad —repitió el chico.
Jimin sonrió emocionado cuando algo hizo click en su cabeza.
— ¡Oh dios, Jungkook! ¿Te acuerdas que cuando éramos niños me dijiste que si no te daba un beso me ibas derramar de tu leche de banana?
— Claro que recuerdo. A eso me refería, no tendré piedad ahora —le miró con una sonrisa traviesa en su rostro.
Jimin le devolvió la mirada.
— ¿Ah sí, Jungoo? —insinuó con voz adorable.
— Por supuesto, Jiminie —le siguió el menor.
Se miraron fijamente.
— ¿Podrías dejar ese estúpido aparato y besarme de una vez por todas, Jungkook? —pidió el pelinegro formando un puchero, sabiendo que así su novio no podría negarse.
Y efectivamente, no lo hizo.
A los segundos Jungkook se acercó a los labios de su pareja y los unió fundiéndoles en una cálido beso.
— Siempre caes, bebé... —sonrió Jimin en medio del beso.
— Sabes que no puedo negarme a ti por tanto tiempo —respondió el castaño atrapando nuevamente sus labios.
Y sí, como Taehyung les había asegurado hace años, ambos jóvenes crecieron siguiendo totalmente enamorados del otro. Permaneciendo juntos en cada etapa de sus vidas y enamorándose incluso más y más.
Formando así uno de los amores más puros que habían.
Uno que empezó con un simple amor de niños...
FIN.
—💜.
HOLAAA, ES EL CUMPLEAÑOS DE MI BEBÉ!!! HOW WE GOING, GENTE?
Okay me tranquilizo, les doy esta hermosa historia como regalo ya que hoy es el día de Taehyung y en honor a él claro, con kookmin de niños de por medio, oseah. Aménme, ahre.
Este O.S a sido uno de los que más he disfrutado hacer y espero que ustedes también lo hayan pasado igual. 💜
De verdad espero que le estén dando el amor a este hermoso angelito que tanto se merece en el día más bonito del año.💜
AMO MUCHO A TAEHYUNG LPM ALGUIEN ABRAZEME
Me despido con lo que vinieron de estos (2) niñitos y nos vemos luego, chau! 💗
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro