Pedido de onluvsjude

La televisión estaba encendida en la sala del departamento de Gavi en Barcelona, mostrando una repetición del “Seven Challenge” que Jude había hecho con Foden.

Aunque intentaba concentrarse en el partido del día siguiente, sus ojos se desviaban hacia la pantalla cada vez que Jude se reía con Phil.

—Qué bien se llevan, ¿eh?—Murmuró Gavi con ironía, cruzando los brazos.

Su ceño estaba tan fruncido que parecía permanente.

El remate llegó cuando Phil confesó, con una sonrisa traviesa, que en algún momento había sentido algo por Jude, y este respondió con una carcajada y un ligero.

—Sí, sí… pero éramos unos niños.

Gavi sintió cómo algo se rompía en su interior.

No sabía si era su corazón, su paciencia, o las dos cosas.

¿Cómo podía Jude no mencionarle eso? Y ahora que lo sabían… ¿Y si esos sentimientos regresaban? Phil y Jude tenían algo, mientras que Gavi, desde la distancia, se mordía las uñas entre el miedo y la rabia.

Maldito inglés, pensó, mientras apagaba el televisor de golpe.

Esa noche, Jude lo llamó por videollamada, su sonrisa encantadora llenó la pantalla, pero Gavi apenas pudo devolverle un saludo cortante.

—¿Estás enfadado, Chihuahua? —Preguntó Jude, inclinando la cabeza como un cachorro curioso.

—No.—El tono de Gavi era plano, pero su cara lo delataba.

—Oh, claro que sí lo estás.—Canturreó Jude, divertido.

—Anda, dime qué pasa.

Gavi desvió la mirada, mordiéndose el labio, sabía que si decía algo, Jude se burlaría de él, pero no podía aguantar más.

—Nada, sólo que tú y Foden parecen… Muy cercanos.

Jude levantó las cejas, claramente entretenido.

—Es mi compañero de selección, Gavi, ¿Qué quieres que haga? ¿Que no le hable?

—No me importa que le hables.—Soltó Gavi, aunque su tono decía lo contrario.

—Pero eso de que "gustaban el uno del otro"… ¿En serio?

El inglés soltó una carcajada, y Gavi apretó los labios, sintiéndose humillado.

Jude siempre encontraba adorable su faceta celosa, pero esta vez no era un simple berrinche.

Había un miedo real detrás de su actitud.

—Pablo, eso fue hace años.—Dijo Jude con ternura, su tono más serio ahora.

—.Nunca pasó nada porque no significaba nada. ¿Sabes quién significa todo para mí? Tú.

Gavi se cruzó de brazos, haciendo un puchero.

—No lo parece.

—Oh, vaya, esto es grave.—Dijo Jude, fingiendo preocupación.

—¿Qué puedo hacer para que me perdones, pequeño tirano?

—No lo sé.—Murmuró Gavi, aunque un pequeño destello de satisfacción brilló en sus ojos al escuchar el apodo.

—Bueno, entonces… tendré que improvisar.

El día del partido llegó, y Gavi vio cada segundo desde el sofá, comiéndose las uñas.

Inglaterra ganó 3-1, con Jude marcando un gol y asistiendo en otro, pero lo que realmente dejó a Gavi boquiabierto fue la entrevista post-partido.

—Jude, gran actuación hoy. ¿A quién le dedicas este triunfo?

Jude, con la camiseta de Inglaterra empapada de sudor y una sonrisa brillante, miró directamente a la cámara.

—A mi lindo chihuahua.

El reportero arqueó una ceja, sorprendido.

—¿A un… Chihuahua?

Jude rio.

—Sí, a mi novio, Gavi, es pequeño, pero muy peligroso, como un Chihuahua.

La sala de prensa estalló en carcajadas, y Gavi se sonrojó tanto que sintió que ardía.

Agarró un cojín y se lo lanzó al televisor, aunque por supuesto no tuvo efecto alguno.

—¡Idiota! —Gritó, pero su corazón latía con fuerza.

Cuando Jude llegó a Barcelona al día siguiente, Gavi lo recibió con los brazos cruzados, pero no pudo sostener la pose seria por mucho tiempo.

Jude lo abrazó, enterrando su rostro en el cuello del sevillano, inhalando su aroma reconfortante.

—¿Sigues enfadado? —Preguntó Jude con una sonrisa.

—No sé si debería hablarte después de esa estupidez en la entrevista.—Murmuró Gavi, aunque sus manos se aferraban a la camiseta de Jude.

—¿Estupidez? —Dijo Jude, fingiendo estar herido.

—Le dije al mundo entero que te amo.

—Y me llamaste Chihuahua.

—Porque eres mi Chihuahua.—Replicó Jude, besándole la frente.

—Pequeño, feroz, y sólo mío.

Gavi intentó mantenerse enfadado, pero la ternura y la sinceridad en la voz de Jude derritieron cualquier resistencia.

Suspiró, apoyándose contra el pecho de su novio.

—A veces eres tan idiota…

—Y tú tan celosito.—Dijo Jude, alzándole el mentón para mirarlo a los ojos.

—Pero te amo, con todos tus celos y tus pucheros.

Gavi le dio un suave golpe en el brazo, pero finalmente sonrió.

—Tonto.

—Sólo tu tonto.

Y con eso, Jude selló la discusión con un beso, dejando claro que no había nadie en el mundo que pudiera ocupar el lugar de Gavi en su corazón, nadie podía con su pequeño chihuahua.