Capítulo 2
Me desperté alrededor de las dos y bajé de mi habitación, moría de hambre.
Llamé a mamá, pero nadie contestó, llamé a Hye y tampoco contestó, supuse que habían salido por unas horas, y era algo bueno, así no me harían preguntas de porque me desperté tan tarde.
Saqué un plato sopero, abrí el frigorífico y saqué la leche y de las gavetas el cereal.
Eché todo en el plato y comí sin prisa.
Después de acabar con mi "desayuno" tenía que alistarme, el recorrido hacia el parque Noeul tomaba muchos minutos si iba a pie.
Subí a mi habitación para tomar una ducha y al salir busqué ropa, quería verme presentable pero no elegante.
Demoré mucho para elegir un conjunto, y de verdad que lo había pensado bastante, quería que le gustara como iba, me pondría mi arete y me peinaría bien.
Al acabar con todo me miré en el espejo y no estaba nada mal a comparación de como siempre andaba vestido, pero se que habrían personas mejores que yo.
Después de una larga vista en el espejo decidí salir de casa y dirigirme al parque donde nos habíamos citado, saqué el móvil unos minutos para poder ver la hora y saber que no iba tarde, 3:20, iba bien con el tiempo.
Al ya estar cerca vi nuevamente la hora 4:03, aún estaba a tiempo.
A lo lejos comencé a ver a un chico alto, que veía lo que parecía ser su móvil, despegó la vista de él y giró en dos direcciones buscándome -de seguro-, comencé a caminar en dirección a ese chico y era él, ahora que lo veía de cerca podía reconocer sus rasgos, ese chico tan hermoso que vi por una pantalla era él, era YoonGi.
Cuando estaba a unos cortos pasos de llegar a su altura el levantó la vista de su móvil y me miró, parecía sorprendido, pero ni segundos pasaron y se le formó una sonrisa en su lindo rostro.
Es tan guapo cuando sonríe, y su sonrisa es mucho mejor en persona.
YoonGi se abalanzó hacia mí y me abrazó, susurró algo que no pude comprender pero no quise preguntar y después de unos minutos nos soltamos, no podía evitar sonreír.
Me emocionaba mucho saber que él estaba frente a mi y que nunca fue una mentira.
—Guau —susurré.
—Sí... Guau —dijo YoonGi viéndome con una sonrisa.
Era un poco más alto que yo.
Me tomó de la muñeca y comenzamos a caminar, el delante mío.
—No hay que perder el tiempo que queda, quiero llevarte a mi lugar especial —dijo con efusividad.
Vi como YoonGi se detuvo en seco y soltó mi muñeca.
Después de casi 10 minutos recorriendo las calles a un paso veloz nos encontrábamos frente a una cafetería llamada "Neón" -un nombre peculiar para una cafetería-, se podía ver el interior por los vidrios y estaba vacía, todo estaba silencioso, a excepción de una melodía que se podía escuchar dentro del local.
Mientras yo observaba el lugar pude notar que YoonGi estaba mirándome, y de seguro desde que llegamos lo hacía, mis mejillas se pintaron de rojo y deseé que él no lo haya notado.
—¿Pasamos? —preguntó él.
Yo sólo asentí, hasta ahora no había mencionado palabra alguna, me sentía nervioso.
Al entrar al lugar una mujer mayor estaba atendiendo.
—¡YoonGi! —dijo la señora—, toma asiento, siempre llenas de vida el lugar.
La mujer me miró y me dio una cálida sonrisa.
—Bienvenido —me dijo y sólo agradecí con una sonrisa tímida.
Nos sentamos en una de las mesas lejos del lugar donde se atendía.
El ambiente era acogedor y llamativo como neón.
—¿Es un lugar especial para ti? —hablé por fin.
—Pensé que no hablarías —dijo con ánimo, y yo reí—, sí, es muy especial para mí, mis papás siempre me traían aquí de pequeño, el lugar siempre ha estado solitario y no entiendo por qué, preparan los mejores pies.
Vi que la mujer se acercaba con dos platos que al parecer tenían pies.
—Provecho —dijo y se retiró.
YoonGi me miró y me susurró "disfrútalo".
El pie estaba delicioso, tenía un sabor muy peculiar y de verdad estaba muy rico, lo comí tan rápido que ya lo había acabado.
YoonGi me miró con sorpresa y con su dedo limpió algo que tenía cerca del labio, los dos nos quedamos viéndonos de frente.
Ambos despegamos la mirada después de unos minutos y nos quedamos así, con silencio, pero no era nada incómodo, al contrario, se sentía tan normal estar así con él.
Cualquiera pensaría que éramos chicos pensando en el día a día, pero él no salía de mi cabeza por más que tratará, y no trataba, porque me gustaba pensar en él. Y esperaba lo mismo de él, ¿Pensará en mi?
Después de unos minutos todo comenzó a fluir, las bromas, las risas, las frases encadenadas, las anécdotas, las sonrisas... Pero mis nervios y punzadas en el estómago continúan.
Después de que ya casi acabáramos los pies, -yo mi segundo pie-, YoonGi me dijo que intercambiemos números y así poder estar más en contacto.
Se lo di y él el suyo, le tomé una foto desprevenido para ponerla en el contacto, pero mi cámara tenía el flash y se dio cuenta, él rió leve diciéndome que se vengaría.
Ya estaba por acabar mi pie cuando escuché el sonido de una cámara y YoonGi me mostró una foto mía con la boca abierta y con la cuchara frente a ella.
Yo reí sin parar por la foto que había salido.
YoonGi miró su reloj de mano y me preguntó "¿Vamos a caminar?". Yo accedí, nos despedimos de la señora que al parecer se llamaba Sook.
YoonGi dijo que quería acompañarme a mi casa y yo lo dudé un poco, pero al final acepté.
Comenzamos el recorrido mientras salían temas al azar.
—¿Has besado a alguna chica? —me preguntó YoonGi.
—Sí —dije dudoso—, fue a mi amiga YangMi, ya te había hablado de ella.
—Sí, tu amiga del mismo grado ¿Cómo fue? —preguntó.
Le conté lo que había hecho Seung, el mal trago que había causado para los dos, como nos obligó a besarnos, ella fue mi primer beso y se volvió mi amor inalcanzable, pero no duró mucho tiempo esa ilusión porque me di cuenta que me gustaban los chicos.
—Vaya primer beso... Si estuviera frente a ese patán le daría una paliza por ser un gilipollas.
Rei leve por su actitud protectora.
—¿Y tú has besado?
—No, nunca, ni chicos ni chicas, aunque una vez casi me lio con una chica en mi cumpleaños, pero estaba ebria y comenzó a tocarme y no quise.
Reí ahora más fuerte y veía la expresión de desentendimiento en los ojos de YoonGi y yo seguía riendo.
Me detuve en seco y también detuve mis carcajadas.
—Aquí vivo —dije señalando mi casa.
Saqué mis llaves, las moví leve y abrí la puerta.
—Me la pasé muy bien —me dijo él.
—También yo —le dije—, que se vuelva a repetir.
—¿Mañana? —dijo con impulso.
—Me encantaría —dije—, hasta mañana, YoonGi.
Le di un corto beso y con rapidez entré a mi casa y cerré la puerta.
Tenía el corazón y los nervios alborotados por lo que había hecho, pero estaba feliz, muy feliz.
Como a las diez de la noche nos mandamos mensajes por WhatsApp diciendo que habláramos por videoconferencia en la página que nos conocimos.
Hablamos por unos minutos coordinando donde y a que hora nos veríamos.
Nos dimos las buenas noches y yo seguía con una sonrisa esperando ya volvernos a ver, esta vez en el cine.
Ya era domingo y no había dormido por la emoción.
El día transcurrió con normalidad, hablé por WhatsApp con YoonGi casi todo el día, hice mis deberes de la escuela, comí y ayudé a mamá y a Hye en sus deberes de la escuela.
Al final casi por las seis de la tarde comencé a alistarme para ir al cine.
Me bañé, cambié y peiné, tenía los nervios a flor de piel, salí de casa, tomé un taxi y al ver la hora eran las siete y cuarto, llegué quince minutos antes.
Entré al cine y estaba ahí, igual de temprano que yo, ¿hace cuánto que estará aquí?
El me vio cuando ya estuve a unos cuantos pasos de él.
—Llegaste antes —susurró nervioso.
—Tú... También —al parecer los dos lo estábamos y era evidente.
Vi como con nervios, pero con velocidad dejaba un corto beso en la comisura de mis labios, fue un beso tímido, pero de verdad que estaba deseando volver a sentir sus labios tibios.
Después de aquello comenzamos a hablar sobre que película veríamos, y al final nos decidimos por ver La Liga de la Justicia. Compramos palomitas, bebidas y entramos a la sala que nos correspondía.
Veo como una palomita cae al suelo delante de nosotros y después veo otra que golpea la cabeza de YoonGi.
Él gira a ver qué pasa y luego se acerca a mi y me susurra al odio "Maldición, porque el destino me odia, en las sillas del fondo está el grupo de amigos que me fastidian en el colegio".
Yo giré mi vista hacia los asientos que YoonGi había señalado con discreción y habían unos tres tipos con pintas de chicos malos y al parecer ya nos habían visto porque no despegaban su mirada de nosotros.
—¿Quieres que entremos a ver otra película? —dije.
—No, ellos no arruinaran esto.
—Como quieras, Yoonie.
Procedimos a elegir los asientos más alejados de ellos pero al pasar unos segundos vimos que se acercaban a nosotros.
—Están en nuestras butacas —dijo uno de los chicos que estaba en el grupo que molestaba a YoonGi.
Un chico rubio me tiró una palomita en la frente.
—Con él no te metas —dijo molesto YoonGi.
—¿Es tu novio? —dijo otro—, ¡que feo es! —rieron.
—Con mi amigo no te metas o te vas a enterar —dijo más molesto YoonGi.
—¿Qué nos vas a hacer?, ¿lo mismo que le hiciste a Izzy? —dijo el chico que tiró la palomita.
No entendí a qué se refería con eso, ¿qué le hizo YoonGi?
—Eso a ti qué, busquen otros asientos, son nuestros.
—Hemos dicho que queremos estos asientos —soltó de pronto el rubio lanzándome su soda en la cabeza.
Yo me levanté al instante soltando un insulto.
—¡Serás gilipollas! —gritó mi acompañante.
No vi cuándo o cómo pero YoonGi tenía las palomitas y bebidas en las manos y de un momento a otro se lo lanzó.
Se volvió una batalla de popcorn y soda y cuando todo se acabó, YoonGi comenzó a mandar puñetazos por doquier sin orden alguno. Tres contra uno e iba ganando YoonGi.
Tenía fuerza, rudeza y carácter...
No vimos cuando llegaron los de seguridad, pero nos sacaron a la fuerza y cuando estuvimos afuera vimos que ellos se comenzaban a acercar para continuar la lucha.
—¡Corre! —gritamos en unísono.
Comenzamos la carrera a cualquier parte con tal de alejarnos de ellos.
Los tres muchachos nos seguían por detrás, pero al voltear la esquina y llegar a la plaza los perdimos.
Dejamos de correr cuando llegamos a la pileta donde se encontraba mucha gente.
Yo apoyé mis mano en mis rodillas por el cansancio y YoonGi se sentó en la pileta. Nuestras respiraciones estaban desordenadas y agitadas.
Después de unos segundos de tomar un poco de aire yo me incorporé y me senté al lado de YoonGi.
—¿Qué le hiciste a Izzy? —pregunté aún recordando las palabras de ese chico.
YoonGi me miró ahora menos agitado por la corrida.
—Ah, sí, perdona, no te lo había contado —dio un suspiro más—, pero tenía miedo de que me vieras como una persona violenta.
—¿Qué?
—El día que Izzy me puso la zancadilla yo me levanté y fui donde él y le di un golpe en la nariz, se la rompí. Ahora tiene que ir al colegio con un máscara que tapa la nariz —dijo YoonGi con tono bajo.
Había recuperado el aliento por la corrida, pero lo volvía a perder por lo que me contaba YoonGi.
—No me lo puedo creer...
—Estaba cansado de que me hicieran la vida imposible. Se me fue la cabeza. Lo peor es que me han castigado dos semanas sin ir al instituto y mis padres están que trinan.
—Es por eso que no has ido a clase —susurré.
—Sí —dijo cabizbajo—, pero es que soy reincidente.
No salía de mi asombro.
—¿Reincidente?
—Sí, al comienzo del año le partí la ceja al delegado del salón porque me llamo "maricón de mierda", desde entonces nadie quiere ser mi amigo.
Y ahora entendía todo, por eso nadie quería estar con él, porque le tenían miedo.
En la mirada de YoonGi podía ver la absoluta culpabilidad.
—Siento no habértelo contado antes. Y comprenderé si no quieres volver a verme. Le partí la ceja a uno y la nariz a otro. No tengo perdón, aunque a mí me han hecho cosas peores, y...
Sin dejarlo hablar más, me abalancé hacia él, le di un beso sin ocultarlo de las personas que se encontraban ahí, sin que me importe todos esos curiosos.
Nos separamos a los segundos con una sonrisa en los labios.
—Me encantas. Y me gusta tener a mi lado a alguien que pueda defenderme en un momento determinado —expliqué aún con la cabeza y ropa mojada por la soda que me habían tirado.
—Entonces, ¿Me perdonas por no habértelo contado? —preguntó con entusiasmo.
—Claro, Yoonie—dije—, ahora vamos a casa, tengo que bañarme y cambiarme esta ropa mojada.
—Te acompaño a casa, además ya es tarde.
La caminata se hizo corta por hablar tanto con YoonGi.
—La salida se arruino —suspiró—, y todo por mi culpa, en serio lo siento, pero te lo compensaré.
Posó sus labios sobre los míos, y está vez el beso fue largo, tierno, dulce.
Nos separamos al escuchar la puerta de mi casa ser abierta.
—¿JiMin? —dijo mamá—, ya es tarde, deberías pasar.
Se escuchó la puerta ser cerrada y volví a besar a YoonGi, hasta que nos hizo falta el aire y fue cuando nos despedimos.
Sabía que no podríamos salir en semana laboral, pero esperaría hasta el fin de semana.
Entré a casa con sigilo, fui a mi alcoba, me bañé por aún el resto de soda que tenía y me eché a dormir.
Ya era lunes, día de escuela.
Me alisté con velocidad mientras hablaba con YoonGi por mensajes, me dijo que volvería a ir a la escuela y que podría porque la suspensión había acabado y ya no le dolía el ojo.
"Ten un buen día", le escribí, "Hasta luego, te quiero", concluí con el mensaje.
Salí de casa después de haber desayunado y me dirigí a la escuela con brotes de alegría.
La primera clase fue un total aburrimiento, la segunda no hicimos casi nada porque el profesor se la paso hablando de su vida, la siguiente fue tecnología, así que tuve que traer mi portátil muy a mi pesar, odiaba traerlo porque Seung y su grupo había malogrado una y ellos no la pagaron.
Todos encendimos el portátil y entramos a la plataforma que el profesor nos dijo.
Después de unos casi quince minutos haciendo esto, entró la subdirectora con rostro preocupado.
Intercambiaron palabras y los dos se fueron sin antes decir "Regreso rápido, no entren a otras páginas".
Yo hice caso omiso, no pude resistirme a entrar a la página "chicos buscan chicos" y vi a YoonGi conectado entre las dieciocho personas activas.
Entré a su chat y le envié un mensaje.
"Hola, Yoonie, ¿Hablamos por viodellamada?, tengo tiempo antes de que regresé el profesor", esperé a que respondiera, pero no recibí respuesta pasados los cinco minutos.
"¿Yoonie?", pregunté.
Y después de aquel mensaje me apareció una solicitud para unirme a la videoconferencia, con velocidad respondí a la llamada.
Como siempre la página demoraba en cargar, hasta que vi a cuatro chicos riendo a carcajadas, -de seguro por mi cara de no saber qué ocurría-, y si, no entendía.
Después de un rato uno fue el que habló, pero la página no admitía la voz.
"YoonGi" fue lo único que pude leer de sus labios, hizo un ademán con su mano llamando a una persona para que se acerque.
Otro fue el que habló mirando a la misma dirección.
"YoonGi" volví a comprender de los labios del otro chico.
"Maricón asqueroso", escribieron en el chat.
Mis ojos comenzaron a humedecerse y de nuevo el primer chico que hablo volvió a decir "YoonGi" y apunto su dedo hacia mi y todos comenzaron a soltar carcajadas.
Yo salí de la página lo más pronto que pude.
No podía retener las lágrimas por más que estuviera en clases.
Sentí mi corazón hacerse añicos porque nuevamente me habían engañado, nuevamente había sido el imbécil en creer en palabras falsas y en malditas mentiras. Por creer en YoonGi.
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