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24-Veinticuatro

—No seas asqueroso...— digo tapandome la boca con mis manos reteniendo las bascas. Al salir del Mall, Liam vino  a casa. Mis hermanos y yo, pues lo invitamos a comer. Pero justo ahora está siendo un asqueroso de mierda.

—Lo siento, no fue intencional— se disculpa. Tanto mis hermanos como yo lo fulminamos. Sonríe inocente.

—No. Ya no puedo comer así— comenta Maya levantándose de la mesa.

—¡Yo igual!— decimos al unísono. Tomo mis platos junto con Brad, dejando a Liam completamente solo.

Al llegar a la cocina, pongo a remojar todos los utensilios sucios, mientras que mis hermanos hacen limpieza en ésta y el comedor. Una mano en mi cintura hace girarme y sonreír.

—Si vienes con tus porquerías, mejor vete— espeto. Suelta una carcajada y deja un beso en mi mejilla.

—Tú no aguantas una broma. Te ayudo— se pone a mi lado y trata de hacer lo mismo que yo.

—¿Hace cuánto no venías a casa?— inquiero sin quitar la vista de nuestras manos. Sonríe de lado y fija su vista en mí.

—Desde que una amiga ya no quiso saber más de mí y tomó demasiada distancia con todos a si al rededor, aunque no quise insistir siempre estuve al pendiente de ella.

—Lo siento por no tenerte en cuenta. Mi vida cambió de un momento a otro y sé como todos que me diste tu apoyo el cual rechacé...— la voz nerviosa de mi hermana interrumpe el mágico momento entre nosotros.

—Kayla, te buscan— informa, volteo, su pecho para arriba se asoma en la puerta.

—¿Qué?

—Ven a la sala, antes que tu hermano se salga de control— chasquea los dedos en demanda.

Veo a Liam confundida, lavamos nuestras manos y salimos con curiosidad. Al llegar a la sala veo a dos populares sentados en el sillón de tres plazas.

—¿Chicos?— pregunto algo confundida. No entiendo qué hacen aquí.

—Sabemos que dijiste antes del anochecer, pero no encontramos lo que querías— habla Caleb poniéndose de pie, observando mal a Liam.

—¡Cierto! No importa— sonrio acompañada de Liam, luego se borra y reacciono —Están rompiendo una regla. No pueden aparecer en mi casa así de la nada—  mi voz se eleva.

—Entonces no hubiéramos traído el libro. Recorrimos toda la ciudad por eso— señala hacia bajo —Y lo tienes acá, de nada chicos— mustia con sarcasmo Haminton.

—Sólo por ésto les dejo pasar— veo hacia abajo encontrándome con una bolsa de papel con el símbolo de Sophos —Gracias— espero que se vayan pero no lo hacen —¿Algo más?

—Sí. Hay una fiesta venimos por ti— enarca una ceja Caleb. Veo a Liam.

—Okay. Déjame y les informo a mis hermanos— volteo y ambos salen del pasillo cruzados de brazos —Hola hermanitos— digo inocente.

—Sabemos que ninguno de los cinco te cae bien, pero déjala venir. Tiene que divertirse— pide Caleb hacia Brad. Muy serio.

—Déjalo estar.

—No.

—Ve, te lo mereces. Con la condición que cuando vengas, terminas con lo que empezaste— habla serio mi hermano mayor. Corro y abrazo a ambos.

—Gracias— susurro —Ya vuelvo— voy hacia mi cuarto. Del armario saco un un short de tela formal azul talle alto, con una camisa holgada negra hombro caído. Tomo mi celular y bajo —¿Ya?

—Sí— responden al unísono. Salimos todos. Monto en el auto de Caleb.

—¿Liam no viene?

-—or supuesto, es uno de nosotros— responde Haminton viéndome por el retrovisor.










—Pensé que no venías— Zac a mi lado con una cerveza en manos. Quito su brazo de mis hombros.

—Claro, podrá ser una nerd, pero sabe cómo terminar una fiesta ¿no?— se burla Justin, recordándome la pelea anterior.

Me acerco con pasos seguros y lentos hacia él, por algún motivo se aleja con nerviosismo de mí.

—También la sé iniciar.

—Lo queremos ver— susurra Tony en mi oído.

—¡No!

—Tú empezaste. Y todos queremos ver a una nerd iniciar una fiesta de populares— Zac observa a su alrededor y me tiende su cerveza.

—No lo haré— si dejo salir a la antigua yo. Ésto se saldrá de control.

—No tienes los ovarios— habla Haminton.

¿No escuché mal? ¿Cierto?

—Claro que los tengo.

—No.

—¡Hey!— llama la atención Lia —Tenemos un reto. Aquí la nerd— recalca eso último —Piensa que puede iniciar una fiesta. Claro está que no es cierto ¿verdad?

—¡Sí, no puede!

—¡No puede!

—¡NO PUEDE!— esas voces me aturden y me provocan hacerlo. Quito la cerveza de las manos de Zac. Recojo mi cabello en una coleta y hago un nudo en mi blusa dejando a la vista mi estómago.

—¡¡HEY!! Vamos con unos body shot— digo abriendome paso entre todos.

—¡¡SÍ!!







Zac

Kayla se ha pasado con todo, nunca creí verla algún día de esta manera como lo que tengo frente. Se ha tomado más de siete cervezas más los shot que lleva encima. Ahora está arriba de las mesas llamando la atención de todos en ésta casa. Su rostro está completamente sonrojado  y sudado, pero no sé si de vergüenza aunque no lo creo. O de tanto agitarse.

—¡¿Están aburridos?!

—¡No!— grita toda la multitud al rededor de la mesa.

—¡¿Quieren show?!— pone sus manos atrás de sus orejas.

—¡Sí!

—¡Claro que quieren! Busco a una pelinegra con excelente cuerpo— señala y con su dedo indice busca entre la multitud —¡Ahí!— señala a Zefora quien está pasada de copas, con otra chica.

—¡Tú, Zefora! Ven aquí arriba— toma un trago de cerveza y tira la lata. Zefora se aleja de la chica y con pasos temblorosos se acerca a la mesa de Kayla. Sube.

—Tenemos que sacarlas. Esto no terminará en algo bueno— advierte Justin acercándose a mí.

—¡Beso!

—¡Beso!— exclaman todos. Volteamos y ambas chicas se acercan para besarse.

—¡NO!— exclama Caleb Liam y Tony. Mientras que los otros solo gritan de la ''emoción''.

—No se queden ahí, bastardos. Hay que bajarlas— nos reprende Justin acercándose a ellas.

Lo seguimos y quien baja primero es a Kayla y pone en su hombro como costal de papas. Tony toma a Zefora quien se suelta del agarre. Tomo su cintura e imito la acción de Justin.

Salimos del patio de la enorme casa y las llevamos a un cuarto arriba. Todos abuchean por el alejamiento de ellas. Ambas chicas balbucean cosa incoherentes. Por las escaleras nos topamos a Scarlett quién sonríe con malicia.

—Además de que matas gente. También eres lesbiana. No me sorprende. Te recuerdo que eres la culpable de la muerte de Esther— se va y sin importarnos subimos.

Ya arriba buscamos un cuarto sin chicos follando. Encontramos uno y tumbamos a las chicas sin piedad a la cama. Una se ríe y otra comienza a murmurar palabrotas.

—¿Quieres irte?— pregunta Tony tocando la mejilla de Eloisa. Hace un puchero y niega.

—No, sé que no les interesa, pero ya no soporto esta carga que llevo— llora en su voz hay lamento y furia.

—¿Esther?— curioseo, asiente.

—¿Qué pasó con ella?— se sienta Hamiton junto a ella.

—Un día yo...yo, me encontraba en su cuarto con las hormonas a mil pero recordé que tenía algo pendiente que hacer— un sollozo sale sin avisar y todos nos acercamos con nuestra atención en ella, agacha la cabeza —Pero no quería irme. Así que la llamé y dije que si podía ir ella...— cubre su rostro con sus manos.

—¿Luego?— pide Caleb.

—¿Luego? Luego, aceptó y fue, yo me quedé a experimentar. Sin saber lo que del otro lado de la ciudad estaba pasando. Una semana o más después creo... ella no quería verme, no entendía por qué, según yo no le hice nada— pausa —Cuando estábamos juntas todas, conmigo era diferente. No lo soporté más y la cite al parque— bosteza —Parque...

—¿Y qué dijo?— inquiere Tony.

—Dijo que...— bostezo —Lo que pasa era, era... mi culpa— se hizo hacia tras y se acurrucó al cuerpo de Zefora que esta dormida.

Nos miramos extrañados y antes que alguien pueda hablar, Liam aparece por la puerta. Frunce el entrecejo y nos levantamosde ahí.

—¿Qué pasó?— señala los cuerpos femeninos.

—Kayla, ella habló de su pasado. Nos dijo una de sus amigas, no la soportaba o algo así...— habla Justin.

—¿Y qué más?— Pregunta alterado.

—¿Tú sabes lo de Kayla?— hablo serio. Se encoje de hombros y niega. Se acerca a la cama, toma a Kayla con cuidado entre sus brazos y sale.

—¿A dónde vas?— lo para Tony.

—A un lugar donde no hable más con ustedes. No deben aprovecharse cuando está ebria— responde enojado y sale, dejándonos atónitos.

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