21-Veintiuno
—No seas malo conmigo. Te prometo que no lo vuelvo hacer— hago un puchero y mis lágrimas amenazan en salir. Él me ignora, sonríe malicioso, da la vuelta y se va.
Rompo en llanto. El hecho de que me ignorara me ha dolido un montón, no lo hice por querer... pero eso no lo entiende él. Me pego a la pared y resbalo, cojo mis piernas contra mí y lloro. Duele mucho saber que te dejen con el corazón roto.
—Kayla deja de llorar— se va dejándome así y solo comenta eso.
—No. He dicho que lo lamento... tú no me crees ¿Por qué?— veo sus ojos.
—¿Quién dijo eso?
—Tú.
—No. Deja de llorar, me enoja verte así... no lo soporto.
—Tú no me crees. Sabes que no lo hice a propósito. Te lo iba decir... pero llegaste antes de lo planeado— limpio mis lágrimas.
—¡Joder, Kayla! No debes planear decirme las cosas. Sabes que sea lo que sea puedes contar conmigo. Yo soy tu mejor amigo. Te apoyaré en todo. Aun así sea que mataste a alguien. Yo iría a la cárcel por ti.
—Gracias, hermanito. Perdóname por no ser lo que quieres.
—Tú eres como eres. No imagino a Kayla... sin sus misterios y secretos.
El sonido: ''pi, pi'' saca de mi ensueño. Veo mi alrededor, la habitación es blanca con muchos aparatos, intento moverme, el dolor de mis costillas, lo impide.
No sé qué mierda pasó. Lo último que recuerdo es discutir con los chicos y de ahí todo negro hasta ahora.
—Bra... Brandon— mi voz es un hilo. Mi vista es horrorosa.
La puerta se abre y deja ver a un hombre mayor junto con una femenina, vestidos de blanco.
—Buenos días... ¿Cómo te sientes?— pregunta la ¿enfermera?
—Más o menos, el dolor no ayuda. Quiero hablar con mi hermano— ambos me ven sorprendidos.
—Es lo menos qué se puede esperar.
—No importa. 1) tu estado es algo crítico, has perdido mucha sangre, y tus heridas son graves por lo cuál te quedaras 4 días acá— informa el ¿doctor?
—Okay. Perdón pero quiero ver a mi hermano... ¿está aquí?— la enfermera suelta una risa.
—¿Quién de todos?— curiosea ella.
—¿Todos?
—Sí. En la sala esperan verte nueve personas. 2 mujeres y el resto hombres— responde el doctor.
—Yo solo tengo 2 hermanos no 9— ambos se ven confundidos.
—¿A quién quieres ver? Dime los nombres– pide la mujer.
—Brandon y Maya.
—Okay— salen murmurando cosas. ¿nueve personas allá afuera? Mi familia ni se inmuta en venir.
A los segundos entran ellos. Veo a Brad y rompo en llanto, mis lágrimas salen a cántaros y no puedo resistir la mirada. Como ninguno se anima a hablar lo hago yo.
—¡Perdóname! Perdón, te lo iba a decir... pero no tenía la forma cómo. Te aseguro que lo iba a comentar ambos. Sino me quieren seguir viendo, por tonta y estúpida lo entiendo. He decidido irme de su lado— chillo y cierro mis ojos.
Siento unos brazos rodearme, me siento segura. El calor de ambos me consuela. Sollozos se escuchan por todos lados.
—No te vas de nuestro lado, Kayla. Estamos enojados contigo pero no para dejarte ir— se separa Maya.
—En serio. Lo siento por no hablar de eso.
—Olvídalo. Solo... ¿Desde cuándo lo haces?— pregunta sorbiendo su nariz, Brandon.
—No hace mucho, tal vez, ah, ocho meses atrás— bajo la mirada avergonzada.
—¡¿8 meses?!— preguntan al unísono.
—Sí, lo sé— intento moverme pero de nuevo el dolor.
—Kayla. Te perdono. Pero no quiere decir que no sigo molesto contigo. Quiero que esta sea la última vez que nos ocultas algo. Estamos contigo en todo. Y no dejaremos que te vayas de la nada— ordena Brandon secando sus lágrimas.
—Okay. Lo siento. Ésto no volverá a pasar... volveré a ser la misma. No más escapadas. Nada de nada. No volveré con Liam y no tocaré portátil o celular que no sea mío...
—Espera ¿qué?— eleva una ceja Maya.
—Sí.
—Deja tus caprichos, Eloisa.
—No pienses en eso. Descansa— besan mi frente y luego salen.
Cierro mis ojos. Creo que terminaré con el trato de los chicos y seguiré siendo la misma de siempre: Kayla Eloisa Thompson, la nerd del instituto... con sus misterios, secretos y más. 5 minutos pasaron y el sonido de las bisagras abren mis ojos. Lo primero que veo son unas cejas espesas seguidas de unos ojos miel y marrones... para terminar con un cuerpo lleno de buenas curvas.
Femeninas, curvas femeninas.
Cierro los ojos haciéndome la dormida.
—Oye está dormida, déjala— pide Hamiltonn.
—No importa. Quiero hablar con ella... no soporto ésto— reataca Tony.
—¡No jodas, Tony! Hiciste que se peleará con su hermano y que se desmayara, y sobre eso la quieres despertar... no me jodas— comenta Justin.
—Tiene razón Justin. Solo vela, estando ahí parece lo que no es— bromea Caleb.
—¿Qué?— pregunta Zac.
—Una chica normal. Sin misterios y secretos— responde Liam.
¿Qué hace Liam aquí?
—¿Está chica no tiene amigas?— pregunta ¿una chica? Nadie responde. Ruedo los ojos aunque sé que no me ven. La tensión se hace presente y me muevo. Siento un calor en mi mano, ignoro.
—Perdóname, Kayla por joderte— suspiro pesado.
—¿Te puedes callar? Están rompiendo una regla—digo y todos se voltean a verme.
—¡Kayla!— se acercan a mí y me rodean con sus brazos excepto la ¿chica? Después de un rato el fastidio regresa, no soy fan del contacto físico.
—¡Joder! No me abracen— se separan veo sus ojos y encuentro algo de ¿alivio?
—Hola castaña. ¿Cómo te sientes?— curiosea la chica, frunzo el ceño y veo a todos.
—Es Zefora...— comenta Zac.
—No te conozco... pero bien mal con los dolores— ella ríe.
—¿Qué hacen aquí? Incluso tú Liam, debes estar en el edificio viendo cada reto...
—No te íbamos a dejar después de arruinar más tu vida— se burla Hamilton. Saco mi dedo medio.
—No tenía cabeza para los retos sabiendo que estas en un hospital— responde Liam.
—No le importo a nadie— mustio.
—Esperen. ¿Tienen reglas?— habla ¿Zefora?
—Sí... luego te decimos— habla Tony.
—A nosotros si— responde Justin —Kayla no íbamos a dejarte a tu suerte.
—Sabemos que no te gusta estar rodeada de personas, pero queríamos saber cómo estabas— suspira —Igual de fría como siempre— Seburla Zac.
—¡Jódete!
—De corazón te digo que me perdones— lo interrumpo.
—Solo una pequeña duda. ¡¿Por qué mierda lo hiciste?! No tienen ningún derecho conmigo. Vale excepto... de molestarme. Pero eso no importa— digo exaltada.
—Yo...yo. Joder no puedo decírtelo.
—¿Por qué? Qué te da miedo, Tony— exclamo... una enorme tensión se hace presente.
—Estaba yo...
—Dímelo. ¿Qué te hice yo, para que te comportarás así conmigo?— intento moverme, el dolor de mi cuerpo no me deja
—¡Vale!...
—No tienes derecho sobre mí. Nadie lo tiene...
—Hay que tranquilizarnos— interviene Liam.
—¡¡NO!!
—Dímelo de una buena vez...
—Celoso. Estaba celoso de ver como abrazabas a tu hermano sin temor a nada. Que le tengas tanto afecto que no te provoca asco su contacto. Disfrutas de su calor... por eso lo dije, era una forma de sacar mi enojo. ¿Vale?— Todo cae como balde de agua helada y no solo a mí, sino a todos los miembros de ésta habitación. No artículo una sola palabra, mi cerebro lo procesa lento... joder. Formé muchas excusas, pero jamás ésta.
—¿No dirás?: ''Que te den Tony, pero bien duro''— se sienta en el sillón junto con la chica que tiene la mirada sobre los chicos.
—Yo... yo no lo esperaba...
—Y no, no celos de los que te imaginas, sin ofender. No eres mi tipo... pero sí sentí celos. Te veo como mi hermana pequeña...
—No rompan una regla.
—Yo no lo haré. Dices que no me ofenda... antes de decir ''Sin ofender, no eres mí tipo.''
—En realidad, lo siento. Perdón— sale de la habitación.
—...Creo que debemos dejarte sola. Pensando en todo lo que ha sucedido— Zac se acerca y deja un beso en mi frente.
—Descansa Rarita— imita Caleb.
—Mejorate— besa mi mejilla Justin.
—Vendremos a verte otro día— se despide con la mano Hamilton.
—Castaña... Adiós— se va Zefora.
—Yo tengo que planificar los retos...— van saliendo cuando mi voz los detiene.
—Chicos. Ya no seré más su guía— suelto. Se giran con cara de pocos amigos.
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