17-Diecisiete
Los chicos y yo estamos sentados enfrente Kayla, en el otro sillón de la sala. Tiene la mirada perdida y un cogin contra su pecho.
—¡No me vean así, que no he matado a nadie!— exclama molesta y todos apartamos la mirada de ella.
—¿Se puede saber qué pasó allá?— pregunta Tony.
—Sí Kayla, dinos— ordena Zac.
—Ya vuelvo— recuerdo que dejé mi celular en el auto, abro la puerta del carro lo tomo y otro celular suena llamando mi atención.
Llamada entrante de
Brandon.
Termina de sonar, hay mensajes nuevos y llamadas perdidas. Deslizo el dedo y no tiene contraseña. Me encuentro con un fondo azul. Sacudo mi cabeza y regreso, no voy a irrumpir con la privacidad de ella. Cuando entro a la sala tienen una pelea de palabras, que al parecer Kayla va ganando.
—¿Se pueden callar?— digo molesto, sentándome en medio de Justin y Tony.
—Kayla, solo dinos que sucedió— pide irritado Haminton.
—¡No! Están rompiendo una regla—habla molesta cruzándose de brazos, se ve tierna. Una canción en portugués suena, Kayla me mata con su mirada.
—¿Qué?— digo incrédulo.
—Tienes mi celular— suena a afirmación —¡Han roto dos reglas!, maldición con ustedes— se levanta y arrebata su celular de mis manos.
Suena otra vez, hace una mueca descolgando la llamada.
—¿Hola?— dice ''inocente''.
—...
—Lo sé. Mira Brad, estoy con unos... ¿amigos?— eleva una ceja al dudar en la última palabra.
—...
—Vale, lo acepto, no tengo amigos... estoy con Zac— el aludido frunce el ceño.
—...
—Brad. No te molestes, estaré mañana en la mañana en casa, no me regañes— hace un puchero.
—...
—¡No te enojes, carajo! Adiós hermanito, dile a Maya que la quiero.
—...
—¿Así que estas conmigo?— curiosea Zac.
—Sip.
—¿Nos vas a decir o no?— insiste Justin.
—¡NO!!
—Dijiste que no preguntaramos sobre los rumores, ''ustedes verán si creerlos o no''— recuerdo y ella parece fastidiada.
—Debí imponer esa regla— murmura pero la escuchamos.
—¿Entonces?— habla Tony.
—Okay— empieza a contarnos todo desde el inicio, hace una mueca de asco cuando dice escuchar a una chica gemir el nombre de Zac. Vuelve a hablar, rabia en su tono —La muy tonta me dio una cachetada y yo un puñetazo— termina, quedo sorprendido.
—Wow...— habla Justin. Nos quedamos callados analizando las palabras de Kayla. No puedo creer que ella hiciera eso.
Kayla
Los chicos me ven sin expresión alguna. No es la gran cosa, no es la primer pelea de mujeres.
—Díganme algo— pido molesta.
—Yo solo sé, que no eres lo que aparentas— comenta Justin.
—Y sabes pelear— habla Tony.
—No sean exagerados. ¿Dormimos? Tengo sueño— pido y ellos asienten.
Se levantan y Caleb les dice dónde van a dormir, cada uno subiendo las escaleras, yo me quedo abajo, me acomodo en el sillón y cierro mis ojos.
A los segundos escucho unos susurros, no abro los ojos, siento como me toman de la cintura y me cargan, abro los ojos y topo con una espalda.
—¡Sueltame! bajame— golpeo la espalda, suelta quejidos.
—Kayla por favor. Dormirás con nosotros— ordena Haminton.
—¡Imbéciles!
Me baja, veo el cuarto hay una gran cama, armario, escritorio, computadora portátil, tableth, ventana, un televisor, vídeojuegos, pintado color café claro.
—¿De quién este cuarto?
—Mío— responde Caleb.
—No aceptaremos un no— dice Tony, como si sabía que iba a decir eso.
—¿Tienes ropa que me prestes?— miro a Caleb.
—De mujer no tengo, solo mía.
—Dame una camisa— de su armario saca una camisa del Madrid y me la entrega.
—¿Dónde está el baño?— todos me ven.
—¿Qué?
—Ahora si te cambiarás en el baño, el día que parecías vagabunda, no te dignaste a entrar a las duchas y desvestirte ahí, lo hiciste frente a nosotros— comenta Justin.
—Yo no hice eso. Jamás lo haría.
—Kayla, nosotros te vimos, sacaste tu pantalón y luego tu camisa.
—No... ¿si? Joder no recuerdo. Solo dime donde esta el baño— Caleb señala al fondo y entro.
No puedo creer que haya hecho eso. Enserio no recuerdo, pudo ser por la pastilla que tomé, termino de cambiarme y escucho ''toc toc''
—Pase— digo amarrando bien mi coleta.
—Kayla, quiero pedirte un favor— pide Zac un poco nervioso.
—Habla.
—Fer, ella...
—Dilo.
—Fer le dijo a mis padres que tú eres mi novia y te quieren conocer el fin de semana— habla rápido, lo veo como si fuera raro.
—¿Tu hermana hizo que?
—Sí, no te enojes, solo tienes que fingir que te agrado por una noche y listo.
—Ni loca voy a fingir que me agradas, mucho menos que sea tu novia, estas tarado— digo tratando de salir pero lo impide.
—Zac. Déjame salir.
—No, hasta que aceptes, es solo una noche. Ademas, aceptaste que nos ibas a ser favores a cada uno de nosotros— recuerda.
—¡Maldición! No debí aceptar— murmuró —Okay, acepto, ¿tengo que llevar vestido? Porque si es así no voy— informo.
—Sí, tienes que llevar, es algo formal.
—Olvídalo— intento salir pero tropiezo, espero el golpe que nunca llegó, siento unas manos en mi cintura.
—Sí, puedes llevar lo que tú quieras— Zac está muy cerca.
—Me pasas a traer— salgo.
—¿Por qué se tardaron?— pregunta Tony.
—Nada, dormiré en el suelo— tomo una almohada.
—No. Tú dormirás en la cama, nosotros en el suelo— informa Justin.
—Ya que insisten— me acomodo en la gran cama, es suave.
—Noches chicos— cierro los ojos, ellos no responder y tampoco me interesa.
—Tú me hiciste esto, mírame, mírame— pide con voz quebrada, la veo ojos hinchados y rojos.
—No, si hubiera sabido que iba suceder, yo hubiera ido. O no te mandaría— digo lamentada.
—Destrozaste mi vida, al mandarme allá— baja la mirada —Kayla, sabes que ya no vale la pena arrepentirse— da unos pasos y se cae. Corro hacia ella y tomo su cabeza en mis manos.
—¡Esther, despierta!
Grito con demasiada fuerza.
—Kayla, ¿estas bien?— pregunta alguien y la luz se enciende.
—Tuve una pesadilla con ella. Creí que lo estaba viviendo de nuevo. No quiero eso— digo asustada y pego mis piernas a mi pecho.
—¿Quién es ella?
—¿Te encuentras bien? Te ves toda pálida y asustada— comenta Zac.
—Si... pero ella no, yo debería estar enterrada y ella viva— respondo y los veo a los ojos.
—¿Cómo que enterrada?— habla Tony.
—Kayla, parece que tienes fiebre, necesitas descansar— dice Caleb a lo que yo asiento.
—Toma— me entrega un vaso de agua Haminton. Ahora que me doy cuenta todos estamos en la cama.
—Pensé que solo yo iba a dormir en la cama— me burlo tratando de olvidar el tema, bebiendo del líquido.
—Primera: ésta es mi cama, segunda: mañana vamos a amanecer con un dolor de mierda, así que no te quejes— habla Caleb.
—Okay. ¿Qué hora es?
—Las... 03:00am— responde Tony.
—Lo siento, por despertarlos. No fue mi intención chicos, también por escuchar mis gritos y soportarme, fue una mala idea dormir con ustedes— me encojo de hombros.
—No te preocupes Kayla, mañana hablaremos, por el momento durmamos que tengo mucho sueño— habla Justin.
—No son tan populares ahora que estoy más tiempo con ustedes— digo burlona, ellos me ven mal.
—Nosotros pensamos que eras la típica chica nerd del colegio, y no es así. Sabes pelear, hackear sistemas...— informa Zac.
—Y provocar a los demás, y eres loca— se burla Haminton.
—Lo siento, chicos en serio, se los recompezare— digo sonriendo de lado.
Ellos me sonríen igual y luego siento unos brazos rodearme y darme un abrazo, el cual agradezco por dentro y les respondo, cuando ya me es suficiente me separo, no soy fan del contando físico.
—Ya— me acuesto en la cama de nuevo, me acomodo al igual que ellos. Zac y Justin están a mi derecha, Tony y Hamiton a mi izquierda y Caleb abajo de nuestros pies, por suerte la cama es grande.
—No me veas— susurro y siento que Zac suspira, no lo veo pero siento que lo hace.
—No lo hago— se defíende en susurro. Lo ignoro, meneo mi mano hacia adelante y se roza con la de él, quien con una dedo la junta más a él.
—No hagas eso— trato de apartarla pero no me deja.
—¿Se pueden callar? Quiero dormir— ordena Caleb molesto —No crean que no los escuchamos, estamos en la misma cama— da una patada a Zac quien se queja.
—Mierda— dice Zac.
—¿Sabes qué? Quítate de ahí, no dejarás dormir a Kayla, yo dormiré donde estas— zozobra. Se levantan ambos meneando la cama de un lado a otro.
—¡Joder!— decimos todos al unísono. Ellos terminan de menearse y se acuestan.
Veo a Caleb, tiene los ojos cerrados, lo imito y duermo de nuevo. Espero y no tenga sueños con Esther.
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