Zac

—¿Qué tienes con Kayla?— curiosea Fer, la veo, esta seria y cruzada de brazos sentada a la par mía.

—Nada, ya vas con tus mierdas— aparco el carro enfrente del colegio de ella.

—Si, y yo aún sigo virgen— acomoda su mochila.

—Fer, no tengo nada con ella y no sigas—, ella baja del auto y se apoya sobre el asiento con la puerta precionando su cuerpo.

—¿Sabes? Me molesta que tú no confíes en mí y yo en ti si, la vida es injusta. Adiós— cierra el auto y entra al colegio.

Tiene razón yo no confío en ella y no sé por qué, creo es el motivo por todas las cosas que haga, ella me armará un drama del cual prefiero no escuchar. Ahora no estoy para una relación seria.

¿Y cuándo lo has estado, estúpido?

Aparco el carro en el estacionamiento del colegio y bajo, escucho uno que otro rumor pero no sé de quien entro al colegio y entre más camino más rumores.

—Dicen que ayer la violaron— comenta una chica.

Voy a mi casillero para sacar un libro que necesito y dejé abandonado a inicio de año. No veo a Kayla y cuando vengo, ella se va porque no quiere verme o solo da la vuelta.

Cierro cuando Logan golpea mi hombro y sonríe.

—¿Ya supiste?

—¿Qué?

—La rara, vino con ojos hinchados y rojos, en camiseta de tiras negra, pantalón roto, cabello revuelto y con las manos llenas de tierra.

—¡¿QUE?!

—Unos dicen que la violaron, o que le dieron una golpisa— veo por todos lados buscándola, no la encuentro.

Camino por los pasillo, buscándola pero en ninguna parte esta, veo a Haminton sacando algo con urgencia de su casillero.

—¿No has visto a Kayla?

—En la entrada del baño con los chicos insultandolos y llorando— explica, sacando una chaqueta de él.

Corre hacia allá, lo sigo, cuando ya estamos algo cerca hay personas formando un círculo donde se escuchan lloriqueos.

—¡Nadie les dice que estén aquí!—  escucho a Kayla enojada.

—Rarita ¿ya te viste en un espejo?— pregunta Tony, abro paso y veo a Kayla llorando a cántaros como si fuera vagabunda, Justin la tiene de la cintura.

—¿Qué te pasó Kayla?— intento quitarle la mochila de sus manos pero no la suelta.

—¡Joder, váyanse no los necesito, a nadie le importo!— vuelve a llorar y suelta la mochila.

—¿Si le pones esa mierda, muy feo?—  un irritado Justin habla, Haminton se acerca para ponerle la chaqueta, pero ella empieza a patalear y soltar manotazos.

—No los necesito, por mi culpa ya no está— comenta. Scarlett aparece.

—Eso es verdad. Por tu culpa y solo tuya estúpida—  la señala y también deja salir lágrimas.

—Dame eso— Caleb habla enojado quitandole la chaqueta a Haminton, Scarlett se va.

—Tony tomala de las piernas y tú de los brazos— ordena lo hacen, se retuerce como si tuviera hormigas en el culo, Justin la pega a él con fuerza.

—Kayla, tranquilizate— trato de hacerla entrar en razón.

—¡No! No puedo, Scarlett tiene razón. Todo esto es mi jodida culpa, ella estaría todavía y yo no— todos nos miramos confundidos. Haminton abrocha la chaqueta.

—¿De qué estás hablando?— intriga Tony.

—De ella y todas nosotras— se tranquiliza, y nos ve.

—¿Quién es ella?— habla Caleb.

—...Ella, la persona que valía más que yo— intenta soltarse, pero Justin no la deja.

—Eso es seguro— comenta Haminton y todos lo vemos mal. Ella lo ve, se da la vuelta y abraza a Justin, quien no responde.

Abrazala idiota.

—Kayla... ¿Quién te hizo eso?— pregunto, agarrando su cintura.

—Nadie yo me lo hice, es lo menos que merezco— susurra, tocan el timbre y todos se van a sus salones menos nosotros.

—¿Qué vamos hacer?— habla Caleb a mi lado.

—Yo digo que, compremos ropa y se bañe acá— Opina Tony.

—Estoy de acuerdo, ¿Quién va a comprar?— habla Haminton.

—¡Zafo!— decimos todos al unísono.

—Ve a tu casa y trae ropa de Fer— habla Justin.

—¿Ah sí?— digo irónico.

—No necesito de su ayuda. Vayan y cuiden el culo de su abuela—  dice Kayla sin dejar a Justin.

—Rata, por nosotros está bien.

—Nada de eso— ordena Tony —Zac ve, te esperamos —Haminton me acompaña, nos montamos al auto y arranco.

Kayla Thompson

Aprieto mis ojos, y abrazo al cuerpo que no sé quién es.

—Justin traela al baño— pide Tony, siento como me cargan y caminan.

—Es más rara de lo que creí— comenta, quien creo es Caleb.

—No entiendo cómo resultó así—  opina Justin.

Imágenes vienen a mi mente, como película antigua y recuerdos horrorosos me atacan, lo que provoca que golpeé el pecho de Justin, suelta un quejido.

Cuando logran sentarme en algo los chicos se paran frente a mí con una mirada curiosa y gran incógnita sobre mí.

—Kayla, ¿dormiste en tu casa?— Inquiere Tony, niego.

—Pasaste la noche en el cementerio— habla Caleb suenando  a afirmación.

—Sí. ¿dónde estoy?— veo mis manos, están llenas de tierra, una que otra cortada.

—En el instituto— responde Justin.

—¿Qué fecha tenemos?

—06 de abril— habla Caleb, reacciono, yo no debería de estar acá, intento bajarme de donde estoy pero ellos me detienen.

—Tú no te vas— sentencia Tony.

—¿No sé dan cuenta? Falta muy poco, yo no debería de estar acá. Tengo que cumplir con la promesa, ellas vendrán y no me encontrarán allí— digo suplicante.

—¿Ellas?

—¿Promesa?

—¿Poco tiempo?

—Sí. Vendrán solo para culparme, echarme todo el peso encima.

Me bajo y ellos se ponen frente a la puerta. Camino de un lado a otro murmurando cosas, de forma paranormal. Tocan la puerta, abren, entra Haminton, Zac con una bolsa negra en manos.

—Me está asustando— dice Caleb.

—Kayla, mírame— pide Zac, lo veo —Traje ropa, para que te bañes. Tranquila que asustas— se burla y entrega la bolsa la tomo.

No me había dado cuenta que estoy en las duchas.

—Ya regreso— informo, dejo la bolsa sobre el lavado, quito la chaqueta, desabrocho mi pantalón, quito mis zapatos, junto con mi pantalón.
Termino de quitarme la blusa y entro al baño.

Abro la regadera, dejando que me calme, recuperando fuerzas para irme de nuevo al cementerio y salir luego de aquí. Enjaguo mi cuerpo con brusquedad, termino de lavar mi cabello y cuerpo. Me doy cuenta que no trage la ropa.

—Chicos— grito  —Alcancenme la ropa— a los segundos, veo una mano entrar por la ducha tendiendome la bolsa.

—Gracias.

—Solo apúrate— pide Tony. Saco la ropa, maldición.

¿Qué soy una prostituta o que?

La ropa consiste en un short muy corto, tela blanca, he de admitir esta bonito. Blusa negra de encaje, dejando a la vista mi ombligo. Bufo, no tengo otra opción, la que tenía está llena de lodo, yo bañada, usar ropa sucia, mejor me pongo esta.

Salgo y los chicos hablan de saber que cosa, cojo la ropa sucia y la meto a la bolsa, pongo mis zapatos.

—Al menos ya no pareces sacada de alguna película de terror con el escenario en un bosque— comenta Caleb.

—Cállate idiota— digo enojada. Los chicos me ven esto es incómodo.

—Tenemos que hablar— pide Zac.

—Yo no tengo ganas. Tengo que salir de aquí, mientras más tiempo pasó con ustedes, más me contagian de su estupidez— informo y ellos no dejan de verme.

—¿Tengo cara de payaso o qué?

—No. Pero pareces menos fea— dice Justin, le muestro mi dedo medio.

—¿En serio? ¿te vas a rebajar conmigo? Soy una mierda de persona, ¿no me ven? No tengo nada bueno, y ya ni me miren que es incómodo. Nos vemos— salgo de allí con la bolsa en manos.

—¿Cuanto cobras?— pregunta un chico en medio del pasillo, todos están afuera ya.

—Preguntale a tu madrastra, tal vez te lo haga gratis— cuando me ve, parece confundido. Corro a la salida y cuando estoy por salir un comentario me detiene.

—Mamasita.

—Vete a la punta del volcán, pedazo de idiota.

Salgo, y camino hacia casa para cambiarme de ropa, porque así parezco una puta barata, a pesar que no tengo nada bueno y mi cuerpo es una basura. De verdad, tengo el cuerpo más flojo que una liga de cabello bastante usada.