13-Trece
Día del reto:
Cierro mi casillero, camino hacia mi otra clase con mis libros en mano, ahora todos me ven como si fuera una zorra más del instituto. Se escuchan más rumores de mí, los cuales son una total mierda, no sé quién demonios crea los rumores de mí.
Mis libros caen al suelo de un momento a otro, veo el suelo y no hace falta ser sabio para saber quiénes fueron. Tomo mis libros rápidamente para hacerles frente a los chicos delante de mí.
—¿Por qué siempre hacen estas cosas imbéciles?— escupo, ya estoy harta que sigan haciendo esto.
—Porqué podemos y queremos— responde Caleb acercándose más a mí, tuve que levantar el rostro para poder verlo a los ojos.
—Pues ya va siendo hora que dejes de pensar eso, sigues haciéndolo porque yo no te digo nada pero ya. Esta será la última vez que lo haces— defendí mi honor, él sonríe de lado, no se toma en serio mis palabras.
—¿Si no qué?
—Vas a conocerme.
—Que mie...— no termina de hablar ya que uno de mis libros se estampa contra su rostro haciendo que su nariz suelte un hilo de sangre.
Él lleva la mano al área afectada confirmando la fractura. De un momento a otro me encuentro contra la pared y sus manos sobre mis hombros, estoy asustada pero no se lo demuestro.
—Te dije que ibas a conocerme— fueron mis palabras.
—Me iré antes de que pueda olvidar que eres mujer— una gota de sangre cayó sobre mi camisa.
—¿Tú puedes hacerme daño pero yo no a ti?— empujé mi cuerpo hacia delante para salir de ahí —Púdrete.
Y caminé yendo al salón. Poco después entran los populares –excepto de Caleb– con sus típicas sonrisas arrogantes y egocéntricas, no lo negaré, son guapos que pasaría una noche con ellos pero no son mi tipo.
Ahora te compartas como una regalada.
El profesor de inglés entra y da su clase, ese profesor es muy pervertido a mi parecer y no me agrada en lo absoluto, ni yo a él. El período pasa rápido, salgo con tanta urgencia para guardar mis cosas e ir a casa para descansar un poco y ver las caras de mis hermanos.
Saco mi celular, para ver la hora cuando choco con la puerta de entrada, una punzada se hace presente en mi cabeza y la tomo en manos.
—Estúpida, ni con lentes ves tu camino, idiota eso te pasa por ser asesina— me culpa Scarlett en tono de odio y rencor. Las risas que habían antes se van y la atención total esta en nosotras.
—No digas eso... sabes que no es cierto— pido con voz quebrada.
—No. Eres una asesina, culpable de todo— me señala, trato de mantenerme fuerte.
Ahora si es necesario llorar. Llora, lávate los ojos.
—Scarlett, no— digo y salgo de ahí con la culpa otra vez invadiendome, ya había olvidado esto y ella lo recuerda, esto es mi condena.
Ay, mira. Que dramática.
Tú nunca habías aparecido tanto.
Por desgracia soy parte de ti.
▪︎▪︎▪︎
Termino de lavar la loza sucia y subo a mi cuarto para cambiarme e irme antes de que se den cuanta, a mis hermanos no les gusta que haga esto aunque no dicen nada.
Mi vestuario es: un pantalón ajustado azul, camisa negra mangas cortas, gorro azul de lana, converse blancos, cabello en coleta. Meto mi portátil, celular, audífonos, HUAWEIWATCHGT2, dos cables y bajo las escaleras.
Salgo de casa en camino al edificio 1 donde será la presentación y toda esa mierda, no me gusta ir en auto, bus o taxi, prefiero caminar.
Veo mi reloj, estoy a tiempo, hay chicos afuera pagando sus entradas y otros adentro buscando un buen lugar.
—Kayla— informo, me dejan entrar y los que pagan abuchean ya que no esperé turno, no lo necesito.
—Hola Liam— saludo, beso su mejilla.
—Los chicos no han llegado, te ves bien— dice pícaro y me sonrojo.
—Ya.
—¿Kayla?— dicen atrás de mí, volteo y veo a los chicos vestidos de negro, y confusión.
—No. Andrea de Alba— digo con sarcasmo y todos ellos me fulminan.
—Chicos, pensé que no iban a participar— interviene Liam.
—Jódete— espeta Justin.
—Ya va a comenzar— informa Liam, todos asentimos, nos vamos enmedio del salón donde ya están los grupos y los aficionados al rededor.
—Ya saben las reglas y para los que no. Es que no hay reglas. Elijan a su capitán y los veremos en la línea de partida— se va seguido de otros dos.
—¿Quién será?— pregunto y ellos se ven entre sí.
—¡Maldición! Populares y no saben elegir, yo elegiré— de mi mochila saco mi reloj junto a los audífonos.
—No puedes hacer eso Kayla— dice Haminton.
—¿No? Tony toma, te diré todo por medio de esto, cuidado y te lo ven— le doy un audífono y se lo pone.
—¿Vamos?— pregunta Zac, asentimos y vamos hacia allá.
—Los veo luego— digo yendo directo al cuarto donde tengo que estar.
Subo unas cuantas escaleras y llego donde hay cinco cuartos donde están las letras de A-F entro a la B donde hay un escritorio, cinco plasmas y dos cámaras, me siento, saco mi celular, portátil y los cables.
—¡Cinco. Cuatro. Tres. Dos. Unos!— dicen por los parlantes y veo por las pantallas que los equipos salen corriendo hacia el edificio.
—Tony, cuanta a tres, corren y enciendo las luces— ordeno empezando a teclear en la computadora.
—Okay.
Cuando entran todos entran al pasillo se pone oscuro y nadie hace nada, introduzco contraseñas y se encienden las luces cinco segundos lo suficiente para que los chicos puedan pasar y dejar atrás a los otros.
Bajan las escaleras y se detienen ya que hay un sistema que detecta movimiento. Veo como esta todo, joder lo pueden hacer más difícil.
—¿Ahora que?— pregunta un poco agitado.
—Tranquilos, tomen aire y corren solo cinco segundos no más— indico, corto el sistema y corren, la luz roja en mi portátil aparece indicando que volvieron a activar el sistema.
—¡Joder! Tony no se muevan activaron el sistema— informo, en el plano se ve cómo va avanzando, conecto el cable de la computadora a mi celular.
—Kayla. Apresurate que nos alcanzan— demanda Tony asustado.
—¿Te puedes calmar, popular? Ya voy— formateo mi celular y el sistema del piso.
—¡Ya!— corto para que ellos puedan pasar, veo las pantallas donde los populares salen corriendo dejando atrás a los demás. Apago las luces e introduzco virus para que se tarden en reiniciar.
Rio cuando escucho los reclamos de los demás y otra voz de los chicos.
—Eres mala— comenta entre risas.
—Gracias.
Veo el plano completo del edificio y ya solo faltan dos retos para terminar y ser los primeros.
—¿Cuál viene ahora?
—Ahora salgan por la segunda puerta. Antes de que se den cuenta ¿vale?
—Okay.
Lo bueno de esa puerta es que no hay nada de sistemas que atravesar y lo pueden hacer en calma.
Reviso los otros sistemas y ya los han hackeado, tomo un poco de agua de botella cuando la luz roja de mi portátil me saca de mis pensamientos y la voz de Tony suena molesta en mi oído.
—¡Kayla nos han dejado encerrados!— dice molesto a lo que yo regreso y tecleo de nuevo.
—¡¡Mierda, hijos de...!! Calmate Tony. Pasame a Zac.
—¿Qué?
—Los malditos los encerraron, puede que tarde un poco en desactivar eso pero van a salir de allí.
—Confío en ti. Apresurate porque hay una alarma que desespera.
Ingreso a todos los sistemas y no encuentro donde hicieron eso, por eso saco una USB la conecto a la computadora. Introduzco claves y los mando a todas las computadoras de los demás, así no puedan joderme mientras saco a los otros.
Sonrio maliciosa y corto la energía eléctrica de todo el edificio.
—¿Quieres que pasemos en oscuras?
—Sí. Pero ya.
Con la poca luz que hay puedo notar que están atravesando el cuarto sin ningún problema, excepto de sus tropiezos.
Cuando ya están afuera, vuelvo la energía a todo el edificio.
—Este es más fácil. Solo dense prisa y no hablen— pido a lo que él susurra un si.
El reloj en la pantalla aparece dando cinco minutos antes de que cierren la salida y no podamos salir.
—¡Joder, Kayla! Hay rayos láser enfrente de nosotros.
—Ya sé.
Noto que los sistemas son más fuertes que los anteriores y costará un poco, siento calor por lo que me quito el pañuelo del rostro.
Tecleo pero me rechaza los código y no tengo de otra más que decirles que sigan mientras intento resolverlo.
—Tienen que pasar así. No quiero reclamos.
—Kayla...
—No.
Me levanto de la silla y corro hacia donde esta la caja de energía, busco los alambres verdes los junto y corto. Veo la pantalla y ya no están así que pueden pasar bien.
Veo el reloj y ya falta un minuto. Los chicos salen de ahí corren hacia la salida, tomo mis cosas y salgo dejando a todos bien fregados. Encuentro a los chicos ahí con una sonrisa de oreja a oreja y todos celebrando, me acerco y ellos me ven felices.
Cuando estoy más cerca corren y me abrazan, lo que molesta un poco y me separo rápido.
—No hagan eso— ellos aceptan.
—Los primeros en seguir al segundo edificio, es el grupo B!— exclama Liam. Todos celebran mientras otros maldicen, junto con los chicos celebramos pero sin abrazos.
—Tenemos que celebrar— comenta Justin feliz.
—Estoy de acuerdo— habla Caleb que tiene una bendita en la nariz.
—Yo me voy— informo, ellos se me quedan viendo.
—No te vamos a llevar, si es lo que crees— dice Haminton.
—No necesito que me lleven, pero ahora sí por menear tu bocota— digo molesta.
—Joder Haminton, con ganas te dejo aquí— maldice Justin.
—Vamos, entre más luego mejor— ordena Tony saliendo seguido de nosotros. Se montan a un auto negro y yo los veo.
—¿Qué esperas?— pregunta Caleb.
—¿Dónde me siento?
Zac se baja del asiento del copiloto yéndose atrás con los demás.
—Vete ahí, junto con Caleb— informa, no muy convencida asiento y me monto un poco incómoda. Arranca y me ve. Tengo un poco de miedo al pesar que me dejará tirada en la calle por en venganza del golpe.
—¿Qué?
—¿Dónde queda tu casa?
—...Oh, no, déjame en la calle 24— pido sintiendo las miradas curiosas y confundidas de todos.
—¿Qué?— vocifero enojada.
—Esa calle es la del cementerio— recuerda Justin.
—Si ¿y?
—Nada. ¿Vas a levantar a los muertos?— bromea Haminton
—Solo déjame ahí, Caleb.
No preguntan más y se dirige hacia allá, cuando llegamos me dejan en la entrada del cementerio y se van.
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