Los chicos se van, dejandonos a Zac y yo solos su hermana menor no tardará en llegar, me acuesto en el sillón cierro mis ojos, pensando en mis hermanos.

—No entiendo— lo oigo decir, me levanto y veo a Zac con los brazos cruzados y el ceño fruncido frente a mí.

—¿Entender qué?—hago un mohín.

—Tu comportamiento hacia los chicos —me ve para sentarse frente a mí.

—Ni siquiera yo lo entiendo.

—Ok, eres complicada— pausa —Tus hermanos estaban devastados— cambia de tema que lo agradezco montón.

—Sí, tengo la culpa, pero ellos no se enojan conmigo, excepto de aquella vez, de lo contrario no. Zac, agradezco todo lo que estás haciendo por mí. Sé que no valgo la pena pero de corazón te lo digo, gracias, te amaré el resto de mi vida—digo sin ninguna pizca de sarcasmo.

Él no dice nada y solo me ve a los ojos, como buscando mentiras, misterios, secretos o algo por el estilo, de mí solo las dos últimas son ciertas pero jamás se lo diré. No pretendo engañarlo.

—No entiendo porque te tratas así. Kayla eres muy rara, no lo digo por una enfermedad o algo por el estilo, no entiendo porque eres cruel contigo misma. Sí vales la pena y solo con un gracias de tu parte me es suficiente— esquiva la mesita que nos separa, se arrodilla ante mi y posa sus manos en mis rodillas.

—Zac, no sabes nada de mí, soy una terrible persona, la peor que puedas conocer— trato  de no sonar nerviosa.

—No lo creo, ¿esto tiene que ver con que te alejas de las personas?— pregunta y acaricia mi mejilla. Su tacto suave y delicado me estremece.

—No, por supuesto que no, yo... yo...— se acerca cada vez más, nuestros labios a centímetros —Yo... tengo.... yo...—  callo cuando está más cerca.

—Kayla eres hermosa— pone sus labios sobre los míos y cuando iba a profundizar más el beso la puerta se abre de golpe. Me levanto de ahí, dejando a Zac con los ojos cerrados, veo quien es y es la hermana.

No quiero pasar lo mismo otra vez siento que mi pasado me esta alcanzando de nuevo. Iniciar desde 0 eso jamás pasará, y mucho menos Zac, él se ha  portado bien conmigo y no es justo que los platos rotos desde hace años los pague él. Claro y aunque fuera así no dejaré que mi jodida culpa vuelva a matarme de nuevo, estoy pagando todo lo que hice hace, cuatro años. No dejaré que la historia se repita por segunda vez.

—Hola, Kayla— saluda la hermana menor de Zac.

—Hola Fer, ¿como te fue?—inquiero. Fer:Chica mediana, cabello rubio, ojos marrones, tez blanca, cejas espesas, a excepción de Zac es mujer, 14 años.

—Bien... ¿qué pasa entre  Zac y tú?— eleva una ceja.

—Nada, estábamos hablando,  mi celular sonó y me tuve que alejar—miento.

—Si pues, y yo todavía no sé de dónde vienen los bebés, se estaban besando. ¡Tú y mi hermano!— exclama muy emocionada.

—Mejor, vete a cambiar, con el uniforme del colegio te ves más fea—bromeo,  ella ríe y mueve sus perfectas cejas.  Ella  dejó muy en claro que podíamos bromear.

—¡¡SIIIII. KAYLA Y ZAC. SIIIII!!— grita emocionada, como si estuviera en la selva, siento mis mejilla arder, así que decido subir al cuarto.

Entro en busca de la carta,  no veo la,  abro la puerta para preguntarle a Zac y el susodicho esta parado frente a la puerta.

—Toma, aquí está la carta. Dice Maya que no seas tan bruta y Brandon que no seas tan tarada— informa, agarro la carta y entro al cuarto.

—Zac—lo llamo, da media vuelta y me ve. —¿Puedes llevarla al colegio? para que puedan sellarla los profesores y director

—Okay, disculpa a Fer—comenta con tono pícaro, me sonrojo, sonríe y baja las escaleras.

*****

—Zac— le llamo.

—¿Qué?— responde simplón.

—Háblame— pido, en voz de niña.

—¿Qué quieres que te diga?

—No sé, como: cuándo cumples años, si has tenido novia formal, cómo es tu vida, algo que se te venga a la mente— respondo y escucho un suspiro pesado.

—Julio 22, sí tuve una novia, la cual me engañó con mi mejor amigo. Mi vida no es buena y tampoco la mejor, trato de llevarla, menos formal no tan cliché, busco algo diferente a los demás. Cuando te veía en el colegio llamabas mi atención pero no tenía el valor para hablarte porque te veías dura, lo eres pero no tanto. Me gusta cuando te sonrojas, te ves más atractiva— mis mejillas arden.

Este chico está consiguiendo cosas en mí que me desagradan por completo y que odio admitirlo. Es tierno, no como los demás populares. Me gusta su persona y no hablemos del físico sus ojos son tan bonitos que siento derretirme ahí mismo, claro que no lo sabe y tampoco quiero que lo sepa.

—Ahora tú.

—Yo no cuento nada bueno, no he tenido novio, la mayoría del tiempo me siento triste y culpable. Me gustan los perros, en especial los Dogos, sean guatemaltecos, argentinos, o alemanes.

El silencio vuelve a inundar la habitación, no puedo ver el rostro de Zac, ya que yo estoy en la cama y él en el suelo con dos almohadas y una sabana. Mientras yo ocupo la cama.

Creí que las cosas se pondrían tensas, después del supuesto ''beso'' pero no, eso me alegra, no quiero que la poca amistad que tenemos se arruine y otra vez por mi culpa. No soy buena en las amistades, por lo cual decido alejarme y evitar que sucedan situaciones de las cueles voy a arrepentirme en el futuro.

—Zac.

—¿Sí?

—¿Con cuántas chicas haz salido? Para… bueno tú sabes a lo que me refiero—musito.

—¿Segura?— no me da tiempo a responder y añade:
—Bueno, si las cuento no me alcanzan las manos, ten idea de que no hay noche sin que no la puse bien.  Callo los detallas.

—Nunca he tenido sexo, sobra decir que no puedo darte una cantidad de chicos, tú los sabes. No tengo amigos, cómo puedo estar con los chicos.

Vale, puede ser que esté mintiendo, pero la mitad de mi vida son rumores y secretos, quiero que eso se quede como secreto.

—¡Nah!, mentira. No soy un prostituto para andar de cama en cama y con varias chicas. Por favor, tengo dignidad— su aclaración me hace reír.

—Kayla.

—¿Sí?

—¿Cómo nos ves con mi hermana?

—Se nota que se llevan bien, ella te tiene mucha confianza, y al parecer tú no a ella, error, si te separan de Fer,  te vas a morir ya no va haber quien te joda o viceversa. Tienen una bonita relación la cual me agrada y tu hermana es especial.

—¿Por?

—Soy muy santa a la par de ella. Es muy bonita, no lo niego y estoy segura que los chicos se pelean por ella… se ve pervertida, lo cual me agrada mucho.

—¿Sabes? Ella me pidió pornografía a los 10 años. Yo le enseñé, revistas, fotos y vídeos. A los 12, me dijo que ella tenía ganas de ver todo lo que le enseñé en vivo, le dije que se "metiera" con uno de sus amigos en el que ella confiara demasiado, dos días después me contó que ya lo había echo y que lo había disfrutado. Después me dijo que quería saber todo lo que yo sabía.

—¿Y se lo enseñaste?

—¿Qué crees?

—No...

—Si. Le  expliqué todo, lo qué  debía hacer y lo que no. Si quería joder de esa forma no fuera tan fácil.

—¿Por qué?

—No quiero que cualquier hijo de…, vea el cuerpo de mi hermanita. Qué aunque ella tuviera las hormonas alborotadas viniera a mí, además. Creo y estoy seguro que una mujer que se la pone difícil a un hombre es la que más llama la atención, siendo sincero, las chicas del colegio son tan idiotas. No se dan a desear y bueno… ese consejo le di.

—Si mi hermano hubiera hecho lo mismo conmigo, no sería buena a en la laptop, pero sí sobre la cama— su risa pícara, me hace sonreír.

—Si ves la galería de mi hermana, solo contenido que ya te imaginarás  tiene. Los viernes como nunca están nuestros padres, vemos películas con contenido +18 y +21. Ya sabes de lo que te hablo, Kayla.

—¡Que asco! En serio eres un hermano especial— me levanto,  cojo la sabana, almohada y me paro frente a él quién me mira confundido.

—Quiero dormir con el hermano especial. Además, no es justo que yo duerma en la cama y tú en el suelo, Zac.

—No importa. Pero ya que insistes…— se hace a un lado para que me pueda acostar. Acomodo mi cuerpo de gallina culeca junto al de él; fuerte y firme.

Bueno, para mí.

—Feliz noche Zac.

—Feliz noche Kayla.

Nuestras miradas quedan clavadas y no puedo retirarla, más bien me gusta. Mis mejillas se sonrojan, el cuerpo me tiembla y el corazón me va a mil por tener al chico que se está comportando tan lindo conmigo y que despierta lo que hace años apagaron de una manera muy mal y cruel. Despierta las ansias de tocarlo y sentir sus caricias que por más que me engañe a mi misma sé, que este chico llamado Zac está regresando a la Kayla verdadera.