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10-Diez

Zac

(Tres días después)

Me debato entre tocar o no, me armo de valor y toco el timbre desesperadamente y la puerta. Toco la puerta con más fuerza y la abren cuando iba a dar el tercer golpe.  Encuentro unos ojos miel rojos e hinchados de tanto llorar, me ven con tristeza y dolor. Las palabras me faltan, hago una seña y me deja entrar.

—¿Está tu hermano?— pregunto bajo, ella asiente, cuando veo a Brandon, de igual manera en sus ojos y con ojeras ambos.

—Vengo porque Kayla...

—¿Dónde está?— preguntan al unísono dejándome sorprendidos, en sus ojos hay una pizca de alivio.

—Ella esta conmigo viviendo, lo único que entendí fue, que se quedaría conmigo por una semana el tiempo que sus padres se quedarán y les pide que estén tranquilos que ella regresará con ustedes, solo pide que la esperen, y ella está bien— les informo, aparece una sonrisa en sus rostros.

Maya se tira hacia mi y me abraza, no dudo en corresponder, escucho su respiración más aliviada.

—Te dije que iba a cambiar— susurra y se aleja de mí, Brad no se queda atrás y me abraza también.

—¿Qué le hiciste?— intriga y me confunden más... no entiendo a que se refieren yo no hice nada de nada.

—También me pidió que les pidiera una maleta con ropa. Brandon, pide que le hagas una nota justificando los días perdidos y los días que faltará a clases. No piensa regresar a estudiar hasta que se vayan sus padres de la ciudad.

Maya sube rápidamente, supongo a traer la maleta, el mayor se sienta en el escritorio donde hay una computadora, empieza a escribir y me siento en el sillón.

La casa de Kayla es grande, esta equipada con lo necesario pero de buena calidad, un sillón familiar, tres individuales, mesa de madera en medio, televisor de 40 Pulgadas DVD, mesa de seis personas, en la pared frente a la sala de estar una gran foto de ellos tres, las paredes están pintadas de color blanco.

Maya baja con una maleta, se ve pesada, se acerca conmigo.

—Toma, y dile que no sea tan pendeja— Brandon se acerca a nosotros.

—Dile, que nos debe una, y grande. Haz que coma, con eso no solucionará nada y que no sea tan tarada.

—No se preocupen chicos su hermana esta en buenas manos. Nos vemos— los abrazo y salgo de ahí con un alivio grande. Subo al carro, arranco y voy directo a mi casa a contarle todo a Kayla, que tampoco se ve bien.

Entro a mi cuarto donde esta una Kayla dormida con una almohada cubriendo su cara y dejando en perfecta vista su hermoso y bien formado cuerpo. Lleva el mismo short de antes y su cabello todo enmarañado, repito; no es que Kayla sea  una top model solamente, para mi vista ella tiene lo necesario en áreas determinadas.

Dejo la maleta en la entrada de la puerta, bajo por comida ya que no he desayunado y casi es medio día. Preparo mi desayuno cuando suena el timbre desesperadamente, bufo y voy a abrir.

—¿En serio ustedes no se cansan de andar juntos?— camino hacia dentro dejándolos pasar.

—Gracias por la calurosa bienvenida— dice con sarcasmo Haminton.

—¿Ya hablaste con ella?— pregunta Tony.

—Ya, pero no me dio una respuesta concreta...

—¿Tienes cargador? Que mi celular esta sin batería— habla Justin mostrando su móvil.

—Mi cuarto, encima del escritorio—  señalo hacia arriba, él asiente y sube las escaleras junto con Haminton.

—Por cierto no se ha aparecido en tres días, unos dicen que se fue de la ciudad— comenta Caleb, ocupando una silla del comedor.

—No es... ¿les dije que subieran a mi cuarto?...— Miro las escaleras. Kayla me dijo que no dijera dónde estaba.

—Si...— un grito desde arriba interrumpe a Tony.

—¡¡Zac ven ahora!!— grita Justin desde el inicio de las a escaleras, corro muy rápido para subir las escaleras, detrás de mi Caleb y Tony.

—¿Qué pasa?— habla Caleb.

—¿Porque no quieres que suban a tu cuarto?

Entro y veo a los chicos  parados frente a la cama.

—¿Por qué tanto es...— no termina Tony ya que ve hacia la cama y se queda callado a los segundos entra Caleb y se queda igual que los otros.

—Chicos salgan del cuarto— pido en susurro, para que Kayla no se despierte, los otros chicos entran más al cuarto.

—No. ¿por qué tienes a una chica en ru cuarto?— inquiere Haminton.

—Pero...

—¿Quién es?— habla Justin acercándose a Kayla, yo me pongo enfrente de él para que no pase.

—Nadie que les interese. Ahora salgan, y dejenla dormir, que no ha dormido bien— empujo a Justin y todos me ven mal pensados.

—Dinos quién es— pide Caleb.

—Mmmmmm, cállate— pide somnolienta Kayla.

—La van a despertar chicos, salgan— digo serio tratando de no elevar la voz.

—Solo dinos su nombre— insiste Caleb quien no ha apartado la vista del cuerpo de Kayla al igual que los otros chicos.

—Okey ok, es Kayla— informo y ellos me ven sin expresión —Ahora salgan, hablaremos de eso abajo y de paso del reto, pero bajen— ordeno y ellos salen sin decir nada, cierro la puerta un poco enojado por como la veían.

Me acerco a Kayla y me siento en el borde de la cama, sé que va a matarme  si la despierto, ahora necesito que tome una decisión y  coma, ya que no lo ha hecho.

—Kayla, despierta, los chicos están abajo— meneo su cuerpo de un lado a otro.

—Déjame dormir— pide descubriendo su rostro.

—Emmm... los chicos están abajo, tienes que hablar con ellos y decidir de una vez— ella abre los ojos mirándome mal.

—Ok ya voy, deja me cambio— se levanta de la cama, restriega sus manos en su cara.

Sonrió con la boca, bajo las escaleras entro a la sala con unos chicos pidiendo explicaciones, bufo y voy a la cocina.


Kayla

Tomo la maleta,  Maya  es la única que toca mi ropa, Brandon no se mete con eso. Ropa interior, un short corto de tela celeste, una camisa blanca.

Entro al baño enciendo la regadera, cae fría relajandome un poco, salgo en veinte minutos, enrollo una toalla en mi cuerpo y cabello.

El cuarto de Zac es grande, más que el mío, cama, armario con mucha ropa, escritorio, computadora portátil tableth, mini biblioteca a un costado, en la pared cuelga una foto de él y su hermana menor, pintado color azul intenso, con un póster del equipo del Barcelona.

Peino mi cabello castaño y salgo con unas vans negras y mi reloj. Cuando medio entro a la sala escucho una pelea de palabras, pidiendo explicaciones de algo, tampoco es que me interese.

—Hola chicos, cuando entren no hagan tanta bulla— digo llamando la atención de todos y me dirijo con Zac.

—¿Qué haces aquí? ¿La pásaste bien con Zac?— se burla Haminton.

—Que te importa. Mi vida no es del interés de ninguno de ustedes así que vete olvidando que responda a tus estúpidas  preguntas— contraataco, agarro una cuchara y como del cereal de Zac, lo veo y me fulmina.

—Tú nos tienes que dar una respuesta, Kayla— informa Tony, Zac me regaló su cereal.

—Yo no tengo que darles nada, ustedes pueden conseguir otra persona— me dejo caer junto a  Zac y Justin.

—Tenemos que ganar el reto, tú pagarás si nos dices que no— habla Justin.

—Ya lo sé y no me preocupa.

—Kayla, di que sí.. Ellos ya no te molestarán más en el colegio— dice Zac.

—Nos dijiste la última vez que no tenías un precio, es mentira ¿Qué quieres? te lo vamos a dar— propone Caleb de forma seria, yo rio.

—Eso que dices es mentira. Tú tienes un precio— me señala Tony, ya que estamos frente a frente, dejo el tazón de cereal en la mesa de medio y los veo a los ojos.

Hablan con sinceridad y aunque busque algún rastro de mentira o burla no lo encuentro. Ellos me están ofreciendo lo que yo quiero bien, tomaré encuenta lo que dijo mi hermano, puedo manipularlos como yo quiera.

—Puede que sí. ¿Y si digo no?— elevo una ceja y siento como Zac pica mi costilla disimuladamente.

—Tranquilo Zac— susurro a lo que él sonríe mostrando su dentadura perfecta, y mira, quedé bien tarada.

—Si dices que no, pues la pagarás en el colegio, estos tres días que no has llegado estábamos muy aburridos— se burla Justin, y se sienta junto con los otros.

—Este va ser el trato, primero ¿qué es lo que quieren?— pregunto.

—La respuesta es obvio— comenta Haminton.

—¿Solo eso? Por mi esta bien— pausa  –Tenemos una hora para conseguir lo que queremos si en esa hora no hay acuerdo, ustedes se van muy al demonio y me dejan de joder con eso.

—Pidan, qué quieren conmigo. Yo pondré reglas— me señalo y veo que a Caleb se le escapa una sonrisa.

—Tú nos ayudas en el Reto 5 Edificios, obvio en los 5 edificios nos das las cosas que queremos saber, nosotros te decimos como estarán los sistemas y así poder estar preparados cuando sea el reto— explica Tony de manera seria, no piden mucho.

—Okey. Esto pido yo y mis reglas. Quiero que me lleven a cada una de las fiestas que irán en el transcurso del reto, que me lleven a donde ustedes vayan. No le dirán a nadie que yo trabajo con ustedes y dónde trabajo— enumero con mis dedos.

—No...— interrumpo a Hamiton.

—No he terminado. Regla 1) No me pueden decir como tengo que hacer mi trabajo, yo tengo experiencia. 2) Si yo necesito algo, ustedes lo tienen que conseguir. 3) No pueden aparecer así como así en mi trabajo, mucho menos en casa.

—4) No pregunten sobre los rumores, ustedes verán si creerlos o no. 5) Jamás, jamás vuelvan a interrumpir mi sueño, porque los mato.

—¿Sabes que lo que estás pidiendo es mucho para ellos?— comenta en susurro Zac y niego.

—Es mucho— admite Tony.

—Tomalo o déjalo.

—No podemos llevarte a cada fiesta. No estoy de acuerdo con eso— se cruza de brazos Caleb.

—Ustedes tienen la parte fácil y yo la difícil— imito su acción.

—Querían un si, ella ya accedió, no cuesta nada hacer lo que pide— me defiende Zac.

—Para ti es fácil decirlo, ya ganaste una vez, te vale si juegas o no está vez— dice molesto Justin.

—Mi paciencia también— informo.

—Con una condición— pide Haminton.

—Exacto— apoya Tony.

—Tendrás que hacernos  favores a cada uno de nosotros sin pero, si no lo haces, no hay fiestas ni nada— se acerca a mi Caleb, no me quedo atrás y me acerco demasiado a él, veo sus ojos y luego sus labios.

—Así se quedará y no me asustan sus favores, ya dije sí, ustedes se están negando— susurro cerca de sus labios.

—Van a aceptar— me consuela Zac,  es el único que está de acuerdo con lo que pido.

—Lo sé.

—Está bien Kayla— dicen al unísono.

—Bien chicos tenemos un trato. Será un gusto trabajar para ustedes— digo con sarcasmo y ellos me fulminan con la mirada, creo ya estaría muerta.

—No tanto como nosotros— imita mi tono Haminton.

—Como ya todo esta resuelto, se pueden ir. Tengo que hablar con Kayla, sobre lo bien que la pasamos anoche— comenta Zac.

Ellos se levantan no sin antes matarme más con sus miradas. Aburrido.

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