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08-Ocho

Dos días después (Llegada Padres)


Estos dos días se han pasado volando, que la mitad fue de disgustos y la otra de pensar. Hoy llegan nuestros padres lo bueno es que estaré en el colegio, Maya en Intecap y Brandon los tendrá que recibir.

El problema de los chicos pues lo estuve pensando y Brad tiene razón, los puedo manipular sería fácil, también hable con Liam y me dijo que fue él quien los indució para elegirme y les dijo todos los rumores de mí.

Cuando me supe aquello  tuve ganas de matarlo... por desgracia habían muchas personas así que no lo pude hacer. A la vez me hizo un favor, Zac es otro quien  ha insistido mucho y si antes no lo soportaba, mucho menos ahora ese chico tiene el don de acabar con mi poca paciencia.

Los populares, como dijeron, me estarían molestando cosa que no me asustó, estos dos días en el colegio han sido un infierno para mí y por desgracia las chicas (amigas de Scarlett) se han unido con ellos para seguir arruinandome la vida. También les he jugado unas bromas a cambio.

—Señorita Thompson— llama mi atención la profesora.

—¿Sí?

—Ya son nueve veces que le pregunto y usted no  responde.

—Lo siento ¿que decía?

—¿Trajo la tarea?— cierro los ojos lentamente.

—No, lo he olvidado, le prometo que mañana se la traigo.

—No se moleste en hacerla, no tiene su calificación— informa, me encojo de hombros, todo por estar pensando en estupideces se me ha olvidado la tarea.

Tocan el timbre para salida lo que significa que tengo que ver a mis padres en una parte me alegra en otra no, voy a mi casillero para aguardar todo y salir.

—¡Kayla no abras tu casillero!— gritan,  veo a Zac,  viene corriendo.

Lo ignoro abro mi casillero y harina sale de el llenadome toda, dejándome toda blanca, toso un poco y Zac llega a mi lado.

—Te dije que no la abrieras— callo porque justo ahora tengo la mente en blanco, sacudo mi rostro y ropa, guardo mis cosas sin limpiar el desastre y camino a la salida.

—Hey, tonta voltea— dicen a mis espaldas volteo, más harina cae sobre mí junto a unos retazos de papel llamado, pica pica.

—...No— Sollozo, ellos se ríen, no hace falta ser sabio para saber quiénes fueron.

No estamos en el mes del carnaval.

—Siguete negando, tonta retrasada— dice Justin, no respondo y sigo caminando a casa, mientras camino sacudo mi ropa y recojo bien mi cabello y lo poco que puedo quito de pica pica.

Llego a casa luego de pasar vergüenza en todo lado, y cuando entro veo a mis padres sentados en el sillón con cara de pocos amigos y mi hermano en el sillón individual con sus ojos llorosos y cuando me ve trata de hacer una sonrisa pero le sale una mueca.

Ya comenzaron con su mierda.

—... ¿Hola?— saludo dudosa, ellos se voltean, me miran con el ceño fruncido en confusión, decido acercarme y sentarme enfrente de mi hermano.

—¿Por qué vienes así Kayla?— habla mi padre, un tipo alto, fornido, cabello negro crespo, ojos miel, tez blanca.

—En el colegio se adelantó el día del carnaval— el sarcasmo sale a flote, recibo una mala mirada de mi madre.

—Iremos al grano, Kayla— informa mi madre, una señora de baja estatura,  excelente cuerpo para su edad, cabello castaño claro liso, ojos cafe oscuro, morena, el linaje de Brazil.

—¿De que están hablando?

—Yo le diré— súplica Brandon —...Kayla nuestros padres vinieron porque, ellos vienen por ti, te vienen a traer, te irás con ellos en tres días— todo me cae como balde de agua helada.

Eso no puede ser cierto, ellos jamás pueden venir por mí, además ya tengo toda mi vida hecha acá... mala sí, pero la tengo.

—...No, no es cierto, todo es una mala mentira— me levanto del sillón y las lágrimas que había contenido antes de entrar salen mezclándose con lágrimas de dolor y tristeza.

—No es mentira Kayla, eres menor de edad todavía y nos han dicho que andas en cosas malas, tus hermanos no te pueden cuidar, cuando nos demos cuenta, tú estarás en la calle tirada oliendo a alcohol— comenta mi madre con tono de odio.

—Me vale, yo no ando en cosas malas, mis hermanos me saben cuidar... no me quiero ir con ustedes— mi labio inferior tiembla.

—Además, veníamos para inscribirte en otro mejor colegio en el que estás, no te estamos preguntando si quieres, tú te vas en en tres días— comenta mi padre poniéndose de pie.

—Pues no me voy con ustedes, solo lo hacen para fastidiarnos, siempre vienen a molestar. No me voy, ni en tres días ni en una semana— digo llorando y salgo de allí para ir a mi cuarto.

Me quito mi ropa llena de harina entro al baño, enciendo la regadera y me siento en la bañera, llorando, ellos no pueden venir y decir qué hacer o no en mi vida. No estuvieron cuando más los necesité y eso que les informamos, ellos no vinieron, se negaron.

Ahora solo porque les llegaron los  rumores de mí y cambiarme de colegio, no me voy con ellos. Yo con ellos ni a la esquina. Escucho como hay una pelea de palabras en la sala, no quiero estar acá... pero no tengo a dónde ir ...todo se pone en silencio y la puerta se escucha forzada, antes de entrar eché pestillo y nadie tiene llave solo yo.

—¡Kayla, por favor abre la puerta!— pide en voz entre cortada mi hermano. Del cajón tomo unas pastillas.

Tomo mi cabello en manos y lo aprieto, junto con mis ojos, el agua helada no me calma. Creo que pedir más problemas en la mañana no fue buena idea.



Sigo metida en la bañera en ropa interior, dejando que las lágrimas salgan, no las retengo es lo único que puedo hacer en este momento.

—¡Eloisa abre la maldita puerta!— grita Brandon que no fue a trabajar por estar ahí estas cinco horas. Maya no ha venido por lo que escucho, sino ya me hubiera gritado también.

—¡Déjame, no quiero verlos, déjame estar sola!— exclamo con dolor y cierro mis ojos, deseando no estar acá.

Pego mis piernas a mi pecho y las abrazo, comienzo a moverme de adelante hacia atrás de forma paranormal, me acomodo en la bañera, cierro mis ojos, mis dedos están bien arrugados por tanta agua.

Escucho unas voces familiares subiendo las escaleras lo que quiere decir que Maya ya vino de la Universidad.

—Kayla, llevas muchas horas ahí metida, dejanos entrar— ordena mí hermana entre sollozos.

—¡¡NO, JODER, DÉJAME QUIERO ESTAR SOLA. NO SIGAN!!— grito con dolor, Escucho unos susurros y luego unos pasos dispersos.

Luego de un rato, la cerradura se abre y entran con prisa, entran al baño y lo único que oigo son unas maldiciones.

—Eloisa, eso te va ser mal, mañana amanecerás con gripe— regaña mi hermana, sigo sin abrir los ojos, meneo mi cabeza en negación.

—Brandon sacala  de ahí—  apagan la regadera que la había dejado encendida, pero con chorro bajo.

Los brazos de Brad pasan por debajo de mis piernas y espalda, me saca de ahí y acomodo mi cabeza en su pecho, cuando salgo siento mucho frío que perfora mis huesos.

—Kayla estas loca— protesta Brandon,  me acomoda en la cama.

Mi armario se abre y veo a Maya sacando ropa, de mis cajones ropa interior y se sube a la cama.

—Brad, volteate o sal, que voy a vestirla— Brandon sale y Maya comienza a vestirme negando varias veces.

—Nunca conocí a alguien tan maniático como tú— se burla no respondo, termina dejando entrar a Brad.

—Hermanita, a nosotros también nos duele esto, pero ellos todavía tienen poder sobre ti0, no podemos hacer nada— comenta Brad, me siento bien en la cama y sus ojos están rojos.

—Lo sé, pero no me quiero ir.

—Nosotros tampoco queremos que te vayas, somos familia y no queremos separarnos— me toma de las manos Maya.

—Si tengo que hacer alguna idiotez para no irme lo voy a hacer así no les guste a ellos. Se van en tres días, no les gusta esperar, perfecto que se vayan mucho a la mierda.

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