Abrió sus ojos y lo primero que vio fue el bonito rostro de Minho, se veía tan adorable y dormía plácidamente, sonrió de inmediato, no tardó en notar que ambos se abrazaban mutuamente, el agarre del mayor rodeando su cintura era fuerte y firme, lo cual debía admitir que le gustaba.

Bostezó y talló sus ojos para que su vista dejara de ser borrosa, cuando dejó de ser así, admiró de mejor forma el rostro de Minho.

Su piel era blanca, eso hacía resaltar sus labios ligeramente rojizos, acercó su diestra al rostro foráneo para así acariciar los labios del pelinegro y de paso su piel la cual era muy suave comparada a la propia.
Se aproximó al contrario hasta juntar sus frentes, pudo sentir la tranquila respiración de Minho. Subió un poco más sus manos hasta que pudo acariciar y enredar sus dedos en la cabellera negra del mayor, su cabello también era suave y era estaba más largo de lo que se podía aparentar.

Volvió a cerrar sus ojos, sólo quería disfrutar de esa cercanía y de lo protegido que se sentía en ese momento.
No pasaron muchos minutos para que Minho despertara y toparse con Felix así de cerca provocó una sonrisa torpe en él.

— Felix. —murmuró antes de alejarse un poco para mirar a su alrededor, luego buscó su celular, cuando lo encontró miró la hora—. Oye, aún podemos llegar a la universidad.

— No quiero. —respondió en un balbuceo antes de abrazarse de nuevo a él—. No quiero ir a la universidad hoy.

— Estoy de acuerdo, pero no puedes quedarte aquí encerrado. —le sonrió correspondiendole el abrazo y alborotando su cabello rubio.

— Apenas son las seis de la mañana, hay que dormir un poco más. —hizo un pequeño puchero.

— Bien, bien, tú duerme entonces. —lentamente se levantó, apartando al menor con delicadeza— Iré a casa, vendré en un rato.

— Pero Minho...

— Oye, necesito bañarme. —le sonrió al menor.— Podría hacerlo aquí pero también necesito ropa limpia y no creo que la tuya me quede, tienes un cuerpecito.

— Pero no quiero estar solo... —se sentó en el borde de la cama.

— Te prometo que sólo será una hora, ¿Si? Dame una hora y estaré de vuelta. —se acercó a Felix, definitivamente era muy diferente a como era cuando lo conoció, debía admitir que extrañaba sus "aléjate."— Sólo una hora. —acarició su cabello.

— Está bien. Por favor no tardes. —suspiró intranquilo.

Minho salió de la habitación y posteriormente de la casa. En ese momento no le gustaba estar solo y menos cuando el día anterior había fallecido su mejor amigo, quería distraerse pero estar ahí sin nadie y con un álbum de fotos y un diario de Christopher no le ayudaba de mucho.

Al final, tomó entre sus manos aquella libreta después de analizar bien lo que haría. La abrió, la primera página estaba vacío, le dio la vuelta a la hoja, en la siguiente se podía apreciar los garabatos en ella.

"No sé si algún día vayas a leer esto, no sé siquiera si todo esto está pasando, es tan rápido... Debería comenzar con esto, sí, eh... Lix, si estás leyendo esto entonces quiero pedirte una disculpa, cuando me enteré de los planes de tu padre no pude negarme a ayudarlo, si ibas a estar bien e incluso mejor entonces... Debía hacerlo, por favor entiendeme y no estés molesto, bueno, aunque lo estés no podrás hacerme nada jeje.

No ha pasado ni un día y ya te extraño, cuídate mucho. Te amo mi Lixie.~"

Una pequeña sonrisa se formó en sus labios, continuó leyendo, la mayoría de escritos eran sobre lo que pasaba en el día de Christopher o sobre lo mucho que lo extrañaba. Pocos trataban acerca de los experimentos y teorías que tenían no sólo él (Chris) sino también su padre.

"Necesito expresarme, dios, dios, dios, conocí a una chica, lo sé, quizás ahora estés confundido y también lo estoy pero es preciosa. Te juro que en mi vida había conocido a una chica tan linda y maravillosa. Felix, creo que estoy enamorado."

Rodó los ojos mientras sonreía, siempre esperó ver a Christopher con novia, realmente quería ver a alguien que valorara e hiciera feliz a su mejor amigo. Pero para su mala suerte, no pudo apreciar de eso, lo que le ponía triste.

“¿Sabes? Ella es... Maravillosa, es una mujer que con verla te llena de alegría. Felix, ella es el amor de mi vida... No sé cuándo leas esto pero, ¿Alguna vez has amado tanto a alguien que sientes que quieres llorar? No llorar de forma mala, sino porque sientes tanto amor que no sabes cómo expresarlo. Eso me sucede con ella. Jamás creí amar a alguien tanto como te amé a ti.

Espero que algún día en el futuro encuentres a alguien que te haga totalmente feliz, alguien que te ame de forma incondicional, y por supuesto alguien con quien tú quieras estar, espero que encuentres al amor de tu vida, Felix.”

Sintió su corazón romperse, esa nota, esa simple nota parecía ser su última despedida; Pero afortunadamente no era así.

Continuó leyendo, leyó como el mayor era feliz, no mencionó nada cuando su padre falleció pero sí cuando su esposa anunció estar embarazada.

"Seré padre. Estoy, no sé cómo estoy, nunca esperé tener hijos y lo sabes, ¿Y si no soy un buen padre? ¿Qué debo hacer? Por dios, ¿Hay una guía para padres? Si soy honesto, siento que ya estoy un poco viejo, no sé si seré bueno. Apenas hoy recibimos la noticia y ya me estoy asustando mucho."

Estaba un poco celoso de que Christopher pudo hacer su vida o quizás estaba celoso de que Christopher pudo haberlo "olvidado", sin embargo, estaba seguro de que no podría encontrar la felicidad en los años 50, necesitaba un empujoncito y con Christopher ocupado con novia y posteriormente esposa no tendría más apoyo.

Suspiró y cerró la libreta, la dejó de nueva cuenta sobre la mesita de noche para no pensar más en eso por ahora. Se levantó para ir a su armario, su ropa de hace años seguía ahí, sin embargo, aún lado estaba la ropa que Minho le había comprado.

Mientras, Minho bajó después de ducharse, sus padres estaban desayunando en la cocina como suelen hacer. Entró ahí para tomar una botella de agua y saludó a los dos mayores.

— ¿No vas a ir a la universidad? —preguntó su madre antes de sentarse.

— No, estaré con... —hizo una pequeña mueca, se giró a sus padres y sonrió ligeramente.— Chan. —suspiró.— Su mejor amigo... —frunció su ceño y aclaró su garganta.— Soy su mejor amigo, debo estar con él, su abuelo falleció ayer así que no se siente bien, no quiero dejarlo solo.

— Ay por dios, debe estar muy mal. —volvió a decir su madre.

— Mañana será el funeral, podemos ir juntos.

— Por supuesto, cancelaremos el trabajo para mañana. —habló su padre— Dile que si necesita algo, puede decirnos.

— Claro. En ese caso, me voy, no quiero que esté solo. —hizo una rápida reverencia antes de salir de la cocina, después de su casa.

Caminó hasta tomar el autobús, en el trayecto pensó en Felix y Chan, no sabía quien estaba más dolido, era el abuelo de Chris, pero también era el mejor amigo y la única persona que tuvo Felix a su lado. Chan siempre aparento ser fuerte, cuando sus padres se divorciaron mantuvo su sonrisa, incluso cuando claramente extrañaba a sus hermanas se mantuvo tranquilo, también cuando Yeji lo dejó, se mantuvo firme y ahora ésto. No podía creer lo capaz que era de contenerse.

Contrario de eso, Felix siempre mostró ser muy débil pero al mismo tiempo... ¿Fuerte?

— Felix. —llamó al menor cuando lo vio sentado en el sofá con la vista sobre sus manos— Oh, estás vistiendo lo que compré. —sonrió y se sentó a su lado.

— Es cómoda. —sonrió levemente y se hizo a un lado para que el mayor se sentara, cuando lo hizo, no pudo evitar mirarlo y girar su cuerpo a él sin mirarlo, se sentía un poco avergonzado por lo de ayer y la idea de huir no era tan conveniente en ese momento— Minho, —inhaló una gran cantidad de aire para tomar el valor una vez más—, no tengo cómo agradecerte por todo y enserio todo, la paciencia y... El tiempo que me has brindado, de verdad gracias. —exhaló el aire silenciosamente.

El mayor lo miró atentamente, cada pequeño gesto y movimiento que el menor hacía, le parecía adorable pero al mismo tiempo sentía lástima por él, odiaba admitirlo; aunque claro, una parte de él realmente quería protegerlo y cuidarlo, Felix le atraía, sin embargo, no sabía si era atracción sexual o sentimental, quizás ambas, pero aún no estaba claro.

— De nada. —soltó una pequeña risa por la respuesta que había dado— Realmente no me molesta ayudarte o estar aquí... Incluso ya me agrada, así que está bien. —dirigió su mano al rostro ajeno para acomodar detrás de su oreja el cabello que caía en el rostro foráneo— Pero vamos, hay que salir.

— ¿A dónde? —observó como el mayor se ponía de pie así que por ende también lo hizo.

— Te llevaré a desayunar y después de eso vamos a jugar videojuegos aquí, tengo que entrenarte para tu cumpleaños, tienes que ganar. —le guiñó el ojo y sonrió levemente.

[ ¡Mucha gracias por leer, votar y comentar! Espero les haya gustado. Perdonen si tuve un error ortográfico o en la redacción, si es así pueden decirme y lo editare. Ya van más de treinta capítulos, creí que iban apenas veinte, aaa. Estoy trabajando en otra historia así que probablemente tarde más en actualizar, ¡Una vez más gracias por leer! ]