17 ) 2020
— Bueno chicos, ahora llegamos al tema más importante... La guerra de Corea. —mostró una amplia sonrisa— Es mi tema favorito del siglo XX, ¿Están emocionados? —escuchó algunos quejidos pero otros asentamientos por la clase lo cual le causó un poco de risa.
La puerta se abrió, el rubio llamó la atención de todos ya que era un poco tarde para entrar a clases, aún así Minho frunció su ceño al verlo.
Felix pidió permiso para entrar y cuando éste se le fue concedido, avanzó hasta su asiento, sentándose con dificultad, ya que su cuerpo le dolía.
— ¿Qué estás haciendo aquí? Dije que debías quedarte en la enfermería. —susurró sujetando el brazo de Felix y mirándolo.
— Quería venir... —murmuró, ni siquiera lo miró, el pelinegro lo soltó y Felix se acomodó en su asiento.
— Elegiste un mal momento para hacerlo. —suspiró después de decirlo, sin embargo, verían la guerra de Corea, quizás podría conocer más acerca de él con eso.
Expresiones, opiniones... Todo en ese momento por parte de Felix sería importante, tal vez podría destapar su mentira. Aunque dentro de él, en lo profundo dudaba, ¿Cómo alguien que se ve tan inocente y débil puede mentir a tal grado?
— Bien, retomando. —la profesora aclaró su garganta- ¿Todos aquí son de Seúl? —preguntó mirando la clase— Quien no sea de Seúl, pónganse de pie.
Menos de la mitad de la clase se puso de pie, entre ellos Felix fue el último en levantarse, Minho intentó jalarlo de vuelta a su asiento pero el rubio se quejó
— ¿Qué haces? —miró al pelinegro.
— Sólo siéntate... —intentó convencerlo pero la voz de la profesora volvió a sonar.
— Felix, ¿No eres de Seúl? —el rubio negó— ¿Dónde naciste?
— Nací en Australia. —eso calmó tanto a Chan como a Minho, la profesora pareció sorprendida y después miró al otro chico de Australia.
— ¿Ustedes dos son de Australia? —Chan y Felix asintieron a la pregunta— Maravilloso, ¿Cuándo viniste a Corea?
Frunció un poco su ceño intentando recordar el año, aunque inmediatamente ese recuerdo se esfumó ya que era obvio que decir el año no sería lo mejor, así que optó por otra respuesta;
— Aproximadamente a los cinco años... —contestó aún con duda ya que no recordaba bien— Vine a Corea junto con mi madre, mi padre es coreano.
"No concuerda, ¿Cómo y dónde se conocieron sus padres?"
Pensó Minho frunciendo su ceño y mirando al rubio, eso le confirmo su "teoría", Felix estaba mintiendo pero no sabía porqué o qué ocultaba. Todas esas marcas y cicatrices en su cuerpo debían tener una historia por detrás, el decir que es norcoreano le daba credibilidad pero ahora no sabía si eso era verdad. Comenzaba a tener muchas dudas acerca de él, mucha curiosidad... Quizás miedo.
— ¿En qué ciudad viviste con tus padres antes de venir a Seúl?
— Pionyang. —respondió sinceramente.
La clase e incluso la maestra se quedó en silencio luego de que suspiros de sorpresa se hicieran escuchar, notó que Jeongin (quien estaba de pie frente a él) se giró a verlo, Minho también estaba sorprendido al ver que el pecoso había dicho eso como si fuera algo normal o peor aún, frente a los tres chicos que lo molestan. ¿Tan lejos iba a llevar su mentira?
— ¿Viniste de Pionyang... A Seúl? —el rubio asintió confirmando— De acuerdo... Eh, hablaremos sobre ese suceso precisamente, ¿Quieres salirte de la clase o... Estás bien? —cuestionó la maestra incómoda.
— ¿Eh? ... Estoy bien. —su expresión pasó a una confundida y se sentó cuando la profesora se lo indicó a los alumnos de pie.
— Acabas de condenarte, Felix. —murmuró Minho hacia el mencionado, quien lo miró confundido.
— ¿Qué? —tampoco entendía nada, la clase lo miraba de forma rara y se escuchaban algunos murmullos pero antes de poder preguntar para recibir una respuesta, la mayor habló.
— ¿Alguien puede decirme qué fue la Guerra de Corea? —esa pregunta hizo que Felix frunciera su ceño, poniendo total atención a ella.
— El conflicto que hubo entre el Norte y Sur por el territorio, el Norte fue el primero en atacar al invadir al Sur. —respondió un chico de adelante.
Minho puso su mirada en Felix (discretamente) para ver su reacción, pero no era como esperaba, el rubio también parecía confundido y no sólo eso, sorprendido, cosa que le hizo dudar más. El pecoso parecía... Aterrado.
— Bien, cinco años antes, tras finalizar la segunda guerra mundial, Estados Unidos y la Unión Soviética acordaron dividir Corea en dos, justo en el paralelo 38, la Unión Soviética se hizo cargo del Norte y Estados Unidos del Sur. —explicó la maestra— ¿Cuándo inicio y termino la guerra? Wonpil. —eligió al alumno.
— 25 de Junio de 1950 al 27 de Julio de 1953. —respondió el nombrado.
Felix sintió un escalofrío recorrer su cuerpo pero este no era de una sensación buena, contrario de eso sintió miedo, angustia, terror... ¿Otros tres años de guerra para su padre y Christopher? Sintió su corazón latir rápidamente, necesitaba saber más, qué había ocurrido, cómo pasó, qué fue después de eso.
— Causas y consecuencias, Seungmin. —volvió a elegir.
— Invasión del Norte al Sur reclamando el territorio completo de ambos gobiernos. —contestó y luego tomó un poco de aire— Eso dio inicio a las rivalidades entre las dos Corea, la cual se mantiene hasta la actualidad.
— El triunfo de la revolución comunista de China el 1 de octubre de 1949 alteró completamente el equilibrio geoestratégico de Asia Oriental. Stalin, —hizo una pausa.— Recordemos quien es Stalin, Minho.
— Secretario general del comité central del partido comunista de la Unión Soviética. —aclaró su garganta después de decirlo.
— Bien. Stalin, quien venía de sufrir serios reveses en Europa, quiso recuperar el terreno el Asia y dio su aprobación de un ataque Norcoreano a Corea del Sur. —comenzó a pasearse de un lado a otro.— Pero para sorpresa de Stalin, China y norcoreanos, la respuesta norteamericana fue inmediata, dando al traste con los planes del expansionismo comunista. Washington pidió la convocatoria del Consejo de Seguridad de la ONU y consiguió un mandato para ponerse al frente de una fuerza que respondiera a la agresión norcoreana. Y como ya dijo Seungmin, la rivalidad sigue hasta la fecha, ambos bandos ganaron.
— ¿Puedo salir? —preguntó Felix con la voz temblorosa, su clase lo miró.
Un silencio abundó en todo el salón, el rubio estaba temblando, sentía escalofríos por todo el cuerpo y ganas de vomitar. Otra guerra... Otra guerra, eso era en lo único que pensaba.
— ¿Cómo? —miró al rubio, luego hizo una pequeña mueca incómoda— Adelante. —respondió la profesora en voz baja, sentía que no podía negarle nada a él, ya no sabía cómo tratarlo.
No por despreciarlo, sino por lástima.
Felix rápidamente se levantó, tomando su mochila al mismo tiempo y corrió a la salida, necesitaba saber más, quería saber que fue del Sur y específicamente como se encuentra el Norte ahora ya que ahí estaba su hogar, a pesar de no nacer en el Norte, vivió tan felizmente allí, no podía creer que eso de repente ya no estaba.
Entró a la biblioteca y miró todos los estantes, luego miró a una chica de cabello corto sentada en el escritorio a quien pudo reconocer, era Jihyo, la casi novia de Chan.
— ¿Dónde están los libros de historia? —preguntó poniendo sus manos en el escritorio.
— En el estante número quince. —respondió sonriéndole.
— Gracias. —corrió al estante con ese número, al llegar comenzó a buscar libros sobre la guerra de Corea, encontró varios de ellos pero únicamente tomó ocho, luego fue hasta las mesas que estaban situadas junto a una enorme ventana.
Agarró cualquier libro y lo abrió intentando leer lo más rápido posible lo cual lograba al estar tan desesperado. Conflictos y más problemas, los campos no fueron lo único maldito de aquella guerra, Corea tuvo muchos problemas graves de los cuales jamás se dio cuenta, y cuando intentaba hablar de ellos su padre le calmaba diciéndole que las cosas mejorarían.
Mientras más leía más sensible se sentía, todo lo que tuvo que pasar su padre y no sólo él, también su mejor amigo. Perdió su hogar en el Norte, ya no tenía nada.
La última clase terminó. Minho, Chan, Han y Changbin fueron los primeros en salir gracias al primer mencionado que había ordenado buscar a Felix.
— Chan busca en el gimnasio, Jisung en los aulas y Changbin en el campus, si lo encuentran llámenme. —sus amigos asintieron y después se fueron por diferentes caminos.
Minho miró en los baños y en la enfermería, pero no había alguien, pocos alumnos salían de la universidad pero Felix no se veía por ningún lugar. Fue hasta que en uno de los pasillos se topó con Jihyo, quien iba entrando a la biblioteca.
— ¡Jihyo! —corrió hasta ella logrando alcanzarla.
— ¡Minho! ¿Qué haces aquí? Deberías estar en el club. —le sonrió ampliamente.
— Surgió algo...
— ¿Chan está bien?
— Sí, él está bien. —la expresión del rostro de la chica se relajó— Estoy buscando a un chico rubio, tiene pecas en sus pómulos y es más alto que tú. —soltó una pequeña risa— Va en nuestra clase de inglés, ¿Lo recuerdas?
— ¿El chico de la sudadera? —el pelinegro asintió— Hace una hora vino a la biblioteca, parecía exaltado, preguntó por los libros de historia, creo que no ha salido de hecho. —abrió la puerta y entró, después de ella entró Minho.
— Gracias. —hizo una pequeña reverencia— ¿Puedes llamarle a tu novio y decirle que lo encontré? —le guiñó rápidamente y se fue corriendo a los estantes de los libros de historia.
— ¡No es mi novio, tonto! —se defendió pero al recordar que estaba en la biblioteca, tapó su boca con su diestra para guardar silencio.
Al llegar a las mesas vio a Felix con la cabeza apoyada en sus brazos sobre la mesa, algunos libros estaban a su alrededor (todos abiertos por supuesto) y tenía el gorro de su sudadera puesto.
Se acercó a él hasta inclinarse un poco y verlo mejor, estaba dormido, subió su mano hasta el rostro ajeno para acariciar sus mejillas, estaban húmedas por lo que era fácil deducir que lloró; Aún así, el rubio parecía dormir tan pacíficamente.
¿Por qué se veía tan bien, tan dulce, tan tierno? Se cuestionó apreciando al menor. ¿Por qué le daba tanta curiosidad? También se preguntó. ¿Qué lo hacía tan especial? Quería saber.
Levantó a Felix con cuidado hasta poder llevarlo en su espalda pero antes de salir, miró los libros sobre la mesa.
— ¿Por qué lees sobre eso? Todo mundo sabe lo que pasó entre ambas coreas... —murmuró frunciendo su ceño— ¿Qué demonios estás ocultando?
[ ¡Muchas gracias por leer, votar y comentar!, si tuve algún error ortográfico o en la redacción pueden decirme.~ Una vez más gracias!. ]
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