11 ) 2020
La universidad...
Para ser su primera semana no le había ido tan bien (o al menos él no lo definiría bien), ya había sido molestado, golpeado, ya había llorado frente a la clase y había visto a su mejor amigo de anciano. Que normal.
— Gimnasio... —murmuró mirando todo el lugar, no sabía dónde estaba el gimnasio— Disculpa. —dijo cuando un pelinegro y una chica pasaron a su lado, quienes miraron al rubio— ¿Podrían decirme dónde está el gimnasio?
— ¿Gimnasio? Claro, eh... —el pelinegro miró el pasillo por detrás y después miró hacia adelante, la chica a su lado rió.
— Vamos Hyunjin, ¿De verdad no recuerdas dónde está el gimnasio? —volvió a reír de forma dulce.
"Oh, así que él es Hyunjin... Y ella Yeji, quien dejó a Chan y a los segundos ya estaba con otro... Puta." Pensó Felix.
A los segundos de tener ese pensamiento se golpeó mentalmente y se regañó internamente. Su madre siempre le dijo que respetará a una mujer sin importar con quién o con cuántas parejas haya estado, eso no le quitaba valor.
"Al menos no lo engañó..." Habló la vocesita de su mente intentando corregir su primer pensamiento.
— Te llevaré. —Yeji le sonrió a Felix antes de tomar la mano de Hyunjin y caminar por el pasillo. el rubio los siguió por detrás.
"Bueno, se ven lindos... Lo siento Chan, soy team Hyunjin." Volvió a pensar Felix.
— ¿Eres nuevo? No te había visto antes. —cuestionó Yeji mirando sobre su hombro a Felix.
— Sí... Entré el miércoles. —respondió evitando la mirada ajena.
— Amor, no puedes preguntar si es nuevo. —dijo Hyunjin con una sonrisa— Las clases iniciaron hace una semana. —rió.
— Eh... ¡Bueno, pero se me entendió! —respondió Yeji avergonzada y refunfuñando.
"Que raro son los heterosexuales." Dijo el subconsciente de Felix.
— Aquí es el gimnasio. —se detuvieron frente a una enorme puerta de cristal.
A través de ésta se podía observar las canchas que eran de baloncesto pero al mismo tiempo de fútbol, frente a ella (costados) habían muchos asientos que iban en dirección hacia arriba.
— Gracias. —hizo una reverencia antes de entrar.
Hizo una mueca de desagrado e incomodidad al ver a demasiados alumnos, algunos los conocía otros era la primera vez que los veía.
Sin embargo, la mayoría llevaban ropa deportiva del mismo color, Felix frunció su ceño, ¿Necesitaba uniforme? Aún así no se convirtió en el centro de atención por su ropa, pareciera normal a pesar de no lucir como los demás.
Tímidamente fue hasta una banca, sentándose ahí y esperando a que el docente a cargo de la clase llegara lo cual comenzaba a tardar conforme pasaban los minutos.
Miró la puerta que se había vuelto a abrir, era Minho y sus amigos pero detrás de ellos venían Seungmin, Wonpil y Jeongin. No estaban junto a los primeros, eso era obvio, pero el tan sólo verlos ahí (a todos en general) le puso tenso.
— Cállate y vamos a cambiarnos. —logró oír por parte de Jisung cuando ellos pasaron junto a él.
“¿Cambiarnos?"
Se levantó y discretamente los siguió hasta lo que parecía ser, otra habitación pero había muchos lockers, algunas mochilas, toallas, botellas y lo necesario para hacer deporte, fue ahí donde frunció su ceño.
"Casillero asignado, número #11"
Recordó lo que estaba escrito en los papeles de la universidad y buscó aquel número entre todos, al encontrarlo justo en la puerta del locker estaba escrito su nombre, "Lee Felix." Lo miró durante unos largos segundos ya que no tenía ni idea de cómo abrirlo.
Observó a su alrededor y se dio cuenta que a dos casilleros de él estaba Wonpil, en el locker número 8 y de su otro lado, justo en el 13 estaba Jeongin, quien lo miró de reojo.
— Ve a ayudarle. —murmuró Changbin a Minho después de mirar a Felix.
Éstos se encontraban al otro extremo de la habitación en los otros casilleros, quienes estaban mirando la escena con discreción.
— No. —respondió.
Cuando Seungmin y Wonpil salieron, Jeongin se acercó a Felix y tomó la mano del mismo, poniendo su pulgar en la pequeña pantalla que estaba del lado derecho. Una ligera luz azul iluminó unos segundos aquella pantalla y después locker se abrió. El pelirrojo sin decir nada más, se fue. Por otra parte, Minho (quién estuvo mirando a Felix) frunció su ceño ante esa situación.
— Jeongin le ayudó... ¿Por qué le ayudaría? Que se joda. —gruñó mientras se quitaba la camisa para ponerse otra.
— Celoso. —dijo Chan burlándose.
— No son celos tonto. —miró a Chan— Jeongin molesta a Felix, ¿Por qué ayudarlo? ... Es un imbécil.
— Lo que digas Señor Celos. —Jisung pasó su brazo por los hombros de Minho y Changbin para salir de ahí luego de que todos se cambiaran.
Felix miró como se iban y cuando se quedó solo, se sintió más cómodo así que primero y de forma rápida se quitó el pantalón, poniéndose el deportivo después. Luego se sacó su suéter y camisa, pero no pudo evitar detener su mirada en sus brazos.
"Incluso después de la guerra, las marcas en su cuerpo seguían ahí."
— Mierda, dejé el agua, ya vuelvo. —dijo Minho al salir de los vestidores. palmeó la espalda de sus amigos y se dio la vuelta para volver por la ya dicha.
Abrió la puerta con cuidado y al alzar su vista lo primero que vio fue la espalda del rubio, frunció su ceño ante eso por la oscuridad pero la poca luz que entraba por una pequeña ventana de la izquierda le dejaba ver cicatrices en la espalda de Felix, rasguños y más.
Se sorprendió, ¿También su espalda está así? Se preguntó al recordar la vez que vio los brazos ajenos. Lentamente se acercó en silencio como si estuviera hipnotizado por aquellas marcas, y cuando estuvo cerca, llevó su mano hasta la espalda ajena, tocando y acariciando una de las cicatrices.
Felix se sobresalto por lo que sorprendido por el roce se dió la vuelta rápidamente, cubriendo su torso con las manos y mirando a Minho.
— ¿Qué haces...? —murmuró el rubio asustado.
Al oír la voz ajena inmediatamente salió de ese trance que estaba teniendo, por lo que confuso lo miró.
— ¿Qué?
— Por favor no vuelvas a tocarme... O a acercarte. —su voz se quebró un poco. se puso la camisa lo más rápido que pudo al igual que su suéter y corrió a la salida.
Minho parpadeo un par de veces para reaccionar, ni siquiera él sabía que acababa de pasar pero cuando se dio cuenta de lo que hizo quiso corregir su error disculpándose, pero el menor ya se había ido.
— Mierda...
Sacudió su cabeza de un lado a otro, necesitaba disculparse con él. Fue a su locker para tomar la botella de agua y luego salir de ahí, regresando con sus amigos.
— ¿Viste un fantasma o por qué tu cara? Estás pálido, ¿Estás bien? —Chan se acercó al pelinegro y puso su mano en su hombro, el contrario aún parecía confundido, así que lo sacudió ligeramente— Hey, Minho.
— Estoy bien. —respondió mirando a sus amigos, tomó el aire necesario para hablar y se giró un poco para mirar a Felix, quien estaba alejado de todos en un rincón persiguiendo un balón de básquetbol— ¿En Corea del Norte estará aprobada alguna ley para golpear a los ciudadanos?
— ¿Qué? —Jisung parecía confundido.
— Con el presidente que tienen y toda esa mierda que tienen en la cabeza, puedo creer que sí. —respondió Changbin— ¿Por qué?
— ¿Otra vez piensas en Felix? —preguntó Chan, esa pregunta hizo que Han y Changbin mirarán al rubio primer mencionado quien seguía corriendo tras el balón.
— Su espalda está llena de heridas, no recientes pero las cicatrices estaban ahí. —hizo una mueca— Eran muchas heridas... Sus brazos también están llenos de ellas.
— Debe ser el infierno vivir allá. —murmuró Jisung desviando su mirada.
— Pero si pudieran verlo se darían cuenta de que pareciera que estuvo encerrado y lo golpearon horrible, no creo que sea algo tan "sencillo" como Norcorea... Debió ser algo más. —cruzó sus brazos sobre su pecho.
— Tal vez era un prisionero. —supuso el de mejillas grandes.
— ¿Y si no era Norcoreano sino Surcoreano y se fue al Norte? —dijo Changbin— Aunque no podría entrar siendo del sur así que...
— Oigan, estamos aquí sacando teorías de un chico que ni conocemos sólo porque le gusta a Minho. —Chan miró al pelinegro.
— ¡No me gusta! —se defendió— Uh... Es un chico raro, además es desesperante, no podría gustarme. —dicho eso se dirigió al centro del gimnasio cuando el profesor llegó.
— "Es un chico raro", dijo el chico raro. —rieron antes de acercarse al resto de alumnos.
[ ¡Muchas gracias por leer! Ya van 500 leídas, soy feliz, ah. ]
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