Jeno llamándolos fue la razón por la que los tres bajaron, no sin antes de que Chan guardara la fotografía en su mochila sin que el resto se dieran cuenta. Al bajar, Jaemin terminaba de ponerse la camisa, pero su mirada estaba en el suelo para evitar el contacto visual con los demás.
— ¿Nos vamos? —preguntó el pelinegro soltando un pequeño suspiro mientras miraba a sus amigos.
— Sí... —respondió Jisung mirando a Jaemin, pero éste parecía perdido con la mirada en el piso— Vámonos.
— Jaemin, es mejor que te quedes en casa mañana, si necesitas algo puedes llamarme. —el rubio asintió ante las palabras de Jeno— Ahora vámonos.
Johnny se quedó unos segundos más mirando al rubio, éste se había quedado mirando a Jaemin quien parecía tan vulnerable y tímido, por lo que ante esa actitud sonrió. Lentamente se acercó a él e inclinó, poniendo su mano en la rodilla ajena para mirarlo.
— ¿Estás bien? No nos hemos presentado bien, soy Johnny. —le sonrió— Si necesitas algo puedes llamarme a mí, estaré disponible para ti. —otra sonrisa se formó en sus labios cuando el rubio alzó su mirada a él— ¿Dónde está tu celular?
— Eh... —palmeó sus muslos buscando su celular, cuando lo encontró en el bolsillo de su pantalón lo sacó y luego se lo extendió al pelinegro— Aquí está.
— Tomará un segundo. —ya que el celular no tenía contraseña, le fue fácil guardar su número en éste, luego de segundos, se lo devolvió al rubio indicándole su contacto— Cualquier cosa llámame, te atenderé sin importar qué. —le guiñó antes de levantarse y salir.
Jaemin frunció ligeramente su ceño por la situación, ¿llamarle? eso había sido tan de repente pero quiso restarle importancia, simplemente se recostó en el sofá, era cómodo. Y ahora que lo pensaba, no se había dado un tiempo para inspeccionar su casa a excepción de la cocina.
Regresando a otro lado, Jeno miró a Johnny acercarse a lo lejos, éste mantenía una sonrisa y había llegado corriendo, el castaño y rubio también lo miraron.
— ¿Dónde estabas? —preguntó primero Jeno, frunciendo su ceño.
— Tenía que decirle algo a Jaemin. —contestó sonriente.
— ¿Qué cosa? —el pelinegro se detuvo, deteniendo a Johnny y a los otros dos también junto con él.
— Oye relájate, no le hice nada. —palmeó la espalda del más alto—. Me iré primero, los veré mañana. —desvió su camino a otra calle, dejando a los tres detrás.
— Es mejor que también me vaya. —murmuró Jeno mirando a sus dos amigos después de unos segundos.
— ¿Estás seguro? Sabes que puedo llevarte más tarde. —comentó Jisung no tan convencido, sabía que su amigo estaba incómodo y algo confundido pero cuando el pelinegro negó sólo suspiró— Entiendo, regresa con cuidado.
— Ustedes también, hasta mañana. —palmeó la espalda de Mark, sonriéndole a ambos para después regresar por donde había llegado para ir a su casa.
Johnny era su amigo, había creído y creyó en él en todo momento, sin embargo, el hecho de que ahora estuviera con Jaemin no le convencía demasiado, su amigo siempre fue muy coqueto, tal vez eso le preocupaba. O tal vez también le preocupaba el hecho de que Jaemin era tan inocente.
— Que estupidez... —balbuceó antes de subirse al autobús.
Miró a través de la ventana durante unos segundos, después cerró sus ojos intentando relajarse aunque más que eso distraerse de los pensamientos que no salían de su mente. ¿Por qué estaba tan aferrado a Jaemin? Era un chico común, uno como cualquiera otro, ¿Por qué estaba tan obsesionado con él?
"Si es Norcoreano y allá le hicieron eso, es porque era prisionero. ¿Pero cómo logró escapar y vivir en esa casa si sus padres están en el Norte?
Si escapó, deberían estar buscándolo.
¿Pero cómo escapó si es tan débil?
Quizás está mintiendo, sin embargo... No gana nada haciéndolo."
Una pequeña melodía lo sacó de ese trance, sacudió ligeramente su cabeza para callar todos los pensamientos, y sacó el celular de su bolsillo, frunció un poco su ceño al ver el nombre de su amigo a quien había visto hace menos de diez minutos pero llevó el aparato hasta su oreja tras responder.
— Jisung, ¿Qué sucede? —soltó un suspiro mientras llevaba su mano hasta su frente, frotando ésta suavemente.
— Quiero hacerte una pregunta ... —tomó aire necesario en un intento de agarrar valor— ¿ Jaemin te ha dicho algo de sus padres o de algún tutor que tenga?
— ¿Jaemin? —se acomodó en el asiento— Él y yo no hablamos de cosas personales, apenas y me agradeció por todo. —hizo una ligera mueca no tan convencido— ¿Por qué lo preguntas? ¿Sucedió algo con él?
— No, no, nada de eso. —suspiró, eso a Jeno le hizo dudar un poco de su actitud— Sólo tenía curiosidad sobre él.
— Vive solo, eso se nota así que es mayor de edad, aunque no trabaja... —volvió a mirar por la ventana cuando el autobús se detuvo— Es probable que sus padres sigan en... Ya sabes, Pionyang. —susurró el nombre de la ciudad, y su vista se dirigió a un pelinegro y una castaña que habían subido, éstos también lo miraron e hicieron una reverencia los tres, era Taeyong y Yeji, quienes se sentaron a dos asientos de Jeno.
— Pionyang... —murmuró— ¿Crees que la familia de Jeno siempre haya sido Norcoreana? ¿Que su abuelo o abuela nacieron ahí?
— Jisung, ¿Qué está sucediendo? —cuestionó ya "enfadado" aunque más que eso curioso y preocupado de las preguntas tan repetidas.
— Nada, creo que sólo me contagiaste tu curiosidad por él. —rió falsamente, cosa que Jeno notó— Si te dice algo, dime por favor... Hasta mañana.
Antes de que el pelinegro pudiera decir algo más, Jisung cortó la llamada. Jeno miró su celular unos segundos intentando descifrar que había sido todo eso, sin embargo después guardó su celular. Un suspiro salió de sus labios, Chris le estaba ocultando algo, y hasta ese momento necesitaba saber qué era, necesitaba saber de Jaemin, todo si era posible.
Se puso de pie después de presionar el timbre indicando al chófer que debía detenerse, se dirigió hasta la puerta y cuando ésta se abrió, bajó, caminó a su casa la cual estaba a menos de cinco minutos y cuando llegó y notar que no estaban sus padres, subió a su habitación. Sentía sus párpados pesados y su cuerpo cansado así que no tardó en quedarse dormido cuando su espalda tocó el colchón de su cama.
A la mañana siguiente fue despertado por los leves toques de su madre a su puerta, quién le había indicado que bajara así que le dio un asentamiento de que bajaría en unos minutos y tomó una ducha rápida sin muchos ánimos, luego de eso bajó a la cocina.
Su padre estaba sirviendo el desayuno a su madre.
— ¿Desayunaras? —cuestionó la mayor.
— No, no tengo apetito, ya comeré en la universidad. —respondió sacando una botella de agua de la nevera.
— ¿Algo te atormenta? —volvió a preguntar su madre, Jeno dudó unos pero cuando tomó aire, se sentó junto a su padre.
— Hay un chico que es muy raro... —miró a sus padres con algo de duda— Dice ser de Pionyang... —notó la sorpresa en el rostro de los mayores pero prosiguió— Tiene muchas cicatrices en sus brazos, como si fuera torturado, llegó a Seúl hace tres semanas creo y dijo que venía de allá, ¿Eso es posible? Es decir, ¿Simplemente puede mudarse del Norte al Sur?
— No, eso no es posible. —contestó su madre inmediatamente— A menos que haya huido pero sería imposible, ¿No?
— Probablemente esté mintiendo. —mencionó su padre.
— También lo pensé pero, ¿Qué gana con mentir? —Jeno se apoyó en el respaldo de la silla y cruzó sus brazos sobre su pecho— Es muy sensible y débil, no tenía idea de cómo usar una computadora o un celular, eso le da credibilidad pero... ¿Por qué y cómo está aquí?
— ¿Te gusta ese chico?
— ¿Qué? No. —contestó rápidamente a la pregunta de su madre.
— ¿Seguro? Nunca te vi tan preocupado por alguien. —su padre continuó el juego de su mujer, picando con su mano a su hijo suavemente.
— ¡No me gusta! Es bonito y su risa es agradable pero no me gusta. —se puso de pie.
— ¡Jeno, acabas de decir que es bonito, tú nunca habías dicho eso de alguien! —volvió a decir su madre.
— Como sea, me voy a clases. —se dio la vuelta rápidamente para salir de su casa.
Sintió su rostro y orejas arder así que al salir caminó rápidamente para que el aire le sacara ese enrojecimiento. Fue hasta donde tomaría el autobús y esperó aproximadamente dos minutos, cuando éste llegó se subió al mismo y tomó asiento. Tras eso sacó su celular y le envió un mensaje a Jisung, quién casi al instante respondió.
Al llegar a la universidad bajó y caminó hasta la casa de Jisung, pero al pasar por la casa de Jaemin miró ésta, parecía que el rubio no asistiría a clases, eso le hizo sonreír.
— Jisung, debiste esperarme en tu casa. —se detuvo al ver a su amigo dirigirse a él— ¿Dónde está Johnny?
— Llamó y dijo que nos vería allá, se le hizo tarde, no importa. —respondió Mark mostrando una sonrisa.
— Bien, entonces vámonos. —volvió a darse le vuelta pero antes de caminar miró la casa de Jaemin una vez más— ¿Creen que vaya a clases?
— ¿Jaemin? —Jisung también miró la casa del rubio nombrado— No lo sé, es probable que no.
— Sí, eso espero. —dijo el pelinegro soltando un pequeño suspiro, esta vez comenzó a caminar— Si va tendré que golpearlo para que la enfermera lo regresé a casa. —soltó una pequeña risa irónica antes de retomar su camino.
4/6
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro