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#10·2020



Su atención estaba totalmente enfocada en la ciudad que había mejorado demasiado, habían muchos edificios y negocios, además de mucha gente por las calles, luces y de más, no estaba acostumbrado a todo eso. Sin saberlo sus ojos estaban brillando y una pequeña sonrisa se asomaba por sus labios, pero sólo uno de los chicos se fijó en él, admirandolo con impresión debido a que no lo había visto de esa forma.

Salió de su fantasia cuando el auto frenó. Miró al frente y vió como el resto bajaba pero no hizo lo mismo. Admiró el hospital, dejando de lado el hecho de que se le hacía conocido, estaba tan cerca de su mejor amigo ahora. Jisung estaba ahí dentro... Todo su cuerpo estaba temblando y tan tenso que no pudo moverse, estaba nervioso y estaba sudando a pesar del frío que entraba por la ventana.

— Jaemin.

Sorprendido miró a su derecha y observó a Jeno con la mano extendida, al parecer abrió la puerta y ahora estaba esperando a ayudarle a bajar. A pesar de que se intentó convencer de que podía solo, esta vez no quería hacerlo solo, por lo que aún temblando tomó la mano ajena y no dudó en que éste se dio cuenta de los nervios debido al sudor en su mano.

Al bajar finalmente del auto sus piernas temblaron un poco pero gracias al agarre del pelinegro pudo sostenerse de pie. Aún así tras eso lo soltó.

— Sígueme.

Acató las órdenes de Jisung, quien lo guío hasta el interior del hospital el cual era enorme pero como ya se mencionó, le era familiar. Continuó caminando, adentrándose en demasía; A su alrededor habían personas y más personas, comenzaba a intimidarse.

— Venimos a ver a Park Jisung, es mi abuelo. —dijo el rubio a la recepcionista, quien asintió con una dulce sonrisa antes de registrar la visita.

Luego la misma le indicó por dónde ir y las instrucciones y reglas que todos debían seguir, tras aceptar aquellas condiciones avanzó por donde ya se le había indicado, llegando al cabo de unos minutos al exterior de una habitación.

— ¿Quién irá primero? —preguntó Jeno.

— Yo. —respondió de inmediato— Después ustedes dos. —sonrió—. Debo decirle que alguien más viene a verlo, ya sabes cómo es, Jeno. Puede asustarse un poco.

"Sí, tal vez..." Pensó Jaemin.

Jeno y el pecoso se sentaron a esperar después de que Jisung entró a la habitación. No hablaron ni se miraron. Además de que era incómodo por alguna razón; Jaemin no tenía las fuerzas para pensar en ese momento, estaba intentando mentalizarse para soportarlo y no llorar pero le era muy difícil. Así que probó enfocarse en otra cosa, por lo que dirigió su mirada a otra parte, topándose así con el perfil del pelinegro, era bonito, era de esos chicos que mirabas y podías decir "no puede ser, estás tan bonito."

Su nariz, delineó la facción de ésta con su mirada y después pasó a sus labios, brillaban por el reflejo de la luz pero también porque eran un poco rojizos, costaba creer que no eran por maquillaje sino por naturaleza de ese color.

— Eres bonito. —murmuró pero ya que Jeno estaba junto a él, lo escuchó.

— ¿Qué? —frunció su ceño y giró su mirada al menor, quien apartó la suya al darse cuenta.

— ¡Ya está! —Chan salió de la habitación y miró a Jaemin, quien recorría la habitación con la mirada y parecía avergonzado, esto se pudo notar debido al color en sus orejas— ¿Pasó algo?

— No. —contestó el pecoso rápidamente—. ¿Podemos entrar?

— Ah, ¡Claro! —una sonrisa se dibujó en sus labios—. Por favor tengan paciencia.

Jaemin se puso de pie y respiró profundamente en un intento de relajarse que fue en vano, sintió en su pecho mucha confusión, no quería entrar pero necesitaba verlo... No... ¿Y si lo odiaba por dejarlo? ¿Y si lo no recordaba?

Caminó hasta la habitación, entrando en ella. Lentamente subió su vista para ver al anciano acostado, inmediatamente sintió nostalgia, mucha nostalgia que le dejó en shock. Jeno pasó a su lado, empujándolo un poco así que entró en razón.

Jisung cerró la puerta para dejarlos solos, Jaemin se adentró más en silencio hasta sentarse junto a la camilla y en compañía del pelinegro. Una vez más miró a su mejor amigo, pero éste sólo pudo reconocer a Jeno.

— ¿Cómo estás? —mostró una dulce sonrisa, una sonrisa que Jaemin reconoció de inmediato.

— Bien, muy bien, ¿Usted? —respondió sonriendo.

— Aquí sigo, ¿No? —comenzó a reír con dificultad.

"Tan fuerte como siempre has sido." Suspiró descendiendo su mirada al saber que no soportaría verlo en ese estado. Total... ¿Quién sí lo haría?

Jeno explicó la situación y el porqué estaban ahí en ese momento, Jisung al oír que estaban allí para saber más de la guerra inmediatamente asintió, sonriendo leve y soltando un pesado pero profundo suspiro.

— La guerra... —murmuró al recordar— Fue algo difícil de pasar, mucho dolor, muchas lágrimas, mucha sangre... Pero el hecho de que tenía amigos lo hacía más fácil, en especial por él. —una sonrisa nostálgica se mostró en su rostro— Mi mejor amigo, él hacía que los días ahí fueran buenos, más... Felices. Él era muy tímido y débil, era alguien a quien se tenía que proteger porque era muy frágil tanto físicamente como emocionalmente, por eso siempre intenté protegerlo hasta que se me permitió. —su sonrisa se desvaneció y un nudo en su garganta se formó, provocando que su volumen al hablar disminuyera— Me hubiera encantado cuidarlo más... Tenerlo más tiempo entre mis brazos...

Jaemin apretó su mandíbula y sus puños mientras sentía su cuerpo temblar.

— Él siempre fue muy puro de corazón e inocente aunque hacía las cosas sin pensar. —continuó— ¿Saben? Él usualmente corría, salía corriendo intentando escapar, nunca lo logró y por eso era castigado, lo colgaban de un árbol... Lo golpeaban horrible, él lloraba... —suspiró ante los recuerdos— Aún después de la guerra, las marcas en su cuerpo seguían ahí... Nunca le dije que se detuviera, porque incluso yo tenía la esperanza de que algún día él podría escapar de ahí.

Jaemin cerró sus ojos y los presionó con fuerza para no llorar pero sentía que con cualquier otro comentario lo haría. Estoy aquí... ¡Estoy aquí! Quiso gritar con todas sus fuerzas.

Jeno lo miró.

— ¿Felix? —se puso de pie para acercarse al mencionado pero la puerta se abrió, era Chan.

— Jeno, ¿Puedes venir? —murmuró con delicadeza para no molestar a su abuelo. el pelinegro miró una última vez a Jaemin antes de salir.

Volvió a abrir sus ojos y miró a Jisung, finalmente estaban solos. No sabía cuánto tiempo se iban a tardar los mayores pero ya no le importaba, sólo quería volver a los brazos de su mejor amigo. Al recibir la mirada ajena mostró una sonrisa que le dolió fingir.

— ¿Puede hablarme más sobre su amigo? —con ambas manos sujetó delicadamente la mano foránea.

— Su padre me hablaba mucho de él después de la guerra... —regresó su vista al techo— Me decía que antes de la guerra era un chico muy alegre y extrovertido, que sonreía y reía mucho... —su tono de voz bajo— Me hubiera gustado verlo así de feliz... —miró al rubio con tristeza— Realmente merecía ser feliz

Holaa, aqui les dejo el capitulo de hoy.

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