Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Invisible 7| Un beso inesperado

Por alguna razón se detuvo, no pudo besarla. Algo en su interior se lo impedía, y Logan obedeció a ese algo.

Poco a poco se alejó de Alice y dejó de sujetarla.

La chica lo observó turbada, sorprendida y... desilusionada.

El chico desvió los ojos de Alice y tras un carraspeo se inclinó para tomar el cuaderno del piso.

—¿Qué pensabas hacer? —preguntó Alice y Logan se paró correctamente observándola.

Su ceño estaba fruncido, sus brazos se encontraban cruzados sobre su pecho y su respiración era agitada. Si, ella estaba molesta.

—Nada —dijo él y le dio la espalda para colocar el cuaderno sobre el escritorio.

Un bufido escapó de Alice, uno de esos bufidos que volvían loco a Logan.

—Mañana estaremos todo el día juntos —comenzó a decir la chica y Logan giró a ella —. Quiero terminar cuanto antes con esa mentira estúpida y ya no tener que... estar contigo —Alice desvió la mirada, se sentía extraña —. No me gusta esto, hay algo que está saliendo mal en este trato...

—No volveré a hacerlo —la interrumpió Logan.

Alice no respondió. Se encontraba demasiado molesta, nerviosa, desilusionada porque Logan no la hubiera besado.

Pero ¡Vamos!

Por qué querría besarla a ella teniendo a Anett. Ella jamás le llegaría ni a los talones a esa Barbie morocha, jamás lograría tener ese perfecto cabello o esa sonrisa arrebatadora, jamás podría conseguir su cuerpo o maquillarse tan bien. Jamás podría, siquiera, intentar parecerse a Anett.

Un suspiro fue liberado de los labios de Alice.

—Eso espero —dijo ella y abrió la puerta desapareciendo por ella.

Bajo las escaleras con su corazón descontrolado, había algo que Logan lograba despertar en ella, pero ¿qué?

Al cruzar por la sala pudo ver como su padre aún se encontraba charlando muy concentrado con la señora Lily, así que intentando calmarse, se dirigió a la puerta de la entrada y la abrió con sumo cuidado de no ser escuchada.

El aire gélido de la noche golpeó en su cuerpo desprovisto de ropa y su piel se erizo. Alice se abrazó a sí misma y se dirigió a la calle, donde solo los faroles alumbraban.

Al cruzar el portón del patio, un pequeño grito escapó de su garganta al ver a alguien sentado con la espalda recostada al pequeño muro de ladrillos.

Mark rió ante su sorpresa y desvió su mirada a la calle negando divertido.

Alice se quedó allí de pie, no sabía qué hacer.

Él se había comportado muy frío con ella en las últimas semanas y ella tampoco había intentado hablarle.

—Siéntate —sugirió Mark, palmeando el frió suelo a su lado.

—Prefiero quedarme aquí —dijo Alice y llevo su vista a la calle completamente vacía.

—No voy a comerte, Perfecta Alice. Debemos hablar ahora que somos... cuñados —Pudo notar como su voz cambio, que esas no eran simples palabras, allí habían emociones escondidas. —. ¿No has traído un abrigo? —pregunto, dejando lo que había dicho anteriormente, perdido en la brisa de la noche.

La chica negó y Mark no dudo un segundo en quitarse aquella campera deportiva para entregársela.

Alice negó.

—No es necesario, en verdad...

—¿Logan no te lo permite?

Había veneno detrás de esas palabras, pero Alice notó que ese veneno no iba dirigido a ella, sino que a su propio hermano.

—Logan no puede decirme que hacer y que no —aseguró ella en tanto tomaba aquella campera y se la colocaba.

Mark sonrió al verla.

—Entonces: ¿Te gustaría sentarte? —volvió a invitarla él con aquella sonrisa y por alguna razón, Alice no se pudo negar.

La chica intentó que su vestido no mostrara su ropa interior y se sentó junto a Mark, él cual no dejaba de observarla.

Alice giró su rostro hacía él.

—¿Tengo monos en la cara o que? —preguntó ella con brusquedad y una carcajada escapó de Mark.

Ella jamás había visto a Mark reír de esa manera. Era una risa, verdadera, genuina, llena de diversión y disfrute.

—Eres tan única —dijo él calmándose y Alice frunció el ceño.

—¿Eso es bueno o malo?

Mark clavó sus ojos cafés en Alice.

—Eso es demasiado bueno.

Alice desvió su mirada incómoda y observó a la calle nuevamente.

—¿Que hacías aquí afuera? —preguntó ella al cabo de unos minutos.

Mark suspiró. Un suspiro de cansancio.

—Pensando en todas las estupideces que hice y en todas en las que, seguramente, voy a cometer —confesó él y Alice lo observó.

—Eres el chico popular. La ley número uno es que cometas estupideces —dijo Alice como si nada.

Una pequeña sonrisa se formó en los labios de Mark.

—¿Cuál es la ley número dos? —preguntó él.

—Ser mujeriego —respondió ella sin siquiera pensarlo.

Mark rió.

—La tres.

—Salir a fiestas.

—La cuatro.

Alice lo pensó un momento.

—Tener esa sonrisa detestable —dijo la chica apuntando los labios de Mark con su dedo.

—¿Qué sonrisa detestable?

Alice hizo una mueca.

—Esa sonrisa que sabes puedes hacer y la utilizas para tu conveniencia. Por ejemplo el primer día de clases la utilizaste con Yenny Lasot para que te diera su lugar en el estacionamiento o con Jam Sort hace unos meses atrás cuando estabas apurado por el almuerzo, le sonreíste y ella te dejo ir primero en la fila o...

—Lo entendí —la interrumpió Mark sin dejar de observarla.

Alice se encogió de hombros y miró nuevamente al frente.

—Deberías de dejar de usarla —sugirió la chica.

—¿Por qué?

-Porque cuando te enamores y le sonrías a la chica de esa manera ella pensará que es una más y no te dará siquiera una oportunidad —aseguró Alice.

—Eso ya me ha pasado —susurró Mark y Alice pudo notar lo cerca que se encontraba de su mejilla.

Alice no giró su rostro y fingió no sentir que su estómago se descontrolaba.

—Espero puedas conquistar a la chica —dijo Alice intentando evitar el temblor en su voz.

—La chica esta con mi hermano.

Alice volteó su rostro inmediatamente sorprendida, encontrándose con los labios de Mark sobre los suyos.

No había sido un accidente o un simple roce, Mark la estaba besando y ella le estaba correspondiendo.

¿Por qué le correspondía? ¿Por qué se sentían tan bien sus labios? ¿Por qué no lo veía como el idiota popular que era?

Las manos de Mark se dirigieron a el rostro de Alice y acunaron sus mejillas uniéndola más a él. Alice sentía que le faltaba el aire, sentía que en cualquier momento podría sufrir un paro respiratorio a causa de ese beso.

Luego de un tiempo en el cual, ni Alice ni Mark, fueron capaces de procesar, ambos chicos se separaron.

Mark no había quitado sus manos del rostro de Alice, sus ojos no dejaban de observar los de la chica y su respiración no lograba ser regular.

—Eso fue tan...

Mark no continuo cuando Alice se alejó de él y se puso de pie dándole la espalda.

Ella no podía hacer eso, ella no podía besar al hermano de su supuesto novio, no podía sentir lo que sentía por el chico al cual, hacía menos de un mes odiaba, no podía... No podía engañar a Logan.

La chica intentó calmar sus temblores, quitar esa sensación de su estómago, de su piel, de sus labios. Alice intentó borrar ese momento de su memoria.

—Yo... debo irme —musitó la chica y su piel se erizo al levantar la mirada hacía la casa, Logan estaba allí, parado frente a la puerta.

El chico dio un paso adelante y habló mirando fijamente a Alice.

—Necesitamos hablar.

Alice observó a Logan nerviosa, e inmediatamente llevó su mirada a Mark, pero se dio cuenta de Logan no podía verlo, ya que este se encontraba sentado detrás del pequeño muro.

—Alice —susurró Mark y ella lo ignoró comenzando a caminar hacía donde estaba Logan.

—¿Qué? —preguntó la chica en un susurro y Logan la observó frunciendo el ceño.

La mandíbula del chico se tensó y la rabia se hizo presente al verla con ese atuendo.

—Dime ya mismo por qué traes la campera de Mark.

Alice se sintió nerviosa, por laguna razón sentía que había traicionado a Logan.

—Tenía frió y la he visto en la sala así que la tome —mintió

En otro momento le hubiera reclamado por hablarle mal, se hubiera ido dejándolo con la palabra en la boca, no hubiera besado a Mark. Pero no era otro momento, era el ahora y Alice, ya no era la misma de antes.

—Quítatela —ordenó Logan en tanto se quitaba el saco de su traje.

Alice se vio confundida, aterrada. No era simplemente elegir qué abrigo utilizar, era elegir a Logan o Mark y ella aun no se sentía preparada para tomar esa decisión.

—¿Alice? Te estaba buscando, debemos irnos —los interrumpió Cal.

La chica asintió y tragó saliva nerviosa al ver que la mirada penetrante de Logan seguía sobre ella, esperando que hiciera lo que anteriormente le había dicho.

Alice desvió su mirada y caminó hasta estar junto a su padre, se quitó la campera de Mark y se la entregó a Lily.

—Lo lamento, tenía frió y fue lo primero que encontré —se disculpó la chica y sonrió nerviosa y avergonzada.

Lily sonrió.

—No te preocupes —dijo y luego de despedirse de ella y Cal, y ambos se dirigieron al portón para salir.

Al pasar por al lado de Logan y detenerse a saludarlo, este hablo:

—Señor, me gustaría salir con Alice el próximo sábado, ¿me lo permite?

Alice lo observó sorprendida y confundida.

—Claro, si Alice está de acuerdo por mi no hay ningún problema —rió el hombre —. Son novios.

La mirada de ambos fue dirigida a ella, Logan la observaba desafiante, como si supiera que ella no podía negarse y su padre la observaba sonriendo.

—Claro —respondió ella y bajó la mirada.

—Muy bien, luego te daré recomendaciones, Logan —dijo Cal un poco bromeando y otro poco serio y se despidió del chico con un apretón de manos —. Te espero en la esquina —informó a Alice y se encamino a la calle.

Alice observó detrás de Logan y se dio cuenta que Lily ya no estaba allí, los habían dejado para que se despidieran tranquilos.

Logan colocó su saco sobre Alice y dejo un beso en su mejilla con delicadeza.

Alice lo observo y él sonrió antes de darse la vuelta y dirigirse a su casa.

La chica suspiro.

Las cosas se estaban poniendo difíciles y para una inexperta en el amor, su problema era como un apocalipsis.


Logan pasó por su casa, Logan llevó la caja con los pequeños dinosaurios para su hermano, Logan la abrazo, Logan beso su mejilla repetidas veces, Logan le sirvió la bandeja con el almuerzo, Logan sonrió con ternura cuando a ella se le derramó su bebida por reír de un chiste de Kyle, Logan era perfecto, pero dentro de ella había un recuerdo, una grandes manos, un increíble beso. Dentro de Alice estaba ese recuerdo con Mark.

—¿A qué hora paso por ti? —preguntó Logan colocándose el cinturón de seguridad.

Alice suspiró.

—Cuando te parezca bien —lo observó nerviosa en tanto el arrancaba el coche —. ¿Debo vestirme apropiadamente? —preguntó desviando su mirada a la ventanilla.

—¿Apropiadamente? —repitió él confundido y rió —. Ponte lo que quieras, es una salida para que tú disfrutes, así que debes de ir cómoda —dijo Logan como si nada y Alice giró su rostro observándolo.

—¿Qué? —preguntó ella.

Logan se detuvo en un semáforo en rojo y miró a Alice.

—Me he estado comportando como un idiota y no te lo mereces. Pensé que podríamos salir y hacer lo que a ti te gustara. Será diver...

—¿Qué pasa con Anett? —la pregunta salió de los labios de la chica antes de poder retenerla.

La mandíbula de Logan se tensó y miró al frente nuevamente para comenzar a conducir.

—¿Qué pasa con ella? —preguntó él chico entre dientes.

—Se supone que fingiremos ser novios delante de ella, no sería una mejor opción programar una... cita doble.

Le daba asco decir eso, pero Logan quería a esa chica y ella no podía seguir confundiendo sus sentimientos.

—No tiene pareja —aseguró el chico.

—Busquemos una —sugirió Alice.

Logan negó.

—Se supone que quiero conquistarla, no buscarle novio.

—Y si... —estaba segura que iba a meter la pata —le pides a Mark que...

—Ni se te ocurra terminar esa frase —la interrumpió Logan con la mirada y voz fría.

Los puños del chico estaban blancos sobre el volante por la fuerza que ejercía y su ceño estaba notoriamente fruncido.

—¿Que sucedió entre ustedes? —cuestionó Alice.

Logan se mostró nervioso.

—Eso no es lo importante —estacionó el auto —. Paso por ti a las ocho —dijo sin voltear su rostro para mirarla.

Alice abrió la puerta y la cerró de un portazo al bajar.

Esa salida no le daba nada de confianza.


«Amiga invisible.

Necesito tu ayuda, estoy realmente confundido. Siempre creí que el amor podía ser controlado, que por las simples reacciones de una personas se podía saber que sentía o pensaba, siempre me deje guiar por la lógica y no por el corazón.

Creí que estaba enamorado de una chica y luche mucho por conquistarla, lleve a cabo el más bajo de los planes y me deje cegar por el odio y dolor, pero entonces algo cambió y ahora me veo confundido.

No puedo parar de mirar sus labios y querer besarla, no puedo parar de querer acariciarla y buscar hasta la mínima excusa para hacerlo, no puedo parar de encontrar imperfecciones en ella y querer convencerme de que, no es lo que yo necesito, pero todo es en vano.

No estoy hablando de la chica que debería querer y de la cual pensé estar enamorado, estoy hablando de que me comenzó a gustar la chica prohibida y en este momento me siento como una basura.

Amiga invisible, ¿crees que deba olvidar a la chica prohibida y centrarme en la correcta o dejar de pensar en los demás y arriesgarme a enamorarme... de verdad?

Pista: Soy el idiota más grande del mundo.

Atte: Chico invisible.»


Alice releyó aquella carta, ella se encontraba en una situación tan parecida.

Por un lado estaba Logan, quién no dejaba de ser perfecto, quién se estaba comportando como todo un dios, quién lograba... cambiarla.

Por otro lado estaba Mark, quién la había besado como nunca nadie lo había hecho, quién la derretía con su sonrisa, quién había querido conquistarla durante dos años.

El problema era que Logan no la quería, solo actuaba para conquistar a Anett y Mark, Mark seguía siendo el mismo idiota popular. Ni siquiera la había buscado una vez desde el beso.

Odiaba el maldito momento en el cual los hermanos Curt se cruzaron en su camino.

No sabía qué ponerse, no tenía idea de como vestir o peinarse. Esa salida la tenía muy nerviosa, no quería verse como siempre de desarreglada, pero tampoco quería verse arreglada y que Logan lo notara.

Tras unos largos minutos sentada en la orilla de su cama, Alice se puso de pie e hizo lo de siempre.

Tomar lo primero que vio y colocárselo. Unos jeans blancos gastados y un poco grandes, una blusa de tiritas de color negro con el dibujo de una flor gigante al frente y sus zapatillas blancas. Amarro su cabello en una cola de caballo y se dirigió al baño para lavar su cara con nerviosismo.

Su móvil vibró sobre su cama y salió del baño para tomarlo.


Logan: Estoy afuera, tu padre no ha dejado de darme recomendaciones y, a pesar de que me parece muy normal, deseo que nos vayamos ya mismo.


Sonrió sin darse cuenta al leer el mensaje y tomó una chaqueta antes de salir.

Al bajar las escaleras pudo ver a Logan sentado en el sofá junto a su padre, el chico asentía a algo que el hombre decía.

—Ya debemos irnos —interrumpió Alice caminando en dirección al sofá y tomó el brazo de Logan haciendo que este se ponga de pie.

Su padre hizo lo mismo.

—Bien, espero se diviertan —dijo el hombre y Alice rodó los ojos para luego arrastrar a Logan fuera de allí.

Un suspiro fue liberado de la chica y Logan rió observándola en tanto caminaban al auto.

—Es bueno que hayas venido cómoda —comentó el chico y Alice frunció el ceño.

—¿Y eso por qué?

Logan abrió la puerta del coche para que ella subiera y Alice lo hizo extrañada.

A los pocos segundos, Logan se colocó en su lugar y sonrió en dirección a Alice en tanto abrochaba el cinturón de seguridad.

—Es una sorpresa, Pitufa Spinelli -dijo él y puso en marcha el coche.

—¿Me dirás a dónde vamos? —preguntó Alice por décima vez.

Logan suspiro.

—¿Qué sentido tiene que sea una sorpresa si te lo digo?

—Ninguno, pero... no me gustan las sorpresas —mintió Alice.

Logan no respondió y el coche quedó en silenció por unos largos minutos. Minutos en los cuales Alice solo pensaba en lo bien que se sentía junto a Logan, en lo mucho que deseaba poder estar en el lugar de Anett, minutos en los cuales el recuerdo del beso con Mark carcomía su cabeza y se sentía culpable.

—Logan —lo llamo con voz suave.

El chico giró la cabeza un segundo observándola de manera relajada.

—¿Qué?

—¿Puedo hacerte una pregun...

—No te diré a dónde vamos —la interrumpió el chico divertido.

—No es eso —aclaró ella y miro por la ventanilla.

—Está bien, ¿qué es?

Alice jugueteo con sus manos nerviosa.

Quizás se estaba metiendo en algo que no le importaba, quizás Logan se enfadara y cancelaría la salida, quizás... simplemente debía cerrar la boca, pero no, ella nunca hacía lo correcto.

Tomo aire y habló:

—¿Qué sucede entre tú y Mark?

Logan se tensó en su lugar, no podía responder con la verdad a eso, no ahora que intentaba entender que sentía por Alice, que Anett estaba siendo borrada de su memoria, que se sentía cada vez más perdido. No podía arriesgarse a que ella se diera cuenta del plan inicial y lo odiara.

—No se de que hablas —se atrevió a mentir y agradeció no tener que mirar a Alice a los ojos, porque sino, no hubiera podido hacerlo. Quizás actuando normal, ella dejaría de insistir.

Cada día se sentía más culpable, esa chica estaba llegando a un lugar de su ser que nunca nadie había llegado.

Siempre había pensado que Anett era la chica para él, con quién debía estar. Cuando tenía trece todos se burlaban de él por ser inteligente, pero Anett no, Anett lo apoyaba, lo consolaba, lo hacía sonreír y en ese momento, ella se transformó en su adoración, en su meta, en su prioridad.

No había nada que esa chica pidiera y Logan no se desviviera por lograrlo. No había nada que Logan no le hubiera perdonado, hasta que se había acostado con su hermano, en ese momento algo se había roto, pero Logan acababa de darse cuenta de eso.

—Ustedes no hablan, se miran mal. Me gustaría saberlo —hablo Alice apartando a Logan de sus pensamientos.

—Estamos por llegar —informó Logan evadiendo el tema.

La chica bufó y Logan tuvo que usar todo su autocontrol para no detener el coche en medio de la carretera y besarla.

Esa chica estaba acabando con todos sus pensamientos anteriores, él ya no era el mismo.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro