Invisible 6| Cordura
Alice llegó a la casa de su padre y se dirigió a la cocina para tomar un vaso de agua con la aspirina que Logan le había entregado.
Ese chico estaba demostrando no ser un idiota superficial con aires de grandeza como los demás, y eso le gustaba.
Aún no podía entender como Mark el popular era hermano de Logan, no tenían nada en común. Sus personalidades eran distintas, mientras que Mark era un mujeriego perdido, Logan estaba luchando por el amor de una chica, mientras que Mark era un burro, por eso había repetido el último año y aún seguía en el colegio, Logan era extremadamente inteligente, mientras que Mark se vestía a la moda, Logan se vestía bien, pero con ropa común, sin querer llamar la atención.
—¿Cómo te fue en lo de Lily? —preguntó su padre entrando a la cocina.
Alice tomó el agua que le quedaba en el vaso y lo lavo para luego observar a su padre.
—Bien —respondió la chica y se dirigió a la nevera para buscar alguna fruta ya que se encontraba mal del estómago.
—¿Logan y Mark te cayeron bien?
Alice observó a su padre.
—No debes fingir interés Cal, no es necesario —aseguró la chica y se encamino a la puerta de la cocina.
—¿Algún día me dejarás explicarte por que las dejé? —preguntó su padre y Alice creyó escuchar dolor en sus palabras, pero su rencor era más fuerte.
—Es el pasado, ya no importa...
—Si, importa. Si no te interesará, me darías una oportunidad, pero no lo haces, porque aún te duelen mis acciones.
—Mi vida es mejor cuando tú no estás en ella —escupió la chica y corrió a su habitación antes de ver el rostro de su padre.
Al llegar se dejó caer en su cama y lloro, necesitaba a su madre, a su hermano, necesitaba a su verdadera familia.
Al la mañana siguiente, al salir de la que ahora era su casa durante cuatro meses, se sorprendió al ver el auto de Logan estacionado en frente.
Una sonrisa se formó en el rostro de la chica, pero la borró rápidamente y caminó hasta el auto.
Logan se inclinó y la observó con una sonrisa.
—Sube o llegaremos tarde —dijo él.
Alice cruzó sus brazos sobre el pecho.
—¿Ahora me acosarás hasta en mi casa? —pregunto y Logan pasó la mano por su cabello acabando con la poco indiferencia que podía fingir Alice.
—Solo intento ayudarte, además somos novios —dijo él.
Alice suspiró y abrió la puerta del auto ingresando a él.
La chica giró su cabeza observando a Logan.
—No es necesario que vayamos juntos al colegio, podemos encontrarnos allí —dijo ella y Logan asintió encendiendo el motor.
—Lo se, pero siento que te mereces más que unas simples tareas y cómics por la ayuda que me estás dando.
—No quiero tu lastima —habló rápidamente Alice.
—No es lastima, solo agradecimiento. Desde hoy irás conmigo al colegio y vendrás, te esperaré siempre en la puerta de tu casa. Ya he hablado con tu padre al respecto, no le he dicho que eres mi novia, no quería causarte problemas, pero si le he dicho que somos amigos y ahora que vives cerca me gustaría llevarte —Logan rió sin quitar su vista de la carretera y Alice de él —. Me dio unas recomendaciones, pero lo aceptó.
La chica no respondió, tan solo desvió su mirada a la ventanilla y se dedicó a observar el paisaje.
Se sentía... extraña.
Se sentía... bien.
El camino al colegio fue con la música a todo volumen, Logan había colocado su Ipod en el auto y las canciones de The Beatles sonaron todo el trayecto.
El chico disfrutaba ver como Alice cantaba, cada una de ellas y ella disfrutaba de cantarlas.
Las cosas habían cambiado, Alice ya no solo comía con Mary, si no que ahora también lo hacía con Logan y Kyle, ya no iba al colegio en autobús, si no que cada mañana Logan la esperaba para ir juntos, ya no hacía sus tareas, si no que Logan era el responsable de hacerlas, y de vez en cuando obligarla a estudiar. Ya no caminaba sola por los pasillos, sino que el brazo de Logan siempre se encontraba rodeando su cintura o hombros, ya no era molestada por Mark, si no que él la ignoraba.
Alice se sentía extraña, algo estaba cambiando en ella, en su ser. Por fuera seguía siendo la misma chica ruda y masculina, pero por dentro, su corazón se estaba abriendo a una velocidad imparable y no era por Logan, al menos no era solo por él, si no que también por Mark.
La chica no paraba de observarlo en todo momento. Se había chocado con él en el pasillo como veces anteriores, pero Mark solo seguía caminando. Había pensado en la posibilidad de hablar con él, pero esa idea abandonaba su cabeza de inmediato.
Se sentía culpable, se sentía culpable de jamás haberle dado una oportunidad a Mark y sabía que no debía de estarlo, pero la mirada que recibió aquel primer día que Mark la vio con Logan la dejó intranquila. La dejo con una duda que jamás creyó tener:
Mark Curt, ¿jugaba o en verdad gustaba de ella?
—¿Estás lista? —llamó su padre al otro lado de la puerta.
Alice bufó y cerró su laptop para ponerse de pie y abrir la puerta de su habitación.
Al abrirla su padre la observó con el ceño fruncido.
—¿Qué? -—preguntó la chica.
El hombre suspiró.
—No puedes ir vestida así —aseguró su padre.
—Es la única ropa que tengo y es demasiado cómoda, además solo es una cena con la vecina.
—No es solo una cena Alice, es... es importante para mí —confesó su padre y ella frunció el ceño.
—¿Te estás acostando con la señora Lily? —preguntó la chica espantada y su padre la miro de mal modo.
—Eso no es de tu importancia, ahora ve y ponte algo decente, por favor.
Alice bufó y cerró la puerta para dirigirse a su armario. Armario que en un rincón tenía un vestido negro acampanado con una cinta en la cintura y corto.
Gruño, ella estaba vestida decente, que a las otras personas no les gustara su estilo, era un tema diferente.
La chica se coloco aquel vestido, se calzó con unas zapatillas comunes de color lila y desenredo su cabello dejando un estilo... libre.
No era que ella no supiera vestirse lo que socialmente estaba visto como bien, el problema era que no le gustaba.
A pasos lentos abrió la puerta y bajó las escaleras sin ánimos.
La mamá de Logan y Mark los había invitado para cenar en su casa, solo serían unos amigos y en esos amigos, estaba el padre de Alice.
—Estas hermosa —dijo su padre en cuanto ella se reunió con él en la puerta.
La chica asintió sin ánimos, hoy darían su serie favorita en la televisión y ella no podría disfrutarla.
—Verás a tu amigo, Alice. Ponte de mejor ánimo —dijo su padre cuando solo faltaba una cuadra para llegar a la casa de Lily.
Alice asintió y se comenzó a poner nerviosa.
Esperaba no estar demasiado arreglada, no quería que la vieran arreglada, eso era extraño.
—Cal —llamó a su padre cuando estaba a punto de tocar la puerta y este la observo —, me estoy sintiendo mal. ¿Podría volver a casa? —preguntó ella.
—¿En serio? —la chica asintió y su padre suspiro —. Al menos saluda y luego te vas, ¿te parece? Iré contigo —dijo su padre pero no le dio la opción de responder ya que golpeó la puerta.
Segundos después, la misma fue abierta y la señora Lily se hizo presente con una gran sonrisa.
—Oh bienvenidos, me alegra mucho pudieran venir —dijo la mujer y se hizo a un lado invitándolos a pasar.
Alice siguió a su padre al interior de la casa y luego de saludar adecuadamente a Lily, se encaminó a la sala. Para suerte de ella los hermanos Curt no se encontraban allí, al igual que nadie más, ningún invitado.
La chica comenzó a caminar por el lugar y a observar las fotos de las paredes y muebles, fotos a las cuales no les había prestado atención antes, ya que no le interesaba.
Todas eran de Logan y Mark en diferentes edades. Alice sonrió al ver lo unidos que se veía, en cambio ahora...
La puerta fue golpeada y Lily salió de la cocina para abrir.
Alice observó desde la sala y vio a Anett, con su cabello perfectamente peinado, como siempre, su maquillaje de niña buena, y un increíble vestido de color celeste.
—Querida, ¿cómo estás? ¿Y tus padres? —preguntó Lily saludando a Anett.
—Se han retrasado un poco, pero vendrán enseguida —aseguró la chica y sus ojos de desviaron a Alice con sorpresa.
—Puedes ir con Alice hasta que los chicos estén listos —indicó la mujer y salió de allí dejándolas solas.
Anett se acercó a Alice con una sonrisa amistosa.
—No sabía que vendrías —dijo la chica.
—Yo tampoco sabía que tú vendrías —respondió Alice con el ceño fruncido.
Era cierto que tenía que estar cerca de la chica y que la vea con Logan, pero no la podía soportar.
Anett se acercó a Alice, se notaba que iba a decir algo y sabía que no era nada bonito. Alice ya se estaba preparando para poner en su lugar a la Barbie morocha, pero Lily las interrumpió.
—Chicas, ¿podrían ir a llamar a los chicos?
—Claro —respondió Anett de inmediato y tras un bufido Alice subió las escaleras con ella.
Al llegar frente a una de las puertas blancas, Anett se detuvo y volteó en dirección a Alice.
—Tú ve por Logan ya que es tu novio y yo iré por Mark.
Alice frunció el ceño, pero asintió.
—¿Cuál es la habitación de Logan? —preguntó la chica y Anett frunció el ceño.
—Creí que lo sabrías... Esta —apunto la puerta a su lado y se dio la vuelta para pararse frente a la puerta que seguía.
Alice observó como la chica tocaba y se escuchaba un "pase" del otro lado, por lo cual Anett entro.
Al desaparecer Anett, Alice golpeó la puerta frente a ella, pero no se escucho nada.
Alice golpeó otra vez más fuerte y tampoco se escuchó ni una misera mosca. Así que, siendo entrometida como siempre, Alice giró el pomo de la puerta y la abrió entrando al lugar.
Todo como se lo había imaginado, color blanco, libros, cama, placard, escritorio lleno de hojas, incluyendo su cuaderno de ciencias, ya que tenía tareas, un pequeño sofá de color negro y un estante que parecía contener miles de autos, como si fueran de una colección.
Alice se acercó a este y tomó uno de los autos, uno rojo y descapotable.
Sonrió al recordar como su hermanito jugaba con autitos de juguetes.
—¿Qué haces aquí? —Alice se giró al escuchar la voz de Logan y el auto de juguete cayó al piso cuando ella vio en el estado que se encontraba el chico.
Logan observó como la pieza de colección de su padre se hacía pedazos en el piso.
No se movió, tenía que estar soñando, levantó la mirada del objeto para observar a Alice.
—¡¿Qué estabas haciendo con mis cosas?! —pregunto molesto.
La chica pareció reaccionar de algún tipo de trance y lo observó apenada al ver cómo había dejado el objeto.
—Lo siento —dijo ella colocándose de cuclillas y tomando las tres piezas en las que se había transformado el auto.
—Juro que voy a matarte —murmuró el chico caminando hacia ella y quitándole las piezas de las manos para colocarlas sobre su escritorio.
La chica se acercó despacio hasta estar al lado de Logan, evitando observar sus músculos, su espalda, su abdomen... Es que por más que odiara a los chicos no podía evitar mirar cuando un chico se aparecía frente a ella con solo una toalla envuelta en la cintura.
—En verdad no fue mi intención —dijo Alice y Logan giro su rostro observándola.
Ella lo observaba arrepentida, realmente apenada y a pesar de que ese era un recuerdo de su padre, no ganaba nada enojándose.
Él se paró correctamente y sonrió, un poco con tristeza y otro poco con dulzura.
—Esta bien, lo que sucede es que era algo... importante, pero lo arreglare —aseguró el chico.
Alice negó con rapidez.
—Yo lo haré, lo arreglare y te lo entregaré perfecto.
Logan sonrió.
—No te preocupes de verdad Alice, no pas... ¿Qué tienes puesto? —se interrumpió el chico con el ceño fruncido.
No se había dado cuenta de cómo se encontraba vestida y peinada.
—Yo... solo... debía ponerme algo apropiado —dijo la chica y por primera vez Logan la vio sonrojada.
—Te ves...
—Ya lo se, estoy ridícula. Hubiera querido traer mi ropa de siempre pero mi padre me dijo que no era lo apropiado —explicó interrumpiéndolo.
—Iba a decir que te ves bien —aclaró Logan, aunque no quería decir esa palabra exactamente.
Ella se veía extremadamente bien, las demás chicas a la hora de arreglarse dejaban de ser ellas mismas para transformarse en muñecas, pero Alice seguía siendo ella con esas zapatillas, su cabello, sin maquillaje.
—Bien —dijo desviando la mirada Alice —. Deberías de cambiarte —aseguró ella y Logan se percató de que solo llevaba una toalla.
—Si, eso haré. Puedes darte la vuelta y esperar a que me cambie si no quieres volver sola, las personas ya deben de haber llegado —dijo Logan. Alice asintió y se sentó a la orilla de la cama dando la espalda a Logan.
El chico sonrió al verla allí y se dispuso a cambiarse.
—¿Mamá te envió por mí? —preguntó Logan abotonando su camisa.
—Si, nos dijo que viniéramos por ustedes —respondió Alice
—¿Les dijo? ¿A ti y... quién más?
—Anett
«No, No ¡No!»
Anett no podía estar donde él sospechaba.
—¿Ella dónde está? —intentó preguntar con tranquilidad, pero sabía que había fracasado.
Alice frunció el ceño, había notado la tensión en la voz de Logan a pesar de no estarlo mirando.
—Fue a buscar a Mark, me dijo...
La puerta de la habitación retumbó al ser cerrada con brusquedad y Alice se dio la vuelta para confirmar que Logan ya no estaba allí.
Luego de unos minutos, la puerta fue abierta y Logan apareció por ella.
El chico se veía enojado.
Alice se puso de pie y caminó hasta estar frente a él.
—¿Estás bien?
Logan levantó la mirada y asintió. Tomó la corbata de sobre la cama y se la colocó. Arregló su cabello en el espejo y miró a Alice.
—Debemos hacerlo oficial —aseguro y Alice frunció el ceño.
—¿De qué hablas?
Loga avanzó hasta estar frente a ella, muy cerca y entrelazo su mano con la de Alice.
—Hoy le diremos a todos que somos novios Alice Love, hoy serás mi novia ante todos y todas.
Alice no dijo nada, por alguna razón no quiso argumentar nada y solo se dejo guiar por Logan hacía la sala.
Al bajar las escaleras, lo primero que vio fue a Mark, el cual se encontraba sentado en uno de los sofás. Los ojos del chico llegaron a Alice y ella no pudo evitar ver como este recorría su cuerpo desde la cabeza a los pies.
No pudo evitar ver como su mandíbula se tensaba y sus ojos se dirigieron a su hermano para mirarlo con odio.
La chica tragó saliva nerviosa y miro a Logan cuando este sujeto su mano más fuerte.
Logan la observaba sonriente.
—No debes estar nerviosa, yo diré todo y las cosas serán más fáciles y creíbles, ¿bien? —pregunto Logan.
Alice asintió.
—Solo no digas nada cursi o meloso porque vomitare allí mismo —dijo ella y Logan rió.
Un beso sorpresa fue depositado en la mejilla de Alice y Logan desvió la mirada inmediatamente comenzando a caminar.
Él no dejó de sujetar la mano de Alice al llegar a la sala donde se encontraban sus padres, los padres de Anett, Mark y la mismisima Anett.
Al llegar frente a ellos, todas las miradas se posaron en Alice y Logan, no exactamente en ellos, sino que en sus manos.
Logan carraspeo.
—Buenas noches. Lamento la interrupción, pero tengo... tenemos una noticia que darles.
Alice quiso golpearlo a pesar de lo nerviosa que estaba. ¿Por qué hablaba tan formalmente?
—Está bien hijo. ¿Qué tienen que decir? —preguntó su madre confundida.
Logan dirigió su mirada el hombre la lado de su madre, al padre de Alice.
—Señor Love, se que esto le va a parecer extraño, pero... quiero presentarme formalmente como el novio de su hija.
Logan no quito su mirada de la del hombre, no observó a su madre, a Anett, a Mark, a Alice, a nadie.
Lo que había escuchado en el dormitorio de su hermano acababa de ser lo que necesitaba para darse cuenta de que su plan debía de continuar hasta el final.
El padre de Alice observó a la chica confundido. Era cierto que no había compartido tiempo desde pequeña con su hija, pero siempre se mantenía en contacto con su madre y sabía que tipo de chica era ella, y definitivamente, no era el tipo de chica de novios.
Sonrió nervioso y observó a ambos chicos.
—Bueno, eres un buen chico Logan y si mi hi... si Alice está de acuerdo, voy a apoyarlos —dijo el hombre.
Logan suspiró con alivio y sonrió.
—Gracia señor, estoy muy...
—Esto es tan tonto —los interrumpió Alice —. ¿En qué siglo estamos para que actúen de esa manera? —pregunto la chica e inmediatamente se arrepintió —.Lo lamento, pero eso fue muy... antiguo —dijo con la voz más suave y la señora Lily rió.
—Pues, estoy muy feliz por ustedes. Me has parecido una chica maravillosa desde que te conocí y estoy segura de que sabrás traer más que tareas a la vida de Logan —dijo la mujer y caminó hasta ellos para abrazarlos.
—Ya mamá —susurró Logan y Alice rió.
Se sentía bien, Lily era muy simpática. Siempre creyó que eso de estar con otras personas que no fueran de su familia la pondrían incomoda, pero no, ella se sentía bien.
La chica miró sobre el hombro de Lily a Mark, no sabía por que, pero lo hizo y se sorprendió al ver la mueca de disgusto y enfado.
La chica desvió la mirada inmediatamente y clavó su mirada en la nada, eso era realmente extraño y algo en su interior la hacía sentir... mal.
El resto de la noche fue incómoda para todos los chicos.
Logan se sentía... extraño.
Nunca había traído una chica a su casa y menos una chica como Alice, tan diferente, despreocupada, fría, tan... única.
Por momentos olvidaba para quién iba dirigido el espectáculo de pareja enamorada, por momentos olvidaba que Anett estaba frente a él, y sus ojos se encontraban perdidos en las actitudes de Alice, en su ceño fruncido cuando su padre hablaba sobre ella, en la mueca de asco al tener que comer, obligada, las cebollas de su plato. Por momentos sus ojos de encontraban hipnotizados por la chica de vestido negro a su lado.
—Y ¿cómo se conocieron? —preguntó la madre de Anett llamando la atención de Logan y Alice.
La chica observó inmediatamente a Logan y él sonrió.
—Un día me encontraba en la biblioteca estudiando —observó a Alice—, y una chica me interrumpió para reclamarme que había colocado un comic debajo de la pata de la mesa...
—¿Te gusto en el momento que la viste? —lo interrumpió su madre y Logan se sintió un poco... nervioso.
—No, en ese momento pensé que era la chica más extraña del planeta, pero cuando vi su rostro triste por no poder sacar su cómic de allí, la ayude...
—Y después... —lo interrumpió ahora la madre de Anett con ojos soñadores.
—Después Logan llego a molestarme en mi almuerzo para que salga con él —respondió Alice ya deseando que acabaran con esa conversación que la ponía extremadamente incómoda y mas con la mirada de Mark sobre ella.
—No sabía que fueras tan directo —los sorprendió a todos Anett.
Logan la observo.
—Cuando te das cuenta de que algo es importante vas tras ello sin medir las consecuencias —respondió él y tomó la mano de Alice besando sus nudillos.
La mirada de Anett era indescifrable, la de Mark estaba cargada de odio, la de Alice era pura sorpresa e incomodidad y la de Logan era de ganador, en su rostro había una sonrisa de ganador.
La velada había terminado. Anett y sus padres ya se habían ido, y Mark había subido de inmediato a su habitación, Cal y Lily se encontraban en la cocina.
Logan y Alice estaban uno al lado de otro en el sofá de la sala, ninguno se miraba. La noche había sido rara.
—¿Te pareció muy cursi? —preguntó Logan rompiendo el silencio.
Alice suspiró.
—Parecía un discurso de los años veinte —se burló ella y rió, lo que ocasionó que Logan girara y la observara.
—No te llevas bien con tu padre, ¿cierto? —preguntó el chico y Alice quedo seria para girar su cabeza y mirarlo.
—¿Y el tuyo? ¿Cómo te llevas con él? —evadió la chica.
Una mueca cargada de tristeza se apoderó del rostro de Logan.
—Eramos inseparables —confesó el chico y Alice frunció el ceño.
—¿Ya no lo son?
—Falleció —respondió Logan y se odio por ver el rostro apenado y arrepentido de la chica.
—Lo siento, no creí que... pensé que tus padres estaban divorciados —reconoció la chica y bajó la mirada.
Se sentía realmente mal por hablar sobre eso, debía aprender a tener la boca cerrada.
—No te preocupes, hay varias cosas que deberíamos saber uno de otro ahora que somos novios —intentó bromear Logan.
Alice levantó su mirada y lo observó.
—Creo que esa es una buena idea.
—Comienza tú —dijo Logan y se acomodo en el sofá girándose en dirección a Alice.
La chica lo imito y quedaron uno frente a otro.
—Bien, amo los cómics, los videojuegos, las series, la lluvia, el color naranja, a mi hermano, mi comida favorita son la albóndigas. No me gusta peinarme, eso es algo obvio, pero quería aclararlo, detesto a las personas que se creen mejores y son arrogantes, odio mis apellidos Love Peace, son apellidos que te colocan directo en el punto de burlas, mi...
—A mi me gustan —la interrumpió Logan con mirada seria.
—Son ridículos —aseguró Alice.
—¿Que tiene de ridículo el amor y la paz?
—Que ninguno existe —dijo ella con convicción.
Logan negó.
—Existen. El amor existe, lo vemos en todos lados, una madre, un padre, una amiga, quizás sea difícil de encontrar, pero también existe el amor de pareja, puede ser no correspondido pero es amor al fin y la paz. La paz está en los pequeños detalles, como ese momento de paz en el cual solo escuchamos nuestra canción favorita o cuando vemos reír a la persona que amamos, o simplemente... observando algo bello —termino de explicar Logan sin quitar sus ojos de Alice.
La chica no dijo nada, se quedó con la mirada clavada en esos ojos verdes, en esos ojos que dejaban de ser color vómito, para ser el más bello verde.
—¡Chicos!
La voz de la madre de Logan los hizo salir de ese estado de... hipnotismo.
Logan carraspeo y se puso de pie con Alice detrás.
Al entrar a la cocina se encontraron con ambos adultos tomando un té.
—¿Qué sucede? —preguntó Logan.
El padre de Alice lo observó y luego a su hija.
—Sé que no soy el indicado para decir esto, pero... cuida a mi hija y no la lastimes.
Logan se sorprendió, no era una amenaza como pensaba, era una petición, un favor y por un momento dudo en si podría cumplirla.
Se encontraban en el cuarto de Logan, con la excusa de que él tenía que explicarle algo sobre una tarea.
Alice se encontraba sentada en la orilla de la cama, sus pies no llegaban a tocar el piso y ella los movía hacia delante y atrás con las manos sobre su regazo. Logan sonrió al verla, parecía una chiquilla inocente.
—¿Por qué estamos aquí? —preguntó ella y Logan desvió su mirada, y caminó hasta su placard para tomar aquello que la chica le había pedido.
Tomó la gran caja y la colocó sobre la cama al lado de Alice, ella frunció el ceño y Logan abrió las solapas de la caja para mostrar su contenido.
Alice abrió los ojos sorprendida y una sonrisa se formo en su rostro.
—Aún te quedaba una semana —aseguró Alice en tanto observaba dentro de la caja y agarraba uno por uno los pequeños dinosaurios de colección.
—Los he conseguido antes —respondió el chico encogiéndose de hombros.
En realidad había gastado casi todos sus ahorros en aquellos cuatrocientos cincuenta y siete dinosaurios en miniatura.
—Tomás los amara —exclamó Alice poniéndose de pie y sonriendo —. Gracias —dijo ella observando a Logan.
Él sonrió.
—Era el trato —dijo él y en la cara de la chica se formó una mueca —. ¿Qué sucede?
Alice negó y volvió su atención a los dinosaurios.
—Debieron de costar mucho dinero —susurró la chica con la voz apenada.
En realidad si costaron mucho dinero y Logan había tenido que buscar por todo internet para conseguirlos.
—No fue tanto —mintió.
Alice suspiró y volteó nuevamente hacia él.
—Sé que lo hicieron —afirmó la chica.
El chico sonrío.
—Esta bien, ya no hablemos de eso Ali...
No pudo continuar, fue interrumpido por algo que jamás creyó escuchar de parte de aquella chica.
—Anett está muy loca al no darte una oportunidad.
Logan observó a Alice sorprendido. Muchas veces llegaba a olvidar a Anett cuando estaba con ella, pero no. Anett era la chica que él quería.
Alice desvió la mirada al ver que Logan no pensaba decir nada y suspiró.
—Creo que debo irme —dijo la chica e intentó tomar la caja entre sus brazos.
Logan se acercó al ver que eso le era imposible y hablo:
—Mañana las llevaré en el auto y cuando pase por ti a tu casa las entraremos.
Ella giró su rostro y asintió.
La chica se paro correctamente y secó el sudor de sus manos en su vestido, sudor que no sabía por que tenía.
—Bien, entonces... me voy —aseguró Alice y comenzó a caminar hacia la puerta.
Logan tomó su brazo impidiéndole continuar y se sorprendió cuando la chica giro su rostro sin una mínima mueca de enfado.
—¿Qué sucede? —preguntó Alice.
Logan dudo un momento. ¿Por qué la había detenido?
Observó su escritorio y soltó a Alice para tomar su cuaderno.
Abrió en la última hoja escrita y llevó sus ojos allí.
—No entiendo qué dice aquí, Pitufa Spinelli —mintió.
Alice se acercó a pasos lentos hasta estar a su lado.
—Es la tarea... —comenzó la chica, pero Logan no la escucho.
Sus ojos se perdieron en los labios de Alice, en sus movimientos al hablar, en el sonido de su voz esparciéndose en el aire, en el aroma a canela que desprendía.
Cerró el cuaderno y la chica lo observó confundida.
Logan observó a Alice a los ojos y luego sus labios para volver a sus ojos.
—Nos hemos olvidado de algo hoy —aseguró Logan y Alice frunció aún más el ceño.
—¿Qué? —preguntó ella.
Logan dio un paso en su dirección y sus ojos se clavaron en los labios de Alice.
—Nosotros... —aclaró su garganta —. Tú y yo... somos novios pero...
Alice lo observó extrañada y al ver que él no despegaba sus ojos de su boca, llevo su mano allí temiendo tener restos de comida... ¿Desde cuándo se preocupaba por eso?
La mano de Logan detuvo la suya casi por llegar a su boca.
—¿Qué te sucede? —preguntó Alice y bufó ya un poco molesta.
Logan perdió la poca cordura que le quedaba al ver ese gesto. Dejando caer el cuaderno en el piso, sujetó la cintura de Alice e impulsando su cuerpo y el de ella hizo que sus labios quedaran a escasos centímetros.
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