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Con sus manos cubiertas de sangre, la voz casi apagada de tanto gritar por ayuda y su alma a punto de salirse de su cuerpo, Jungkook sostiene la cabeza de su amigo que se encuentra en el suelo, inconsciente.

Grita con todas sus fuerzas para llamar la atención de las personas a su alrededor, su corazón late tan fuerte y su cuerpo comienza a temblar de la desesperación. Poco a poco fueron llegaron más y más personas que movidos por la curiosidad y por los gritos del chico, se acercaban a ver lo que estaba ocurriendo.

— ¡Llamen a una ambulancia! — Jungkook gritaba y volvía a observar las condiciones de Namjoon, se suelta a llorar porque nunca se hubiera imaginado que podría suceder algo como esto. Namjoon siendo tan bueno y gentil con todos. ¿Cómo pudieron golpearlo de tal forma? Esto no podría ser un robo, pues al revisar sus bolsillos, tiene su teléfono y dinero intactos.

Salieron algunas personas del club e hicieron las respectivas llamadas, uno de ellos al ver que rodearon al moreno solo para comenzar a tomar fotos y murmurar entre sí, comenzó a despejar el área con molestia, despidiendo a la gente que tan solo quería llenarse de morbo por tal escena.

Cuando llegó la ambulancia, los paramédicos hicieron algunas preguntas a Jungkook, quien se encontraba más cerca de Namjoon, él entre llantos intenta explicar lo que pudo ver, los hombres tomaron con suavidad el cuerpo golpeado del chico y lo trasladaron al hospital más cercano, mientras intentaban controlar la hemorragia de su cabeza e inyectaban en su cuerpo medicamentos para el dolor.

Jungkook intentó mantener la calma y llamó a Jin las veces que pudo y no halló respuesta. Tomó la decisión aún con toda la conmoción del momento, coger su motocicleta e ir directamente a la casa de los Kim, con la esperanza de encontrarlo y poder informar lo sucedido y mientras conducía lo más rápido posible sin importarle que podría obtener multas por exceso de velocidad, esquivando a los autos, lo único que tenía en mente era que su gran amigo se encuentre bien.

— No te mueras, Namjoon. Soporta amigo, por favor, soporta.

Cuando llegó a la enorme casa, habían unas cuantas luces prendidas, entró y tocó la bocina de su motocicleta las veces que fueron necesarias para llamar la atención y no conforme con eso, se bajó de su vehículo y tocó con fuerza la puerta, hasta que salió el anciano mayordomo con una expresión de disgusto y confusión.

— Joven Jungkook. ¿Qué le sucede?
— pregunta el hombre al reconocerlo en inmediato.

— ¡Soon! ¿Jin, dónde está Jin? Por favor, llámelo.

— Enseguida pero tranquilícese, pase...

— ¡No señor Soon, necesito hablar con Jin. ¡Algo pasó con Namjoon!

El hombre abrió los ojos al escuchar el nombre del chico y rápidamente se movilizó escaleras arriba para ir dónde Seokjin pero al escuchar todos los gritos, el mayor de los Kim y Jimin ya habían estado bajando las escaleras.

— ¿Soon qué sucede, por qué tanto alboroto?

— Joven Seok-

— ¡Jin! — interrumpió Jungkook en la entrada de la puerta, sus ojos hinchados y su cabello despeinado, su ropa llena de sangre y sus manos sucias y manchadas también, llenaron de horror a Seokjin que lo miraba con preocupación. — ¡Namjoon, Namjoon está en el hospital, lo golpearon salvajemente fuera del club! — es lo único que pudo decir el chico para luego caer la piso de rodillas y comenzar a llorar desconsoladamente, Jimin intentó procesar la información y lo tomó en brazos al menor del grupo para levantarlo y limpiar su rostro mezclado de sudor y sangre.

El mundo de Seokjin se paralizó en el momento que escuchó aquellas palabras de Jungkook, solo podía escuchar los latidos de su corazón como un tambor ensordecedor en su cabeza, no podía moverse, su cuerpo no reaccionaba a las órdenes de su cerebro. Simplemente una lágrima rodó por su mejilla y no hizo nada más que hablar una corta frase.

— Jungkook, préstame tu motocicleta.

El horror se apoderó de Jimin que intentó inútilmente de tomarlo del brazo para evitar que manejara en ese estado de shock, pero Jin apartó una vez más su mano y salió de aquella casa ante la mirada de todos y encendió la motocicleta y desapació entre los arbustos.

— ¡Señor Soon, préstenos un auto por favor! Necesitamos ir al hospital — suplicaba Jimin y el hombre actuó rápido y llamó a uno de los choferes y enseguida un carro estaba a su disposición. Ambos chicos subieron y el conductor siguió las órdenes para dirigirse rumbo al hospital.

Seokjin solo tenía una cosa en mente, que el amor de su vida pueda sobrevivir, por el estado en el que se encontraba Jungkook y la cantidad de sangre en su ropa, está seguro que no fue solo un rasguño, sus ojos amenazan con soltar lágrimas pero éste los cierra con fuerza para evitar llorar. No puede hacerlo en este momento, solo quiere ver a Namjoon y cerciorarse de que está vivo. Muchas cosas más empiezan a llegar a su mente, si se trató de un robo, si tenía enemigos, o si tan solo fue un error del destino. En cualquier caso, Namjoon no pudo haberse defendido.

Tan solo quiere llegar pronto al hospital, quiere ver a su amado y quisiera que esto tan solo sea una maldita pesadilla. No quiere pensar en nada más, solo quisiera abrazar a Namjoon y hacerle saber que todo estará bien.

Seokjin fue el primero en llegar y minutos después Jungkook y Jimin. El mayor corre a la ventanilla de información para dar el nombre de su chico y la mujer le indica que está en la sala de emergencias. El chico entra en desesperación y comenzó a gritar y a descargar toda la tensión que había estado guardando por tanto y justo a tiempo Jimin pudo sostenerlo antes de que cayera desmayado.

— ¡Ayuda por favor, mi amigo acaba de desmayarse! — pide a gritos el chico y un doctor y una enfermera se acercan a socorrer a Seokjin que yacía en el suelo helado del hospital, lo llevaron en una camilla y el doctor hizo algunas preguntas con respecto al chico.

Jungkook temblaba de frío y más por todo lo que pudieron presenciar sus ojos, Jimin intentaba darle calor y fue rápidamente a comprar dos tazas de café de la máquina expendedora para de alguna manera calmar los nervios.

Los dos chicos se encontraban en la sala de emergencias esperando obtener alguna noticia de su amigo, hasta que pudieron ver entrar por la gran puerta a Yoongi y Hoseok que miraban a todos lados con desesperación, Jimin se levantó de su silla y les hizo una seña con la mano para que sepan que estaban ahí y Hoseok corrió rápidamente para abrazar a Jimin.

— Nos enteramos por el dueño del club y vinimos en cuanto pudimos. ¿No saben nada? — Hoseok habló y Jimin negó con la cabeza y pudo notar la presencia de Jungkook que estaba encogido en su asiento, sucio y lleno de sangre, mirando a un punto fijo en el suelo sin moverse y sin hablar.

— ¿Kookie, estás bien? — preguntó Yoongi al ver la mirada perdida del menor.

— Si... Si yo hubiera llegado a tiempo, Nam no estuviera así. Yo, yo no pude evitarlo... Y-yo...— las palabras salieron entrecortadas de la boca de Jungkook, Yoongi lo abrazó e intentó reconfortarlo.

— Tranquilo, Kook, tú no tienes la culpa de nada. Hiciste lo correcto y en lo que estuvo a tu alcance. No te martirices por favor — Yoongi hablaba y sus palabras eran como bálsamo en las heridas del corazón de Jungkook que soltó unas lágrimas y se aferró a su mayor con fuerza, quién lo acariciaba y lo abrazó de vuelta.

Cuando se tranquilizaron, Hoseok le dió su buzo a Jungkook para que se cambiara de ropa, el chico lo llevó al baño para limpiar su rostro y brazos llenos de sangre seca y tierra y lo peinó un poco con sus manos. Lo miró y acarició su mejilla.

— ¿Sabías que eres un gran amigo?
— preguntó Hoseok con sus ojos vidriosos. Jungkook tan solo abrazó a su amigo y no pudo evitar llorar otra vez.

— Ya pequeño, tranquilo. Namjoon es fuerte. Va a salir de estas.

Salieron del baño y los tres chicos más estaban esperando noticias. Seokjin ya se encontraba con ellos, enhorabuena el desmayo no fue por tanto tiempo y pudieron darle calmantes para que se sintiera mejor. Cuando los cinco chicos se mantenían comentando lo sucedido, uno de los doctores tratantes se acercó a ellos.

— ¿Familiares de Kim Namjoon?

— Somos sus amigos, él no tiene familia aquí. ¿Cómo está?

— Gracias a Dios, está estable, tuvo un traumatismo craneoencefálico, tres costillas rotas y hematomas en el resto del cuerpo. Tendrá que quedarse internado por algún tiempo para ver cómo va evolucionando. Nos preocupa el golpe en su cabeza, aún debemos esperar que baje la hinchazón para realizar los exámenes y estudios necesarios.

— ¿Podemos verlo?

— Lastimosamente aún no, el joven se encuentra inconsciente aún. Estamos seguros que es por causa del trauma pero no tengan miedo, el chico ha sido un luchador. Estoy seguro que despertará pronto. Tuvimos que hacerle transfusión de sangre por toda la que perdió.

— Gracias doctor.

Los chicos se miraban entre sí, sin poder articular palabra alguna. Seokjin miraba sin expresión en su rostro al suelo. Jimin lo observa y le da palabras de aliento, pero el chico solo tiene aquellas palabras del médico taladrando en su mente: Namjoon no despierta.

— ¿Deberíamos llamar a su madre?
— pregunta Jimin con preocupación. Seokjin salió de sus pensamientos y negó con la cabeza.

— No... No podría soportarlo
— respondió Seokjin en un susurro casi inaudible. — Voy un rato afuera.

Los demás chicos se miraron confundidos ante la serenidad de Seokjin pero Jimin en el fondo estaba sumamente preocupado por él, no estaba seguro de lo que sería capaz. Vio alejarse a su amigo por la puerta hasta desaparecer de su vista. Afuera el cielo se tornaba de colores blancos por los relámpagos que le daban la bienvenida a la lluvia que empezó a caer sobre la ciudad. Seokjin tan solo sintió las grandes gotas de lluvia que comenzaron a mojar su cabello, rostro y ropa y solo se quedó ahí, parado y sin hacer nada. Cómo si la esperanza se le hubiera escapado de las manos, en su mente solo podía imaginar lo peor con respecto a Namjoon. Y en el momento que miró a cielo, pidió un deseo con todas sus fuerzas.

— Por favor cielo, si hay alguien allá arriba. Salva a Namjoon. Te lo pido por favor.

Derrotado cayó de rodillas con grandes lágrimas rondando por sus mejillas, confundiéndose con las gotas de lluvia que se llevaban su dolor, quebrado por completo, se sintió como un niño indefenso al que habían abandonado a su suerte, extrañó a su padre y quiso un abrazo de su madre, recordó vagamente cuando se raspaba la rodilla y ella con su voz suave y llena de amor limpiaba la herida con una pequeña gasa para luego poner una cremita que curaba todo.

"La medicina ayuda mucho pero el amor es el mayor ingrediente para sanar. El amor lo cura todo, mi pequeño."

Y entre tanta desdicha tocó el anillo en su dedo anular y las palabras de Namjoon llegaron una a una como si él mismo le estuviera susurrando al oído. Recordó aquella mirada llena de amor y calidez que se llevaba todo miedo, pudo sentir las caricias en su piel blanca, aquel tacto suave y lleno de dulzura y lo supo. Supo en su corazón que todo estaría bien y que a pesar de las situaciones que podría atravesar, siempre iban a lograrlas vencer.

Jin dejó de llorar de un momento a otro, reaccionó antes de empaparse por completo y volvió a entrar al hospital. Los chicos estaban sentados, mirándose entre sí y esperando una respuesta. Hoseok, después de unos minutos salió junto a Yoongi a casa de los Kim para traer ropa extra y luego al departamento de Yoongi y Jimin para buscar un cambio de ropa para los menores.

Fue una noche larga para Seokjin. Apenas estaban unas cuantas luces encendidas a lo largo del pasillo, podían ver a los médicos ir de aquí para allá revisando a otros pacientes. Vieron llegar otras emergencias que los dejaron con la boca abierta pero de un momento a otro, todo se llenó de calma.

Jungkook miraba al suelo moviendo sus piernas en señal de nerviosismo y aunque con la conmoción Jin no había podido hablar con él, se acercó y se sentó a su lado en el momento que Jimin fue al baño.

— Gracias Kook.

El chico levantó la cabeza confundido y apenas lo miró a los ojos, iba a comenzar a llorar, Seokjin con su pulgar secó una lágrima que escapó de sus grandes ojos y le sonrió con ternura.

— Quiero que sepas que Namjoon estará bien. Y también quiero que sepas que eres un hijo maravilloso.

Jungkook rió entre lágrimas para luego abrazar a Seokjin que lo apretó con fuerza y entre los dos se reconfortaban, Jimin llegó y miró la escena con tanto agrado que soltó un sollozo y corrió para unirse al abrazo.

— Los amo mis hijos, papá estará bien.

— Te tomas muy a pecho esto de ser padres, Jinnie.

— Déjame Jimin, si hablas así a tu madre, no heredarás mis videojuegos.

— Perdón mamá, te amo.

Los tres chicos reían a pesar del dolor, olvidando un poco todo lo sucedido y deseando fervientemente en su corazón, obtener una noticia esperanzadora sobre Namjoon.

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