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26

Un par de horas y habían llegado a la casa en la playa.
Namjoon fue el primero en bajar para despertar a todos. Los tres chicos somnolientos abrieron los ojos y se sorprendieron del sitio. La casa se veía muy hogareña a simple vista. Pero al pie del mar. Era preciosa.

Cada uno bajó sus maletas. Todos notaron que Hoseok llevaba una enorme maleta y se rieron.

- Chico prevenido, vale por dos - dijo con una sonrisa divertida.

Seokjin estacionó de manera correcta el vehículo y los demás ya estaban adentro inspeccionando todo el lugar. Era muy amplio. Una cocina mediana con mesón para comer, grandes ventanas que daban iluminación natural, en la parte de afuera había un par de hamacas coloridas.

Lo primero que hizo Jimin fue revisar los dormitorios, la casa era enorme. Tenía cuartos suficientes para todos. Sin decir nada, escogió el dormitorio con mejor vista al mar. Ante la mirada curiosa de Yoongi, quien escogió la habitación siguiente.

Y así, todos escogieron sus habitaciones.

Namjoon entró a la suya, hermosos cuadros decoraban las paredes. La cama era lo suficientemente grande para descansar a gusto. Se lanzó sobre ella y sintió la frescura de las sábanas blancas. Dio un par de vueltas y suspiró profundamente. Estaba feliz. Se quedó un rato más mirando al techo y antes de quedarse dormido, decidió mejor ducharse.

No habían planeado nada en el momento. Yoongi preparó algo para comer para todos. El viaje los agotó de algún modo. Se pusieron de acuerdo en que Seokjin descansara un poco al ser él quien manejó todo el camino antes de ver qué hacer. Jimin y Hoseok comieron y ya limpio y fresco, Namjoon los acompañó después.

El eco de las risas se escuchaba en todo el lugar, la compañía entre ellos era tan reconfortante, parecía que se conocían de toda la vida, Jimin hacia reír al resto del grupo con sus ocurrencias. Seokjin parecía un papá mirando a sus hijos divertirse, mientras comía en silencio. Se lo notaba algo cansado, Namjoon lo miró comprensivo y le sonrió.

- El que cocina no lava los platos - comentó Yoongi, apenas terminó de comer por arte de magia desapareció del lugar para ir a su dormitorio. Los demás se sortearon para ver quién lavaba esta vez y al final Namjoon se ofreció a lavar todo. Hoseok también desapareció y ante la mirada de Jimin que notó que Jin no dejaba de ver con ojos enamorados a Namjoon.

- Hoy será una noche larga - comentó el chico, hablando en doble sentido, por poco Namjoon hace caer el vaso lleno de jabón al escuchar el comentario de su amigo.

Jimin también se dirigió a su dormitorio y Seokjin y Namjoon quedaron en la cocina. El moreno estaba de espaldas mientras terminaba de lavar todo y Seokjin aún con la mirada cansada por el trayecto del viaje lo miraba con ternura.

- Te ves muy bien lavando trastes, Nam.

- ¿Por qué?

Seokjin le sonríe y por dentro gritaba. Namjoon continúa lavando lo último que queda y el mayor lo miraba de pies a cabeza, observó detenidamente todo su cuerpo trabajado y mordió su labio inconscientemente. La vista de la espalda de Namjoon era magnífica para Seokjin, quien no dejaba de mirarlo embobado.

Terminó por fin de limpiar y secar la cocina y despacio Namjoon se dirigió a su departamento. Asomó la cabeza y Seokjin caminó unos cuantos pasos más hasta que fue jalado por el moreno, que lo metió a su dormitorio.

- Ven, la cama es grande. Duerme conmigo.

Seokjin se sonroja al instante y asiente tímido, no entiende por qué se siente esta ocasión un poco diferente. Ya se volvió una costumbre el dormir juntos en los cuartos de la universidad, pero las mariposas en su estómago no se hicieron esperar y comenzaron a revolotear en su interior.

Se acuestan sobre la cama y Namjoon lo ocupa de almohada, aún cuando tiene dos muy grandes y cómodas. A Seokjin no le importa, lo ve con ternura y piensa que es un niño grande que sólo necesita amor.

- Vas a aplastarme, Nam.

- Eso quiero, eres suave y tu olor me gusta.

Seokjin alimenta el amor en su interior. Cualquier cosa que venga de Namjoon le hace derretir el corazón. Lo observa que tiene los ojos cerrados y su respiración es pausada. Todo en el transmite paz, si fuera un lugar, sería el más seguro de todos.

Quiere besarlo, pero no se atreve, sueña todos los días con besar esos labios, adueñarse por completo de él, su corazón empieza a latir con fuerza, pero tan sólo lo observa de cerca y en silencio. Su calor corporal lo envuelve, pese a que la tarde está muy fresca, se siente hirviendo por dentro. Quiere estar así toda la vida.

Han pasado ya varios meses y aún siente que su mirada lo desarma, su sola existencia lo hace volver loco, sus pensamientos se vuelven erróneos cuando Namjoon le habla, su ser empieza a girar en torno a él, le ha bastado todo este tiempo juntos, para saber y conocer sus manías, sus expresiones infantiles a pesar de que es un chico muy maduro para su edad. Sus pasiones y sus miedos.

- ¿Te sientes bien?- preguntó Namjoon con voz ronca. Seokjin puede sentir su aliento al tenerlo a tan sólo centímetros de distancia.

- Ráscame la cabeza, Nam - pide y ve cómo el chico sonríe y comienza a darle suaves caricias en su cabello oscuro. Piensa que es increíble cómo pasó de ser un chico normal, a depender de Namjoon para las pequeñas cosas, se siente de algún modo completo, como si el moreno fuera lo que su corazón y su cuerpo hayan estado esperando por tanto.

Se siente estúpido, sabe que depender de ese modo de alguien puede ser doloroso. Pero prefiere evitar esos pensamientos y se queda dormido.

Pasaron un par de horas y la noche había caído, un cielo precioso en tonos naranja y rojizo se veía a la distancia. El atardecer es una de las cosas más preciosas que pueden existir.

Los chicos se alistan sin saber qué hacer, pero saben que deben aprovechar al máximo cada minuto. Total, están de vacaciones.

- ¿Qué haremos ahora? - Preguntó Jimin.

- Ya se va a hacer de noche, ¿les parece si hoy comemos fuera, bebemos algo y caminamos y mañana comemos aquí en casa? - sugirió Yoongi.

- ¡Perfecto! - todos dijeron a la vez.

Prefirieron dejar el auto y salir caminando. Hoseok tomaba foto de cada lugar que veía. La noche cae por fin y las luces se encienden en el sitio. Era hermoso, luces blancas iluminaban los callejones del pequeño pueblo, se podía escuchar de cerca las olas del mar romper en la orilla. Luego de unos minutos de caminata, mientras observaban las artesanías y recuerdos, entraron a un pequeño bar, en donde pidieron algunas bebidas.

Mientras bebían, también habían realizado un pedido de piqueos, todos comieron y después de un rato Namjoon ya sentía un leve mareo por el alcohol, prefirió dejar de beber, terminaron de comer, pagaron y salieron a caminar por la playa. Se quitaron los zapatos y caminaron descalzos por la arena fría, aquello les dio una sensación de libertad, corrían como niños pequeños por la extensa playa disfrutando del sonido de las olas rompiendo y extendiendo sus brazos para sentir el leve golpe del viento.

Los chicos decidieron hacer carreras, para competir por quienes iban a pagar el bote que habían pensando en alquilar al día siguiente.

Esta vez Hoseok iba sobre Jimin y Seokjin sobre Namjoon, Yoongi iba a ser el jurado calificador. Las reglas eran simples, la pareja que llegaba primero y tocaba a Yoongi, ganaba. Las parejas se miraban divertidas y se pusieron en posición para correr.

- En sus marcas, listos...¡YA! - Grita Yoongi, mientras observa como intentan correr sobre la arena hasta la meta.

Seokjin se aferra fuerte a Namjoon, quien pone todo su esfuerzo en llegar a la meta, pero el alcohol le jugó mal esta vez, no vió al pisar y tropezaron los dos y cayeron sobre la arena, la otra pareja miraba de reojo mientras corría y Jimin estaba retorciéndose de la risa.

Sobre la arena, estaban Namjoon y Seokjin acostados intentando parar de reír, era caso perdido competir, pero se habían divertido mucho al intentarlo.

- ¿Estás bien? - Preguntó Nam, mientras se sentaba sobre la arena.

- ¡Si! fue muy divertido, estoy bien - respondió Seokjin dejar de reírse.

El mayor intenta levantarse, realmente se siente mareado por haber bebido, le extiende su mano a Nam para levantarlo pero su fuerza sumada a la torpeza de Seokjin, hizo que cayera sobre el moreno .

- Wow, me gusta esta posición -soltó mientras sonreía pervertido.

- ¡Namjoon! - gritó el mayor y golpeó su pecho, para luego levantarse de golpe.

Nam pega una estruendosa carcajada y se levanta también, sacudiendo la arena de su ropa.

- Estoy un poco mareado también, es todo - se excusó mientras quitaba algo de arena del cabello de Seokjin.

- Los borrachos y los niños siempre dicen la verdad - comentó, quitando la arena de su trasero y de sus brazos.

Nam sonríe y guiña el ojo, volvieron con los demás mientras ellos se seguían riendo por lo sucedido.


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