Capítulo 9
ADVERTENCIA: Este capítulo contiene temas como abuso sexual, lean bajo su propia responsabilidad.
Llega a su edificio, se para frente al ascensor y no da u n paso más.
Saca su celular al tener una llamada entrante de su secretaria en esa sede.
—¿Señor Kim? ¿Dónde está?
—Enfrente del ascensor.
—Llamaba para informarle que acaba de llegar el último accionista, están esperando.
—Sí, voy —dice dando un suspiro al final—. Por favor, llama a Recursos Humanos para que citen a Jefferson Smith después de la reunión.
—Claro, ¿cuál es la cuestión?
—Van a despedirlo.
—Oh, está bien —cuelga.
Tiene tantos nervios respecto a esta reunión porque no solo están Min y Jung, sino todos los accionistas que claro se verán beneficiados con cualquiera de los dos caminos que tome la empresa, pero a todos les enoja el cambio de planes a último minuto.
Sube al ascensor, una vez en su piso camina hacia la sala de reuniones cuya puerta está abierta de par en par para. Pasa y cierra la puerta luego, ve a Jeff sentado a un extremo, se ve enojado, seguro porque ha estado ignorando sus mensajes y llamadas.
—Ahora sí, estando todos aquí —habla Jeff—, quiero volver a preguntar si todos estamos de acuerdo con el trato.
—Espera —interrumpe Min—. Tengo un par de preguntas.
No eran un par de preguntas, eran muchas y Jefferson las contestó todas. Todo se resume en que después de que recibiera todo el dinero respecto a la compra de la empresa no iba a poder hacer nada al respecto porque esta dejaría de existir al pasar a manos de la empresa de Kim. Esto ya se sabe de antemano para todos los presentes, solo que es difícil que un trabajo de décadas se vaya con tanta facilidad de las manos.
Taehyung los miraba desde un lado, los accionistas parecen cansados, él mismo lo está. Finge toser logrando que Jefferson cerrara la boca.
—Necesito conversar algo con los señores Min y Jung —avisa a todos los presentes.
Todos los demás se miran entre sí sin saber que hacer, hasta que uno se levanta dudando cada segundo, otros lo imitan y empiezan a salir de la sala para dejarlos solos. Sin embargo, uno no se mueve de su asiento, seguro ya saben de cuál personaje despreciable se trata.
—Necesito conversar con ellos a solas —recalca Kim mirando a Jeff quien se muestra indignado, aun así, se levanta y sale de allí cerrando la puerta detrás suya.
Los otros dos se miran entre ellos y a Kim quien se recuesta en su asiento y suspira de alivio.
—No creo que todo esté perdido, aún —dice Tae.
Hoseok ríe irónicamente por lo molesto que le parece la actitud de Taehyung en estos últimos meses, él lo ve como una persona grosera y tan inteligente y metódico como arrogante.
—¿Qué quieres? —contesta Yoongi—, ¿quieres que consiga más accionistas que al final no llegan a nada? Claro que sería lo mejor para ti.
—No lo digo por eso. Lo digo por ustedes, para que conserven su empresa.
Los ojos de los otros dos empresarios se abren de par en par al escucharlo. No les queda más que mirarse entre ellos tratando de encontrar respuestas que solo Taehyung tiene, ambos comparten su confusión respecto a sus nuevas actitudes.
—Pueden quedarse con su empresa, no quiero comprarla, quiero... ayudarlos. Que su empresa vuelva a ser la de antes o incluso mejor. Y, para ser sincero, es más fácil de lo que parece.
—¿Más fácil que el plan de antes? —pregunta Hoseok.
—No, es un poco más complicado que eso, pero nada extravagante.
Taehyung mira a los lados mientras ellos susurran. Decide pararse para salir de la sala y darles tiempo a que conversen hasta que es detenido por ambos y le piden que vuelva a sentarse.
—¿Por qué cambiaste de opinión? Yoongi y yo hemos venido aquí para firmar de una vez el contrato y acabar con todo esto y ahora vienes tú a decir que se te da la de Teresa de Calcuta para salvarnos, no comprendo. Es todo tan de repente.
—No es así. Esa idea la tenía desde un principio, pero no me animaba a proponerlo porque, a pesar de que esta es mi empresa, no parecía así, parecía la empresa de muchos menos mía. Quiero que esto deje de ser la empresa de mi padre y pase a ser mía, con mis ideas. Es algo que estuve pensando y en algún momento me rendí. Sin embargo, pasaron algunas cosas que me hicieron cuestionarme mis acciones de nuevo, y aquí estamos.
—¿No hay segundas intenciones ni habrá golpes por la espalda? —habla Yoongi.
—No, incluso sería mejor que tu abogado haga el contrato —contesta firme.
—¿Y el tuyo?
—Voy a tener una conversación privada con él después.
Min y Jung vuelven a mirarse, uno de ellos sonríe, luego el otro y estallan en carcajadas. Taehyung por supuesto que no entiende lo que está pasando.
—Esto debe ser un chiste... —susurra Min—. Nos has venido arrastrando años, Kim, ¡años!
—Lo sé...
—¿Al menos puedes explicarnos cómo planeas hacer lo que me dices?
No había que pedir más, Tae les planteó sus ideas y luego respondió todas sus preguntas. Hay algunas en las que los tres no están de acuerdo, pero es algo que pueden solucionar una vez el trato sea cerrado. Esa reunión no le tomó importancia a los hombres que estuvieron fuera de la puerta y terminó con un apretón de manos, además con una promesa de contrato que va a demorar en ser redactado en lo que Taehyung se consigue un nuevo abogado para tener todo el marco legal bien cuidado.
Salen de la sala de reuniones, Min y Jung con una gran sonrisa, al final ganaron. Los demás empezaron a preguntar por lo que había pasado a Taehyung quien pide silencio para poder explicárselo mientras Jeff se va a un lado a conversar con Min y Jung.
—Señores, perdón por hacerles perder su tiempo. Todo lo que ha pasado será recapitulado por Min y Jung en un contrato que se les enviará. Ustedes, si no desean firmarlo, no se preocupen, no habrá consecuencias.
Claro que eso no resuelve todas las dudas, aunque sí significa un alivio. Ellos no le preguntan y se empiezan a retirar del lugar, algunos se ven molestos.
Atrás de todos ellos está Jeff muy enojado y seguro piensa ir a visitar la oficina de Taehyung.
—Oh no —susurra Kim. Da media vuelta y camina rápido hacia su oficina.
Entra a su oficina y deja abierta la puerta, nada va a evitar su enojo. Sabe las palabras que le dirá y lo confundido que estará. Jeff ha sido una de las razones por la cual no ha tomado las decisiones que ha querido respecto a su propia empresa, razón ahora también será para que lo despida de una buena vez.
Jeff aparece en la puerta, su rostro está rojo, Tae no sabía que eso es posible fuera de las caricaturas. Toma un respiro al verlo, espera a que pase y agacha la mirada pensando en las palabras adecuadas para botarlo, pero toda su calma se va cuando él dice:
—¿Qué mierda fue-
—Dios... Cállate, no hables, que no salga ni una palabra de tu boca porque una de las cosas que menos soporto son las personas que necesitan insultar para poder tener relevancia en lo que hablan y otra son las personas con apellido de nombre, solo cállate.
¿Cuándo fue la primera vez que vio a Taehyung enojado? Jeff está muy seguro que esta es la primera vez que lo ve de esa manera y le da miedo.
—No te voy a explicar nada —dice Tae decidido y sin darle importancia a su presencia—. Solo anda a Recursos Humanos.
—¿Me vas a despedir? ¿Sin explicación?
—La explicación estará en tu correo en unas horas, no te preocupes por eso. Tengo un problema más importante que arreglar, por favor, vete.
Sin más qué decir o hacer, se va de la oficina, está tan enojado y pasmado por el despido repentino (que bien sabe las distintas razonas por las que pudo haber pasado) que se ha olvidado de decirle la "nueva" información que ha conseguido de Jungkook.
Kim da un nuevo suspiro, toma su maleta y se dispone a salir de su oficina, pero se acuerda que se ha quedado sin abogado y sin asistente, así que vuelve a su mesa, coge el teléfono de su oficina y llama a la secretaria.
—¿Señor Kim?
—Perdón, no sé tu nombre, ¿podrías decírmelo?
—Sophia Piper.
—Perfecto, ahora eres mi asistente. Por favor, necesito un buen abogado, consígueme los mejores currículums y luego mándame los mejores de los mejores según tu criterio.
—S-sí, señor, muchas gracias.
—Luego hablaremos sobre tu paga, gracias.
Mientras Taehyung se dirige a su auto, Jungkook está que ordena todo en la sala para celebrar lo que pasó hoy, claro, esperando a que lo que haya pasado sea bueno y digno de una celebración. Se sienta a escuchar música mientras come algunas fresas.
Estos días ha descubierto que le gusta no hacer nada, es divertido y relajante siempre y cuando tengas todo el dinero del mundo; también se ha dado cuenta que es muy ambicioso. Desde que vio el desfile, su amor hacia el mundo de la moda se ha incrementado, no ha dejado de pensar en ser parte de un equipo grande y talentoso, ser parte de una pasarela o de la línea de una ropa, que sus diseños se modelen. A veces piensa tan vívidamente en eso que siente cosquillas.
Le gusta hacer nada como también le gustaría trabajar en algo que ama.
¿Cómo sería su vida? Le gustaría estudiar diseño de modas, tener un piso donde dormir y suficiente para poder comer bien. Quiere hacer diseños nuevos e innovadores, sentir que aprende algo nuevo cada día, llegar hasta el punto de armar una colección completa que se presentaría en una pasarela en la cual estarían Jimin en primera fila apoyándolo, quizá invite al señor de las alitas. Y Taehyung... oh, Taehyung.
No lo volvería a ver después del domingo, se despedirá de él y espera volver a encontrarlo en algún momento y que entonces siga soltero y que no haya encontrado a alguien que lo haya enamorado, ¿es mucho pedir?
¿Y si continúan viéndose luego de que el contrato llegue a su fin? Sería casi imposible con los viajes constantes de Taehyung y lo adicto que es al trabajo, otro punto en contra es que la economía de Jungkook no va a permitirle viajar cada rato ni mucho menos tener tiempo para una pareja. Aunque, más que tiempo, su mente no se lo iba a permitir, pues aún tiene esa idea de que Taehyung es demasiado para alguien como él.
Se detesta demasiado, debe ser muy difícil amar a alguien que se odia. Sería cuestión de tiempo para que Taehyung se canse de él y sus problemas, que recuerde que lo recogió de la calle y que estuvo con él por una promesa de dinero y verá que él, Jungkook, no vale la pena ni tiempo.
—¿Dónde está? —susurra. Quiere que llegue rápido para dejar de sobrepensar. A nadie le gusta un chico que se inventa problemas.
Pasan tres canciones hasta que Taehyung llega. Jeon se levanta rápido del piso y limpia sus labios, corre a la puerta y lo ve dejar su saco en el gancho. Cuando Kim voltea y lo ve parado ansioso a un lado, le sonríe.
—¡¿Y?! ¡¿Qué tal te fue?! —pregunta Kook entusiasmado.
Tae camina hasta llegar a él y desordena sus cabellos, no quita su sonrisa.
—No pudo ir mejor.
Como si Jeon también hubiera vivido estos años de angustia con él, da un grito de emoción y abraza a Kim, este último ríe y lo abraza igual, pero se calla y muestra la sorpresa en sus ojos cuando Jungkook lo besa.
—Sabes a fresas —dice Kim al separarse, pasa sus brazos alrededor de su cuello y Jungkook sujeta su cintura.
—Vamos a tener que pedir más.
Mientras Taehyung se cambia a ropas más cómodas, Jungkook pide más fresas. Pasan la tarde y parte de la noche tirados en la alfombra comiendo fresas y embriagándose con distintas canciones de fondo. Claro que hubo un momento para el almuerzo, después se emocionaron con los vinos y siguieron pidiendo como si su meta fuera probar cada uno que había en la carta.
—Oh, cierto... —habla Taehyung al otro extremo de la alfombra—. Despedí a Jefferson.
—¡¿Qué?!
Jungkook trata de pararse y fracasa en el intento, pues cae cerca de Tae haciendo que salpique un poco su vino y estalla a carcajadas. Ambos ríen, el castaño deja su copa en la mesa a un lado y se arrastra hasta él, lo abraza y cae con él a la alfombra y empieza a darle besos en su cuello.
—¡Basta! ¡Basta! ¡Me haces cosquillas! —exclama Jeon al sentir sus manos en su cintura.
La habitación se llena de carcajadas y terminan echados mirando al techo al costado del otro. Jungkook empieza a tararear la canción, Taehyung lo sigue, terminan cantando juntos la canción como en un desafío de quien desafina más, ambos ríen cada cierta parte de la canción hasta que esta se cambia por otra.
—Jungkook —lo nombra mirándolo.
—Taehyung —contesta mirando al techo.
—¿Te he dicho lo lindo que te ves hoy?
—Para la sorpresa de ambos, no, ninguno se ha dicho lo lindo que se ve hoy. Eso debería ser una bandera roja, ¿no?
Hablan, cantan y bromean por más tiempo hasta que Jungkook dice:
—Hay que ir a dormir, Jimin vendrá a llevarse unas cosas mañana y tú siempre tienes trabajo.
—Oh cierto...—susurra Tae a la par que Jeon se para y con mucho cuidado camina hacia la habitación—. Te vas el domingo...
Imitando a Jeon, entra a su habitación y se acomoda en la cama, Kook al ser el último en meterse a la cama, apaga la luz. Se acurruca con Taehyung, lo abraza y cierra los ojos cuando lo tiene abrazado.
—¿Estás cómodo? —pregunta Kook mientras lo abraza.
—¿Y si te quedas conmigo?
El pelinegro se queda perplejo, no dice nada por unos segundos, luego titubea.
—¿Cómo?
—Quiero estar contigo, formalmente, en una relación.
Si no fuera por el alcohol, ninguno hubiera caído dormido, pero lo hicieron. Jungkook pensó en sus palabras antes de dormir.
En la mañana del sábado, ahora despierto, también piensa en. Taehyung no está en la cama, se está bañando. Se levanta y se cambia de ropa, se bañará luego de que venga Jimin. No se ven hasta que les traen el desayuno, se sientan al lado del otro y no dicen nada más que el típico "buenos días".
Jungkook trata de no hablar sobre lo de ayer, habla de alguna película, luego de un actor, luego de más actores, pero Tae no presta atención y de pronto dice:
—Quédate conmigo. Podemos ir a cada reunión que tenga juntos, te presentaré con mis conocidos como mi pareja oficial, iremos de viaje juntos. Primero dejarías ese piso que tienes, debemos también conseguirte un chofer y si es necesario un guardaespaldas, también...
Sigue hablando cómo sería su vida "perfecta", Jungkook lo ha dejado de escuchar porque cada cosa que dice lo hace sentir incómodo.
No había imaginado que se refería a eso cuando ayer se lo propuso. Él había pensado en mantener la comunicación, intentar "algo", tratar de meterse en el camino del otro al ser su pareja; sin embargo, en ningún momento pensó en ser el objeto decorativo de Taehyung que, como él mismo está mencionando, tendría todo como si de un muñeco se tratara.
—Suena estupendo, Taehyung —interrumpe con ironía—. ¿También tendría un estilista y todo eso? ¡Oh! ¡Qué emoción! Mi única meta del día sería ser bonito, justo como estos días, ¿no?
Jeon se pregunta si en serio gusta de él o la idea que tiene de él, pues todo lo que le acaba de decir le hace sentir como lo primero.
—No me refería a eso...
—Sería una especie de esposa modelo, qué increíble.
—Ya entendí. No es necesario todo eso.
—¿En serio? Creo que para entender ese cliché de que el dinero no compra todo hay que llegar a ser ridículamente millonario.
Sin querer escuchar a Tae, Kook se toma su café de un sorbo, deja la mesa para dirigirse a la habitación. Se pone otros zapatos y trata de distraer su mente para ignorar a Kim, quien lo sigue mientras se disculpa detrás suyo.
—No me refería a eso.
—¿Entonces a qué te referías? Taehyung, te conté muchas cosas —habla y gira por fin a verlo siguiendo sentado en la cama—. Te conté lo que quiero hacer o lo que me gusta y me dices que si quiero ir contigo por el mundo para que mi mayor meta en el mundo sea hacerte feliz. Prácticamente comprándome con cosas caras.
—No quería que-
Una llamada del teléfono del empresario interrumpe la discusión, Jeon rueda los ojos y, dándole la espalda a Tae, va a ordenar la ropa que le entregará a Jimin en una maleta El castaño se limita a mirarlo moverse y, estresado por el sonido del celular, suspira.
—Tengo que contestar.
—Sí, tienes que hacerlo —contesta aun dándole la espalda.
Ese era otro punto en contra, la explotación que Kim se hace a sí mismo en un trabajo que parece esclavizante.
—Tengo que ir a la oficina a firmar unos papeles para el nuevo abogado —dice una vez cuelga la llamada.
Jeon sigue sin contestar, Taehyung se pone a un costado suyo para ver su expresión, pero él ni lo mira.
—Hablaremos después.
—Se te va a hacer tarde.
No importa si está dramatizando o no, las palabras que dijo antes le hicieron sentir que todo lo que le había tenido la confianza de contar no sirvió de nada.
Cuando Taehyung se va, Jungkook recién se da cuenta que tampoco era necesario actuar así. Otra vez, su mente le juega en contra, en especial en momentos tensos. Nuevas ideas sobre las consecuencias que esto podría traer vienen.
Quizá ha dejado de gustarle a Taehyung, ahora sí es una molestia sin lugar a duda, debió comprender que él ve el mundo así desde siempre. De pronto el aire le falta.
—No otra vez...
¿Acostumbrado sería la palabra? Tampoco es que le dé ataques de pánico todos los días o frecuentemente, solo sabe cómo calmarse o al menos en algunos casos.
Se sienta en el piso y con mucho cuidado, se echa. Mira las decoraciones en el techo, empieza a respirar a conciencia, trata de contar las veces que lo hace, pero no le resulta fácil. En vez de eso, explica las cosas que hay a su alrededor y trata de no tomar importancia lo rápido que late su corazón y lo fuerte que parece cada vibración al punto que lo logra escuchar sin ningún esfuerzo.
Al final de esto, se siente cansado mentalmente y se queda en el suelo. Entonces sigue pensando acerca de Taehyung, imagina una relación con él que claro tendrías muchas ventajas.
Aunque, ¿él en serio soportaría su inestabilidad? ¿Está bien darle ese peso? ¿Está bien que comparta sus ataques, sus miedos e incomodidades con él? Recuerda lo molesto que era para sus antiguas parejas cuando él la pasaba mal y lo contaba, o cuando tenían algún ataque y ellos pensaban que solo estaba exagerando, y ellos se lo dijeron tantas veces que ahora Jungkook muchas veces cree que sí es así.
No quiere que Taehyung tenga que aprender a cómo calmarlo en sus ataques ni que estos sean tan frecuentes que él se canse. Tampoco quiere comparar a Taehyung, pero es inevitable hacerlo. Deja de imaginar los momentos lindos que podría pasar con él y su mente empieza a maquinar escenarios que le dan miedo: uno donde se enoje, donde le grite, donde ya no soporte más su presencia y la idea que tiene de él se destroce haciendo que se desahogue diciendo palabras hirientes y decidiendo terminar con él, imagina una versión de Tae que no quiere ver, donde él se diera cuenta que estas dos semanas fueron mejor que todo una relación con él y que al final no valía la pena como lo pensaba, y Jungkook no podía culpar al respecto, le daría la razón y otra vez quedaría con el corazón roto.
No puede permitirse tener el corazón roto de nuevo, no sabe si lo soportaría, no puede permitirse renunciar a sus propios sueños y metas que tiene por un romance y ser su muñequito.
Los veintisiete no es una edad para tener un drama romántico, ninguna edad lo es, no para él.
Es bueno decirse que uno está hecho para vivir solo y sin nadie a quien amar ni que lo ame románticamente cuando se está enamorado de la soledad, pero cuando uno se dice eso estando enamorado de alguien más y harto de una soledad ruidosa, solo te rompes tú mismo el corazón, Jungkook lo está experimentando.
Ni modo, Taehyung fue un bonito amor.
Baja a la recepción cuando lo llaman diciendo que un tal Jimin Park lo está buscando, le dice a un encargado de allí que lleve la maleta que ha alistado a un lado de la recepción. Cuando sale del ascensor hacia el primer piso, ve a Jimin sentado en un sillón de la recepción. Se ve intimidado y diminuto en ese mundo de viejos y viejas ricas, todos tan elegantes y él con pantalones jeans y un polo negro grande. El rubio se para y corre hacia él con alegría, le da besos en su mejilla.
—¡Te ves increíble! ¡Toda esa ropa! ¡¿Tienes crema puesta?! ¡Solo pasaron dos semanas y tu piel se ve mucho mejor!
—También te extrañé.
—¡Te extrañé tanto!
Van hacia el bar, Jimin pide algo que tiene nombre francés y mira sus alrededores con asombro.
—Vine con la ropa más nueva y limpia que encontré —susurra.
—Afuera tengo una maleta llena de ropa para que te lleves, puedes quedarte con algunas prendas.
—Te amo, cásate conmigo.
Jungkook ríe y recuerda cuando Taehyung hizo una broma similar en la limusina antes de besarse.
—Él también me propuso matrimonio —comenta con una sonrisa.
—¡¿Qué?!
—De broma, tranquilo, solo fue un chiste.
Jimin guarda la compostura y da un suspiro que saca una carcajada de Jungkook, está tan feliz de verlo después de dos semanas estando en el hotel.
—¿Está aquí tu empresario? —pregunta a la par que dejan su trago enfrente suyo.
—No, ha salido a su oficina.
—Oh, quería conocerlo. —Toma un sorbo de su bebida—. ¿Me vas a contar todo lo que te ha pasado o debo sacarte la información con cucharita?
Eso les sacó una sonrisa a ambos. Jungkook le cuenta desde las previas a su primer beso hasta lo que pasó hoy en la mañana, menos los ataques de ansiedad que tuvo. Cada cara que pone Jimin a cada suceso impresionante es digna de grabar, Jeon se ha reído a carcajadas con sus comentarios, pero ahora necesita un consejo, que diga su opinión o algo, lo que sea.
—Es comprensible que te hayas enojado —dice Jimin—. Y él se disculpó, ¿no?
—Varias veces, pero me hizo sentir que otra vez me estaba comprando.
—Pero te sigue gustando. —Jungkook asintió.
—Fue un malentendido, no se supo expresar y su idea fue errónea, porque no me voy a quedar con él.
—¿Ah no?
—¡No! —exclama, algunas personas voltean. Se acomoda en el asiento y carraspea la garganta—. Personas como nosotros tienen las cosas complicadas.
—Sí, que alguien quiera tener una relación formal es muy difícil, pero a ti te ha pasado que un buen hombre quiere estar a tu lado, serías como cenicienta.
—No quiero ser una maldita cenicienta. No soy una princesa de Disney. Soy... Remy, esa rata que cocina... No sé, pero no soy una princesa.
—Pero, ¿en serio te despedirás por completo de él?
—Sí. No lo voy a volver a ver, a no ser que los astros se junten.
—¿Por qué te haces eso?
—Le haré daño, no quiero que sufra conmigo. Además, ya estoy averiguando qué haré después.
Jimin juega con el sorbete en su vaso. Toda la situación le parece tan injusta para Jungkook, quien parece por fin haberse fijado en un chico con futuro y trabajo, pero ahora lo va a dejar todo por sus inseguridades.
—Aún no se lo has dicho, por lo que veo —dice Jimin—. Porque él aún cree que hay una posibilidad de que sigan una relación.
—Sí, se lo trataré de decir hoy o mañana.
—¿Qué le dirás? Al final estás decidiendo por los dos, quizá pueden llegar a un acuerdo para que ambos estén felices.
—No habrá ningún acuerdo, solo cortaremos la relación de una y ya, si nos volvemos a ver en un futuro, pues bien. Si no es así, no voy a forzar nada, las cosas deben pasar así.
—¿No serás tú el que está reflejando sus inseguridades en todo esto?
—Y esa es una razón más para cortar lo que sea que tengamos, mis inseguridades siempre serán un peso grande para mí, compartirlo con él solo lo haría más grande e irritante.
Después Jungkook cambia de tema, no quiere darle más vueltas... Mejor no hubiera pedido su opinión, a pesar de que unos minutos antes sí quería hablar del tema, ahora no quiere mencionar ni una sola palabra al respecto. Ni siquiera sabe qué le dirá a Taehyung después, o qué le dirá él respecto al problema que tuvieron en la mañana.
Alrededor de la una de la tarde Jimin decide irse. Jungkook lo acompaña hasta la entrada donde el chofer los espera.
—Carl, ¿podrías llevarlo a casa, por favor? —pregunta Jeon, Carl asiente amable. Gira hacia Jimin—. Dile la dirección donde quieres ir, cuídate.
El chofer pide su maleta y la guarda con cuidado, abre la puerta hacia Jimin quien mira a Jungkook con una mueca graciosa de asombro.
—Te amo —dice Jimin hacia Jungkook y este ríe.
—Sí, lo sé.
—Te veo el domingo.
Se dan un abrazo de despedida y Jungkook se queda afuera hasta que el auto desaparece en la esquina. Lo siguiente en la lista es sobrepensar todo hasta que venga Taehyung, aunque puede modificar el sobrepensamiento para que se trate de una meditación sana, es decir, pensar bien en lo que podría decirle o antes que eso, debería pensar bien en lo que quiere.
Por supuesto que le encantaría no cortar toda comunicación con Taehyung, podría hablar con él por llamada o por chat, podrían hacer videollamadas, esas cosas necesitan un nivel de compromiso. ¿Cuál es el problema? Jeon sí estaría dispuesto a comprometerse a no dejar la comunicación. ¿Entonces? El problema es que tiene miedo.
Imagina todas las cosas que Taehyung podría encontrar en él que lo molesten. Por ejemplo, hay días en los que no quiere hablar con nadie ni ver su celular por días, ni siquiera quiere avisar a las personas que ahora no es un buen momento o que por favor no le hablen, ¿Tae tendría que comprender eso? Tan solo pensarlo le incomoda.
No se ve como alguien merecedor de una relación, menos con alguien como Taehyung. ¿Es merecedor de su tiempo? Aparte, se enoja rápido, como en la mañana donde el castaño estaba pidiendo disculpas y quería hablar al respecto, pero decidió ignorarlo. No puede ser pareja de Kim porque no es perfecto, no es un buen novio, no es lo que Kim quiere, o lo que cree que él quiere.
¿Qué hay de sí mismo? Jungkook sí quiere a Taehyung, sí quiere intentarlo. No importa, él mismo no se lo va a permitir. No lo entiende aún, pero se está saboteando a sí mismo.
La puerta empieza a ser golpeada, Kook se espanta por los ruidos y se apresura a abrir la puerta la cual es empujada al instante. Jeff entra sin preguntar y el pelinegro no puede estar más confundido.
—¿Dónde está Taehyung? —pregunta mientras avanza hasta la sala y se detiene al ver que no hay nadie en el escritorio.
Detrás de él está Jeon confundido por el número que está armando.
—¿Qué haces acá? Pensé que te había despedido.
Ese hecho se siente pésimo, Jeff lo siente aún peor cuando sale de la boca de Jungkook. Lo encara sin esconder su enojo, lo mira como si se tratara de alguien inferior y de alguien patético, aunque eso es lo que significa Jungkook para él.
—Sí, lo ha hecho, me pregunto a quién se debe.
—Quizá por ti mismo. Pero si te hace sentir mejor echarle la culpa a los demás, está bien.
En medio de sus palabras, Jefferson se ríe, Jeon frunce el ceño confundido.
—Te crees la gran cosa, ¿no? Kim te ha hecho creer eso. Las cosas van a cambiar, le voy a decir tu secreto. Te he investigado y ya sé lo que le escondes —habla con cada palabra cargada de ira, enojo y rencor; pues tiene al "creador de todos sus males" frente suyo.
—No entiendo.
—Claro... —susurra, mete su mano a su bolsillo y saca un par de papeles doblados—. Tu dirección señala un lugar no tan lindo ni seguro y según testigos, solo eres una puta. —Jungkook se queda paralizado en su lado—. No sé qué mentiras le habrás dicho a Taehyung, pero estoy seguro que no sabe nada de esto. Hay que esperar para ver su reacción. ¿Qué crees que hará cuando se entere que solo eres una puta? ¿Crees que seguirá teniendo la idea que tiene de ti?
—No.... Taehyung sí-
—No lo sabe, te estás aprovechando de él, lo vas a usar para sacarle dinero. Solo quieres su dinero y luego irte. ¿Para qué quieres el dinero? ¿Drogas?
No tiene miedo de él, Jungkook no le teme, ¿quién le puede temer a alguien así? Jeff le causa ira, le causa enojo, está harto de todas las cosas que está diciendo porque solo está suponiendo cosas, no sabe lo que ha sucedido en realidad, le enoja que hable con tanta seguridad.
—¡Habla! —exclama Jefferson.
—No sé qué quieres que diga, Jeff. A ti no debo decirte nada, no debo aclararte nada.
—Tienes razón, pero debes aclararlas a Taehyung —dice acercándose un poco, Jungkook ni se inmuta—. Has arruinado mi vida, me he quedado sin trabajo, ahora irás por Taehyung.
—¿Qué dices? —responde con una risa sarcástica.
—¡Sabías que te iba a descubrir y por eso querías deshacerte de mí!
—No he pensado en tu presencia más que para decirle a Taehyung que-
—A eso me refiero, solo Dios sabe lo que le habrás dicho a Taehyung sobre mí. ¿Quieres arruinarle la vida? ¿También quieres arruinar su trabajo? Como este trato que lleva haciendo por años, ¿quieres echar todo a perder? Porque al parecer es todo lo que haces. Te pagan y haces sentir bien un rato mientras que los destrozas a la vez.
Cuando uno habla sin fundamentos y repite lo mismo en cada oración, no ocasiona ninguna otra emoción más que estrés. Jungkook rueda los ojos y camina hacia el sofá ignorando a Jeff.
—Solo vete, ya ni sentido tiene lo que dices.
—No, no me voy a ir. Le voy a decir la verdad a Taehyung.
—Él lo sabe.
—¡No! ¡Es imposible que la sepa! —exclama volteando hacia él y tomando su muñeca—. Él no se fijaría en alguien como tú, él nunca hubiera volteado a ver a un a puta más que para reírse. Él nunca se hubiera fijado en una puta de mierda con un cuerpo y una cara tan mediocre y una actitud y personalidad miserable como la tuya. ¿Creías que podía tener algún interés en ti? Seguro lo tiene porque eres medianamente atrayente, porque bien sabes hacer eso, provocar, tú no-
Sus palabras se volvieron más filosas a la par que gritaba más, razón suficiente para que Jungkook lo golpeara en la cara haciendo que por fin se callara. Ambos se hunden en un silencio formidable que dura unos segundos. Jefferson lo ve con una sonrisa mientras acaricia el lugar afectado, por fin suelta la muñeca de Jeon.
Jefferson piensa en decir algo, prefiere mantenerse callado y niega con una sonrisa.
—Idiota —susurra Jeff.
La mano del mayor va hacia Jeon, quien logra esquivarlo. Jeff no se detiene hasta que hace que se tropiece con la alfombra y ambos caen al piso. Le proporciona golpes, algunos que Jungkook puede evitar y otros que no, se pone encima de él mientras Kook quiere alejarlo de todas las maneras posibles y grita porque lo suelte de una vez.
Cuando Kook está cerca de sacárselo de encima, Jeff toma sus pantalones y hace el ademán de querer quitárselos.
—No, no, no —dice Jungkook mientras trata de alejar sus manos de su cuerpo.
—¿Por qué tienes miedo si eso es lo que siempre haces? Solo haré lo que Taehyung estuvo haciendo contigo todos estos días, ¿no estás acostumbrado a esto?
Logra su cometido, tiene a Jungkook vulnerable, llorando, pidiendo ayuda y dejando de pelear como antes, está más concentrado rogándole porque lo deje en paz y que se irá de inmediato si lo hace. Le da un par de golpes en la cara para que se calle, pero Kook no para de moverse, vuelve a luchar para que deje de tocarlo y para evitar que le saque alguna prenda. Se vuelve más difícil cuando Jeff toma sus muñecas y trata de inmovilizarlo.
Un mal movimiento del mayor le da ventaja a Kook para tomarlo desprevenido y darle un golpe en la cara y cuando está listo para darle otro, Jeff lo golpea y lo lleva debajo suyo otra vez.
Ambos forcejean unos segundos más hasta que alguien agarra a Jeff por detrás y lo saca encima suyo. Ni bien Jungkook puede moverse por completo, corre al baño. No le interesa quién más está en el cuarto, corrió cuanto pudo y una vez en el baño se encierra allí.
—¡¿Qué crees que haces?! —grita Taehyung una vez que para a Jeff a su altura.
—¡Taehyung! ¡No sabes la verdad! ¡Él es un-! —se calla cuando Taehyung lo bota contra una pared.
Jeff sigue hablando y pide que lo escuche. Tae toma el teléfono del cuarto y pide que la policía suba para llevárselo.
—¡Escúchame! ¡Jungkook no es quién crees! ¡Es una puta!
La mano de Kim va a su cuello y lo estampa contra la pared.
—Y tú debes tener todo el derecho de juzgar a las personas después de lo que estabas haciendo, ¿verdad? —dice cerca suyo—. No quiero volver a verte en mi vida y sé que lo harás si sabes lo que te conviene. —Jefferson trata de hablar—. Sé que tienes buenos amigos dentro del Juzgado, siempre te sales con la tuya con estos temas, pero si te vuelves a acercar a alguno de los dos de nuevo te juro que no tendrás ni un día de paz.
Lo suelta con desprecio y Jeff se detiene un rato para respirar bien. Segundos después viene la policía y lo toma de los brazos para llevárselo.
—Se te hará difícil conseguir trabajo, Jeff.
Manchar su imagen dentro del rubro será algo que hará después. Ahora busca a Jungkook por todo el piso, hasta que ve la puerta del baño cerrada.
Menos mal no tenía puesto el seguro. Entra allí y lo ve apartado sentado en el piso con el cuerpo temblando y rascando su mano que a este punto ya está roja. Se agacha, lo ayuda a pararse, lo lleva al sofá donde toma sus manos para separarlas de la otra y evitar que se siga haciendo daño.
—No puedo respirar... El aire... —susurra Jungkook sin mirarlo.
Sus manos se sueltan de las de Taehyung y van a su cabeza para empezar a jalar sus cabellos y hundir sus uñas allí, se encoge y va hacia al piso. Kim lo pone de espaldas y pone sus brazos pegados a su torso abrazándolo con fuerza para que sus manos no vayan a ningún lado.
—Respira conmigo —susurra Tae cerca de su oído—. Vamos, respira conmigo.
Jungkook asiente y hace lo posible en seguirlo. Tae cuenta por él tras cada respiración que hace. Así, Jeon deja salir la adrenalina y la ansiedad poco a poco. A la par, el castaño baja la fuerza con que lo abraza hasta que sus manos dejan de ser una amenaza.
Cuando todo parece acabar y Jungkook puede respirar con normalidad, se recuesta en el torso de Taehyung y empieza a llorar.
Le toma minutos entender todo lo que acaba de pasar, tantas cosas en un lapso de diez minutos, quizá un poco más. Tan solo diez minutos o un poco más tomó arruinar el día y cambiar todas sus emociones. Está asustado, su cuerpo a pesar de sentirse mejor que antes, sigue en alerta a la par que trata de relajarse, una guerra de polos opuestos que genera que tiemble. Su cabeza duele y que siga llorando no ayuda mucho.
Está bien llorar, es un mecanismo de defensa, solo que se ha cansado de hacerlo. Le gustaría dejar de tener razones para hacerlo, que el dolor se suprima y nunca más vuelva.
—Lo siento, lo siento... —susurra Taehyung mientras lo abraza y llora con él—. Lo siento mucho, Jungkook, perdóname.
¿Por qué se disculpa? ¿Por qué está llorando con él? Taehyung debe ser feliz, no debe estar triste como él, ¿acaso eso es lo que causa su presencia? ¿Ahora él también va a sentir el dolor que él siente y tener los pensamientos que él tiene? ¿Cómo le podía hacer eso a alguien quien quiere?
—No es tu culpa, ¿cómo ibas a saber que Jefferson iba a venir? —dice entre lágrimas. Voltea hacia él y pone sus manos en sus mejillas limpiando sus lágrimas.
Tae alza su mirada y sujeta sus manos, las aparta con cuidado, pone las suyas en las mejillas de Jungkook que están rojas por los golpes que recibió, limpia sus lágrimas y él se queja un poco por el dolor.
—Quédate aquí, tengo una crema para eso.
Taehyung se para y deja a Jungkook en la alfombra, pero este lo sigue hasta la habitación y se sienta en la cama detrás de él esperando a que termine de buscar entre sus cosas. Kim se asusta al verlo sentado, ambos ríen, se sienta a un costado del pelinegro y mira sus mejillas, pone un poco de crema en su dedo y lo aplica en ambas partes de su cara.
—Estaba planeando salir a algún lado a almorzar, pero con esto...
—Estoy cansado —dice Jungkook—. Y tengo hambre.
—Yo también.
Termina de ponerle crema en la cara, aplica más en el dorso de sus manos. Jungkook no se había dado cuenta hasta ahora que se había arañado las manos, no lo había hecho conscientemente. Al menos ya tiene la respuesta al ardor de su piel en ese lugar. Mira a Kim quien está concentrado en el rojo de su piel, no hay que ser un genio para ver que está preocupado, triste y más emociones malas que Jeon no quería hacerle sentir.
—No quiero esto para ti, Taehyung.
—¿Qué cosa? —pregunta alzando su mirada a sus ojos. Jungkook está viendo sus manos.
—Esto.
—No te estoy entendiendo.
Termina de poner crema a las manos de Kook y él sujeta las de Kim quien pone toda su atención en él, en sus acciones, en sus ojos y lo que sea que vaya a decir.
—Tú y yo no podemos estar juntos.
—¿Por qué? —pregunta con calma y buscando su mirada. Kook lo mira y no aparta sus ojos de él.
—Nuestros mundos son muy diferentes, no voy a pedirte que detengas el ritmo de tu vida por mí ni mucho menos que cambies por mí. No quiero que sea yo siempre el vulnerable y a quien tengas que venir a salvar.
—Pero no es así.
—Sí es así. No quiero que tú también tengas que sufrir cuando me den ataques de pánico o de ansiedad o que me tengas que soportar en mis días malos. Te quiero y no te haré eso, tú mereces a una persona que esté sana y tenga una vida construída. Yo tengo tu edad y recién voy a empezar a remendar mis heridas si es que no me hago más en el camino.
—Pero me quieres.
—Sí, te quiero, y porque te quiero sé que no es ventajoso estar con alguien como yo.
—¿Y qué pasará contigo?
Jungkook sonríe con ternura, una mano sigue sujetando la de Kim y otra va a sus cabellos.
—No te lo diré porque me buscarás, ¿verdad? —Kim asiente—. Te quiero, pero no te voy a permitir tenerme ni que yo te tenga, ¿está bien?
Ninguno planeó que el sábado fuera así. Jungkook mira a Taehyung quien no oculta su tristeza por sus palabras y también nota que no respondió porque claro que no está bien.
Las cosas que Taehyung quiere decir son muchas, quiere hacerle entender tantas cosas; sin embargo, por primera vez no siente tener las palabras adecuadas. No está bien nada de lo que ha dicho, no se trata de lo que uno es merecedor, no se trata de eso cuando se habla de personas.
—¿Puedes besarme? —pregunta Kook. Taehyung asiente, se acerca un poco a él y se queda ahí por unos segundos.
No se acerca primero porque quiere ver sus ojos, grandes y brillantes, están esperando a que junte sus labios con los suyos. Le da un pequeño beso y se separa, luego lo vuelve a besar por más tiempo y ambos terminan echados en la cama abrazados.
—Hay que dormir un rato, luego vemos qué vamos a almorzar —propone Tae. Kook asiente y se acurruca con él para poder dormir.
No obstante, las palabras que Taehyung quiere decir siguen presentes y no puede dormir junto a Jungkook, se queda despierto a su lado mientras acaricia sus cabellos.
...
El domingo es más tenso, Jungkook despierta primero y va a fumar al balcón, Taehyung no despierta hasta una hora después cuando el desayuno ya ha sido traído. Camina hasta el sofá donde está sentado Kook y lo abraza hasta acostarlo en el sofá.
—Taehyung, tengo hambre.
—Buenos días.
—Buenos días.
Vuelven a sentarse, Taehyung no deja de mirarlo.
—¿Qué? —dice Kook riendo.
—Te voy a extrañar.
—Yo también.
Para distraerse deciden salir. Caminan por la ciudad, visitan algunos lugares, comen afuera y no regresan hasta que son las cinco de la tarde. Mientras Taehyung está hablando con su nueva asistente, Jungkook llama a un botones que para que lo ayude con bajar su maleta más grande, él mismo bajaría la de mano. Quien viene a ayudar, irónicamente, es el botones que siempre está en el ascensor.
—Aw, a ti también te voy a extrañar —comenta Jungkook al verlo en la puerta, el joven se sonroja y asiente con una sonrisa tímida—. ¿Podrías llevar esto abajo, por favor? —El botones asiente, carga la maleta y desaparece tras la puerta.
Jungkook camina hacia Taehyung, quien al verlo se acerca a la par que cuelga la llamada una vez que se despide.
—¿Ya te vas a ir? —pregunta Kim. Kook asiente.
Entonces, Tae saca su chequera y le extiende un papel donde ya tenía escrito todo el monto que le debe. Kook duda un momento en tomarlo, pero lo hace, agradece, se dirige hacia la maleta de mano que tiene y lo guarda allí, Kim lo espera en la puerta.
Ambos se quedan parados frente al otro sin saber qué más decir respecto al otro, solo se miran con una sonrisa triste.
—Tu número —dice Taehyung. Saca su celular y le enseña todo el proceso donde borra su número (incluso de la papelera).
Jeon hace lo mismo, claro que a Kim le hubiera gustado que lo mantenga.
—Quizá nos volvamos a encontrar —dice Jungkook—. Eso espero. —Kim asiente.
Kook suspira, aprieta sus manos y se lanza a abrazarlo, Tae se apresura en aceptar el abrazo y deja un beso en su cuello. Al separarse, es Jungkook quien lo besa y lo lleva a la pared, Kim deja que lo haga y lo abraza para que no se vaya.
Se abrazan unos segundos más y cuando Jeon se va a separar, Tae lo vuelve a abrazar con más fuerza.
—No te vayas —susurra con la voz quebrada.
Se alejan del otro, Tae se queda apoyado en la pared y lo mira triste desde allí, se pueden ver algunas lágrimas que hacen sus ojos brillar. El pelinegro niega, abre la puerta y dice:
—Adiós.
Ya no puede aguantar más, apresura a cerrar la puerta para poder soltar sus emociones estancadas en un nudo en su garganta al recordar el rostro de Taehyung hace unos segundos. Una mano sujeta la puerta y él voltea, se encuentra con los ojos del castaño.
—No, quédate un día más, Jungkook, solo un día.
También quiere un día más, quiere dos semanas más, dos meses más, también quiere quedarse; sin embargo, algo no se siente bien consigo mismo si acepta eso. Por eso, se niega a la propuesta.
—Fue increíble conocerte, Taehyung.
La puerta se cerró y el empresario, por primera vez desde que llegó aquí, se encuentra solo en la gran habitación.
Jungkook sube al ascensor, encuentra un botones diferente dentro. Da un largo suspiro, mira al techo y reprime todas sus emociones, hace caso omiso a las lágrimas que caen de sus ojos.
Camina en el vestíbulo buscando a Namjoon para despedirse de él, lo encuentra a un lado conversando con otros señores de los cuales él se despide enseguida no bien lo ve.
—¿Te vas ya? ¿Tan pronto?
—Sí, el trato terminó.
Nam asiente con una tierna sonrisa, pone su mano en uno de sus hombros y da un par de palmadas.
—Que te vaya bien, Jungkook.
—Igualmente, suerte en su vida de casado.
—Oh... ¿No va a ir a mi boda?
—No lo creo, pero le doy por adelantado mis felicitaciones. A usted y a Jin.
El mayor vuelve a asentir, llama a Carl y este se acerca saludando a ambos por igual.
—Lleva a Jungkook a su casa.
Así, Jungkook deja el hotel para volver a su piso después de dos semanas. Se despide de Carl una vez este le ayuda con su maleta y le agradeció, el chofer también se despide de él con toda la amabilidad del mundo.
Sube las escaleras con las dos maletas, toca la puerta y ahí aparece Jimin quien lo recibe feliz, le da un abrazo y lo deja pasar al cuarto el cual se ve mucho más ordenado que antes.
Mientras Jimin ve la ropa, Jungkook se fue a la estación a comprar un boleto de bus para Nueva York para mañana en la tarde, pues todos los boletos de la mañana ya se habían agotado. Claro, antes había investigado las posibilidades de trabajo allí. Además, con ayuda de algunas de las personas que conoce allí ha podido tener una visión más amplia del contexto de la ciudad y los distintos precios que tienen los alquileres más baratos allí. También fue al banco para cobrar el cheque.
Al llegar a su piso, empieza a empacar nuevamente para su viaje de mañana.
—No puedo creer que en serio te vas a ir —dice Jimin echado a su costado.
—Ni yo.
—Es como un golpe de suerte.
—Lo es...
—¿Tienes su número?
—Eliminamos nuestros números frente al otro.
Mientras ellos conversan de lo que pasó en las dos semanas evitando que el cuarto se hunda en la tristeza, Tae está en el cuarto de hotel con sus manos en la joya que había alquilado para Kook y que debe devolver al día siguiente antes de su vuelo a Washington.
Los dos se durmieron pensando en el otro, en lo que estarían haciendo y en lo que harían de ahora en adelante. ¿Qué se supone que se debe hacer después de haber vivido algo así por tan solo dos semanas?
Este es el último capítulo, pero falta el "Epílogo", gracias por darle mucho amor a esta historia que en un principio no iba a ningún lado y por esperar la actualización <3.
Sus reacciones o comentarios sobre el capítulo, o pensamientos sobre la historia lo pueden dejar en mi tellonym (el link está en mi perfil), nos vemos ¡!.
Perdón por la demora, les tqm, muak.
Angel.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro