- ¡TRÁIGANME A BELLATOR!- Grito Leonel con la cabeza baja por primera vez, pero cuando los hombres se acercaron a mi no pude evitar darle un puño a uno en la cara y al otro una patada en las bolas para luego salir corriendo; pero aunque mi esfuerzo fue bueno de nada sirvió pues aun así me agarraron. 

-¡ LEONEL NO HAGAS ESTO!- Grite mientras me arrastraban 2 hombres con el asiático al frente y Leonel ni siquiera tuvo el coraje de mirarme. De ver como me llevaban al matadero por su culpa.

Los 2 hombres me llevaron a un cuarto mientras el asiático se quedaba afuera, me pusieron unas esposas en las manos amarradas a la cama y aun que pataleara y gritara no lograría nada.

El asiático entró al cuarto  y al cerrar  la puerta se quitó la camisa el pantalón y el calzoncillo dejando al aire a su amigo.

-No por favor- Suplique antes de que el se lanzara a besar mi cuello haciendo camino a mis pezones.

-Vamos amor se que quieres, mira como me la pones- Dijo mientras  frotaba su pene alrededor de mi vulva. Y aunque quería ser fuerte no podía evitar llorar, iba hacer violada de nuevo, nunca saldría de aquí, moriría aquí y nunca conseguiría justica; para las demás ni para mi, no era un guerrera era un desastre.

El asiático no le importo mi debate en la cabeza, ni la lucha de mi cuerpo contra el de el; simplemente aprovecho mi llanto para de uno metermelo provocándome gritar: POR FAVOR NO, AUXILIO, pero aun con mis altos gritos y llantos desgarradores nadie vendría por mi, nadie me salvaría los que están aquí son igual de malos que el que ahora me esta penetrando. 

- ¡ Eso es nena grita por ayuda, súplica!- Dijo él divertido de mi papel, pero para mi no era divertido era espantoso, era mi peor pesadilla hecha realidad así que tomé todas mis fuerzas eche la cabeza atrás y le di con mi frente a su nariz, hice que se levantara de la cama alejándose de mí.

-¡ MALDITA PUTA, ME ROMPISTE LA NARIZ!- Gritó furioso con horror tocando la nariz ensangrentada. Se vistió rápido y salió del cuarto echando gritos y maldiciones.

Tras unos minutos de la exitosa escapada del asiático entró Leonel al cuarto, pero este en vez de gritarme o decirme algo solo me estaba mirando ahí, esposada a la cama mientras yo intentaba taparme un chin cerrando lo más que podía las piernas, pero aun así me sentía expuesta.

-¿Qué me vas a violar tu también?- Hable furiosa rompiendo la tensión gigante de la habitación, o mejor dicho aumentando esa tensión.

- Le rompiste la nariz- Contestó con cierta sonrisa mientras caminaba hacia a mi. El toco mi mejilla, la acarició de tal manera que parecía ser un ángel y luego acerco su cara a centímetros de mi- Cualquiera en su sano juicio se habría vuelto loco por ti, lamento no caer en la descripción- Dijo para terminar alejándose de mí saliendo por la puerta, dejándome sola.