Leonel casi me llevaba  arrastras por las viejas escaleras del sótano y es que me daba miedo romper una y caerme. Yo tal vez no me veía gorda, pero estaba 100% segura de que pesaba. Además no quería ir a donde sea que el quisiera llevarme.

Al salir del oscuro sótano vi que estábamos en una casa en plena sala; todo decorado de blanco y plata todo muy lindo y caro, ocultando el horrible sótano. De verdad que las apariencias engañan.

-Muévete- Dijo con desesperación Leonel jalando las cadenas de mis manos.

El me llevo fuera de la casa; creía que me mataría, pero entonces no tendría sentido lo que me hizo Asmodeus hace poco. 

-¿A dónde vamos?

-¿Te dije que hablaras?- Respondió con alterania y superioridad, decidí no volver a contestar y solo continuar. 

El me llevo a un granero situado al lado de la hermosa casa rica y aunque quería correr, escapar no lo lograría. El solo tenia que sacar el arma de su cintura para frustrar mi escape; Además aun sin arma tengo todas las de perder; Estoy encadenada de los pies si corro me caeré de cara y si no me caigo el es más alto y fuerte no durare mucho. Salí de mi intento de huida y vi como Leonel abría el piso falso del granero dejándome ver otra escalera.

- Tu primero- Dijo mirándome serio

Baje a paso lento y con cuidado para no caerme y al llegar abajo solo seguía preguntándome ¿Qué es esto?.

-Camina- Volvió a jalar mi cadena. Caminaba a paso torpe y lento; pues aquel pasillo de pocas luces en el que nos encontrábamos me era tenebroso y también las cadenas no me dejaban caminar bien. A medida que avanzabamos veía más y más puertas, todas con un letrero arriba. 0, Bailarinas, Modelos, A domicilio, Esclava y p.

Cuando llegamos a la P Leonel se detuvo abruptamente, al parecer habíamos llegado a mi ¨nuevo hogar¨, pero  ¿el hogar de quien eran las demás puertas?.