First Meeting
Rin siempre recordaría la primera vez que conoció a la torpe Miku.
Fue una tarde en la que un balón de fútbol llegó rodando a su pies, como si tuviera vida propia. Ella se volteó curiosa y observó como una chica, con cabello largo y mejillas enrojecidas, corría a toda velocidad hacia ella. Ni siquiera se molestó por recoger el balón, solo siguió sus movimientos con la mirada hasta que la chica le habló con voz temblorosa.
"Disculpa, me llamo Miku"
Y se alejó.
Esta chica no llamó especialmente su atención en ese momento, pero para Rin fue imposible ignorar las constantes miradas que le dirigía. Era obvio que por lo menos Miku estaba interesada en ella.
Nunca supo si realmente lo estaba desde antes o si fue ese día y por ese balón que Miku la "descubrió". Lo que Rin sí sabía es que no le interesaba en absoluto saberlo. Aunque no podía negar que las constantes miradas que nunca iban acompañadas de un coqueteo, o por lo menos un saludo, la hacían sentir nerviosa constantemente.
Miku solo la observaba. Mucho.
Habría pasado quizá un año desde ese momento y Miku siempre era igual. A veces se distraía de sus prácticas para mirar a Rin mientras esta practicaba las coreografías del día. Ella siempre trató de que esas miradas no la distrajeran, pero Miku tampoco trataba de disimularlo y sus compañeras se aseguraban de recordarle que "la capitana linda del equipo de fútbol te está viendo". Cuando ella se frustraba y volteaba a ver en su dirección, Miku sólo apartaba la mirada y fingía que no la había visto.
"Si tan solo no fuera tan torpe y tratara de hablarme" pensaba Rin. No sabía si para rechazarla o pedirle que dejara de verla, pero le frustaba el hecho de que la otra chica nunca diera el siguiente paso, si es que realmente había uno.
~.~
Rin se encontraba de pie tomándose su cerveza cuando sintió un cuerpo chocar con ella, cuando se giró, vio a nada más y nada menos que la chica torpe que la mira sin disimular. Ella tenía las mejillas enrojecidas, más que cuando jugaba fútbol, y por el vaso que tenía en la mano, podía asegurar que era culpa del alcohol.
Miku no pareció notar que había chocado con Rin hasta que levantó la mirada y casi dejó caer su vaso por la impresión. Ella estaba preciosa, con un vestido negro ceñido al cuerpo y un moño con algunos cabellos sueltos que le daban una apariencia más natural. Ahí fue cuando se dio cuenta de que realmente nunca la había visto con algo que no fuese su uniforme de porrista, el cual era ya lo suficientemente seductor.
—Ya puedes dejar de babear —dijo Rin con tono burlesco, lo que hizo que Miku casi saltara de la sorpresa.
En lugar de responder algo coherente, solo cubrió su rostro con la mano que tenía libre, mientras la otra temblaba un poco.
Rin tenía que admitirlo, era bastante linda, aunque claro, ella no era la única que lo pensaba.
—Por Dios, lo siento. Es que te ves tan linda que me que me quedé boquiabierta.
Bien, probablemente se había sonrojado ante el cumplido que la chica torpe le estaba haciendo, pero no lo admitirá jamás, ya que ni ella misma parecía haberse percatado de ello.
Miku bajó la mano con timidez, mostrando una mirada tan avergonzada que Rin incluso se sintió mal por haberla molestado.
—Lo siento, lo siento mucho... te dejaré disfrutar la fiesta. Nos vemos.
Rin podría haber dejado que la chica se fuera y no volver a pensar en ella el resto de la noche, pero por alguna razón se encontró deteniéndola.
—Hey, no te preocupes. Realmente me he quedado sola. Gumi se fue por ahí con algún chico y no tengo con quien más hablar.
—Entiendo, espero puedas encontrar a alguien pronto.
Rin se lo pensó dos veces antes de hablar. Miku era o demasiado tonta o demasiado ingenua. Probablemente ambas.
—Te estoy diciendo que te quedes conmigo —dijo casi avergonzándose de sus palabras. Ella no es de las que le piden a los demás su compañía, usualmente la solicitada es ella.
—Pero dijiste que... —algo en Miku pareció hacer click, porque al instante su expresión cambió de desanimada a una más contenta. Rin realmente estaba sintiendo ternura en ese momento. Ella era tan transparente que incluso podía escuchar el "ella quiere estar conmigo" cruzando por su mente—. Claro sí, lo siento. Bueno no lo siento. Bueno quizá sí, por no entender. Lo siento por ser torpe. Es la bebida.
Rin quería decirle que era torpe siempre (la había observado lo suficiente como para no saberlo) pero no quería molestarla.
Ambas caminaron hacia uno de los sillones alejados del bullicio y empezaron a conversar. De todo y de nada a la vez. Miku parecía tan feliz y genuinamente interesada en ella que Rin empezó a sentirse un poco tímida también. Sí había tonteado con algunas personas desconocidas, e incluso se había ido a la cama con algunas otras, pero esta chica parecía tan feliz con su sola presencia que la hacía sentirse halaga y al mismo tiempo, con ganas de corresponder a su sentimiento.
No se dio cuenta en qué momento se acercó a Miku para depositar un beso en sus labios. Culparía al alcohol cuando pensara mucho en ello. Para su sorpresa (o no), ella correspondió a su beso, acercando un poco más su cuerpo para acariciar el rostro de Rin con suavidad.
Incluso en un momento así, Miku parecía ser tan gentil y delicada que Rin no pudo evitar sentir curiosidad por ver qué tipo de expresiones haría bajo el toque de su mano.
Lentamente llevó sus besos desde su boca hasta su cuello, con movimiento suaves y rítmicos, lo que provocó que la respiración de Miku se acelerara.
Por la forma en la que temblaban sus manos, Rin pudo percibir que Miku no se sentía lo suficientemente en "ambiente" como para seguirle el paso. Se detuvo un momento para mirar su rostro y la chica hizo lo mismo, con un poco de vergüenza en ellos.
—¿Te sientes bien?
Miku dudó durante un momento para contestar, dejando que su mirada viajara de un punto a otro.
—Podemos parar si quieres.
—Esto realmente pasa en las fiestas de la universidad —dijo casi para sí misma. Ella ya sabía que en este tipo de fiestas, además de tomar y bailar, suelen ser las previas para encuentros sexuales. Pero nunca se imaginó que ella sería parte de algo así, mucho menos con la chica que le gustaba. Era mucho para procesar.
Rin no supo qué contestar ante la afirmación de Miku. Supuso qué fue el estado alcoholizado de la chica que no la dejaba conectar sus neuronas, pero para ser justos, ella tampoco se sentía en sus cinco sentidos, así que solo esperó pacientemente.
—En realidad me gusta lo que está pasando y probablemente me gustaría lo que venga después. Pero me siento nerviosa. No soy virgen ni nada de eso, aunque tampoco es que tenga demasiada experiencia, pero me gustas mucho y de alguna forma me da miedo arruinar lo que sea que está pasando.
La rubia sintió una cantidad tan contradictoria de emociones y que tuvo que darse un momento para cerrar los ojos y suspirar.
Por un lado, no podía evitar sentir ternura por la forma tan tímida en la que Miku se comportaba, por que sí, le parecía dulce. Pero ese mismo sentimiento la hizo sentirse terrible consigo misma, por estarse aprovechando de una chica así. Ni siquiera sabía si quería aprovecharse de ella como tal ni mucho menos conocía la razón de su actuar esa noche. Su mente estaba hecha un desastre y el alcohol definitivamente no le ayudaba a poder pensar bien.
Un toque en su mano la distrajo de sus pensamientos. Miku tenía una mirada preocupada y con tonos de tristeza.
—Disculpa, no quería incomodarte. Entiendo si te molesta que no quiera tener sexo ahora.
—¿Qu-? No, no, qué dices. No te preocupes. Discúlpame a mí, no quería sobrepasar tus límites.
Quería salir corriendo, se sentía incluso peor al pensar en que quizá Miku no se sentía cómoda, pero que aún así estaba tratando de seguirle el paso solo para satisfacerla.
—No te disculpes. Me siento bien besándonos.
—Igual, disculpa. Debería haber preguntado.
Miku se acercó de forma suave y juntó sus labios con los de Rin. Más que un beso, parecía que la estaba consolando. No entendía muy bien si la chica había entendido entre líneas que se sentía como un asco de ser humano, pero ese beso tan suave y las caricias que le daba sobre su mano (la cual no había quitado desde que la puso allí) la hicieron sentirse bastante bien.
Por alguna razón, ese momento en el que ambas se besaban mientras se brindaban caricias y sonrisas entre beso y beso, se sintió más íntimo que muchos de los encuentros que Rin había tenido.
Se sentía bien.
[...]
No sé qué decir, aparezco cada mil años. Ni siquiera sé si alguien va a llegar a leer esto, no sé qué tan activo anda wattpad jasj :(
En fin, quería escribir algo para la Rinkuweek de este año y aquí está. Porque Rinku best shipp y las amo mucho ☝️
Para el que lo lea tkm y gracias por leer. La segunda parte del two-shot la subiré pronto.
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