—Me preguntaron si iba a estar SoYeon, les dije que sí, así que rechazaron. —dijo HoSeok mientras se apoyaba en la pared junto a la puerta.

—Que patética, si de verdad quisiera hacerle algo por qué lo haría en una fiesta donde están todas ustedes. —respondió la más baja riendo irónicamente.

Antes de que alguien dijera algo más, Lisa salió de su casa e hizo una pequeña reverencia a los mayores, JiSoo cerró la puerta detrás de ella y posteriormente miró a sus amigas, sonriendo levemente.

—Las cosas ya están ahí, saliendo de las clases traemos el resto, por ahora vámonos. —dijo palmeando la espalda de Lisa.

Como las veces anteriores, Lisa caminó detrás de JiSoo mientras escuchaba la plática del resto, no podía entender la mayoría ya que hablaban en susurros, pero pudo reconocer el nombre de Jennie, MiYeon, Rosé y SoYeon, tenía curiosidad, pero prefería no preguntar, ya lo había intentado y aún así JiSoo no le había dado respuestas.

Delicadamente Lisa tomó del brazo a JiSoo para que esta se detuviera un poco y así alejarse del resto, continuando de forma lenta.

—¿Qué pasa? —preguntó la pelinegra mayor, confundida.

—En la otra línea, donde estabas con YoungJae, al parecer tú y yo no hablábamos mucho, pero me dijiste que yo había hecho que Jennie y Rosé estuvieran juntas, es decir, que fueran novias... —dijo un poco incómoda pero también notó la incomodidad en el rostro ajeno—. ¿Hay algo entre ellas que ahora mismo yo no sepa?

JiSoo suspiró, no quería involucrar a Lisa en sus problemas porque aunque fuera Jennie y Rosé, también era un problema de ella.

—A Rosé le gusta Jennie. —contestó después de unos segundos de silencio.

—¡¿De verdad?! —se detuvo al igual que detuvo a su compañera—. Eso significa que-... —antes de que dijera algo más, la mayor le tapó la boca.

—No, ellas no son novias ni lo serán —murmuró con cuidado de que el resto no la escuchara—. Escucha, cuando paso lo que tuvo que pasar, todo cambio entre ellas, siendo honesta no entiendo porqué Jennie no le corresponde si en la otra línea sí le gustaba, no lo sé, pasaron tantas cosas que no son ni asunto mío ni tuyo, ¿De acuerdo? —suavemente apartó su mano de los labios adversos cuando la menor asintió con su cabeza.

Llegaron a la universidad, Lisa tenía curiosidad, y ahora más que nunca, JiSoo le había dejado con más dudas y sabía que estaba mal entrometerse en los asuntos ajenos, pero siempre había sido una niña muy curiosa, ¿Cómo evitar sus instintos?

Durante todo el día trató de acercarse a Rosé (ya que acercarse a Jennie sería mala idea) fallidamente, era como si la rubia supiera que la buscaba y la evitaba. Pero finalmente logró acercarse a Rosé antes de que la segunda y última clase comenzará.

Sujetó a la más alta por el brazo de forma suave para no herirla, y luego la jaló hasta un pasillo vacío.

—¿Qué quieres? —cuestionó la ajena frunciendo su ceño, aquella chica la ponía tímida, lo admitía.

—Tú me conoces... —murmuró—. Y no me refiero a ahora, me conoces de tiempo, ¿No? O al menos conoces a mi padre, ¿Cierto? —notó como el cuerpo ajeno se tensaba.

—No... No sé de qué hablas. —respondió Rosé dando un paso hacia atrás.

—Puedes decirme la verdad, tú me pediste que te ayudará, ¿Ayudarte en qué? ¿Con Jennie? —al oír el nombre de la castaña, Rosé retrocedió un poco más, como si estuviera asustada—. Te vi, te vi en el 78, en el hospital, cuando mi padre enfermó. —soltó con mucho esfuerzo, no estaba segura de tener razón pero si no arriesgaba no ganaba (o eso creía).

—¿Qué...?

Rosé parecía sorprendida, cosa que hizo que la teoría de Lisa tomara fuerza, Rosé también había venido del pasado.

—Puedes decirme Rosé... —tímidamente se atrevió a sujetar las manos ajenas—. Sorn me dio el reloj y-...

Paró de hablar cuando JiSoo y Minnie llegaron por detrás de Rosé, rápidamente soltó sus manos y se alejó un poco mientras miraba a las mayores.

—Lisa... Es Nicha. —dijo JiSoo con una expresión aturdida.

Lisa al oírla supo de lo que se trataba, no parecía ser la única sorprendida, Rosé también lo estaba. Sin embargo ésta última se contuvo a cualquier pregunta y simplemente se hizo a un lado.

Lisa siguió a JiSoo y Minnie cuando éstas se lo pidieron, caminó en silencio desde la enfermería (donde pedirían un permiso) hasta la salida. Si era honesta no sabía cómo reaccionar, no sabía tampoco como sentirse, a esas alturas Lisa estaba pidiendo que todo fuera un sueño, todo, absolutamente.

—Lisa... —murmuró JiSoo poniendo su mano sobre el hombro impropio.

—Sólo... —inhaló profundamente—. Déjame, por favor. —dijo mirando el cuerpo tapado sobre la camilla.

La Coreana acató sus órdenes y salió de la habitación cerrando la puerta al final, Minnie y ella se miraron, para su mejor amiga también era difícil, pero ésta parecía estar más calmada. Además, ambas estaban preocupadas por Lisa.

—Lo hiciste bien... —dijo con voz temblorosa mientras acariciaba la tela de la sábana que tapaba el cuerpo de su ya fallecida mejor amiga—. Y de pensar que hace un par de días estabas joven y estabas conmigo. —contuvo la respiración para no llorar o sollozar—. Me hubiera gustado hablar un poco más contigo...

Poco a poco sentía su corazón romperse de una forma tan dura que no podía soportar, pero aún así seguía reteniendo las lágrimas.

—Gracias por todo... Por cuidarme tanto, por quedarte a mi lado, Minnie. —apretó la tela con fuerza entre sus dedos—. Y perdóname por no ser suficiente, perdóname por no quedarme, yo... —quería gritar—. Te amo...

No dijo nada más, quería ser fuerte (así como ya lo había sido muchos años), estaba dolida y se sentía muy mal. Después de unos minutos más salió de la habitación y limpió las pocas lágrimas que había derramado; al no ver a las mayores decidió salir a un pequeño balcón al final de la sala, cerró la puerta y se acercó hasta la valla de cristal que la detenía. Se apoyó en la ya mencionada y miró la ciudad, era bonita.

Los recuerdos con Nicha le invadieron la mente, desde el día que se conocieron, hasta ese beso que se dieron, hasta las sonrisas y risas, terminando con un "te amo".

Sollozó y retuvo las lágrimas una vez más.

JiSoo se acercó por detrás y se apoyó en la misma valla junto a la más alta, hubo un pequeño silencio.

—¿Estás bien? —se animó a preguntar y a mirar a Lisa, quien tenía la vista perdida, luego de segundos, la menor asintió con su cabeza—. ¿Duele mucho?

—Sí... —exhaló fuertemente—. Pero no me duele que haya muerto... —JiSoo frunció su ceño por eso—. Me duele el hecho de que no pude vivir a su lado, el hecho de que no estuve el día de su boda, el hecho de que no vi a su hija crecer... —comenzó a jugar con sus propias manos y miró éstas—. Me duele el hecho de que no pude envejecer a su lado... —suspiró—. Me duele el hecho de que no morí junto a ella.

La mayor se quedó sin palabras, no podía entenderlo, sinceramente no podía entender cómo se sentía la menor, y tampoco quería entenderlo porque era muy doloroso, eso se notaba.

—¿Tú... —hizo una mueca incómoda—. Estabas enamorada de ella?

Nuevamente silencio, no supo cómo interpretar eso, y estaba apunto de interpretarlo como un sí, pero el suspiro que Lisa había soltado la había detenido.

—No lo sé. —respondió con honestidad—. No sé cómo es estar enamorada de alguien, no sé cómo puedo diferenciar el estar enamorada o quererla como amiga.

JiSoo se dio la vuelta, recargando su espalda baja y codos en el cristal, mirando la puerta del hospital, podía ver perfectamente a su mejor amiga del otro lado con su madre.

—Cuando quieres a alguien como tu amigo —Lisa le presto atención al escucharla—, quieres hacer miles de idioteces con el, quieres que tenga a alguien a su lado que realmente aprecie a ese trozo de idiota. No quieres que te deje, pero no quieres ponerle límites, te burlas de sus defectos, lo críticas, lo juzgas, pero lo quieres hacer mejor persona.

Una sonrisa pequeña se formó en sus labios, Lisa continuaba mirándola, tras unos instantes prosiguió:

—Y cuando estás enamorada de alguien —miró a Lisa y ambas hicieron contacto visual—, sólo piensas en tenerlo a tu lado en cada momento, quieres abrazarlo, sentirlo cerca porque la calidez que te transmite es tan placentera. Cuando lo ves sonreír o escuchas reír, inmediatamente te contagias por lo hermoso que te parece su sonrisa o risa. Contrario de tu amigo, no te burlas de sus defectos, de hecho, no tiene defectos para ti si estás enamorada, crees que es la persona perfecta, la persona más linda y atractiva que pudiste encontrar. —lentamente una sonrisa se formó en sus labios, eso contagió a Lisa, quien bajó su mirada avergonzada—. Y sólo quieres tenerlo para ti.

—Eh, JiSoo... —intentó alzar su vista a la mencionada pero ya que Minnie había salido, la fijó en ella.

—Mi madre quiere hablar contigo, Lisa. —dijo Minnie.

Lisa asintió y rápidamente entró al hospital, limpiando sus mejillas para borrar cualquier rastro de lágrimas. Tras entrar se acercó a Sorn.

Mientras, Minnie cerró la puerta y le sonrió a su mejor amiga luego acercarse a ella.

—Es raro.

—¿Qué cosa? —preguntó JiSoo.

—Tú y Lisa, ya sabes... Ambas. —soltó una risa torpe.

—¿De qué hablas? —sonrió confundida.

—Ella es... Bueno, era la mejor amiga de mi abuela —la mayor asintió—. Y Lisa vino 71 años en el futuro, ella debería quedarse conmigo. —miró a su amiga.

—¿Quedarse contigo?

—Sí, ya sabes, sería lo normal, ¿No? O al menos lo que pasaría en cualquier historia, película o dorama de ficción. Ya que soy idéntica a mi abuela, Lisa debería enamorarse de mí y así ella sería novia de la nieta de su mejor amiga. —explicó lo mejor que pudo sin apartar la mirada de su compañera, quien únicamente asintió.

Cuando Minnie vió a su madre hacerle una señal, palmeó el hombro de JiSoo antes de entrar de nueva cuenta al hospital, pero la pelinegra mayor se quedó atrás.

—Lisa no se va a quedar con ella... —murmuró insatisfecha y haciendo un pequeño mohín con sus labios.

***

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