Parpadeó varias veces para poder enfocar su vista luego de que ésta estaba borrosa y todo se movía debido a que se encontraba mareada. Le tomó algunos segundos más reconocer que estaba en su habitación, pero en la habitación de su casa en 1949, todo estaba ordenado y todo era muy silencioso, aún así no pudo evitar alegrarse.

—Funcionó. —sonrió ampliamente, revisó aquel cuarto por completo, lo extrañaba.

Después de unos minutos decidió salir de la habitación, pero el eco de una voz sonó por la pequeña casa, luego la puerta se abrió dejándole ver a su mejor amiga y su padre, al verlos, rápidamente decidió esconderse rápidamente detrás de la cortina de una ventana.

—¿Quiere que también lleve sus libros? —preguntó Nicha al padre de Lisa antes de detenerse en la mitad de la sala.

—¿Crees que sea necesario? —cuestionó de vuelta el mayor.

—No lo sé... Habrán muchos libros para ese entonces. —sonrió ampliamente.

—Bien, entonces eso queda en tus manos —se quitó el mismo reloj (aunque más viejo) que tenía Lisa en su mano—. Debo decirte esto también, este reloj funciona para viajar en el tiempo, si algún día me pasa algo o el día en que muera, debes tenerlo, quizás Lisa lo necesite o tú, ¿Está bien?

—¿De verdad funciona? —cuestionó sorprendida, aunque inmediatamente su pregunta no tuvo sentido debido a que suficiente prueba tenía con que su mejor amiga ya no estaba ahí.

—Sí, no funciona tan bien, realmente tardé en lograr viajar de vuelta al 49 desde el 2020, pero al pasar los años le haré más mejoras. —una sonrisa apareció en sus labios—. Quería que Lisa estudiara conmigo ya que le iba a heredar todo mi laboratorio y por supuesto este reloj para que ella siguiera modificándolo, pero ahora sólo yo puedo manejarlo... —su sonrisa se borró—. Espero que funcione para ese año.

—Seguro lo hará, usted es un genio. —palmeó suavemente la espalda del hombre, quien sonrió.

¿Nicha sabía desde el principio? No... No pudo simplemente saberlo sin decirme nada, ella debió planearlo con mi padre.

Pensó Lisa frunciendo su ceño y sintiendo una presión en su pecho.

—Aún tenemos trabajo, vamos.

Nicha entró a la habitación de Lisa y el padre a su laboratorio, después de un rato la primera nombrada salió con una caja en brazos y el mayor con otra, cuando salieron de la casa y al cerrar la puerta; Lisa también salió de su escondite.

—Cuando muera... —hizo una pequeña mueca, aceptaba el hecho de que estaba curiosa por saber qué fue de su padre en sus últimos días, pero ¿Estaba lista para verlo?—. 1978...

Giró el pequeño cristal del reloj poniendo ese mismo día pero en diferente año, rápidamente se abrió el portal y de la misma manera cruzó por éste no sin antes cerrar los ojos. Se balanceó un poco tras cruzarlo y se sujetó de lo primero que encontró con su mano, abriendo así nuevamente sus orbes.

Estaba sujetando un poste de luz, miró a su alrededor, estaba fuera de su casa, esta tenía una fachada diferente, el segundo piso parecía aún incompleto, el jardín florecía y el color por fuera era gris.

La puerta se abrió así que terminó por ocultarse detrás de una pequeña pared perteneciente a la casa del vecino en ese entonces.

Del interior salió Nicha, aún con 53 años podía reconocerla, junto a ella salía un señor que parecía de la misma edad, ambos llevaban una caja en sus brazos.

—¿Cuándo buscaremos los muebles? —preguntó el hombre mirando a la pelinegra, antes de dejar la caja junto con algunas que estaban ahí mismo afuera.

—No lo sé, quiero terminar de pintar arriba y poner el piso —hizo una pequeña mueca—. ¿No crees que sería mejor no amueblar? Es decir, probablemente en el futuro la casa pase a alguien más y tendría que deshacerse de los muebles que nosotros pongamos. —dejó la caja con el resto—. Como ahora. —acarició el cabello del castaño.

—Han pasado apenas dos meses y ya estamos sacando los muebles, tienes razón, cariño —sonrió—. Pero quién más podría hacerse cargo, sólo somos tú y yo. —abrazó la cintura de la mujer.

Lisa ajustó un poco más su vista al notar que Nicha llevaba el reloj, eso significaba que su padre ya había muerto. No pudo evitar sentir frío, de repente todo se nubló al darse cuenta de lo que estaba haciendo, estaba viajando por el tiempo, podía hacer muchas cosas: evitar, crear y de más. Sin embargo, frunció un poco su ceño y siguió caminando para alejarse a un lugar en el que no hubiera personas.

Dos meses...

—No puedo buscar en cada día de Julio... —ajustó el mes y luego el año—. Vamos, tendrás suerte. —eligió el número 23—. Por favor... —abrió el portal y lo atravesó.

Nada, su padre aún estaba ahí trabajando en un laboratorio, sin embargo el mayor abrió otro portal y pareció enviar algo mediante éste. Aunque quiso saber de qué se trataba, prefirió enfocarse en lo que importaba ahora, así que le restó importancia y volvió a abrir su portal en otra fecha, así estuvo durante tres veces hasta que dio con el día exacto.

27 de Julio.

Estaba en un baño, lo analizó antes de salir y mirar todo, luego salió de ahí y caminó por los pasillos hasta llegar a la sala de espera. Por el pasillo de enfrente venían unas enfermeras empujando una camilla en la que había alguien, detrás de ellas venía Nicha y al parecer su esposo.

Ellos dos iban tan distraídos en el padre de Lisa que no notaron la presencia de la misma al pasar junto a ella.

Detrás de ellos y por último iba una chica que claramente le era familiar, Rosé. Frunció su ceño, era ella, no podía decir que era su abuela porque no parecía ser así, estaba segura que era Rosé, la misma Rosé que conocería 71 años después.

—Por favor quédense atrás. —pidió una enfermera alejando a Nicha, quien había tomado el reloj de la muñeca del mayor antes de que se lo llevaran.

—Minnie... —murmuró su esposo, jalándolo suavemente del brazo.

Lisa miró como las enfermeras entraban al cuarto con su padre, en ese momento quería entrar y abrazarlo, pero sabía que debía contenerse. Rápidamente corrió a la salida del hospital para tomar aire, tosiendo también y limpiando sus ojos antes de llorar.

Su padre, su única familia estaba muriendo ahí, tan cerca de ella, ¿Y qué podía hacer? Aunque pudiera, ¿Tenía el valor necesario? El dolor en su pecho se lo impedía al igual que su cuerpo el cual temblaba.

—No querías ver esto... ¿Por qué has venido? —se dijo a si misma, regañándose internamente después.

Alzó su mirada, no podía reconocer nada aunque creía que ese hospital era el mismo en el que años después estaría Nicha. Inhaló profundamente antes de caminar a su casa, ahí fue donde se dio cuenta que la casa en la que vivía Minnie en el 2020 era la casa en la que vivía ella desde el 45.

—Nicha... —murmuró entrando en cuenta, no debía jugar demasiado en otra época.

Volvió a irse a un lugar donde no hubiera mucha gente y abrió el portal al 49, lo cruzó y apareció en su casa afortunadamente, pero inmediatamente cayó al suelo al sentirse mareada por completo. No era bueno ni sano viajar tantas veces, menos cuando el horario y el lugar cambiaban tan repentinamente.

—Estos cambios... —sobó su cabeza, después miró por la ventana, era de noche.

Nicha rápidamente subió por las escaleras al oír aquel ruido que la caída de Lisa había provocado, Lisa estaba ahí junto a las escaleras en el suelo, pero al hacer contacto visual, la mayor rápidamente se lanzó a ella, abrazándola.

—¿Lis...? ¿Qué haces...? —exclamó sorprendida, sin corresponder el abrazo debido al shock.

—Te extrañé tanto... A la Minnie que conozco, a eso me refiero —su mirada ascendió hasta mirar el rostro de su amiga—. Dios, estás tan preciosa...

—Lisa... —la tomó por los hombros y la apartó, mirándola de arriba a abajo—. ¿Eres tú? ¿De verdad estás aquí? —quiso sonreír por la emoción y nostalgia, pero al reaccionar evitó aquella sonrisa—. No, espera... ¿Por qué estás aquí?

—Vine por ti y por mi padre, los llevaré al 2020 conmigo. —sonrió.

los capítulos que se vienen me dan mucha tristeza :(

¡Gracias por leer!