Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

Capítulo 19

Había intentado hablar con Edward varias veces, pero terminaba sacándome la vuelta o simplemente no contestaba mis mensajes o mis llamadas. Incluso había ido a su casa y Mason me recibió con un pesar. Le había contado lo que pasó y me dijo que intentaría convencer a Ed de hablar conmigo, pero que no me hiciera ilusiones. Él era demasiado necio y testarudo por naturaleza, pero cuando lo lastimaba... era una roca impenetrable.

El día de las audiciones había llegado. Apenas faltaba una cuadra para que llegara la escuela cuando el barullo y el mar de gente comenzaron a ser visibles. Había un sinfín de reporteros en las dos aceras entrevistando a los alumnos de la escuela y, además, había fans de los cantantes que la harían de jueces intentando entrar a la escuela y hacerse pasar por alumnos. No podía creer toda la psicosis que había creado esta situación.

Entré a la escuela y todos los alumnos, o al menos la mayoría, ondeaban hojas con números. Según ellos eran el número en que tendrían su participación. Los integrantes de la clase de teatro habían obtenido los primeros números y algunos se estaban quejando por el favoritismo.

Intenté bloquearme para no escuchar nada más sobre el concurso. Toda esa charla estaba mareándome. Tenía un problema más importante. Necesitaba hablar con Edward sobre lo que había pasado ayer.

Después de tomar los libros que iba a necesitar me fui en busca de mi mejor amigo. Lo encontré recargado contra su casillero mientras Leila ondeaba y presumía el número 1. Obviamente ella sería la primera en adicionar. ¿Por qué no me impresionaba?

Puse los ojos en blanco y sin dudar me acerqué a Ed, quien obviamente estaba fastidiado de la conversación que estaba sosteniendo con la pelirroja.

—Las audiciones comenzaran en el primer periodo libre—chilló Leila—. Deberías ir a verme cantar. Soy realmente buena.

—Tengo práctica de basquetbol.

Fruncí el ceño. Eso era mentira. Habían cancelado todas las prácticas para que los alumnos pudieran presentarse a las audiciones.

Luche por contener una sonrisa de emoción. Él no quería estar con ella.

—Edward.

Tan solo había dicho las dos primeras letras de su nombre cuando él volteo y mi corazón se aceleró. Por un momento pude ver el alivio en su mirada, pero el recuerdo de ayer empañó todo y sus ojos se enturbiaron por la ira. Me esforcé por no encogerme del miedo y del dolor que aun sentía.

— ¿Qué quieres?

Leila se puso entre nosotros dos y apreté con fuerza mis manos sintiendo como las uñas se enterraban en mis palmas.

—Disculpa, pero estoy hablando con Ed.

—No, yo estoy hablando con Eddy. Tú deberías largarte.

Abrí la boca para decir algo, pero fui interrumpida por Edward.

—Caroline, estoy algo ocupado. ¿Hablamos luego?

Fruncí los labios para que no comenzaran a temblarme. Me tragué el nudo que se había formado en mi garganta y asentí lentamente. Me di la media vuelta largándome de ahí con la poca dignidad que aún me quedaba.

Intenté pasar el día con mis amigas y olvidarme de todo lo que estaba mal por un momento. Pero a la hora de la comida mis amigas tenían su audición, así que me la pase sola en la cafetería.

Mordí la manzana que había comprado mientras leía Cinder. Esto era lo que necesitaba por ahora.

— ¿Por qué tan solita?

Aparté la mirada y sonreí ante el tono torpemente "sensual" de Mason. Negué con la cabeza mientras reía y él se sentó a mi lado.

—Hola, Mason.

— ¿Qué haces tan sola? ¿Dónde están tus amigas?

Suspiré pesadamente mientras dejaba el libro a un lado.

—Tienen audición.

— ¿En serio? Creí que estarías con ella.

—Me da pánico escénico.

Él alzó una ceja y me miró impresionado.

—No me lo creo. Sé que eres una chica muy tímida, pero captas la atención de todos Caroline y no te das cuenta.

Fruncí el ceño ante las palabras de Mason.

— ¿Qué quieres decir?

—No me mal entiendas, captas la atención de todos, tal vez no por ser la chica más hermosa de la escuela, pero eres tú misma sin importar lo que otros opinen sobre ti. Eres inteligente y no te importa que te digan nerd. Te gustan las cosas de Marvel sin importar que te digan que es solo para chicos. Te da miedo que todos te miren, pero la verdad es que ya lo hace—mi corazón comenzó a latir aceleradamente al imaginar que todos me estaban viendo ahora mismo—. Creo que esa fue una las cosas que enamoró a mi hermano de ti. No sabes él efecto que tienes sobre las personas. Deberías considerar un privilegio el que las personas te escuchen. Y no hablo solo de cantar, sino de cualquier cosa que tú quieras expresar.

Tragué saliva mientras las palabras de Mason iban haciendo peso sobre mí. Algo se había perforado finalmente en mí. Ed había comenzado el trabajo pesado en mi interior, pero Mason estaba dando el último golpe para que todos mis estúpidos miedos se vinieran hacia abajo.

Me levanté de la silla y palmeé el hombro de Mason.

—Algunas veces es muy buena tu falta de filtro.

—Para mí ya eres mi cuñada—se encogió de hombros—, eso te hace mi casi-hermana.

—Gracias, Mason.

El resto del día las palabras de Mason me pasaron dando vueltas por la cabeza. Algo dentro de mí me hacía sentir que debía lanzarme. Si cantar era mi más grande pasión debía hacerla sin importar lo que los demás opinaran.

Faltaban diez minutos para el final del segundo periodo libre cuando entre al teatro. Me senté en una de las butacas de la parte trasera mientras veía a los últimos chicos hacer su audición.

— ¡Siguiente! —gritó Nick Jonas mientras despedían a una chica.

—Son todos—murmuró Camila Cabello.

Me mordí el labio inferior al distinguir sus sombras en la parte delantera de las butacas, eran artistas que me encantaba escuchar cantar y no me creía que estuvieran aquí en la escuela hasta ahora que lo veía. Les habían puesto una mesa en la cual podían hacer sus anotaciones.

—No puede ser—vi como Shawn Mendes se pasaba una mano por el cabello—, necesitamos diez participantes y solo tenemos nueve.

—Tendremos que hacerlo con diez.

—Me gustaría participar—me levanté de la butaca y me sentí algo incomoda cuando voltearon a ver—. Si es que aun puedo.

—Claro—Nick se encogió de hombros y señaló el escenario—. Veamos qué es lo que tienes.

Dejé escapar toda mi tensión con un suspiro y caminé hacia el escenario. Me subí y me atreví a encarar a los tres jueces. Mis piernas temblaron, pero más por nerviosismo que por el simple hecho de tener a tres grandes cantantes y músicos frente a mí.

— ¿Qué nos vas a cantar hoy? —preguntó Camila con una sonrisa.

Me limpié el sudor de las manos en mis pantalones en intenté mirar a otra parte que no fuera ellos.

—Yo...—carraspeé un poco—cantaré Titanium de David Guetta.

—Bueno, impresiónanos.

Nick Jonas puso sus manos detrás de su cabeza y se recargó en su asiento.

Cerré los ojos e intenté olvidar de absolutamente todo. Pero cuando bloqueé a todo el mundo, solo un pensamiento logró atravesar mi mente.

Ed.

Con una sonrisa comencé a cantar con todo el corazón aquella canción. Canté como si nadie me estuviera viendo. Canté por mí y por el simple hecho de que era lo que más me gustaba hacer.

Cuando abrí los ojos los jueces me estaban sonriendo.

—Eres la numero diez—Shawn hizo algunas anotaciones—. Estarás al final del programa, ¿hay algún problema?

—No—negué con una sonrisa—, me parece perfecto.

—Genial—sonrió Camila—. Nos vemos mañana.

Ellos comenzaron a juntar sus cosas mientras yo me quedaba parada en el escenario. No podía creerlo había dado el segundo paso hacia mi sueño y deseaba con todo el corazón poder lograrlo. No me importaba si ganaba o perdía, solo quería cortar mis miedos y realizar mi sueño.

Sentía la emoción aun burbujeando en mi pecho cuando entre a la última clase del día. Nada iba a poder arruinarme todo esto que estaba sintiendo, excepto...

Suspiré con pesar al ver a Ed sentado en el mismo lugar de siempre. Bien, había podido vencer parte de mi miedo a cantar y lo había hecho frente a tres personas. Bravo, pero aún me faltaba recuperar de nuevo a mi mejor amigo y no solo eso, tenía que ser valiente y decirle lo que sentía, aun cuando probablemente él ya no me quería.

Dejé mi bolsa a un lado y me senté. No pude evitar jugar de forma nerviosa con mis dedos mientras miles de formas de empezar una oración pasaban por mi cabeza.

— ¿Ed?

Esa era la más tonta.

Él obviamente me ignoró y siguió entretenido con su celular. Carraspeé un poco y me acerqué a él.

—Ed, quiero hablar contigo.

Dejó el celular a un lado y se giró para verme y en su expresión aun veía el dolor y la molestia que sentía.

—Caroline...

—No—lo interrumpí y fruncí el ceño—, basta de estarme evadiendo. Entiendo que estés molesto, se lo que viste y tal vez estuviera actuando igual que tú si las cosas fueran al revés. Pero, ¿no te gustaría que te diera una oportunidad para explicarte?

Edward apartó la mirada mientras apretaba los puños.

—Sí.

— ¿Entonces?

—Buenos días, jóvenes

Gruñí al escuchar la voz del profesor cuando entró y me obligué a acomodarme, pero no iba a rendirme. Edward me iba a escuchar. Tenía que hacerlo.

El timbre sonó anunciando el final de las clases.

Cuando comencé a guardar mis cosas, Ed ya había salido disparado del salón. Por supuesto que él no iba a querer continuar lo que habíamos dejado pendiente, pero estaba harta de esto. Un día éramos los mejores amigos que soñaban ser con algo más, después pasaba algo que nos hacía casi odiarnos. Esto se terminaba aquí y ahora. No más confusiones e indecisiones.

Me colgué el bolso en el hombro y salí del salón en busca de Ed. Miré hacía todos lados del pasillo y no lo vi. Corrí con todas mis fuerzas para llegar a la salida y lo vi recargado contra su auto. Estaba esperando a Mason.

Con paso decidido me acerqué a él.

— ¡Estoy harta! —grité a unos cuantos metros de él—. ¡Estoy harta de ti, de tu maldita indiferencia!

La expresión de Ed se endureció y apretó la mandíbula con fuerza.

— ¿Ah sí? ¡Pues yo estoy harto de que me hagas creer que quieres estar conmigo y termines eligiéndolo a él!

— ¡Y yo estoy harta de que nunca creas en mí!

— ¡Pues es lo que me has demostrado Caroline! ¿Qué quieres que piense?

Lo empujé por el pecho con todas mis fuerzas y al estar apoyado en un solo pie trastabilló.

— ¡Te dije que me gustabas! —comencé a sentir las lágrimas arder en mis parpados—. Y probablemente me he enamorado del mayor idiota.

—Sí, él es un idiota.

Le di un golpe en el brazo.

— ¡Estoy hablando de ti, gran imbécil!

— ¿Sabes? Estoy cansada. Probablemente ya perdí tu amistad y era lo único a lo que le temía, así que... ¿qué más da? Edward, me gustas, estoy enamorada de ti—me mordí el labio inferior para que dejara de temblarme—. Nunca he sentido nada por Andrew, jamás. Tú eres el único que me ha hecho sentir esto. Nadie me había hecho sentir como tú. Eres mi mejor amigo, pero no pude evitar enamorarme de ti.

El rostro de Ed se había suavizado y me estaba mirando de esa forma que hacía mis piernas temblar. Mi estómago revoloteaba y mi corazón estaba brincando sin control. Él estiró su mano a mi mejilla para limpiar mis lágrimas.

—Caroline...yo...no sé. Han pasado tantas cosas que...—mi corazón terminó en mis pies y él lo estaba aplastando sin ninguna piedad—. Tengo que pensar...

¿Tenía que pensar? Yo le estaba abriendo mi corazón. Haciendo una declaración pública de mis sentimientos, ¿y él lo tenía que pensar?

Bien, si pude hacer esto. Cantar frente a trecientas personas o más, no iba a ser nada.

Aparté su mano y lo miré con dolor. Negué con la cabeza y me di media vuelta. Él había comenzado a gritar mi nombre, pero simplemente lo ignoré.

Así como él había ignorado mis sentimientos. 

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro