Ramona BadWolf Hood había nacido cinco años antes de que la barrera sea creada. Nació en el palacio que los mejores amigos de su madre le habían dado, ella era feliz.

Muchos de los villanos se refugiaron en el palacio para escapar. Formó un vínculo muy especial sobre todo con el doctor Facilier, a quién nombraron su padrino junto a su pareja, Anastasia Tremaine.

Ella era la luz en la vida de sus padres, había sido bendecida por su bisabuela (el hada azul) y poseía no solo la magia lobuna sino que magia de hadas.

Cuatro años después ella era la princesita de aquel grupo que se había formado, un refugio de villanos.
El castillo era muy antiguo y había un pasadizo que llevaba a las ruinas de un castillo abandonado. A la familia le gustaba pasar el tiempo allí, nunca habían explorado más allá del bosque. Ramona pasaba sus transformaciones allí.

En esos tiempos tenía unos mejores amigos: James y Elena Joker (hijos de Harley y Harley), Ginny Gothel (hija de madre Gothel), Felix Tremaine (hijo del dr facilier y Anastasia) y Shay (hija de Sherr Khan).

Ramona:

James:

Elena:

Ginny:

Felix:

Shay:

Obviamente después había otros hijos de villanos en la casa. Aunque no muchos, la mayor de ellos era Rachel, hija de Rasputín, y tenía ocho años.

Después tambien estaban Annie y Ken,  tenían cuatro años y eran hijos de Hans y Drisselda. Y la pequeña Savannah Smee, de un año.

Los villanos vivían felices en aquella mansión de campo, eran una gran familia. Hasta Hades los visitaba de vez en cuando con su hija Hela. Este había huido del inframundo tras ser perseguido por unas cosas por los demás dioses. La última alegría que aquella manada recibió antes del caos llegó el 25 de agosto a los brazos de sus padres: la pequeña Cerisse BadWolf Hood.

Pasó un año más así, hasta que unos días después de la boda de Bella y Adam llegó Roja con seriedad.

—¿Que pasó Red?— le preguntó Gothel al ver a su amiga preocupada.

—No se alarmen— advirtió la mujer, una vez que estuvieron todos—. A los nuevos monarcas se les ocurrió la "maravillosa" idea de apresarlos a todos en una isla y cortar toda su conexión con el mundo exterior.

—¿QUÉ?—dijo Lobo furioso—¿como pueden hacer eso? Es inhumano.

—Sería hipócrita debido a que ellos son "los buenos"—dijo Facilier.

—Pero pueden hacerlo tranquilamente porque son héroes ¿no? Y si ellos hacen algo malo no se los castiga—dijo Anastasia molesta.

—Roja, no pareces muy molesta— observó Gothel.

—Porque, la isla en la que los van a encerrar "casualmente" es la misma que tiene la conexión con el palacio—dijo la mujer—, no va a cambiar nada.

—Podemos modificar el antiguo castillo con tu magia, Roja—dijo Harley un poco más animada.

Días después, todos se despedían en la mansión aunque no por mucho. En la solicitud "amable" se decía que cada villano podía tener un bolso con cosas. Y que no podía haber ningún objeto mágico entre ellas, por lo que Roja hechizó el collar de su esposo para que sea indefectible.

Roja había armado los bolsos de todos los niños, había puesto sus comidas favoritas en tuppers con un hechizo para mantenerlos calientes, unas mantas y almohadas.

Los villanos y los minis vk's partieron al amanecer, mientras que Roja fue llevada por sus sirvientes al mediodía hacia la capital. Toda la realeza y curiosos veían a los villanos siendo condenados a ir a la isla. No les importaba que estos tengan niños. Eran abucheados mientras que pasaban por el puente hacia lo que sería su prisión. Roja veía todo esto con tristeza, pero nadie más parecía así.

Una vez que esos villanos cruzaron el puente, este desapareció y en Auradon empezó el banquete.

—Quiero brindar con todos ustedes, amigos, por un Auradon más seguro. El proyecto de la Isla de los Perdidos es por un mundo más seguro para todos— dijo Adam levantando una copa de champagne.

—Por un futuro más seguro—brindaron todos.

—Hey—dijo una voz a sus espaldas—Caperucita Roja ¿no?

Era una muchacha rubia, que debia de ser unos cinco años más jóven que ella.

—Sí, dime Roja— dijo la mujer.

—Soy Alicia— dijo la joven con una sonrisa algo triste— del país de las maravillas. Escuché tu historia.

Roja abrió los ojos sorprendida y miró a la mujer, que le dedicó una sonrisa.

—No te preocupes, yo tampoco odio al villano de mi historia. Somos grandes amigas de hecho— dijo con una sonrisa calida.

Roja sonrió, presintiendo que se iba a llevar bien con aquella chica. Volvió por la tarde al castillo y la recibió la dama de compañía de su hija.

—Señora, Cerise está dormida en su habitación.

Agradeció y me acerqué a la habitación de mi pequeña. La habíamos hecho con Lobo cuando nos enteramos de que era una niña.

Agarró de la cómoda aquel collar encantado que la mantendría joven hasta que yo se lo saque. Tenía relación con su familia, como todo en esta enorme mansión.

—Mi pequeña, te prometo que dentro dentro de poco todo va a volver a la normalidad. Tu papá y tu hermana van a volver muy pronto—le prometió la mujer con lagrimas.

Roja salió de la habitación de su hija y dio la orden de que la cuiden. Dijo que tenía que salir, entró a la biblioteca del palacio y abrió el pasadizo. Lo recorrió en silencio, con una canasta de cosas y su antigua capa roja puesta.

—¡Roja!—se entusiasmó Gothel al verla.

—¡Mamá!— dijo Ramona abrazandola—¿Y Ce dónde está?

—Está en casa, dormida—dijo devolviendole el abrazo.

Estuvieron lo que quedaba de la tarde conviviendo y charlando como si nada. Antes de irse, Roja les prometió volver pronto.

Ese no era el fin, sino solo el comienzo. El comienzo de una relación complicada, y que a pesar de todo permanecería en el tiempo.