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Quizás ella sea una masoquista, eso pensó, al no encontrar una explicación alguna, para esta situación. Está consciente que es de ese tipo de hombres que juega con otras, es de los que hacen al mundo un vasto terreno de juegos que organiza a su voluntad o al menos así lo imagina. Pero aun así, ahí estaba una vez más, con él, enredados, desnudos y extasiados en la cama.
Puede sentir su cálida respiración en la parte de atrás de su cuello, una de sus manos en su muslo, y una de sus piernas metidas apenas entre las suyas, esos pequeños roces hacen que su cuerpo sienta cierto cosquilleo y plena satisfacción. Se mueve suavemente hasta ponerse boca abajo, y abrazandose a la almohada lo observa. Se ve tan sereno y majestuoso, su pecho baja y sube plácidamente, es tan hermoso que molesta, y así dormido lo es aun más. Decidió que se dejaría llevar por él, solo piensa en las sensaciones que su cuerpo siente cada vez que el suyo está cerca y lo toca, y eso se le hace una buena razón para seguir. Han pasado un par de horas de su ultimo orgasmo y en su estomago aun mantiene el éxtasis de lo vivido. Él es un afrodisíaco que no se encuentra fácilmente y aquí esta, a su lado y no lo va a desperdiciar.
Comienza a moverse y gruñe como un animal despertando de una plácida siesta, aun no ha decidido si es un oso o un león, podría ser cualquiera si lo quisiera. Sus ojos lentamente se abren para encontrarse con los suyos.
- mmm buenos días!
< OH SU VOZ>
- Hola¡¡
- ¿Cuánto llevas despierta?
- No mucho. Si que roncas, amigo¡¡ - dice en tono burlón, en realidad no lo hace, solo lo normal
- Los siento pequeña pero tu cama es muy cómoda – dice sonriendo y posicionando bien de costado y ponerse frente de ella. Resfriega sus ojos como si fuera un niño pequeño
- ¿Que tiene que ver eso con roncar?
- Todo, pero déjame decirte que tu no te quedas atrás
<QUE? NO ESO NO ES VERDAD, QUE VERGÜENZA>
- No es cierto
- Si tú lo dices...
- ¿es en serio? – pregunto reocupada
Larga una carcajada que llena toda la habitación
- Fue solo una broma, pero si no lo fuera no habría nada de malo, no serias ni la primera ni la ultima persona en el mundo en hacerlo y es totalmente normal y natural. Por otro lado, quiero que cuando estés conmigo seas cien por ciento tu, y en ello va todo incluido, lo que te avergüenza, lo que te da miedo, eso que los demás no pueden ver de ti porque no se lo dejas, yo lo quiero, ¿entendido?
- Si, pero algunas cosas llevaran tiempo
- Pienso darte mucho del mío y espero que tu también, y no solo para estar desnudos.
Ella sonrió tímidamente y sus mejillas se sonrojan, ella cree parecer una adolescente, una mujer adulta, debería poder controlar esto, pero esta como una boba sin experiencia, aunque comparada con él cree que se queda corta.
- Dime que tienes planeado hacer ahora, hoy en general
- Mmm nada?
- ¿Qué?
- Es que esta semana me la pase a mil por hora y pensaba quedarme en casa todo el día
- Off¡¡¡ - hace un sonido raro de irritación – no puedes desperdiciar un domingo como este, mira – apunta hacia la ventana – son los últimos días de verano y hace un lindo día como para quedarse en casa
- Pero...
- No, no ya te tomaras una siesta mas tarde. Ahora saldremos de esta cama y luego de un abundante desayuno, iremos a dar unos golpes
- ¿Qué? ¿golpes?
- Si, anoche hablaste de tu entrenamiento, bueno yo quiero mostrarte como lo hago yo, uno de los buenos
- Pero ya tengo...
Toma de su rostro con delicadeza, pero también con firmeza
- Pequeña, eso no me interesa, quiero que me pruebes a mi – dice rozando las narices
- Ok, pero para eso – toma suavemente su barba – podríamos quedarnos en la cama
- Ana – toma de su cintura y la acerca más a él – eso será el cardio del día de hoy, luego quiero ver este cuerpo haciendo otros movimientos
Y así se comienza un domingo, con un muy especial cardio, que ahora quisiera tener todo el tiempo.
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