27
Ana se despertó envuelta en cálidas sabanas, aquellas que aun huelen a perfumes mezclados con sexo. Al estirarse siente ciertos dolores en su cuerpo, pero no se trata de algo malo todo lo contrario, son esas molestias dignas de haber pasado la noche y gran parte de la madrugada teniendo increíble sexo con un gran y salvaje hombre que no le dio respiro.
Se sienta en la cama y nota su ausencia, ella deduce que esta en el cuarto de baño ya que se escucha el sonido de la ducha.
Ella piensa que loo mejor que puede hacer es volver a su habitación, no quiere verlo, sabe que es un actitud infantil y estupida pero no puede evitar sentirse de esa manera. Anoche, el la vió completamente desnuda paso sus manos y lengua por dónde quiso y estuvo adentro de ella hasta saciarlos a ambos, pero en este momento siente pena o vergüenza de mirarlo, si una verdadera estupidez. Pero como se dice soldado que huye sirve para otra guerra, lo más rápido posible se coloca el vestido y sale con cuidado sin hacer ruido.
Al meterse en la ducha nota un pequeño detalle olvidó las bragas en su habitación. Se cacheteó mentalmente y solo espera que no se le dé por devolvérselas en frente de los demás.
El agua tibia comienza a caer sobre su cuerpo y siente un cosquilleo, una linda vibración que le recuerda los sucesos de la noche anterior. Invaden su mente imágenes de las manos rústicas, esas tan grandes y fuertes, recorriendo cada centímetro de su ser. La piel se le calienta con solo pensarlo, y suss manos bajan lentamente por su vientre...
- Ani ¿puedo pasar? ¿ya estas despiertan?
Affie interrumpe su éxtasis mañanero
- Pasa, estoy aquí en la ducha
- Lamento interrumpir cariño – asoma su cabeza por la puerta y se la ve enojada
- ¿No hay problema, me pasas la toalla?
- Claro toma aquí tienes.
- Dime, ¿qué pasa? ¿Dónde es el incendio?
- En el estudio¡¡¡ - dice llena de colera – el idiota de asistente que contratamos se equivocó con los colores y la escenografía quedo incorrecta y espantosa, puedes creerlo? Ahora mismo vuelvo a la ciudad, necesito que todo quede bien antes de mañana. Max me lleva.
- Ok tranquila, estoy segura que tendrá solución, acomodo mis cosas lo más rápido que pueda así me voy con ustedes
- Eso te venia a decir, no tenemos mucho tiempo y ya estamos de salida, así que le pedí a Caleb que te lleve. Alec y Darren se quedan hasta mañana, Darren vuelve a Londres y se quieren despedir bien, ya sabes.
- Pero, puedo llamar a mi chofer...
- Ay no seas tonta cariño, Caleb se ofreció, estarás bien
- Tienes razón, no hay problema, vayan, pero tengan cuidado no corran en la carretera, por favor
- Claro, no te preocupes, Max maneja y yo maldigo al mundo, ya me conoces.
- Ve, cuando lleguen me escribes, ¿ok?
- Eso hare
Luego de vestirse con unos jeans Oxford en color azul, unas zapatillas blancas que hacen juego con su camiseta sin mangas y blazer. Baja hacia la cocina en buscá de algo para comer ya que se muere de hambre. Busca algo liviano ya que tiene que viajar y no se quiere arriesgar
- Hola
- Hola Alec buenos días
- Mas bien buenas tardes perezosa – dice con picardía y acercándose con una bandeja
- Lo sé, lo siento, tuve una noche mmm medio pesada me pasé leyendo el libreto y se me fueron las horas. Lamento lo que paso en el estudio
- Yo igual, pero más porque acorto el descanso de los chicos – dice mientras pone las cosas de la bandeja en el lavavajillas
- Si es una lástima, pero ve el lado positivo te quedaras solo con Darren – dice mientras le guiño un ojo y se lleva el vaso de jugo a la boca
- Si tienes razón, pero deje a Affie sola con todo el trabajo
- Ya a estas alturas tienes que saber que ella puede con todo, mas si se trata de trabajo, ya luego le podrás devolver el favor
- Es verdad, además mentiría si dijera que no quiero estar mas tiempo con mi bebe, detesto separarme de el por tanto tiempo
- Me lo imagino, ustedes se ven tan lindos juntos, se ve que se aman de verdad
- Si, nos amamos. Yo no creía en el amor ni en las relaciones mucho menos en el compromiso, en nada y ahí llego él y lo cambió todo y aquí me tienes completamente enamorado
Son interrumpidos por dos hombres altos sumamente guapos; tiene que ser honesta, Darren es un hombre hermoso, no tanto como Caleb, pero lo es. Rubio oscuro, unos centímetros mas alto que su amigo y con ojos color celestes que brillan cada vez que miran al tierno Alec.
Su amante de una noche está, mirándole de una manera indescifrable, ella no sabría decir que es lo que ve en sus ojos, pero dicho acto la hace entrar en un estado de excitación y pánico al mismo tiempo.
- ¿Esta lista pequeña?
< ESE SOBRENOMBRE>
- ¿Disculpa lista para qué?
- Para que nos vayamos o tienes algo más en mente – dice mientras se acerca hacía ella y toma un vaso para servirse agua
Su cercanía activa todos sus sentidos, es increíble, nunca se ha puesto así con otros hombres
- Si, voy por mis cosas y Barto...
- Hoo no en moto no puedes llevar muchas cosas y mucho menos a Barto. Alec te lo llevara
- ¿¿Moto?? No yo nunca me subí a una moto...
- Estarás bien Ani – dice Darren – Caleb es un excelente conductor
- Además no es difícil, imagina que es un caballo, tu montas, no? solo que este caballo tiene motor. Y por Bato ni te hagas el mínimo problema mañana estará en tu casa sano y salvo
- Y si que eres buena cabalgando- susurra cerca de su oído para que sólo ella pueda oír.
- Bien, voy por mi bolso de mano y me despido de Barto – evitando su provocación y sale disparada evitando que noten su sonrojes
Se despide de los chicos y de su bebe canino, que al parecer está muy cómodo con la pareja y no tiene problema alguno en quedarse. Al salir lo encuentro parado al lado de una moto grande, plateada con negro que en un costado tiene escrito DUCATI, ella no sabe nada de motos, pero entiendo que es una marca importante. Y vaya que esta parece serlo porque es la indicada para él hombre de campera de cuero que dejaría a mas de una sin aire
- ¿lista?
- Eso creo – dice mirando con miedo la majestuosa maquina
- No tengas miedo pequeña, estarás bien, ten ponte esto –
Le alcanza un casco negro que hace juego con el suyo. Se lo coloca y le ayuda con el broche de seguridad
- la visera – pone su mano en la pantalla que cubre los ojos – la puedes mantener arriba o bajarla del todo, como prefieras, ok?
- Si
- Muy bien, andando
Se coloca su casco y sube le quita el pie y le tiende una mano a ella, se la toma poniendo un pie en una pata disponible, seguido esté pone la mano de Ana en su hombro y ella levanta la pierna para subir cuando él agarra su parte baja del muslo para darle un empujón suave hasta el asiento, sabe que quiere ayudarle, pero igual quiere matarlo por tomarse esas libertades cuando pueden ser vistos.
- ¿era necesario?
- ¿Qué cosa? Solo fue una ayudita
Toma sus manos y las hace entrelazar rodeándolo a él de está maneras ella quedé pegada a su espalda y lo abrace
- Sujetame fuerte
- Bien, pero por favor no vayas muy fuerte
- No te preocupes, hare que te encante andar en moto conmigo
Ana siento eso como una promesa a futuros encuentros y viajes en moto entre ellos, y no sabría decir cómo eso la hace sentir
Arranca y comienzan andar, cuando llegan a la carretera ella ciñe el agarre y siento le agrada, sintiendo su aroma que la himnotisa, la tiene a su merced, al menos en este momento es lo que siente
Se abren camino y a mitad del recorrido, mientras esquiva los demás vehículos con total agilidad y seguridad, debe admitir que le está gustando y que podría acostumbrarme a la velocidad y a esa adrenalina que le recorre por todo el cuerpo, sintiendo también cierta excitación pero como no hacerlo, piensa, si su cuerpo caliente y su perfume la vienen matando desde el momento en que la hizo abrazarlo.
Al llegar al edificio siento tristeza, la verdad es que no quería que se acabara, no solo por seguir montada en esta maquina si no por seguir abrazada a este hombre
Se bajo lo más rápido posible sintiendo que debía alejarse de él de inmediato, no quería darles rienda suelta a sus pensamientos. Se saco el caso y se lo entrego
- Bueno, muchas gracias por traerme, adiós
- Espera – le sujeta de una mano y se baja de la moto - ¿Cuál es la prisa?
- Tengo cosas que hacer y seguramente tú también – trata de alejarse, pero él no sede
- Acaso no tenemos nada que decir, de lo que paso anoche, o de lo que dejaste en mi habitación. Creía que querías decirme algo con eso
- No, no tengo nada que decir. Lo que paso anoche fue nada más que sexo, solo paso y ya, no va a volver a pasar...
- Eso lo dirá el tiempo y el deseo
Sujeta su rostro seguido de un casto beso en la mejilla muy cerca de la comisilla de sus labios.
- Recuerda, el deseo nos dirá cuando es suficiente para ambos. Que tengas un bonito día.
Se da media vuelta, se sube a su moto y se pierde entre los autos de la avenidas que nunca duermen.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro