No necesito mas que esas seis palabras para hacerle saber de quien se trataba

No necesito mas que esas seis palabras para hacer que su cuerpo vibrara al ritmo de ellas

No necesito mas que esas seis palabras para generar en ella un raro e inexplicable cosquilleo que comenzó en su estomago y subió hasta mi pecho en un segundo.

Sabe exactamente a quién pertenece esa voz, su extraño, cómo le gustaba recordarlo, esta aquí justo detrás suyo.
Al dar la vuelta para enfrentarlo se topa con su poderoso pecho, no lo recordaba tan alto  lentamente levanto su mirada y sé quedo congelada cuando dos iris azules brillantes se cruzan con sus ojos. La cercanía le permitió admirarlo, su cabello es castaño oscuro, tiene una barba abultada y un tanto desprolija que en cualquier otro se vería fatal, pero en el no, todo lo contrario, pero si hasta su nariz es perfecta. Por Dios que me está pasando...

- ¿Le comieron la lengua los ratones señorita?

- Mmm yo...

- Parece que le gusta lo que ve

La saca de su burbuja el comentario con doble sentido y claramente con un tono arrogante que esté acaba de hacer

- ¿Disculpe? Usted que hace aquí, acaso me esta siguiendo porque sería mucha coincidencia

La mirá con una sonrisa burlona y endemoniadamente sexy, lo cual la exaspera mucho más

- Sin dudas es toda una estrellita

- Ana!

Son interrumpidos por Katty cuando estaba a punto de mandarlo a la mierda

- Veo que ya conociste a nuestro artista – dice tomando con mucha confianza su fornido brazo.

<ESPEREN ES ÉL, EL FOTOGRAFO>

- Estaba a punto de presentarme, señorita mucho gusto, soy Caleb Ferguson, y no soy un artista solo soy fotógrafo.

Dice mientras le giña un ojo a Katty y ella se sonroja como una quinceañera, me alegra no ser la única.
Tiende su mano esperando la suya, sin dejar de mirarle a los ojos cuando lo hace, como todo caballero ingles le da un beso en la parte superior.

- Mucho gusto, soy Ana Stefano

- Ay querido la fotografía también es arte y eso te convierte en un artista, ¿no lo crees Ana?

- Ssi eso creo...

- En fin, luego podemos discutir al respecto – dice apretando su antebrazo buscando seductoramente su mirada – pero ahora necesito que me acompañes te solicitan y creo que puede interesante. ¿Me lo prestas querida?

- Él es libre ¿no?

- Así es, por favor – hace una señal para que Katty comenzará a caminar y antes de seguirla se acerca a Ana, y susurra – a mí también me gusta lo que veo.

Se retira dejándole absolutamente consternada, siente que sus piernas tiemblan ¿acaso este hombre acaba de coquetear con ella? se pregunta. Hace mucho que ella no lo hace que hasta perdió la práctica. 

No puede evitar observarlo una vez más, a cada paso que da todos lo observan, ella tiene la certeza que no es por ser el dueño de la muestra si no por el solo hecho de ser él. Por que hay que admitir que el maldito esta como quiere, Alec tenia razón. Es como si irradiara algo diferente al resto de los hombres, es como una fuerza de enormey proporciones y suaves a la vez. Inspira respeto, seguridad, y pasión. Solo con una pequeña observación te das cuenta que o quieren ser él o estar con él, no importa el género.

Removió sus pensamientos ya que creé está  siendo un poco loca que se deja llevar por un rostro bonito.
De pronto ya no quiere quedarse en este lugar, se va a refrescarse un poco en los servicios,  mientras le escribe a Affie que se quiere ir.

Nunca se había puesto nerviosa por alguien que apenas conocía, pero es que no lo puede evitar con ése misterioso hombre.
Mete sus manos bajo la fría agua, luego las acerca hasta su rostro, seguidamente se seca la misma, cuando

- Ahhhhh POR DIOS ¿QUE HACES AQUÍ?

Sin decir ni una palabra se acerca a ella  toma su rostro con sus fuertes manos, pero con total delicadeza y se apodera de sus labios, ella trata de resistirse tomando sus antebrazos, pero la verdad es que su boca sobre la suya la hizo desistir. El fuego y el dulce sabor que sus labios generaban junto a de ella no le dieron tregua y simplemente se dejo llevar. No era un beso tierno ni simple, es uno desaforado, caliente e intenso, literalmente este hombre le esta comiendo la boca, en donde sus lenguas se incitan en juego maravilloso.

Lejos de asustarse está en un delirio total.
Él con una de sus manos sujeta la parte de atrás de su cuello y con la otra se apodera de la cintura pegándole mas hacia él sin separar sus labios.
Pero para desgracia de ambos el aire les empezó faltar y el beso fue disminuyendo, toma su labio inferior y lo succiona un par de veces hasta abandonar su boca. Toma en un puño los cabellos y posa su frente en la de ella, tardan unos segundos en abrir los  ojos y mirarse

- Yo...

- Shhh, no hables...

Respira hondo y la suelta la mirá por una vez más y sale. Ella da unos pasos hacia atrás y se sujeto de la mesada de piedra que se encontraba detrás, para no terminar en el suelo, debido a la gelatina que se convirtió su cuerpo luego de semejante momento.