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El director de cine Malcolm Hill, conocido por dirigir películas de acción, en su mayoría con drama bélico de gran trayectoria se encontraba estrenando un nuevo film. La premier se daba lugar en New York, y Ana Stefano, una joven actriz mundialmente conocida, era una de las invitadas especiales. Ella había trabajado con el antes y tenían una gran admiración y respeto mutuo.

Acudío a la misma con una conocida, tan fanática del cine como ella. Pero para ser honestos, ella tenía dos razones fuertes para estar ahí.
La primera se la dio su agente Sam Russo, quien llego a la conclusión de que asistir le haría bien a su imagen, ya que después de tres años lejos de la gran pantalla y del foco mediático, estas apariciones le harían bien a su resurgimiento.
Y la segunda era personal, era poder ver de cerca al hombre que desde hace años, desde que coincidieron en un proyecto, se ha convertido en algo así como un amor platónico. Su nombre es Frank McDermott un apuesto y talentoso caballero alemán que se viene destacando en Hollywood.

Ella no sabria explicarlo, pero desde que lo conocío siente algo por él, jamás se lo dijo, ni tampoco encontro el momento justo para intentar algo o quizás no se veía capaz de hacerlo. Solo lo ha querido en silencio, tuvo oportunidades, pero las evitó. Ya ha tenido desilusiones en el amor y una gran perdida que la marco a tal punto de no querer intentar nada con nadie.

Al finalizar la película el estruendoso aplauso del publico no se hizo esperar, todos de pies satisfechos con lo que habían visto en la pantalla grande; y en el medio de la multitudinaria sala ella poso sus ojos en el protagonista principal y como una boba enamoradiza admiraba su felicidad, para ella se veía hermosa, con su sonrisa característica que te hace sonreír con él. Y en ese momento, por alguna razón, Ana sentía su felicidad como propia.

Ya en el vestíbulo, felicitando al elenco, Ana se da cuenta que enfrente suyo estaba Frank observándola, asintieron al mismo tiempo con una media sonrisa en forma de saludo. Al instante se acerco a ella, mientras esta daba por finalizada la conversación anterior. A cada paso que él daba su corazón latía un poco más, al llegar se abrazaron y se dieron un beso en cada mejilla, trato de mantener coordinada la respiración para que no note sus estúpidos nervios por tenerlo tan cerca.

- Hola¡ cuanto me alegra verte aquí

- Hola, por supuesto que iba a venir, la película estuvo genial y tú también, te felicito

- Muchas gracias, siempre tan linda y amable conmigo

- Solo soy sincera

- Me trajiste suerte, siempre lo haces

- No digas tonterías - sonrió, casi como una quinceañera

Alguien los interrumpió diciéndole al actor que el director lo solicitaba, se disculpó y se despidió con un hasta luego, que por suerte, pensó Ana, no tardó en llegar.

Cuando su acompañante la arrastro a una cena privada, jamás imagino que era una exclusiva cena del elenco y nunca le pudo estar mas agradecida.

En ese lujoso lugar en una enorme mesa con personas interesantes hablando de varios temas a la vez, sonidos de copas llenas y vacías y vueltas a llenar, cubiertos chocando con aquella porcelana fina, y con un exquisito jazz newyorkino amenizando la noche; hacían de la velada una perfecta ocasión. Pero nada de eso importaba tanto como el tener en frente a Frank, y más cuando esté no dejaba de mirarla.
Con su intensa mirada esa que le era imposible dejar de mirar. Cada minuto que pasaba sus ojos profundizaban más la conexión que sentían en ese momento, realmente parecía como si se estuvieran hablando sin necesidad de palabras.

Una vez mas son interrumpidos y en ese momento ella sentío la desconexión y se sintió rara, vacía, a decir verdad. Se disculpó y se dirigío al baño, una vez allí frente al espejo, se pregunto ¿qué estaba pasando?, ¿acaso el sintió lo mismo? ¿Que se supone que debia hacer ahora? Respiro hondo y trato de tranquilizarse, se refresco la cara con unas cuantas gotas de agua para poder despabilarse.
Al cabo de unos minutos de estar maquinando ideas en su pobre cabeza decide volver y afrontar lo que sea que haya sentido, sea lo que sea, iba a seguir sus impulsos. Después de todo no tenia nada que perder y quizás tenía mucho para ganar.

Pero él ya no estaba en la mesa, casi todos se habían levantado a bailar o saludar a otras personas. Sentía una presión horrible en el pecho, se había ido y ella sintió decepción y se sentia idiota, sentía en ese momento mucha rabia de mi misma.
Se fue a la terraza para que la brisa de la noche la ayudarán a calmarse un poco. Y para su sorpresa lo encuentra, no se había retirado ahí estaba, fumando. Ella sin esperar le habló.

- ¿sabes que eso puede matarte?

- De algo hay que morirse - contesto dándose la vuelta - ¿creí que te habías ido?

- Yo pensé lo mismo, y admito que estaba un poco decepcionada

- ¿Por qué?

- Tal vez sea porque, quería seguir mirándote

- A mí también me gusta mirarte, estar contigo - mientras le hablaba se iba acercando donde estaba- Si, me gusta tenerte cerca...

Quedaron frente a frente, el tomo su rostro y la beso sin que ella se lo esperara, un pequeño beso pero que la hizo temblar, por suerte él no lo notó, para su suerte. Al alejarse lentamente lo miro

- Me robaste un beso - dijo juguetona y completamente ruborizada

- No hay nada mas rico que un beso robado a la persona que te gusta

- Entonces lo probare

De puntas de pie le tomo del cuello de su camisa y lo atrajo hacia ella juntando sus labios. Este beso fue mas prolongado que el anterior y realmente fue casi como se lo imaginaba, en ese momento sintío que todo alrededor se había detenido. Él la acerco más tomándola de la espalda, se besaron hasta quedar sin aliento. Al separarse quedaron con sus frentes unidas y medio abrazados sin decir nada, hasta que Frank rompió el silencio

- ¿vendrías conmigo?

En ese momento no quería otra cosa que seguir con él, volver a sentir sus labios y más mucho más.

- No se a donde quieras llevarme, pero me voy contigo adonde sea

Con una mano en la cintura y con la otra en la mejilla, cerca de su oído, él le susurra

- Me gusta que confíes en mí, y prometo que no te vas arrepentir. Ven vámonos de aquí

No se despidieron de nadie, salieron sin que nadie los viera y eso era mucho decir ya que ambos eran famosos y siempre estan en el foco mediático, y si bien ya hace casi tres años que ella no venia trabajando, la prensa nunca descansa, siempre están al tanto de lo que hace y deja de hacer.

Llegaron a un edificio medianamente lujoso situado en el lado este de la ciudad.

- Bienvenida, esté es mi hogar aquí en New York, la verdad es que odio los hoteles por eso compre esto, no es la gran cosa, pero es todo lo que necesito

- Yo pienso lo mismo, no hay nada mas impersonal y molesto que los hoteles

- Algo en común - dice mientras enciende las luces

- Es lindo - dice mientras hecha un vistazo al lugar - pocos muebles, pero lindo - ambos sonríen

- Hey¡ no vivo aquí exactamente así que no necesito más que estos

- Solo te hacia una broma

- Lo sé, ¿quieres algo de beber?

- No, gracias así estoy bien

Se acercó a ella tomo sus manos y las beso, para luego decirle

- Aquí estamos ¿Qué vamos hacer?

- Lo que vinimos hacer - tratando de parecer lo más segura posible. Ambos eran adultos y ambos sabían lo que querían del otro, pero aún así los nervios a ella no la abandonaban.

El puso sus manos en la cintura y ella rodeando su cuello con sus brazos, iniciando con los besos cada vez mas necesitados e intensos. La presiona mas hacia él, subiendo y bajando sus manos por la espalda, mientas se dirigen hacia el dormitorio sin abandonar los besos.
Besa su cuello, su pecho llegando hasta el escote, encuentra el cierre del vestido y lo baja al mismo tiempo que ella desabrocha los botones de su camisa, mientras los besos no dan tregua, logran sacarse las prendas que no hacian mas que estorbar quedando ambos en ropa interior, no paso mucho tiempo cuando, finalmente quedaron completamente desnudos

- Mira lo perfecta que eres - dijo cerca de mis labios

La acuesta en la cama y riega su cuerpo de dulces besos, suaves y precisos, llegando y apoderándose con decisión enloquecedora de sus voluminosos pechos, lo cual hace que ella comience a delirar por el tacto húmedo de su lengua. Introduce uno de sus dedos entre los pliegues y al notar que estaba mas que preparada para recibirlo, se estira hasta a su mesa de luz buscando la protección adecuada y sin mas, sé estregan en esa pasión incontenible.
Gimiendo ambos sintiendo el placer a pleno que recorría sus cuerpos. El dulce sabor de salivas mezcladas, la temperatura que subía entre ambos, las manos de el que tallaban los muslos de esa mujer soñada, subiendo y bajando sigilosamente que la hacían volar, todo se hacía cada vez más intenso. Lo abrazo con sus piernas y brazos, lo quería aun mas cerca suyo, rozo sus muslos como pidiendo le que entre más en ella, como si eso fuera posible.

Vibraron borrachos del inexplicable éxtasis que los invadía, era la primera vez que estában juntos, pero sabían exactamente como tratar el cuerpo del otro, como si se extrañaran como si se volvieran a encontrar luego de un tiempo de haber estado separados. Y en ese mar de éxtasis sucumbieron en un clímax excepcional casi al mismo tiempo.

Agitados los dos y el todavía dentro de ella, se miraron sin necesidad de decir nada, y posando su frente con la de ella quedando por un rato ahí mirándose, como había empezado esa noche sus ojos eran los protagonistas una vez mas para cerrar la noche, esa maravillosa noche.





Mario Benedetti, cito "que buen insomnio si me desvelo sobre tu cuerpo" . Hasta esa mañana esas palabras, para Ana, solo eran palabras, pero al amanecer al lado de Frank comprendio el maravilloso sentido de las mismas.
Entre sus brazos sintiéndose por primera vez en mucho tiempo, completa y feliz, de alguna manera ella quería sentir todo lo que sentío esa noche y ni hablar de ese amanecer a su lado, no estaba soñando, ni era una escena de una película, era la realidad misma.

Frente a frente, parecía aun mas hermoso estando dormido, quería permanecer ahí todo el día, pero sabía que no era posible, todavía no sabia que significaba esa noche para él, aun ella no sabia lo que significaba o que esperar de ésto. Así que sin hacer ruido se salio de la cama tomo su vestido y el resto de sus prendas y se fue de la habitación.

Luego de un mini aseo se puso a observar la ciudad por el ventanal, solo mirando, sin pensar en nada, y eso era raro en ella, ya que su cabeza suele girar y girar con miles de pensamientos, pero ahora estaba calmada, solo tenia flashes de la noche anterior, que solo la hacían sonreír.

- Un millón de dólares por saber en qué estás pensando

Se dio media vuelta para mirarlo con una media sonrisa

- Ni por todo el oro del mundo te dejaría leer mis pensamientos

- ¿Como amaneciste hermosa? - dijo tomando suavemente sus mejillas

- Bien, muy bien.

Luego de besarse un rato la invito a desayunar con el que por supuesto acepto. Tomaron café mientras hablaron de todo un poco, y más sonrisas y más besos; esa mañana pareció eterna y realmente ella quería que así fuera, pero como todo lo bueno llega a su fin esa mañana no fue la excepción.

¿Como se hace para despertar de un sueño, después de haber tocado, sentido y vivido uno?. Pensabas ella ¿Como se calla la mente de esos recuerdos tan bonitos y vivos?
¿Como poder seguir con el día a día después de haber cruzado la franja imaginaria que el amor platónico demanda?
Todo eso pasaba por su cabeza de regreso a casa, y solo pudo dejar todo en manos del tiempo, simplemente seguir un camino completamente a ciegas, y vaya si no supe ver.










BUENO AHI TIENEN EL PRIMER CAPITULO, SUBIRE LO MAS SEGUIDO POSIBLE. ESPERO QUE LES GUSTE LA HISTORIA TANTO COMO A MI HACERLA. SI ES ASI NO ME DEJES SIN SU VOTO, Y SI QUIEREN COMENTAR ESTARIA MAS QUE CONTENTA. NOS ESTAMOS VIENDO BSS

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