Capítulo XXI: Caras vemos, fetiches y verdades no conocemos
El rápido y adictivo ritmo de Satisfied -la canción favorita de Agnes, perteneciente al musical Hamilton- terminaba y daba paso a Meant to Be Yours -la canción favorita de Eliezer del musical Heathers-. Ambos amigos disfrutaban de la música a todo volumen mientras se dirigían al club Aphrodite, Clío tenía que trabajar hasta tarde llevando bebidas a cualquiera que no tuviera mejores planes para pasar año nuevo.
Eliezer había insistido en qué la chica no asistiera aquella noche a trabajar, sin embargo, había descubierto que la podía convencer de todo menos de renunciar a su fuente de ingresos para costear sus estudios, él la entendía o más bien trataba de hacerlo, nunca en su vida había tenido que trabajar, sus padres le compraban todo y lo consentían con caprichos que Agnes no podía permitirse, él tenía un auto y sus estudios asegurados mientras que su amiga solo tenía para lo básico y eso solo cuando a Arile no se le antojaba pasar el fin de semana en el centro comercial o en cualquier otro lado con costos demasiados caros para la rubia. El pelirrojo había engañado varias veces a Agnes aceptando el dinero que le daba para pagar sus salidas en grupo y regresándolo poco después a la cartera de su amiga mientras nadie lo veía.
Como apoyo a la economía de Clío y medida de seguridad para evitar que volvieran a sobrepasarse con ella, el tímido amante de los musicales llevaba a la rubia a su trabajo y a su casa cada fin de semana; sus padres se habían negado a que estuviera fuera de casa hasta altas horas de la noche, sin embargo, una vez que Eliezer les explico la situación de Agnes le permitieron acompañarla bajo la promesa de que no dirían ni una sola palabra de lo que sabían y creían que era verdad y de que él tendría extremo cuidado y avisara en cuanto fuera a casa por muy tarde que fuera. Sus padres creían saber la verdad, pensaban que Agnes había entrado a un trabajo de 3:00 PM a morir, ¿cómo podía decirles que su mejor amiga trabajaba en un prostíbulo y ahí fue donde se hicieron cercanos? ¿Qué pensarían si se enteraban de que iba a ese lugar con Arile en vez de ir a la fiesta de algún chico de la universidad? Juzgarían a Agnes, a Arile y a él, y Clío jamás se lo perdonaría, ella no quería que nadie se enterara de su situación y no traicionaría su confianza, se creía capaz de mantener aquella mentira hasta que pudiera convencerla de renunciar y hacer de la mentira una realidad, él buscaba a diario un mejor trabajo sin nada de éxito.
-No tienes que esperarme -escucho a la rubia decir mientras se estacionaban fuera del club, Evan les apartaba un lugar con la condición de que lo llevaran a casa una vez que su turno terminara, trato que molestaba a Rose e incomodaba a Damon pues iba en contra de no fraternizar fuera del club y aunque Evan había aceptado solo por Agnes, Eliezer tenía la esperanza de que los demás amigos que había hecho en el club quisieran ser parte del acuerdo, desde que había sucedido lo de Agnes él se preocupaba de que les pasara lo mismo.
-¿Eliezer, estás bien? -pregunto preocupada al verlo tan callado-. Será mejor que vayas a tu casa, puedo regresar sola.
Negó y apagó el auto, el radio se había callado y el silencio se torno incómodo, él le sonrió y guardo las llaves del auto en el bolsillo de su pantalón. -Todo está bien, solo pensaba que jamás me hubiera imaginado que la chica callada y de mirada penetrante se convertiría en mi mejor amiga.
Ella sonrió y lo abrazo agradecida de tenerlo con ella, aunque le apenaba tenerlo a su lado en el club la verdad es que se sentía aliviada de que estuviera cerca, aún no superaba el pasado, pero si había buscado ayuda y ahora dos veces a la semana iba a terapia y, aunque aún existía el recuerdo de un cuerpo pesado sobre ella y el dolor que había sentido en todo su cuerpo, ya podía dormir sin que en sus sueños aquella experiencia se repitiera sin cesar. Mejoraba a ritmo lento, pero mejoraba que era lo que importa, aunque no había dicho en voz alta el nombre de su violador ni había dado a conocer su identidad, aún temía que él volviera a tratar de abusar de ella, sin embargo, ahora cargaba un gas pimienta y un llavero con navaja para intentar defenderse, esperaba que con Eliezer ahí con ella no tuviera que volver a ser víctima de aquel hombre.
-Ya es tarde y Rose me matara si demoro más, pero saliendo de aquí quiero que me expliques eso de la mirada penetrante que dices que tengo.
Eliezer asintió y salió del auto yendo detrás de ella hasta que llegaron a la barra y Rose le ordenó que hiciera su trabajo, él le aseguro que estaría ahí hasta que terminara su turno y que no la dejaría sola, la estaría esperando con un refresco en la mano y una eterna sonrisa que le brindaba seguridad.
☆゚.*・。゚
-Te dije que dejaras de molestar, ¡estás distrayendo a Evan! -grito Rose antes de alejarse de la barra y, mientras Eliezer sonreía despreocupado, Evan se avergonzaba y esperaba impaciente a qué Damon atendiera su pedido.
-¿Sigues enojado? -se atrevió a preguntar desviando la mirada en cuanto el rubio volteó hacia él, no quería ser testigo nuevamente de su tristeza y molestia, sabía que lo había herido y aún las palabras "no es como si quisiéramos ser menos de lo que merecemos" se repetían en su cabeza cada que pensaba en él.
Un indignado "Jum" salió de los labios del chico provocando una sonrisa incontenible en el pelirrojo, no quería negar más que él le gustaba, aunque no fuera recíproco.
-No sé si de verdad eres idiota o si solo te gusta fingir serlo, me lo he estado preguntando mucho.
Eliezer lo encaro sorprendido, se veía siendo ofendido por cualquiera menos por él. -¿Así que has pensado mucho en mi?
Evan puso los ojos en blanco antes de regresar su atención a Damon que intencionalmente lo ignoraba para darle más tiempo a Eliezer de hablar con él. -Esta actitud no te queda nada bien, tal vez sea el alcohol lo que te hace comportarte así.
-Pero si no he tomado nada más que refresco.
-¡Entonces lo idiota te sale natural! -replico molesto golpeando la barra -¡Rápido Damon, un cliente espera!
Damon respondió el llamado sirviendo lo que el rubio le pedía, mientras tanto Evan se movía ansioso esperando irse pronto de ahí.
-¿Tu cliente no puede venir por si mismo por una bebida?
Evan sonrió con burla -No si se encuentra desnudo en una cama.
La respuesta se sintió como si un cuchillo atravesara el pecho de Eliezer provocando que su mirada cayera y la buena actitud lo abandonara, Evan parecía haberlo notado pues su hostilidad desapareció siendo suplantadas por la vergüenza.
-Sabes que soy un prostituto...- susurro con dolor, otra vez Eliezer lo hacía sentirse mal y aquello lo mataba pues de verdad le agradaba e incluso podía decir que le gustaba un poco, pero siempre lo lastimaba con sus palabras, siempre lo hacía recordarse lo sucio que era por trabajar en aquel lugar.
-Tu lo dijiste una vez, Agnes no es cómo nosotros, ella no sé acuesta por dinero, pero yo sí lo hago, es mi trabajo.
-¿Cómo sabes su nombre? -pregunto sorprendido y preocupado.
-Se te escapó su nombre la última vez que me trataste como una persona y no como una escoria -el resentimiento en su voz y la expresión desesperada del chico frente a él le recordaron la razón del porque no debía fraternizar con nadie fuera del club, nadie dentro de ahí lo juzgaba por lo que hacía, pero cualquiera que lo conociera y después se enterara de lo que hacía por las noches lo rechazaría por mucho que dijera apreciarlo, él también lo haría de estar en otra situación.
-¡No creo que seas una escoria! -aseguro Eliezer, aunque no estaba muy convencido de que Evan lo hubiera escuchado ya que mientras lo decía Damon le entregaba sus bebidas, antes de que pudiera detenerlo el chico se había ido hacia los cuartos privados donde hace meses lo había conocido.
-Trate de ayudarte, pero tenías que arruinarlo todo, si eres un idiota -escucho a Damon decir mientras intentaba decidirse entre ir tras Evan o quedarse en espera a que Agnes regresara. -Ni siquiera lo intentes maldito, bastantes lágrimas ha derramado por tu culpa como para que vayas a intentar solucionar una relación que ya no tiene arreglo.
-Yo no quería...
-Pero lo hiciste que es lo que importa, no me interesa que lo hayas dicho sin pensar y tu intención haya sido otra, lo lastimaste y te ayude a herirlo más.
-¿Me ayudaste? No hiciste más que dejar que la discusión continuara.
Damon negó furioso consigo mismo -Te deje hablar con él con la esperanza de que te disculparas y aceptaras tus errores, es obvio que debí evitar que le dirigieras la palabra.
-¡No quería lastimarlo! -insistió intentando que su mirada cambiará de una acusadora a una comprensiva.
-Ya lo dijo Damon, no creo que sea necesario repetirlo -dijo una voz tras de él-. Vete de aquí Eliezer, le diré a Agnes que la esperas afuera -prometió Rose con seriedad.
Eliezer no tuvo otra opción más que salir del club, no le perdonarían lo que hizo. Rose, Evan y Damon eran amigos y se protegían entre ellos, aunque insistieran en negarlo, solo entre ellos se entendían y esperaba que Agnes no fuera rechazada en aquel pequeño círculo social por culpa suya.
Mientras salía pudo escuchar una voz conocida conversando en la entrada al club con un hombre que parecía estar incómodo en aquella situación.
-Quiero volver a estar con esa chica.
-Ya te lo dije, tengo suerte de que haya decidido regresar, Leila ni siquiera se atrevió a venir y presentar su renuncia luego de pasar un rato a solas contigo.
Eliezer detuvo su caminar para no interrumpirlo, quería saber de quién era la voz sin revelar su presencia en el club, si era algún conocido tendría serios problemas con sus padres.
-Y yo ya te dije que no me interesa lo que tengas que hacer para que ella acceda a volver a pasarla conmigo, no quieres problemas, ambos lo sabemos muy bien.
El interlocutor trago grueso asustado por aquella nada amistosa amenaza. -Joseph, ella ha venido con un chico desde que tú ammm...
-¿Yo qué? Dilo Matthew si es que tienes el valor, yo no hice nada más que darle una buena paga por sus servicios.
El jefe del prostíbulo asintió, él sabía que lo que Matthew hacia a esas chicas se le llamaba violación, pero no se creía capaz de decirlo en voz alta.
-¡Lo sé amigo! Obvio que lo sé, yo solo decía que ella ha venido con un chico y no creo que él te deje acercarte, no le quita la vista de encima.
Joseph gruño molesto antes de tomar con fuerza el hombro de su amigo y apretarlo con fuerza. -¿Quién demonios es el chico?
-No lo sé, es alto y delgado, de piel pálida y pecosa, tiene cabello pelirrojo y ojos verdes, usa lentes y en ocasiones viene con otra chica castaña, con ojos cafés, piel bronceada y estilo gótico -respondió asustado y con rapidez, esperaba que lo soltara en cuanto obtuviera respuesta, pero en cambio el dolor en su hombro creció aún más, no le había hecho feliz saber que su hija acudía a aquel club, era un alivio que jamás se la hubiera encontrado aunque le preocupaba saber que en aquellos momentos ella y Eliezer podían estar dentro.
-¿Están dentro?
Matthew negó y posteriormente asintió enojando aún más al hombre -Ella no, no la he visto en días, pero él si, está en la barra conversando con mis chicos.
Eliezer comenzó a retroceder temiendo que lo encontraran, su miedo creció al oír que iban tras él y sin saber qué más hacer corrió hacia la pista de baile y busco a Agnes con urgencia, no debían encontrarlos ahí. Al ver a Agnes la tomo por la muñeca y se la llevó sin darle ninguna explicación hasta alguna habitación privada. Para su fortuna o desgracia, Eliezer realmente no sabía que sería mejor o peor, la habitación a la que entraron era en la que Evan estaba arrodillado sobre la cama complaciendo a un cliente que les gritó para que se fueran. El rubio al verlos trato de cubrirse con una sábana y soltarse del hombre que estaba tras de él agarrándolo con fuerza por las muñecas.
-¡¿Qué carajos te sucede?!
-Por favor, necesitamos escondernos -rogo en un susurro disipando la furia del rubio.
-Entren al baño, después me explicarán.
-¿Disculpa? ¡Estoy pagándote por tus servicios! -rezongo el cliente agarrando a Evan y penetrándolo con fuerza -¿Quieres que Matthew sepa de tu incompetencia?
Evan hizo una mueca de dolor y cerro los ojos avergonzado de que Agnes y Eliezer lo vieran en tal posición, sin embargo, al abrir los ojos no vio asco ni repulsión en sus amigos, más bien vio preocupación en los ojos de la rubia y una desesperación muy diferente a la que había visto hace unos minutos en Eliezer, él no estaría ahí si no fuera importante el que nadie los encontrara.
-Lo siento cariño, pero debes irte -contesto al cliente soltándose de nuevo y alejándose de él-. Puedes decirle a Matthew todo lo que quieras de mi, realmente me importa una mierda lo que sea que le digas, la paga ya me la diste y hay muchos morbosos asquerosos en este lugar, uno menos no hará daño al club.
El hombre se levantó de la cama y trato de acercarse a Evan que ya estaba lejos de él y cubriendo lo más que podía de su desnudes. -Mira niño, si no cumples con tu parte quien sea que los este buscando va a encontrarlos antes de que puedan huir.
-Ve y dile a esa persona donde estamos, para cuándo lo hayas hecho ya no estaremos aquí, pero una cosa si te digo, tu billetera y tu celular me los quedo yo y estoy seguro de que el número de la pobre de tu esposa está aquí y que le encantará saber que su marido viene a cogerse a un joven muchacho todos los fines de semana -amenazo Evan con calma, no podía darse el lujo de mostrar que temía lo que pudiera pasar si su jefe recibía una queja suya, la seguridad de Agnes y Eliezer dependía de ello.
El hombre mostró nerviosismo ante las palabras del muchacho y con el orgullo herido acepto no decir nada siempre y cuando le devolvieran la cartera, el celular podían quedárselo si juraban no llamar a su esposa.
-Dalo por hecho bastardo- respondió Evan mientras el cliente se vestía nuevamente y tomaba sus cosas -Gracias, vuelva pronto- escucho él hombre decir antes de salir con discreción de la habitación.
Al quedarse solos Evan se sentó en la cama aliviado mientras Eliezer corría a ponerle seguro a la puerta y Agnes le pasaba sus prendas que estaban tiradas por toda la habitación.
-Bien, ahora ustedes dos, díganme lo que está pasando.
-En pocas palabras, Joseph Darren nos está buscando -respondió Eliezer sentándose a su lado, ante sus palabras Agnes se soltó a llorar angustiada, ambos chicos tuvieron que ayudarla a vencer al ataque de ansiedad que no le permitía respirar.
Esa noche la rubia les contó como Joseph Darren la había destrozado y mientras los tres esperaban el momento perfecto para largarse del club sin ser vistos, Evan y Eliezer hicieron las paces ayudando a la pobre chica que trataba de luchar contra el dolor que le provocaba el que supieran la verdad, pero la verdad no les importaba, solo querían que dejara de llorar y volviera a ser la inocente chica que no sabía lo que le esperaba al poner un pie en ese horrible lugar.
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