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Capítulo VIII: Cruda verdad

—Arile no deberíamos estar aquí— Dijo temeroso un chico pelirrojo que era arrastrado por su mejor amiga hacia un club nocturno.

—Tranquilo, somos adultos y papi no se enterará— Le aseguro su acompañante que vestía un ajustado vestido negro que combinaba con su maquillaje oscuro y labios negros.

—No me preocupa tu papi— Exclamo el chico siendo arrastrado a la barra del bar por su amiga —Me preocupa Jared ¿Qué harás si se llegara a enterar?

—¿Quién podría decirle? ¿Tú?— Preguntó burlona mientras llamaba al cantinero —Además no es como si no supiera que me engañó con la zorra de Vanessa— Dijo con voz apagada sin prestarle atención al desconcertado de su amigo.

—¿Cómo lo sabes?— Preguntó sin poder creer lo que su mejor amiga acababa de decirle.

La chica lo miro y le sonrió tristemente, bajo la mirada buscando su celular y se lo entregó mostrándole unas fotos —Es de la fiesta de cumpleaños de Vanessa— Le explico sin ánimos mientras él analizaba minuciosamente las pruebas de la infidelidad de su hermano.

—Hace meses de esto Ari ¿Por qué no terminaste con él?— Observó a su amiga que solo se hincaba de hombros contestando su pregunta —¿Cómo conseguiste esto? No estabas ahí— Bajo la mirada al celular y volvió a observar la fotografía que más lo había desconcertado, era su hermano sentado en el sillón tomando fuertemente de la cintura a una chica castaña sin blusa y besándole el cuello sin percatarse de la presencia de los demás que al igual que él estaban borrachos y no pensaban con claridad.

—Un perdedor de la carrera de Derecho me la envio, al parecer Jared ni siquiera se percató de que no estaba en un lugar privado hasta que sintió como le tomaban fotos junto a su putita— La chica le arrebató el celular a Eliezer que no acababa de comprender la actitud de su amiga quien al momento de que el cantinero se presentara ante ellos cambió su actitud melancólica a una coqueta —Hola guapo— Saludo provocando una sonrisa en el cantinero —Hoy queremos divertirnos así que por favor dame un Old Fashioned  y un  Whisky Sour y te agradecería si pudieras encontrarnos un poco de compañía— Pidió jugando con su cabello y provocando vergüenza en Eliezer al ser observado por el cantinero que después de unos momentos exclamó alegremente —Claro que si ¿Alguna idea en especial?— Preguntó sonriendo aún más por el contraste de actitud entre los dos amigos.

—Nada en especial, solo que sepan hacer muy bien su trabajo— Arile tomó por el brazo a Eliezer antes de que este huyera —¿Tienes algo mejor que hacer?— Le preguntó sosteniéndolo firmemente haciendo que el chico negara con la cabeza resignado a cumplir los deseos de su amiga —Oh cierto se me olvidaba— Dijo con dramatismo fijando su mirada en quien los atendía —Que sean dos hombres por favor— Pidió con una sonrisa complacida por el cambio de actitud del pelirrojo que avergonzado se sentó a lado de su amiga mientras esperaban que el cantinero les entregara sus ordenes.

—¿Tan molesta estás como para engañarlo?— Le preguntó Eliezer esperanzado que su amiga cambiara de opinión pero ella no lo haría, estaba dolida y quería vengarse de Jared aunque no estaba segura de que la manera en que lo haría fuera la correcta pero ya no había vuelta atrás; el chico que los atendía le entregó sus tragos y le indicó las habitaciones que podrían ocupar explicándoles cuánto tendrían que pagar por hora y las condiciones para que el encuentro fueran satisfactorias para todos, Arile asintió decidida a cumplir por lo que había ido a ese lugar, tomó su bebida y le indico a su amigo que la siguiera, lentamente comenzaron a caminar a las habitaciones encontrándose a varias personas que bailaban en el escenario y servían bebidas vestidas muy provocadoramente, la castaña se llegó a preguntar en su trayecto al cuarto ¿Cómo era posible que alguien pudiera venderse de esa manera? No parecía desagradarles su vida, al contrario, bailaban y se acercaban a las personas como si lo que hicieran fuera lo más normal del mundo ¿Cómo era eso posible?.

En el trayecto una chica pelinegra chocó contra ellos tirando las bebidas que traían al suelo molestando a la castaña —¡Hey, ten más cuidado!— Dijo furiosa mientras se limpiaba el poco líquido que había caído sobre ella.

—No te molestes, no es para tanto— Le regaño Eliezer agachándose para ayudar a la chica.

—¡Zorrita! ¿Dónde están mis bebidas?— Se escuchó el grito de un hombre furioso, la pobre camarera se apresuró a recoger los pedazos de vidrio roto sin embargo terminó cortándose por la prisa que llevaba.

—Yo te ayudo Rose, ve a reponer las bebidas— Dijo una muchacha teñida de rosa y vestida igual de provocadora que ella ya que era su compañera, la pelinegra asintió y agradeció al pelirrojo por la ayuda, tras ver a su compañera marcharse se agacho llamando la atención de los hombres a su alrededor, un poco incómoda comenzó a recoger los vidrios con tranquilidad para evitar lastimarse —Gracias por la ayuda, puedes irte si quieres— Agradeció sin prestarle atención al chico que la vio fijamente al reconocer su voz, la muchacha terminó de recoger y miró al joven extrañada por no recibir respuesta pero el rostro que encontró la hizo palidecer.

—¿Agnes?— El muchacho la observaba fijamente tratando de reconocerla por completo pero sin lugar a dudas era ella, su compañera de la universidad. La chica simplemente bajó la mirada y dio media vuelta dispuesta a marcharse pero fue detenida por Arile.

—¿Agnes? ¿La mojigata?— Pregunto la castaña divertida y la jalo del brazo logrando hacer que se volteara —No me lo creo— Exclamó carcajeándose y avergonzando a la muchacha que lo único que quería era que la tierra se la tragara —Quien te viera chica— Se burló soltándola y alejándose de ella —Me encantaría seguir divirtiéndome con esto pero tengo cosas más importantes que hacer— Tomó al pelirrojo del brazo y se lo llevó a las habitaciones mientras seguía burlándose de la muchacha que al verlos marcharse corrió a la salida del personal del club, una vez afuera dejó de contener las lágrimas y comenzó a llorar desconsolada, si ellos lo sabían no tardaría la escuela entera en enterarse ¿Cómo explicaría esto? Sería la burla de la escuela ¿Qué dirían sus padres si se enteraban? No podía abandonar su trabajo, necesitaba el dinero, tendría que convencerlos de que se mantuvieran callados y no revelaran su secreto, haría lo que fuera para que no revelaran el secreto.

—Clío, Damon quiere que lleves bebidas al privado 5 y 6— Comenzó a decir Rose hasta que la vio llorar —Yo los llevaré si quieres— Se acercó a ella preocupada —¿Todo bien? Sé que la regla dentro del club es no hablar de nuestras vidas personales pero estas semanas han sido dificil y solo por hoy podemos hacer una excepción— La abrazo tratando de calmarla.

—Todo bien Rose— Dijo la chica teñida tratando de tranquilizarse —¿Puedes ayudarme? Odio entregar pedidos a las habitaciones— Preguntó más calmada secándose las lágrimas.

—Claro que si, yo llevaré al 6 ¿Está bien?— Pregunto la pelinegra viendo como su compañera asentía, sonrió al verla más tranquila y entró junto con ella al local, no se conocían demasiado, estaba prohibido hablar de sus vidas personales pero eran buenas compañeras de trabajo, se apoyaban siempre que podían y era por ello que le afectaba verla llorar, tal vez al principio había sido mala pero con el paso del tiempo le había tomado cariño y aunque no podía preguntar el porqué de su llanto si podía tratar de animarla aunque fuera difícil dada la situación que compartían.

En la habitación número 6 la situación era diferente, los jadeos y gemidos inundaban las cuatro paredes donde una chica cumplia una venganza y un chico simplemente se divertía como nunca lo había hecho con algún cliente; la castaña se había abalanzado hacia él en cuanto le vio entrar, no hubo tiempo de juegos previos, la muchacha no quería un falso romance con él, solo quería divertirse, por su parte el joven no se molestó en ser amable con ella, había escuchado su conversación mientras la atendía y sabía perfectamente lo que quería, vengarse, divertirse y disfrutar de un enorme placer, y mientras era cabalgado por aquella castaña se permitió disfrutar de aquel encuentro, pensar por un momento que no lo hacía por obligación sino por gusto porque era verdad, tras escuchar la conversación él decidió entrar a aquel cuarto porque la cliente le atraía, de haberlo deseado hubiera enviado a algún compañero a complacerla pero no, estaba harto de acostarse con quien fuera aunque no le atrajera en lo más mínimo y si por lo menos una vez en aquel trabajo podía darse el lujo de disfrutar lo haría; con facilidad Damon levantó a la joven y se sentó en el borde de la cama abrazándola para que no cayera.  

—¿Qué tengo permitido hacerte?— Preguntó a la joven mientras besaba su cuello.

—Lo que quieras— Dijo jadeante mientras el chico subía la velocidad de sus movimientos haciéndola estremecer.

Mientras tanto en la habitación contigua ambos chicos se encontraban sentados en la cama tratando de ignorar los jadeos de la pareja que los había obligado encerrarse juntos creyendo que al igual que ellos tendrían un buen acostón cosa que obviamente no sucedería, Evan había sido rechazado por el chico cuando trato besarlo, el pelirrojo no quería algo de una sola noche, no se sentía como con ello y no pensaba entregarle su cuerpo a alguien que noche tras noche se acostaba con quien pudiera pagarle, no despreciaba al rubio por ello, por supuesto que no, simplemente no quería ser uno más en la vida de alguien quien posiblemente, si se lo pedía, le diría te amo y fingiría hacerlo de verdad si eso le complacía. 

—¿Qué quieres hacer?— Le pregunto el rubio incómodo por la situación, en ese momento un fuerte gemido se escuchó desde la otra habitación haciendo sonrojar a Eliezer —Malditas paredes de papel— Se quejo Evan sonrojándose levemente por lo que oía, sabía que Damon era un buen amante pero por Dios como gritaba esa chica —¿Qué te parece si les arruinamos la fiesta? Apuesto a que si hacemos un gran escándalo se les baja lo calientes y paran con nuestra tortura— Bromeó haciendo reír la pelirrojo y antes de levantarse escuchó como los ruidos habían cesado al igual que como tocaban la puerta de su habitación.

—Yo abriré— Informó Eliezer antes de que su compañero fuera a abrir la puerta, no es que no le gustara o no le agradara pero la situación le incomodaba y quería despejarse un momento cosa que no sucedió ya que al abrir la puerta era Agnes quien iba a entregarles bebidas y que al verlo bajo la mirada y le hizo la entrega tratando de marcharse siendo detenida por el chico.

—Dejame, creo que estás ocupado— Dijo Clío tratando de soltarse.

—Puede esperar— Aseguró el pelirrojo —Hablemos, por favor.

—No, lo único que debes de saber es que tú no estuviste aquí, nunca me viste, seguimos sin saber más del otro y por favor, mantén a la gótica callada.

El chico río ante el apodo que Agnes tenía para su amiga y la dejó irse, tras hacerlo entro a la habitación de nuevo, no pensaba acostarse con el rubio pero por lo menos tendría una buena charla con él, después de todo era dinero perdido de Arile no suyo pero lo que no sabía era que Agnes no podría dormir en toda la noche por el temor a que su secreto fuera revelado aunque él no pensaba a contarlo pero ¿Y Arile? Tendría que hablar con ella seriamente, convencerla de no humillar a la pobre chica, dejarlo pasar y olvidarlo pero sería difícil y la única manera de mantenerla callada sería ideando un buen plan y tener información que ella no quisiera que fuera revelada.

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Tan tan taaaaan
¡Nuevo capítulo! ¿Qué creen que suceda? ¿Creen que Arile les cuente a los demás sobre Clío?

Si les gustó voten y comenten, lamentablemente les traigo un aviso importante y es que las próximas dos semanas no voy a poder a actualizar ya que comienza mi época de exámenes sin embargo prometo llegar un buen capítulo después de este tiempo. Muchas gracias por leer ♥️

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