Capítulo I: Necesidad
Cinco meses habían pasado desde que su madre decidió que ya era lo suficientemente mayor como para vivir sola en la casa en la que alguna vez habían pasado momentos felices sus padres a su lado, llevaban ya 2 años divorciados y aún no se toleraban, no podían convivir pacíficamente por lo que su padre terminó alejándose de ellas, no es como si lo culpara, la infidelidad por parte de su madre con el mejor amigo de su esposo era imperdonable pero no era justo que por sus errores la hicieran pagar, dolió cuando su progenitora decidió marcharse con su nuevo novio, no es como si se muriera de hambre, sus padres aunque habían cortado lazos afectuosos con ella seguían manteniéndola dándole el dinero necesario para los servicios de luz, agua, gas e internet junto con lo suficiente para comprar despensa que durara un mes pero ¿Y la escuela? La carrera le exigía comprar materiales demasiados caros pero fundamentales para su desarrollo educativo, estaba a punto de terminar su segundo año en la universidad, lo más importante comenzaría en cuanto terminaran las vacaciones y como veía las cosas no podría comprar el material.
Los sonidos de las risas detrás de ella la sobresaltaron, sus compañeras veían videos graciosos mientras esperaban la llegada del profesor de la última clase del día, con envidia observó a las chicas disimuladamente y sonrió con tristeza, llevaba un año completamente sola, su única amistad había abandonado la escuela a finales del primer año debido a una enfermedad y no sabía cómo acercárseles a sus compañeros, nunca se le había dado socializar y ver los pequeños círculos sociales dentro de la escuela solo la deprimian y la hacían sentir que no pertenecía ahí.
Tras 40 minutos de clases las vacaciones se hicieron presentes y todos los grupos de amigos se dispersaron por los pasillos a disfrutar el merecido descanso en cambio ella solo cruzó el campus en soledad rumbo a la parada del camión que la llevaría al metro camino a casa, antes de salir pudo visualizar a una chica un año mayor que ella de cabello negro y estilo gótico acompañada de un compañero de su curso alto y pelirrojo, a paso veloz se alejó de ellos y llegó a la parada del camión que se encontraba solitaria, cansada se dispuso a esperar el camión jugueteando con un adorno de su mochila, tras varios minutos una joven castaña llegó apresuradamente a lado de su novia pelirroja que no dejaba de besarla, incómoda volteo la mirada y al visualizar al camión que poco después se detuvo ante ella subió apresuradamente y se sentó hasta el fondo del autobús, detrás de ella subió la chica castaña sentándose frente a ella, la conocía bien, era de tercer año del curso de derecho y los rumores decían que se había involucrado con personas peligrosas pero parecía que a ella no le importa ya que siempre se le veía con una amplia sonrisa, se la encontraba todos los días al llegar y salir de la escuela pero nunca se había atrevido a hablarle, era demasiado tímida para hacerlo, tratando de disipar su tristeza se acomodo en el asiento y abrazó su mochila dispuesta a dormirse ya que el viaje sería largo.
Apresurada la chica bajó del autobús y caminó hacia el metro dispuesta a ir a visitar a su padre y contarle su situación porque tal vez le ayudaría aunque sea la mitad del año escolar; tras un largo trayecto por fin logro llegar y al estar frente a la puerta la inseguridad la invadió, titubeante la chica tocó a la puerta esperando que le abrieran, con nerviosismo arregló su rubio y teñido cabello de azul en una coleta de caballo, saco su celular y se miró en la pantalla arreglando los mechones sueltos, sus ojos grises se fijaron en su reflejo, era bonita y poseía una buena figura sin embargo su personalidad no le favorecía en lo absoluto, con razón estaba sola.
-¿Quién es?- Una alegre voz sonó tras la puerta mientras le abría -Oh Agnes eres tú, pasa querida- Dijo su futura madrastra dejándola entrar.
-Gracias ¿Está mi padre?- Pregunto seria.
-Si claro, le avisaré que viniste, por favor siéntate- La sonriente mujer se encaminó a buscar a su futuro marido dejando a la peliazul en la sala que observó con dolor la nueva vida de su padre, le extrañaba pero por más que lo intentaba no podía acercarse a él, la quería fuera de su vida y cada que podía se lo hacía notar.
-Agnes ¿Qué necesitas?- La voz del hombre resonó desde las escaleras molesto por su presencia.
-Hola papá- Saludo con la esperanza de que la expresión de su padre cambiara a una más amorosa cosa que no sucedió y tras dar un suspiro continuó -El costo de los materiales será más alto este año, se viene lo más importante- Explicó con la mirada baja.
-¿Y?- La gélida voz de su padre provocó que las lágrimas estuvieran a punto de salir de sus ojos y con dolor se aclaró la garganta y lo miro.
-Necesito más dinero- Dijo sin rodeos.
Su padre la observó en silencio tras un largo tiempo sin mostrar emoción alguna y después de torturarla con su silencio hablo -No.
-Pero padre...
-Dije que no, habla con tu madre o administra mejor lo que te damos, si derrochas el dinero que te damos en tus tontos tintes de cabello no tienes derecho a venir a pedir más- Sus palabras lograron conseguir que las lágrimas corrieran por las mejillas de su hija que lo veía dolida -Ahora vete Agnes.
La chica salió del hogar furiosa con él y fue directo a ver a su madre con la esperanza de que le brindara ayuda pero no fue así, ni siquiera estaba ahí, tras llamarle varias veces finalmente contestó, estaba en Chicago visitando a la familia de su novio y ni siquiera la dejó terminar con su petición, tras escuchar un poco le dijo que debía visitar a su padre para que la ayudara con lo necesario y colgó sin siquiera despedirse de ella, desesperanzada Agnes volvió a su solitaria y fría casa ¿A caso era mala hija? ¿Por qué ninguno de los dos la quería? Vivían sus vidas como si ella no existiera, no iban a visitarla nunca, ni siquiera en días festivos, olvidaban su cumpleaños cada año que pasaba y cuando ella les llamaba siempre la ignoraban, necesitaba insistir para que le contestaran con voz fastidiada.
Al llegar a casa se recostó en el sofá y encendió la televisión tratando de despejar la mente cosa que no sucedió ¿Cómo conseguiría pagar los materiales de la escuela? Faltaban dos años para graduarse como psicóloga, tal vez si racionaba lo que comía y disminuía el uso de agua y gas lograría juntar un poco de dinero para los gastos universitarios, podía buscar cosas que no utilizara y pudiera vender, suspiró, apagó la televisión y subió hacia su habitación, lo lograría aunque tuviera que bañarse con agua fría y comer arroz todo el día, nada ni nadie se lo impediría y con ese pensamiento fue a la cama a descansar soñando con el pasado donde su familia estaba unida y donde todos se querían.
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Hola! Este es un nuevo proyecto en el cual he estado trabajando, debo dar el aviso de que esta historia tendrá contenido no apto para personas sensibles por lo cual debo de pedir que si no es de tu agrado por favor te retires, si continuarás con la lectura te pido discreción y respeto a la hora de comentar. Muchas gracias por leer, si les gusta la historia voten y comenten 🤗✨
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