Palaestra

Haruka 🌬️

Esto será más complicado de lo que esperaba...

Decidí empezar con las pequeñas, al menos para explicarles como vamos a hacer las cosas pero desde hace unos minutos he estado sintiendo la precencia de alguien.

Bueno, más bien dos...

– Maestra Haruka ¿pasa algo?—pregunta la pequeña Mei—

– ¿Porque lo dices?

– Bueno ha estado mirando al frente casi media hora—dice Nikki—¿Está esperando a alguien?

– No —digo seria, aunque se me ocurre algo, sonrió de solo pensarlo— Niñas

– ¿Si Maestra?—dicen las tres niñas al unisono—

– Como primera tarea deberán ponerse en cada esquina de la habitación.

Nos encontramos en uno de los cuartos de entrenamiento de la escuela, este se nos asigno gracias a Geki.

– ¿En las esquinas?—pregunta Loid posicionándose en una esquina, tal y como le indique— ¿No entiendo?

—rio un poco tras su pregunta— Ya lo veras, tu confía.

Las tres ya están en sus pocisiones yo estoy a un extremo, justo detrás de mi hay una gran puerta de entrada.

Dirijo mi mano a esta, al dar mi señal la abriría.

– Bien niñas quiero que entiendan algo–digo haciendo una pausa–ustedes están siendo asechadas por el enemigo ¿Qué hacen en esta situación?

Mientras decía esto hacia señas con mi mirada, esto para indicarles que había alguien detrás de la puerta, tanto Loid como Nikki parecieron no entender de qué se trataba, Mei pareció entender o por lo menos eso quiero creer.

– Estamos encerradas, a la luz de la luna y alguien nos ha seguido—empiezo a alzar la voz— "Deben correr hacia el enemigo"—terminó para después hacer un movimiento de labios sin usar mi voz—

"vengan a mí"

Las tres captaron la idea, así que estuvieron atentas a mis movimientos.

– ¡Ahora!

Las tres corren a mi dirección, en el proceso abro la puerta a mi espalda para revelar a quien nos espía, Mei, Loid y Nikki derribaron a alguien.

– Bien hecho niñas—digo acercándome—Ahora ¿Quien eres tú?

Las chicas se apartan revelando a un niño, este es de tez morena y cabellos anaranjados.

– ¿Soma?—dice Mei con sorpresa—

Las dos niñas presentes y yo volteamos a ver a Mei.

– Mei acaso ¿lo conoces? —pregunta Nikki—

– Algo así.

– Es un mirón—grita Loid— Nos estaba espiando.

– ¿Porque estas afuera a estas horas? ¿Deberías estar en los dormitorios?—digo ayudando al chico a levantarse—

– Bueno yo... Lo lamento mucho.

– ¿Estas lastimado? —pregunta Nikki observando el brazo del pequeño— Hay no creo que lo empujamos muy fuerte.

– Déjame ver —digo sosteniendo su brazo— Parece solo un pequeño rasguño, le hablaré a un maestro para que venga.

– No por favor, si lo hace me meterán en problemas—suplica juntando sus manos—

– Tú mismo los buscate por salir sin permiso.

– ¿Pasa algo Haruka?—pregunta Michiru llegando a donde estábamos—

– Un inconveniente es todo, lo llevaré de regreso—sostengo la mano del niño— Niñas continuaremos mañana, Michiru las llevara a su dormitorio.

– Está bien—dicen al mismo tiempo—

– Descansen—digo para después salir con Soma—

Sostengo al niño de la mano mientras nos adentramos por los oscuros pasillos de Palaestra, noto que el chico parece inquieto.

– Escuchame, no le diré a nade que te escapaste —digo atrayendo su atención—Pero si lo vuelves a repetir no tendré compasión, ¿entendiste?

—el chico asiente apenado— Sí...

– Bien

– Pero tengo una duda—dice con inquietud—

– Adelante

– ¿Porque ellas están a estas horas con usted? Nunca las había visto por aquí.

Que bueno que pude prever esta situación.

– Ellas son niñas especiales, a diferencia de los demás niños ellas tienen problemas para despertar su cosmos—hago pausa mirándolo— Y nos asignaron para entrenarlas, para que vayan a la par con ustedes.

La explicación parecía no convencer al pequeño.

– Pero ellas son nuevas apenas, esa niña Mei la conozco y nunca las hemos visto intentarlo.

Rayos...

– Desde hace tiempo se le notifico a la escuela su llegada, igual que su estado—digo mirándolo, esperando que al menos con esto deje de preguntar, parece ser que funcionó—

– Entiendo, por favor ayudenlas—Dice el pequeño mirándome—

– Tranquilo, ten por seguro que las ayudaremos en todo
—digo con empatia, eso fue suficiente para convencerlo— Oye, ¿Soma? —este asiente— De casualidad ¿no viste a alguien más merodear por la habitación?

– Eh no, solo estába yo —dice con sorpresa—

– Ya veo...

Narración

La mayor y el niño se fueron alejando de donde estaban, a espaldas de ellos se asoma una silueta.

– Eso estuvo cerca

La luz de la luna ilumina a aquella silueta, revelando a un pequeño de largos cabellos castaños y lentes.

– ¿Sailor's?—dice Haruto en un susurro—

Haruto se encontraba confundido, pues nunca en sus nueve años de vida había escuchado algo como eso.

– Tendré que investigar más sobre esto, ¿Porque están aquí?

El chico dispuesto a regresar a su dormitorio escucha cuatro voces femeninas, se trataban de tres niñas con mascaras y una adulta.

El chico uso una técnica de camuflaje para ocultar su precencia.

– Estoy cansada, señorita michiru
—pregunta una pequeña rubia de cabello corto— ¿La maestra Haruka nos va a entrenar en combate?

– Asies, como se les dijo recibirán entrenamientos en combate, conocimiento y estrategia—dice una mujer adulta de cabellos verdosos ondulados— además de que se les  enseñará a manejar sus poderes.

– Entonces si entiendo bien, Haruka nos dará lecciones de combate, usted estrategia y Setsuna nos enseñará a manejar nuestros poderes—dice la pequeña de cabellos obscuros—

—La adulta asiente—Es correcto, pero debido a que aún no despiertan su poder, Setsuna estará ausente durante algunas clases.

– Entonces sí queremos convertirnos en Sailor's debemos dar nuestro mejor esfuerzo—dice la más pequeña de coletillas rubias—Pero que tanto tiempo debemos tener esta mascara puesta.

– Solo mientras estén en público—dice la adulta sonriendo— Oh, ya sabes que pasa cuando una mujer caballero descubre su rostro ante un hombre.

– Amarlo o matarlo—dice la pequeña—No es por faltarle al respeto a la tía Saori, pero se me hace una regla absurda—dice esta quitándose la máscara—

– Nikki no te la quites, que tal si alguien nos ve—dice la de cabello negro—

– Con esta oscuridad no se puede ni ver el piso—bromea la de cortos cabellos rubios—

– Mei tiene razón niñas, aunque no lo crean existen personas que no necesitan de luz para poder verlas—dice la adulta mirando a ambas rubias—así que te sugiero que te pongas la máscara, al menos hasta que lleguemos al dormitorio.

– Está bien señorita Michiru—contesta la pequeña colocándose la máscara—

Las cuatro mujeres continúan su camino, mientras su espía deshace su camuflaje.

– Entonces tú eres esa niña que estuvo conmigo esta mañana, Nikki....

Atte: Capricornio_Omega