53🍒 Solo mia.
El guapo ve como la silueta de Eliza va hundiéndose cada vez más profundo en la oscuridad. La fuerza del agua la arrastra voraz.. Ella baja hasta el fondo, esta por desaparecer. Como si el mar quisiera separarlo. Siente su cerebro protestar por la falta de oxigeno. La presión del agua comienza a hacerse notar. El último impulsó para hundirse hasta que logra alcanzar su pequeño cuerpo. Ahora la lucha es por sacarla a flote. De pronto pierde el control en medio del empuje de una corriente que aparece traicionera repentina y violenta. Se le escapa el poco aire que le queda de reserva. Todo se oscurece, su cabeza se abomba. La sal quema su garganta. Intenta sujetarla, se aferra, lo intenta. Sus músculos protestan por la falta de oxigeno. Todo se ve borroso. En medio de un calambre siente una mano en la muñeca sujetando fuerte. Lo hace reaccionar. Mike lo esta viendo mientras los empuja a ambos. Christopher no tiene la más la más puta idea como diablos. De donde saco esa fuerza. Lentamente el agua se torna clara y transparente.
El tiempo se estira se retuerce. Le quitan a Eliza de las manos. Y sale del agua. Respirando desesperado. Flota, Mike aún lo sostiene, su brazo esta sobre su cuello... Una lancha esta a un metro o dos. Entonces los gritos de Cherry se empiezan a aclarar. Un sujeto tira de la super estrella hasta que logra subir al helicóptero -Mierda Eliza- Los paramedicos estan haciendo el masaje cardiaco para hacerla reaccionar. Thor se pierde en la imagen de Mike trepándose a la moto y a Cherry abrazándolo desesperada. Y pronto desaparece. Intenta reaccionar. Luego solo ve acercándose cada ves más la costa... Los tipos le hablan en francés. El australiano no entiende nada.
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-Amor estoy bien... estoy bien... Le hablo a mi mujer bajito super cerca. Sosteniendo sus mejillas con mis manos. Ella temblaba. Volvió a chillar, entonces llegaron a mi pecho muchos manotazos.
-Tienes idea de cuanto estuviste ahí abajo- Saco la voz que le quedaba tras los gritos y con la garganta quebrada. Trato de respirar.
-Estoy acá...- Insistí. Sus ojos estaban irritados por todo ese llanto. -¿Puedes conducir?-
Se sacudió negativa.
-Afirmate nena...- Le pedí después de que logro calmarse un poco y encendí el motor para acercarnos al yate.
Edgar estaba esperándonos. Sujeto mi mano cuando me di el impulso para subir. Kath y J me miraron contrariados Kath estaba muy descompuesta. mientras Maida y Gabriel abrazaban fuerte a Mike.
-Arc... ¿Puedes encargarte de que esta cosa llegue al puerto?...- Me hablo sin voz. No estoy muy seguro de que se hubiera dado cuenta de como me llamo.
Había mucha gente acercándose supongo a tratar de entender que diablos había pasado. Pero yo no tenia el animo.
-¿Caro estas bien?- le hablo Kath complicada
-Nohhh...- Respondió intentando respirar. Las lagrimas se le cayeron solas, se las quito de la cara y camino sin decir mas hasta su habitacion.
-¿Que paso?- Pregunto Maida espantada.
-Mamá esta asustada...-Mike respondió abrazando a su hija.
Le cedí el espacio. Es horrible verla en ese estado. Cherry camino desecha hasta que desapareció de cubierta. Gabriel me vio preocupado.
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-No debería autorizar el ingreso...- Le hablo el medico con una contagiosa serenidad a Scarlett. La femme fatale le dedico una deliciosa sonrisa y luego se mojo los labios. Johansson y Evans habían bajado del barco antes antes de que Mike y Cherry volvieran al yate luego que Mike los ayudara a salir del agua, para seguir a Chris y Eliza.
-Pero el Señor Hemsworth necesita vestirse...- Resopló el medico resignado viendo el bolso que la rubia cargaba.
-Se lo agradezco... señor- Respondió sensual en perfecto frances.
Los paramedicos observaron desde la sala de enfrente como el medico empujaba leve la puerta.
Chris se giro al escuchar rechinar la puerta. Tenia esa mirada perdida y sujetaba la mano de Eliza entre sus dedos.
Scarlett se acomodo a su lado y abrazo a Chris besando su mejilla acaricio su hombro -¿Cómo esta?...- pregunto. Era inquietante verla en esa cama. Tenia un parche a raíz de pelo en la parte derecha de la frente y un par de moretones visibles.
-Inconsciente.- Resopló.
-Vamos. Te quedas, descansa en mi casa- Le sugirió.
-Tengo que.-Hablo algo complicado intentando hilar palabras.
Scarlett tomo la mano de Chris. -Vamos- Insistió conmovida.
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Llegamos al muelle a eso de las 19 hrs. Sin imaginar que la prensa iba a estar esperando nuestro arribo a tierra firme. El accidente se había filtrado. Había demasiada gente mar adentro. Y bueno. Los chicos llaman la atención por solo el hecho de existir. Las cámaras no se resistieron. A la hora del noticiero oficial nocturno en todo el mundo salían las confusas imágenes del Accidente de la chica Diesel. Sin ninguna aclaración de alguna fuente oficial.
Entre tanto, era la última noche con familia y amigos. No tenía idea, sabía que Mike había programado mostrarme algunos lugares de Europa en esas dos semanas que estaban por iniciar. Pablo y mis padres se quedarían con los gemelos. Todo el mundo estaba ordenando sus maletas. Y la melancolía me atrapo. Creo agarrándose de algún vestigio de angustia que aún no se extinguía.
-¿Se quedan con nosotros esta noche?- Cherry le pegunto a Maida después de besar su frente luego de terminar de cenar cuando se acerco y la abrazo. Solo por que quería. Sonrió entusiasmada.
No tenía idea que tan habitual antes de conocerlos era esto para ellos. De hecho no había ocurrido de que se quedaran antes con nosotros. Gabriel y Magdalena se metieron a nuestra cama... Tiramos los cobertores al suelo. Sólo sábanas. En medio de una noche cálida en Saint Tropez. Después de ver ya no se por que vez Big Hero 6, (los chicos ya recitaban una gran cantidad de diálogos.) se quedaron dormidos entre nuestros brazos. Increíble. Maida, exactamente acomodada como Cherry apoyando su cabeza sobre mi corazón. Apague el tv y a raz del borde de la cama estire mi mano libre acomodando el cabello de Caroline que caía desparramado sobre su rostro intente cubrirlos con un resto de sábana. Ahí estábamos mi mujer y mis hijos.
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Lunes
Después de despedirnos de todos nuestros amigos y familiares, dejando a Maida y Gab a cargo de Pablo. Por fin nos subimos a un carro que rente para recorrer lo que nos quedaba de semana algunos lugares de Francia. Sin itinerarios ni guías forzadas. La idea era disfrutar del relajo. Tenia la impresión de que en poco tiempo íbamos a volver. Por lo pronto, nos alejamos de la costa. Y fue interesante, porque mientras más lejos estábamos del mar el humor de Cherry comenzó a mejorar.
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Ese miércoles disfrutaba de unos deliciosos Scargots à la Bourguignnone, habíamos encontrado un agradable lugar en la campiña francesa para almorzar. Estábamos en medio de una divertida discusión a cerca de los placeres europeos. Aún no habíamos probado juntos ninguna preparación de trufas, hongos o caviar. Solo eran caracoles de viña... asados a la mantequilla.
-Son rastreros...- Me había dicho abriendo mucho sus bellos ojos. Solo sonreí.
-Nena... te encantan las ostras sobre hielo...- Intenté argumentar...- y eso... ni si quiera esta cocido... solo abiertas les rocías algo de limón y ya... ¡Están prácticamente vivas!-
Me puso esa mirada perpleja y algo asqueada después de masticar un bocado de ratatuille... -¿Tan malo esta?- No pude evitar el comentario. Solo por molestar... a ver que respondía.
-No...- Hizo un exagerado gesto de satisfacción al seguir saboreando el tomate con calabaza y papas gratinadas, trago, y clavo su mirada en mi. -Son babosos... - Comentó irritante. Convencida. Jurando que me haría desistir.
Respire profundo antes de hablar.- A ti te gustan ciertas cosas que yo jamas comería.- Respondí. Cherry abrió mucho más los ojos y sus mejillas se tornaron rosa. Tomo un buen sorbo de vino y bajo la mirada en actitud ofendida.
-"A ti te gustan ciertas cosas que yo jamas comería"- Dijo Mike mientras dirigía su mirada claramente a su entrepierna. ¿Con esa clase de argumentos como contestar?. Entonces se llevo el molusco a la boca y con esa maldad insipiente se saboreo buscando molestarme. Atento esperando algún descargo.
-Dios sabe que algo como eso probablemente no lo podría resistir...- Me contesto desinflada mirando al mantel.
-¿Algo como qué?...-
-Que a ti te empiecen a gustar "esas cosas"...- Aclaró acelerada.
Entonces la imagen de Mike en una escena Gay se me vino a la cabeza. Tome otro trago de vino. Vacié la copa. Demonios. No. No Mike, no nunca.
-¿Nena?....- Me hablo impresionado, el garzon había pasado por mi lado y yo le levante la copa indicándole que quería mas vino.
-Nunca serias capaz.- Balbuceó acercándose a mi sobre la mesa.
-¿Capaz de qué?-
-De cambiarme por un chico.- Exhaló avergonzada sin voz. De inmediato me atragante con la carne.Trague algo de vino para pasar la sorpresa.
-Mi Amor...- Me hablo perplejo. Tratando de controlar la risa. -¿Como imaginas que yo seria capaz de cambiarte por un...?- Hizo una mueca de desagrado.
Entonces A Cherry le tembló el labio. Esa peligrosa y maldita imaginación suya. Sin mencionar que me había metido tres puntos en el partido. Ya era otro juego perdido. Siempre se las arregla para ganar.
-Puede que sea una idiotez pero.- Exhaló complicada.
-Bueno, tengo dos semanas libres para probarte que jamás... jamás de los jamases...- Sonrió pícaro.
Ganas de mucho... será el vino. Será el ambiente. La libertad. Pero ya siento esa calidez previa apoderándose de mis ideas y ella me sonríe encantadora.
Una mano de Mike por sobre la mesa tomando la mía. Entonces esa caricia de su pulgar sobre la palma de mi mano inquieto todo mi cuerpo. Sin decir nada. Salvo sus bellos ojos verdes clavados en los míos.
La mirada de Cherry se volvió fiera y en cuestión de segundos se mordió el labio de esa manera tan tentadora, hay nena, ya sé. Me están dando ganas, debe haber algún hotel cerca.
Estábamos al borde de un romántico beso y el celular comenzó a sonar.
-Pratt.- Respondió a secas.
-Mike hola, espero no haber interrumpido.- Comento Scarlett.
El sonido del auricular estaba al máximo y Cherry reconoció el tono de voz al teléfono, me quedo viendo seria y muy atenta.
-Imagino que debe ser importante, dime.- Contestó algo tajante.
-Eliza esta de alta, si todavía estas en Francia y pasas por acá.- Continúo con una entonación complicada.
-¿Mike...?- Suspiró Caroline, con esa mirada descompuesta.
-No creo que sea posible- Mike interrumpió antes de que redondeara la idea.
-okey.- Resopló Scarlett desinflada.
-Gracias por avisar.- Continúo y colgó.
La mirada de Caroline había cambiado. El tema la tiene muy afectada. Entiendo que el accidente de Eliza merece atención. Pero hasta yo estoy sobrepasado. No me gusta verla así. No voy a arruinar el poco tiempo que podemos estar solos.
-Vamos a darnos estos espacios.- Lo escuche luego de que volvió a buscar mi mirada..- Vamos a dedicarnos tiempo- Se aclaro.
Respire y trate de mantenerme serena aunque la emoción me consumía. Cortés como todo un caballero los había mandado al carajo. Es mi luna de Miel. Ya fue suficiente de Eliza.
-Me encanta que estemos solos Se sonrió con los ojos brillosos, emocionada.
-¿Te tientas con un Claufontis de cereza?- Sonrió expectante.
-¿Qué es eso?- Me pregunto curiosa. Era momento de retomar... ¿ En qué estábamos?
-Un postre francés... que dejo de estar bueno, cuando te conocí.- Respondí la primera cosa que se me vino a la cabeza. Ella me pareció respiro y luego lanzo una carcajada.
-Okey...- Respiro- A ver que tan bueno era.
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Luego de salir de la habitacion en la que permanecía en reposo la española en la casa de Scarlett Hemsworth detenido en el pasillo camino a bajar la escalera desde el segundo piso miro con el entrecejo recogido a Johansson.
-Esta enojado- Suspiro Scarlett.
-Dale tiempo- Sugirió Evans.- Yo no haría pausa en mi luna de miel por ocuparme de Eliza-
La rubia observo a su novio preocupada. Ella lo había escuchado. No lo recordaba así de frió. Mike solía ser muy devoto de sus amigos. Siempre era el primero en que podían confiar y con quien podían contar. Algo se perfilaba distinto. Esperaba que esa sensación solo fuera una mala idea.
Chris sin convencerse camino en dirección a la habitacion de Eliza. Dando un paso, se alejo de la puerta en dirección a la cama y de golpe respiro desesperado, sus costillas se inflaron rápido. Entonces ya no fue posible, las lagrimas invadieron su rostro. Mientras la veía lleno de odio. Ella tendida en la cama, dormida, sedada, tal vez ni si quiera lo soñaba así de desesperado tratando de quitar de su mente esa necesidad de hablar con Cherry. Intentar explicar lo inexplicable. Reparar el daño
Por que si hubo algo muy fuerte entre ambos, que los unió en un silencioso recuerdo, ya no importaba todo ese soberano esfuerzo. Comportarse como un caballero durante la ceremonia y la fiesta. Chris se negaba a perder. Había decidido convertirse en el mejor amigo que una chica pudo tener, pero su mujer lo había arruinado todo. Imagino que en cuanto volviera a enfrentar su mirada, Caroline lo mandaría al mismo infierno. Competir contra Mike era ya caso perdido.
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[Norte de Europa.
Ultimo fin de semana de Luna de Miel]
Caroline estaba boquiabierta. Perpleja. Le lanzo un par de miradas maravilladas a Mike seguía sin habla. Ese viernes por fin arribaban a Lowënburg.
El pueblito en si era maravilloso. Muy de otra época, como si se hubiera quedado perdido en el tiempo. A media mañana se detuvieron en un pequeño café y disfrutaron de la mas fina pastelería tradicional de alemana. Mas tarde se dirigieron hacia el castillo, que le daba el nombre al la región. Era de ensueño... solo el poder apreciarlo desde los campos a unos kilometros era sobrecogedor.
-Lord Pratt, Lady Pratt, bienvenidos.- Nos saludo un hombre de manera solemne y más atrás un grupo de al menos unas diez personas hizo una reverencia como si fuéramos de la realeza.
-Lady Pratt...- Acompáñanos por favor. Se acercaron dos damas de servicio a mi derecha y una de las mujeres tomo mi equipaje.
-¿Mike?- Me hablo observándome sujeta de mi brazo.
Mike me hizo un gesto para que las siguiera. Comprendí de inmediato que esto había sido preparado. ¿Qué se suponía?. Camine algo confusa, desconfiada siguiendo a las mujeres por intrincados y eternos pasillos en dirección a algún ala del castillo. No tuve mucho tiempo para detenerme a observar a mi alrededor eran tantos detalles y ya había perdido la noción de los puntos cardinales en le dio de esa inmensidad.
-Lady Pratt, mi nombre es Drucilla, junto a Gretchen, somos sus doncellas a cargo durante toda su estadía- Me indico a la otra chica vestida de cortesana.
¿Tengo dos doncellas a cargo?. escuche mi voz en off... ¡Tengo doncellas a cargo! chillo mi alter ego empezando despertarse de un aletargado sueño. ¡Señor!
-Su baño estará listo en media hora. ¿O desea descansar antes?.- Me hablo la otra chica.
-Gretchen esta perfecto.- Conteste.
Me detuve a revisar la enorme cama. Nunca había visto algo semejante en mi vida, el increíble dosel. entonces me recosté y sentí el algo raro en colchón. Intenté acomodarme pero habían como montículos irregulares.
-Es el relleno, de lana de oveja- Me comento Gretchen.
Minutos más tarde otro par de mujeres entraron a cargando cada una dos enormes baldes de agua hirviendo y los vaciaron en la bañera de madera a un costado de la habitacion. Fue inquietante la idea de pensar que había alguien calentando a leña el agua, había un ligero aroma a humo y Drucila me indico debía levantarme. Entonces el pudor se apodero de mi cuando me dio a entender que debía dejar que las mujeres me desvistieran. Como a una autentica princesa de la realeza. Luego alguien instalaba una pequeña escalera, para entrar en la bañera y sumergirme en el agua preparada con pétalos de flores, aceites y una temperatura perfecta, como para no querer salir nunca y menos cuando apoye mi cabeza en el borde de madera y una de las doncellas derramo una especie de bálsamo en mi cabello y comenzó a mas ajear con una insólita delicadeza.
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Acomodado en el sillón vi con recelo la navaja que se acerco a mi cuello... el barbero acababa de afilarla en la piedra mientras otro sujeto se acercaba con las sugerencias de vestuario para la noche, mire por el ventanal atardecía. No tenia idea que hora era. Sentí el reclamo de mi estomago.
-Envíenle frutas, quesos y vino a Lady Caroline.- Ordene. Dudaba que Cherry hubiera comido algo. Angus levanto una mano y un sujeto salio de inmediato a realizar mi pedido. Entonces sentí la navaja rozar mi cuello. Sólo estar quieto. Muy quieto, hay un tipo que esta deslizando un cuchillo de extraordinario filo en mi cara.
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Ya había oscurecido, no tenia idea de que hora era -Lady Caroline. Es hora de vestirla.- Me hablo Drucila. Ni Idea como me que dormida. Pero aun llevaba ese blanco camisón, con detalles bordados.
-¿Vestirme?- Pregunte tratando de entender donde estaba, había oscurecido -¿Dónde esta mi marido?-
-Imagino, debe estar preparándose para el rito de media noche...- Me contesto con mucha paciencia.
¿Rito de media noche?....¿Qué va a pasar ahora?
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El campanario acuso estruendoso la llegada de la media Noche. Y el tiempo durante unos segundos pareció detenerse. Las damas miraron sin ver el desfile de los cuervos acechando. Hombres de aspecto gallardo vestidos al fastuoso estilo victoriano del 1700 camisas de la más fina ceda italiana, colores inspirados en los más sofisticados vinos. Chaquetas con intricadas aplicaciones y detalles bordados que cubrían sus anchas espaldas. Pantalones. Tan ceñidos y provocadores que casi no dejaban nada a la imaginación. Siuticos y caprichosos calzados con taco.
Tras el brindis de bienvenida, en que esa magnifica mujer recibía a todos los invitados al gran rito de media noche, en que al paladar de Caroline llego un exótico vino espumante mezclado con fruta, sin sospechar, que también bebía, con ingenuidad, una poción afrodisíaca, especialmente preparada para el selecto grupo de la alta sociedad europea reunida en ese festejo que se saturaba de frivolidad. Cherry imagino que debía ser el vestido, el corsete, la obligaba a mantener esa posición erguida. Nunca pensó que llegaría a vestir algo como eso. Habia quedado impactada en el momento en que la servidumbre le había llevado el modelo elegido para la ocasión. En ningún minuto dudo... había sido escogido para ella. Entonces la emoción la sobrepaso y lleno de expectación al imaginar como la vería así vestida.
Siempre le había parecido exagerado. En el cine, esas imágenes en que las jóvenes se sostenían con toda su fuerza de los pilares para que las amarraran afinando y estilizando su figura de forma maniática. No tenia idea el problema que era vestirse de ese modo también descubrió que jamás se había demorado tanto en estar lista para una fiesta y tenia dos a asistentes a cargo.
Lorena MacKennitt se hacia dueña del escenario, acompañada de un impresionante grupo de músicos. Sonido y amplificación digna de una fiesta imperial. Cuando los hombres se acercaron a buscar a las mujeres ya el ambiente comenzaba a cargarse de sensualidad. Había imaginado que la música sería más clásica, los vestidos al estilo de los míticos Tudors o la controversial Maria Antonieta, no la dejaron sospechar, mas que vals, pero esto tomaba otro matiz. Algo misterioso y sensual, ese exótico sonido invadió el aire que tomo ese aroma a chocolate y fresa, sin mencionar que desde los vaporizadores mezclados con los aceites esenciales una fuerte mezcla de feromonas se expandan en el salón.
Un hombre que llevaba una camisa negra, pantalón de cuero y mascara de cuervo la invito a danzar en el baile de apertura. Aunque Caroline no estaba interesada en el hombre, poco a poco fue sintiendo ese sofoco, ahogado que le intentaba nublar el entendimiento. Las sensaciones se volvían diferentes. Respirar había tomado otro sentido.. El corsete le aplastaba las costillas. Por alguna razón estaba demasiado consiente de la mano de ese hombre en su cintura y la otra sosteniendo la suya. Se dejo guiar, se dejo llevar, pero en su pensamiento entre giros de la música, busco incansable, aunque no lograba fijar la vista en ningún animal en particular. Salvo encontrar a su marido.
Desde un costado habían varios hombres detenidos disfrutando de los suculentos bocadillos. Ese lobo ya había fijado su mirada en la delicada caperucita que parecía a momentos esquiva y en ocasiones mas atenta a ese sujeto.
No fue ninguna sorpresa para Mike. Antes de que que Mckennit terminara de interpretar Santiago, la bella dama de rojo había llamado la atención de otro hombre, con apariencia germana, al menos 1,95 metro de alto, de profundos y atormentados ojos azules que llevaba una mascara de Dragón y tomo su muñeca interponiéndose entre ambos. El cuervo intento resistirse pero luego de echarle un ligero vistazo a los demás reptiles que parecían ser el séquito del dragón no insistió y voló de inmediato. Ahora este hombre le hablaba en un idioma que no conocía y ni si quiera se esforzaba por comunicarse en ingles. La obligo a mecerse al ritmo de Marrakesh Night Market,
La música a cada minuto se volvía más sugerente. Y las parejas parecían apegarse cada vez más. Cherry sintió esa mano indiscreta apegándose a su nalga y luego empujando con depravación hacia su entrepierna. Descaradamente ese hombre la restregó contra su cuerpo al tiempo en que logro reaccionar, brusca, sin detenerse si quiera a pensarlo se detuvo e intento soltarse del abusivo. La música se torno mas rápida. Las percusiones apuraban los pasos de los bailarines. Caroline no logro soltarse del dragón y giro como una muñeca de trapo entre sus manos. Hasta que el sujeto se levanto la mascara y con esa mirada depredadora la tomo firme del cuello empujándola obligandola a acercar su rostro a sus labios. -Mike por el amor de Dios .-Resoplo con los ojos llorosos sin aire sintiendo su cuello agarrotar de la fuerza con la que se negaba a ceder. Un golpe rápido y seguro de un puño que paso entre ellos y el dragón cayo al piso. Haciéndola perder el equilibrio. Cherry vio a Mike sosteniéndola firme. Tomo su mano el corazón se le desboco. -¿Dónde estabas?.- Alcanzó a hablar, otro tipo intento separar sus manos, dos serpientes lo estaban sujetando mientras ese tremendo hombre se levanto. Cherry no tuvo idea como Mike logro soltarse, uno de los hombres recibió un golpe en el estomago que lo hizo doblarse de dolor, alcanzo a esquivar el puño del hombre Dragón y le devolvió un fuerte izquerdaso. La gente se detuvo en el bailo, de pronto caía un hombre tambaleándose entre los asistentes. -Tenemos que salir de aquí- El hombre lobo grito nervioso. Había conseguido una pequeña distracción. Mike tomó la mano de Caroline y la sacó corriendo por los pasillos justo antes que los guardias del castillo llegaran a detenerlo y apresar.
-¿Quién es ese tipo?-
-El señor de Cydonia.-
-¿Señor?- Pregunto agitada mientras corría manteniendo levantadas las faldas de su vestido sin soltarse de la mano de Mike.
- El rey..- Le aclaro y se giro escucho gritos en algún extraño idioma de gente uniformada que corría a alcanzarlos.
-¿Golpeaste al Rey de Cydonia?- grito fuera de toda la realidad... Sin tener conciencia del subidón de adrenalina que la persecución le había generado mezclado con las feromonas y los afrodisíacos. Lograron llegar a la salida principal del castillo.
-¡Cochero!- Rugió y lanzo un saco de monedas al hombresito que cabeceaba dormitando. - Al monasterio de Nuestra señora de la Grazzie- Le ordeno mientras abría la puerta del carruaje y ayudaba a Cherry a subir. Los guardias a caballo salían en su persecución desde el patio de las caballerizas haciendo retumbar sus cascos sobre las losas de piedra. Era urgente llegar hasta el campanario para esconderse hasta el amanecer, luego salir del pueblo.
El Carruaje parecía a minutos se desmoronaría estremeciéndose por el camino de tierra entre un claro de bosque. Caroline se asomo por la ventana del carruaje y de pronto vio una flecha clavarse en un árbol a menos de un metro de. Su rostro.
-Esta podría ser nuestra última noche.- Le hablo Mike alterado. - Los caballos de Cydonia son muy rápidos...-
-¿Nuestra última noche?-
-El rey no va a permitir esta clase de ofensas-
-Demonios Mike...- Exhaló con un hilo de voz.
Mike se inclino sobre Cherry buscando un beso. El contacto de sus labios fue eléctrico. Sintió que perdía el aliento y su mirada se volvió deseo y desesperación. Mike se detuvo a verla un segundo, al siguiente sintió la mano de Caroline rosando su hombría por encima del pantalón. El la volvió a besar esta vez más intenso. Tan salvaje que no intento contenerse y mordió su labio. El carruaje dio un salto, una piedra por debajo de la rueda los sacudió a ambos. Mike la termino aplastando. Se sonrió con un matiz demencial entonces su boca bajo a ese escote que lucia de manera generosa y que la tela apretaba sin piedad, Mike lleno sus pulmones de su aroma, esta noche olía diferente, gracias a ese baño con aceites esenciales y flores de esa tarde. Cherry se estremeció, su mano se movió por el cabello y lo levanto buscando sus ojos.
-Besos- Resopló intentando respirar. -Besos...- Insistió. La lengua de Mike entro en su boca causando una conmoción las cosquillas desde su boca se expandían y bajaban por la garganta. Ahogada, sentía la imperiosa necesidad entre sus piernas que parecía cortarse a mitad de su cuerpo. Las barbas del corsete estaban clavando sus costillas, hundida en ese mar de tela rojo que parecía la extensión de su deseo. Tanta seda y falsos la estaban enloqueciendo. Dos manos no le eran suficiente. Quería quitarse todo eso. Y al mismo tiempo acariciar. Recorrer sus lugares favoritos de ese hombre que la enloquece. Cherry desato los botones del frente del pantalón, todo pareció desbordarse en segundos ella bajo su mirada y su expresión se volvió hambrienta observando esa magnifica erección. Mike había guiado su mano buscando su caricia. Un gruñido automático al sentir sus cálidos y delicados dedos recorriendolo. Un gemido por parte de ella al confirmar esa firmeza. -Por favor.- Ella reclamo sin voz. Ahora el desafió era lograr quitarle ese armazón. Comenzó a tironear los cordones en su espalda que ajustaban la tela a su cuerpo. Hundirse bajo esas enaguas. Fue tanto el apuro que de pronto ese grito desesperado e iracundo de Mike cruzo todo ese bosque y la razón dio paso a la brutalidad. Los nudos se negaban a ceder, ahí estaba desgarrando los falsos de sus faldas al mismo tiempo que Cherry peleaba con ellos. Cuando por fin logro deshacerse. Aquella bombacha rococo lo dejo sin aire -Jesucristo.- Ronroneo desgarró los cordones del corsete desatando el pecho inflamado y marcado de forma sádica por el borde del escote.-..Mi Amor...- La observo sobrecogido, sus dedos recorrieron esa oscura linea rosa, que castigaba y censuraba como si fuera un pecado toda esa belleza. Caroline cerro los ojos, su cuerpo se estremeció al contacto de la caricia sentiendose liberado.
No tardo en acercarla a él y acomodar su cuerpo. Hasta que ya sin más espera la tomo de las caderas luego de separar sus muslos y se hundió en ella hasta el fondo, en medio de un gruñido- Ella se mordió el labio negándose al quejido. Lo observo con los parpados muy abiertos y esa sonrisa lasciva revelo el placer en su boca.
El calor comenzó a concentrarse entre ambos como una estela invisible de unión desde los primeros vaivenes de su acomodo, pasaron a un movimiento cada vez mas intensos. Ya no existía nada solo ella, solo el. El estruendo del carruaje había desaparecido. Mientras las manos de ambos se deshacían en caricias peleando contra toda esa molesta ropa, los besos se volvían voraces, se fueron acumulando en su cuerpos poniéndolos tan sensibles, en medio de esas arrebatantes oleadas hasta que los quejidos se volvieron una alerta llena de angustia.-Ohhh mi Amor- jadeo... -Mi Amor.- Aguda y sin voz...-Owww... ohhh..... Mike.- Los dedos de ambas manos de Caroline buscaron llamar su atención aferrándose a sus brazos clavándose entre sus músculos. -Nena.- Exhaló con la voz seca agitada. Su mirada se perdió en los bellos ojos verdes de su marido. Entonces algo un ligero temblor dio paso a una fuerte contracción en su matriz que la hizo gritar desesperada y sacudirse. Tiritando de amor se sujetaba y aferraba a su cuerpo cubierta por completo de ese poderoso abrazo en que el la retenía y se deshacía en medio de un rugido animal y primario.
Habían pasado ya tres semanas (desde la última noche), a Mike le parecía que ya era todo un siglo. No se había dado el momento para estar así de unidos. Habían sobrevivido al mas caótico matrimonio que jamas hubieran imaginado y ahora por fin se encontraba rendida arrebatada de placer entre sus brazos. Sin la conciencia de que todo el mundo esa noche había girado en torno a ella. Solo porque Mike así lo quería. Cualquier cosa por ella. Lo que fuera por ella.
Cherry intentaba respirar en medio de esa quietud. Y de su abrazo. El carruaje se había detenido. No tenia idea donde estaba... Entonces, las cigarras... El ulular de un búho mezclado con el viento, el sonido del arrollo y una brisa fresca que sacudió su cabello llamando su atención. Logro ordenar su ropa. Acomodando ese magnifico pantalón. Mike la saco entre del carruaje y la cargo entre sus brazos por ese pasillo iluminado de antorchas. Hasta que un encargado abrió esa enorme puerta de madera labrada.
La acomodo en esa eterna cama con dosel apoyando su cabeza entre las lujosas almohadas con fundas bordadas a mano. Ordeno su cabello, Caroline apenas le dirigió la mirada. Estaba exhausta. Estiro su brazo como acercándolo a ella.
-Mía...-Pensó- Solo mía.-Acaricio su rostro recostándose a su lado.
Tranquilo convencido que nada en la vida los podría separar. Mike beso su frente y la dejo soñar.
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Chicas espero que el capitulo haya sido de todo su agrado.
Las espero para el capitulo final y el merecido Epilogo.
Comenten, compartan y nos vemos pronto.
Cariños.
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